Re: CAMBIOS DOCTRINALES - UNA VIDA CAMBIADA POR EL EVANGELIO
VALDENSE: El Communicatio Idiomatum (del Latín para “comunicación de propiedades”) enseña que los atributos tanto de las naturalezas divina y humana están confirmados en la sola persona de Jesús. Esto significa que la persona de Jesús podría legalmente clamar para Sí Mismo los atributos tanto divinos como humanos de su naturaleza. Por lo tanto, Él podría decir que tuvo la misma gloria que el Padre antes de que el mundo fuera hecho (Jn 17:5); que descendió del cielo (Jn 3:13) y clamar Su omnipresencia (Mt 28:20); aún así, Jesús, el hombre, empezó Su existencia en la tierra cuando fue concebido en el vientre de María.
Es de vital importancia mirar la expiación. El sacrificio de Jesús en naturaleza fue divino así como también humano. Aún cuando Jesús murió, sabemos que Dios no puede morir. Así que si la naturaleza divina no murió, ¿cómo se puede decir que el sacrificio de Jesús fue divino en naturaleza? La respuesta es que tanto los atributos de Su divinidad como los de Su humanidad, fueron atribuidos a la persona de Jesús. Por lo tanto, ya que la persona de Jesús murió, Su muerte fue de valor infinito ya que las propiedades de la divinidad fueron atribuidas a la persona en Su muerte.
VALDENSE: El Communicatio Idiomatum (del Latín para “comunicación de propiedades”) enseña que los atributos tanto de las naturalezas divina y humana están confirmados en la sola persona de Jesús. Esto significa que la persona de Jesús podría legalmente clamar para Sí Mismo los atributos tanto divinos como humanos de su naturaleza. Por lo tanto, Él podría decir que tuvo la misma gloria que el Padre antes de que el mundo fuera hecho (Jn 17:5); que descendió del cielo (Jn 3:13) y clamar Su omnipresencia (Mt 28:20); aún así, Jesús, el hombre, empezó Su existencia en la tierra cuando fue concebido en el vientre de María.
Es de vital importancia mirar la expiación. El sacrificio de Jesús en naturaleza fue divino así como también humano. Aún cuando Jesús murió, sabemos que Dios no puede morir. Así que si la naturaleza divina no murió, ¿cómo se puede decir que el sacrificio de Jesús fue divino en naturaleza? La respuesta es que tanto los atributos de Su divinidad como los de Su humanidad, fueron atribuidos a la persona de Jesús. Por lo tanto, ya que la persona de Jesús murió, Su muerte fue de valor infinito ya que las propiedades de la divinidad fueron atribuidas a la persona en Su muerte.