"Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos"

30 Marzo 2000
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"Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos"

Todos nos creemos ricos. Como tenemos un cuerpo semejante al resto de los habitantes de este mundo, como tenemos un cerebro que piensa cosas semejantes a los demás habitantes de este mundo, como incluso tenemos bienes, conocimientos, doctorados, habilidades, etc, nos creemos ricos. Como encima somos guapos y cultivamos nuestro cuerpo y nuestra mente con pasatiempos, estudios, doctorados y conocimientos de toda índole, nos creemos ricos.

Pero esto es debido a que no profundizamos lo suficiente en las incongruencias y paradojas de la vida en el mundo. Tal vez porque nosotros somos aparentemente o relativamente felices, pensamos que estamos bien. Y cuando estamos mal, añoramos esos momentos en los que creíamos ser felices porque creíamos que estábamos bien, o menos mal que el vecino, o los negritos de África, o etc.

Incluso los que siguen las llamadas religiones, se creen ricos. Unos ritos destinados a proporcionar humildad y reconocimiento propio de la pobreza en la que vivimos, consigue lo contrario, que es producirnos orgullo de estar en la religión verdadera, de estar en el Dios verdadero, porque seguimos los mandatos y preceptos de nuestra religión. Lo que debería producirnos humildad, nos produce orgullo. Orgullo religioso y espiritual. Y continuamos alimentando el monstruo de que somos ricos. Cuando todo nos falta, cuando no tenemos qué comer o qué vestir, o qué darle a nuestros hijos, aún así nos sentimos orgullosos de nuestra riqueza, porque aún decimos que somos afortunados, porque tenemos salud, o porque seguimos los preceptos de “humildad” de nuestra religión, sin darnos cuenta que somos unos monstruos orgullosos y vanidosos que lo único que hemos conseguido es mantener una pose, una figura, una circunstancia, una pretensión para halagar nuestro propio ego, ya que no podemos admitir que somos pobres de espíritu, que no tenemos espíritu, que nuestra alma está caída y ensuciada, que somos peor que las fieras del campo.

Todo es vanidad. Todos se han perdido. No hay nada nuevo bajo el sol.

“Maestro bueno, ¿Qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?
Por qué me llamas bueno. Nadie es bueno, solo Dios.”

Pobreza es reconocer eso, que se es pobre, que se es malo, que se es vano, que uno es una abominación a los ojos de Dios. Cuando este sentimiento se mantiene durante meses, de respiración en respiración, uno llega a la depresión y desaparecen todos los asideros donde nos solemos acoger para no sucumbir a esta idea de pobreza. La solemos rechazar, pero es la auténtica.

“¿Cuál es la piedra que todos los constructores han rechazado? ¡Es la piedra angular!”

Reconocer esto es muy doloroso. Reconocer que uno no es nada, y mucho mejor, reconocer que uno, no que el vecino, sino uno, es menos que nada, esto es pobreza que reclama riqueza. Pero ya no oropel ni vanidad. Sino riqueza auténtica, que si se mantiene esta petición de forma sostenida, llega a ti y te cubre, y te llena, y ya no será nunca más un pobre que se cree rico, sino un rico de espíritu que se sabe rico. Un auténtico rico, aunque materialmente no disponga de casa ni hacienda.
 
Estimado Cedesin, me ha gustado esta reflexión y quería decirtelo.


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Maripaz
 
"Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos"

No que serán en un futuro bienaventurados, sino que SON hoy bienaventurados. El que se sabe pobre de espíritu y limpia su espíritu para que sea más pobre, es bienaventurado HOY. No mañana, ni cuando muera físicamente, ni en el Juicio Final, sino HOY. AHORA. YA. EN ESTE MISMO MOMENTO. Y la bienaventuranza llega. Y la bienaventuranza le llena. Y la bienaventuranza le hace RICO. De una riqueza que no podemos ni siquiera soñar. Ni las mentes más calenturientas han podido imaginar una bienaventuranza igual. Ni el cine, ni la televisión, ni la literatura, ni las artes. Nada tiene comparación con esa bienaventuranza.

Quiera Dios que seáis bienaventurados en el transcurso de vuestra vida.
 
Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. (Juan 14:22)
 
LA POBREZA A LA QUE SE REFIERE EL PASAJE ES MAS A LA DEL ESPIRITU O SEA NOS SENTIMOS POBRES Y NECESITADOS PORQUE DIOS OBRO EN NOSOTROS EL TENER NECESIDAD DE EL.

LUEGO SIGO PERO LES DEJO LA INQUIETUD
 
Originalmente enviado por Ginia:
<STRONG>LA POBREZA A LA QUE SE REFIERE EL PASAJE ES MAS A LA DEL ESPIRITU O SEA NOS SENTIMOS POBRES Y NECESITADOS PORQUE DIOS OBRO EN NOSOTROS EL TENER NECESIDAD DE EL.

LUEGO SIGO PERO LES DEJO LA INQUIETUD</STRONG>

Estimada Ginia:


HAMBRE DE DIOS

<IMG SRC="corazon.gif" border="0"> Maripaz
 
SI POBRES DE ESPIRITU POR QUE SENTIMOS LA NECEDIDAD DE CRISTO QUE A SU VEZ NOS HACE RICOS COMO LEEMOS EN EFESIOS 1 SOBRE LAS BENDICIONES EN CRISTO O SEA EL ESTAR EN CRISTO

ESA NECESIDAD SE REFIERE A QUE NO TENEMOS NADA SIN EL Y QUE EL POR SU GRACIA NOS SALVO Y LLEGAMOS A ESTAR COMPLETOS EN CRISTO POSICION Y LLEGAR A SER CONFORME A LA IMAGEN DE CRISTO ANDAR

Pero ser pobres de espiritu significa que reconocemos que somos depositarios de su gracia y faavor inmerecido.
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"PORA GRACIAS SOIS SALVOS Y ESTO NO DE VOSOTROS PUES ES DON DE DIOS Y NO POR OBRAS PARA QUE NADIE SE GLORIE"
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Efesios 2:8

Dios te bendiga :)
 
Hola Cesedín.
Nos deseas a todos ser bienaventurados por Jesucristo y si la Verdad sencilla y clara de la palabra de Dios es creida actualmente sin haber visto a Jesucristo nos hace hoy en dia bienaventurados por Dios.
Por favor Cesedin no me malinterpretes sin leer estos versiculos.
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San Juan 20
24. Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando vino Jesús.
25. Le dijeron después los otros discípulos: Hemos visto al Señor. Mas él les respondió: Si yo no veo en sus manos la hendidura de los clavos, y no meto mi dedo en el agujero que en ellas hicieron, y mi mano en la llaga de su costado, no lo creeré.
26. Ocho días después, estaban otra vez los discípulos en el mismo lugar, y Tomás con ellos, vino Jesús estando también cerradas las puertas, y se les puso en medio, y dijo: La paz sea con vosotros.
27. Después dice a Tomás: Mete aquí tu dedo, y registra mis manos, y trae tu mano y métela en mi costado, y no seáis incrédulo, sino fiel.
28. Respondió Tomás, y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!
29. Le dijo Jesús: Tú has creído, ¡oh Tomás!, porque me has visto: bienaventurados aquellos que sin haberme visto han creído.
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Bueno Cedesín si creemos en Jesucristo sin haberlo visto, pues ya sabemos que que hemos sido bienaventurados por el propio Jesucristo.
¿Tu crees en Jesucristo Cedesin?. ¿Si?
¿Tu lo has visto? .- ¿No?
Pues quiero que sepas que tu has sido ya bienaventurado por Jesucristo. Yo soy un boca sucia, embustero y mentiroso y si estas palabras fueran mias harias muy bien en no creerlas. Pero hijo puedes constatar que son ya milenarias, que estan impresas asi en la Biblia, que han sido dichas por Dios y que no hay ni puede haber duda al respecto. Perdona que te parezca pesao pero si tu crees en Jesucristo a pesar de no haberlo visto tu eres bienaventurado.
Que Dios te bendiga y disfrutes eternamente en su diestra.
<IMG SRC="corazon.gif" border="0"> :) <IMG SRC="corazon.gif" border="0">
 
Querido Marsuar y Vilobe42:

Yo soy pobre. Sin embargo hubo un tiempo que me creía rico. Y pasó como a Tomás. Que ví y me quedé perplejo. Pero ahora soy pobre, aunque soy rico. De una riqueza que pocos que no sean vds. mismos pueden imaginar.

Yo he visto a Jesús. Ha sido inefable. Me ha dado pruebas personales, porque Él nunca da pruebas colectivas. Se las da a cada uno según sus necesidades y su situación. Espero que todos vds. sean bienaventurados ya en esta vida.

Un abrazo.