¿Bautismo de adultos o bautismo de infantes?

Re: ¿Bautismo de adultos o bautismo de infantes?

Originalmente enviado por: MANUEL MORA
Queridos hermanos y amigos,he analizado lo mejor que he podido las dos opciones y en las dos me parece ver base escritural;también tengo comunión con hermanos evangélicos en las dos modalidades.Deseo y ruego al Señor una mayor unidad entre ambos,¿que opinión tienen ustedes?,¿me pueden ayudar con sus aportaciones?.

Que Dios les bendiga.Gracias.

Hola hermano Manuel...

En respuesta a su pedido, tal vez le resulte útil este antiguo aporte mío.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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BAUTISMO


El verbo griego baptizö es una forma intensiva de baptö y significa primariamente “sumergir”; secundariamente puede significar “lavar” o “hacer perecer.” En la antigua versión griega del Antiguo Testamento, la Septuaginta, se emplea de la inmersión séptuple de Naamán el sirio en las aguas del Jordán (2 Reyes 5:14).

G.R. Beasley-Murray explica: “Pese a las afirmaciones contrarias, parece que baptizö, tanto en contextos judíos como cristianos, normalmente significaba ‘sumergir’ y que aún cuando se tornó un término técnico para el bautismo, la idea de inmersión permanece... Los usos metafóricos del término en el Nuevo Testamento parecen dar esto por sentado; por ejemplo, la profecía de que el Mesías bautizaría en Espíritu [Santo] y fuego, como un líquido (Mateo 3:11), el “bautismo” de los israelitas en la nube y el mar (1 Corintios 10:2) y la noción de la muerte de Jesús como un bautismo (Marcos 10:38-39, baptisma; Lucas 12:50...). La representación paulina del bautismo como la sepultura y la resurrección con Cristo es consistente con esta opinión, aunque no la exija.” [1].

El bautismo de Juan

El antecedente inmediato del bautismo cristiano es el bautismo que realizaba Juan hijo de Zacarías, más conocido como Juan el bautista. A su vez, Juan podría haber sido influenciado por los lavamientos ceremoniales de los grupos predominantes del judaísmo o de Qumran (esenios, secta del Mar Muerto). Sin embargo, esta clase de limpieza ritual no se realizaba una única vez, sino de manera reiterada y periódica [2]. Un antecedente más interesante o al menos un paralelo (no está claro cual vino primero) es el bautismo de los prosélitos, es decir, de personas de origen gentil que se convertían al judaísmo [3]. Allá por el primer siglo de nuestra era, cuando los judíos habían adoptado una decidida actitud proselitista (ver Mateo 23:15) los convertidos de la gentilidad que se convertían no solamente debían ser circuncidados como mandaba la Ley a todos los varones, sino que además se les exigía un lavamiento o bautismo, el cual simbolizaba la limpieza de la inmundicia pagana.

El desafío impuesto por el bautismo de Juan es que él no solamente llamaba a los prosélitos, sino y muy particularmente a los judíos de nacimiento, a bautizarse. Juan estaba diciendo con esto que no sólo los paganos, sino también los “hijos de Abraham” debían arrepentirse y volverse a Dios. El bautismo de Juan fue entonces, sobre todo, un llamado al arrepentimiento por los pecados (Mateo 3:11 y paralelos) y una expresión del anhelo de ser perdonado por Dios.

¿Por qué era esto necesario? Porque, como Pablo diría más tarde, “todos pecaron” , y a Juan se le había dado la misión de ser el precursor del Mesías y el heraldo del reino de los cielos (Mateo 3:1-3; Juan 1: 15-23). La predicación y el bautismo de Juan fueron por tanto una preparación para la manifestación definitiva de Dios en gloria para traer recompensa y juicio, y todos debían prepararse para este acontecimiento que Juan describió como un bautismo con el Espíritu Santo y con fuego (Mateo 3: 7-12).

A la luz de lo que precede, parece extraño que Jesús le pidiese a Juan que lo bautizase, y el primero en sorprenderse fue el mismo Juan. Sin embargo, la razón de la solicitud de Jesús ha de hallarse en su identificación con aquéllos a quienes venía a salvar. Había nacido de mujer, y bajo la Ley (Gálatas 4:4) y dio este paso “para que se cumpla toda justicia” (Mateo 3:15). En este acontecimiento fundamental, Jesús, quien jamás pecó (2 Corintios 5:21; Hebreos 4:15), se identificó a sí mismo con la humanidad pecaminosa y de este modo inició formalmente su ministerio. Esto queda claro por lo que aconteció inmediatamente después del bautismo de Jesús: Fue declarado por el Padre como su Hijo amado y ungido por el Espíritu Santo (Mateo 3:17). La Voz celestial le declaró Rey Mesías y Siervo sufriente; cf. Salmo 2:7 e Isaías 42:1. Es significativo que cuando la autoridad de Jesús fue cuestionada, él respondió con otra pregunta: “El bautismo de Juan, ¿era de Dios o de los hombres?” (Marcos 11: 27-33 y paralelos). Esta no fue una manera astuta de evadir la pregunta “¿Con qué autoridad haces esto?” , sino que tenía una relación crucial con ella, Si el bautismo de Juan era del cielo, la inescapable conclusión sería que la autoridad de Jesús provenía de la misma fuente, ya que la unción de Jesús ocurrió tras haber sido bautizado por Juan [4].

El bautismo cristiano

En su carácter de último y más grande de los profetas en sentido veterotestamentario, Juan anunció el juicio venidero. Juan proclamó lo que Dios le dijo que proclamase. Y desde luego, estaba en lo cierto. Pero Jesús introduce un nuevo elemento, el cual ciertamente estaba presente en la profecía del Antiguo Testamento (Isaías 42, 49, 50, 53) pero no había sido entendido por los judíos, a saber: que el reino de los cielos no habría de ser introducido con la violencia de un conquistador guerrero, sino a través de la obra de un humilde Siervo. Y este Siervo, que no era otro que Jesús mismo, debía someterse a otro “bautismo” del cual el de Juan no fue sino una señal (Lucas 12: 49-50). Él hablaba, claro está, de su sacrificio en la cruz.

Luego de resucitar, Jesucristo les dijo a sus discípulos:

“Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado. Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28: 18-20).

Jesucristo anunció también el bautismo en el Espíritu Santo, que habría de superar el bautismo de Juan (Hechos 1:5). Desde luego, esto no descarta simplemente el bautismo cristiano en agua, pero le otorga una nueva e insospechada significación: Como Jesús se identificó a sí mismo con nosotros en el bautismo de Juan, nosotros debemos identificarnos con Él mediante el bautismo cristiano (Romanos 6, etc.).

¿Quién debe bautizarse?

Es claro que todos cuanto crean en Cristo deben bautizarse. Aquellos que llegan a ser sus discípulos deben ser bautizados y se les debe ensañar todo lo que Jesús mandó (Mateo 28: 16- 20). Después de que Pedro hubo proclamado las buenas nuevas de salvación en el día de Pentecostés, les preguntaron a él y a los demás Apóstoles: “Hermanos, ¿qué haremos?”. La respuesta de Pedro fue: “Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2: 37-38). Como dice Brooks:

“Los sermones cristianos más primitivos, ..., convocaron al bautismo como el acto externo que representaba la decisión interna. La exigencia de Pedro del bautismo [cristiano] tenía continuidad con el bautismo de Juan pues ambos expresaban la nueva relación del individuo con Dios y su reino. La diferencia significativa, empero, era la relación que Pedro estableció con la vida, la muerte y la resurrección de Jesús.” [5]

La misma secuencia, es decir, primero creer y a continuación ser bautizado, se observa en Samaria y en el caso del ministro etíope (Hechos 8:12, 26-39). Lo mismo se observa luego de que Pedro predicase el Evangelio en casa del centurión Cornelio (Hechos 10: 44-48). Allí el Apóstol exclamó: “¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo lo mismo que nosotros?”

¿Qué hay del bautismo de bebés?

En comparación con el claro mandato de bautizarse para quienes se arrepienten y creen en Jesús, la cuestión de si los niños demasiado pequeños como para entender el Evangelio han de ser bautizados. Este ha sido tema de controversia por siglos [6].

Debe tenerse en cuenta que la mayor parte de las Iglesias cristianas históricas, como la de Roma, las Orientales, la Luterana, la Reformada, la Presbiteriana y otras, practican el bautismo infantil. Una de las mejores defensas del bautismo infantil es la escrita por Michael Green [7]. Los principales argumentos a favor de esta práctica son:

1. El bautismo es un signo o sacramento del Nuevo Pacto, como la circuncisión lo era del Antiguo Pacto. Ya que todos los bebés varones eran circuncidados, de igual modo y por analogía todos los hijos de cristianos deben ser bautizados.
2. Jesús llamó hacia sí a los niños pequeños y amonestó con extrema severidad a los discípulos por intentar impedírselo (Marcos 10: 13-16).
3. En el libro de Hechos hay varios casos de personas que creyeron y se dice que fueron bautizados “con toda su casa” (Lydia, Hechos 16: 14-15; el carcelero de Filipos, Hechos 16: 30-34); compárese también 1 Corintios 1:16, “la casa de Estéfanas.”
4. El bautismo infantil es testimoniado en la Iglesia por lo menos a partir de principios del tercer siglo, y es practicado por muchas denominaciones cristianas.

Por otra parte, quienes nos oponemos al bautismo infantil señalamos que:


1. El Nuevo Pacto tiene tanto similitudes como diferencias con el Antiguo Pacto. Por tanto, hay que ser muy cauteloso con el razonamiento por analogía. Por ejemplo, una diferencia obvia es que la circuncisión era aplicable sólo a los varones, en tanto que el bautismo cristiano es para hombres y mujeres por igual. Además, los mismos que invocan esta analogía habitualmente rechazan la noción de que el bautismo deba diferirse, como la circuncisión, hasta el octavo día de vida. Finalmente, si bien los hijos de padres cristianos en un sentido participan de las bendiciones de éstos (Hechos 2:38; 1 Corintios 7:14), no queda en absoluto claro que ello sólo se cumpla a condición de que los niños sean bautizados.
2. Jesús ciertamente llamó hacia sí a los niñitos, pero no los bautizó ni mandó que fuesen bautizados. De hecho, es obvio y sugestivo que no existe ninguna instrucción explícita acerca del bautismo infantil en todo el Nuevo Testamento. Quienes propician esta práctica deben basarse en conjeturas y presuposiciones.
3. Hay que notar que en los textos que hablan de Lidia, Cornelio o Estéfanas la palabra griega oikia (“casa”) indica más que los familiares, ya que habitualmente se incluye también los sirvientes. Quienes propician el bautismo infantil suponen que había pequeñitos en las “casas” de Lidia, Cornelio o Estéfanas, pero no hay ningún indicio cierto de que esto fuese así. Nada sabemos del estado civil de Lidia. En casa de Cornelio, Pedro dijo que debían bautizarse quienes habían creído, y sobre quienes había manifiestamente descendido el Espíritu Santo. Ignoramos si el carcelero de Filipos tenía hijos y si así era, qué edades tenían. De todos modos, Lucas afirma en Hechos 16:34 que el hombre se regocijó “con toda su casa que había creído en Dios”, lo cual obviamente no es aplicable a los bebés.
4. Se sabe que en tiempos post-apostólicos se introdujeron prácticas bautismales que eran propias del período apostólico. Una fue la costumbre de demorar el bautismo hasta que la muerte fuese inminente (por la noción errónea de que no tendría perdón ningún pecado cometido después del bautismo). Otra fue la introducción de un largo período de instrucción entre la profesión de fe y el rito bautismal, juntamente con complejos ritos carentes de respaldo neotestamentario. Por tanto, el solo hecho de que se practicase el bautismo infantil hacia fines del segundo o principios del tercer siglo no es fundamento suficiente como para considerar tal práctica de origen apostólico. La primera indicación clara acerca del bautismo infantil –a favor- se encuentra en el tratado sobre prácticas eclesiásticas de Hipólito de Roma titulado “La Tradición Apostólica” [8]. Pero la segunda alusión , en contra de tal práctica, aparece en el escrito deTertuliano de Cartago, “Sobre el bautismo” [9]. Ambos documentos datan del siglo III.

¿Qué significa el bautismo?

La significación del bautismo podría resumirse como sigue:

1. Es un acto de obediencia que todo cristiano debe tomar muy seriamente. Jesucristo mandó que todo aquel que llegase a ser su discípulo fuese bautizado (Mateo 28: 16-20).
2. Es un acto que expresa el propósito de ser limpio del pecado y puro para con Dios (1 Pedro 3:21).
3. Es un acto que nos identifica con Jesucristo en su muerte y en su nueva vida de resurrección (Romanos 6).
4. Es un acto que significa ser incorporado al Cuerpo de Cristo, la Iglesia, y da entrada a la paticipación plena en la fraternidad cristiana (Efesios 4:4-6).

Asimismo, y teniendo en cuenta todo lo anterior, el bautismo puede considerarse un testimonio público de nuestro compromiso de seguir a Cristo.

Relación entre la regeneración, el bautismo con agua y el bautismo en el Espíritu Santo

Ya que el bautismo es un signo externo de una gracia interior, no hay una relación simple y unívoca entre estos acontecimientos. En el Nuevo Testamento, quienes se arrepienten y creen en Cristo son bautizados, pero ya que tanto la confesión como el rito del bautismo en sí mismo son actos externos, ellos no garantizan de manera absoluta que la obra interna de la gracia esté presente. Por ejemplo, no fue así en el caso de Simón el Mago (Hechos 8:13-25). Los samaritanos fueron bautizados en agua primero y recibieron el Espíritu Santo después. Por el contrario, Cornelio y los suyos primero recibieron el Espíritu Santo y luego fueron bautizados.

Sin embargo, por el modo en que el asunto se presenta en la predicación apostólica, F.F. Bruce está en lo cierto al afirmar: “El bautismo es el signo externo y visible del arrepentimiento y la fe. En la era apostólica el signo externo estaba en general tan inmediatamente asociado con la gracia interior y espiritual que se podía hablar de ambos como partes componentes de una única experiencia, o por una especie de metonimia, lo que era estrictamente cierto de una podía predicarse de la otra.” [10]

Esto permite explicar pasajes como Hechos 22:16, donde Pablo narra su propia experiencia de conversión; se le dijo: “Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate, bautízate y lava tus pecados invocando su nombre.” Bruce observa: “Pablo, siendo un hombre inteligente, sabría que la aplicación externa de agua a su cuerpo no podría, en sí misma, quitar sus pecados; entendería que su bautismo en agua era la señal externa y visible de su purificación del pecado, interior y espiritual , por la gracia de Dios, una purificación que hizo propia por la fe.” [11]

De igual modo, Tito 3:4-7 puede entenderse en el mismo sentido: “Pero cuando se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor para con la humanidad, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración, y por la renovación en el Espíritu Santo [griego, dia loutrou palingenesias kai anakainöseös pneumatos hagiou], el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo, nuestro Salvador, para que, justificados por su gracia, llegáramos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. “ (ver también Romanos 5 y 8).

¿Es el bautismo necesario para la salvación?

La Iglesia Católica Apostólica Romana es el defensor más conspicuo de la noción de que el bautismo es necesario para la salvación. El reciente “Catecismo de la Iglesia Católica” (1992) afirma: “El santo Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el Espíritu (‘ vitae spiritualis ianua’) y la puerta que abre el acceso a otros sacramentos. Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión.” [12].

Según la doctrina romana, los sacramentos en general no son solamente signos externos de la gracia interior, sino que son los medios por los cuales se confiere la gracia; es decir que contienen en sí la gracia que simbolizan, cuando se los imparte y recibe apropiadamente [13]. En lo que se refiere al bautismo, el nuevo Catecismo sostiene que “El Señor mismo afirma que el Bautismo es necesario para la salvación (cf Jn 3,5).” [14]. Sin embargo, el sincero anhelo de ser bautizado es considerado equivalente, a los efectos de la salvación, al sacramento mismo en los casos en que éste es imposible. Tal el caso, por ejemplo, de quien muere mártir sin posibilidad de bautizarse –es el llamado “bautismo de sangre”- o el de un adulto que es impedido por la muerte o un obstáculo insuperable, pero que de veras deseaba bautizarse [15].

El problema del destino de los niñitos que mueren sin haber sido bautizados no es respondido de manera consistente por el romanismo. En efecto, el nuevo Catecismo afirma que la Iglesia “sólo puede confiarlos a la misericordia divina”, confiando “en que haya un camino de salvación para los niños que mueren sin Bautismo” [16]. Esta declaración es muy sorprendente, ya que por siglos se ha sostenido como doctrina de fe que “las almas que salen de esta vida en estado de pecado original están excluidas de la visión beatífica de Dios” [17].

En otras palabras que las almas de los niños que morían en pecado original –es decir, sin ser bautizados- quedaban excluidas de la bendición de contemplar a Dios. Adicionalmente, al menos dos concilios generales de occidente (llamados ecuménicos por Roma), a saber el IV Concilio de Lyon (1274) y el Concilio de Florencia (1438-1445) establecieron dogmáticamente que quienes mueren en pecado original van al infierno: “Pero las almas de aquellos que mueren en pecado mortal actual o con solo el original, bajan inmediatamente al infierno, para ser castigadas, si bien con penas diferentes” [18].


Hasta hace muy poco, se enseñaba que los niños sin bautizar iban a un lugar, el limbo (limbus infantium) donde podrían gozar la mayor felicidad natural, pero eran excluidos de la presencia de Dios. He aquí lo que dice un compendio publicado en 1973:

“EL LIMBO. – Los párvulos que han muerto sin el bautismo no van al paraíso terrenal (Benedicto XII, [Denzinger] 534), sino al llamado «limbo de los párvulos» (Pío VI, [Denzinger] 1526 ). Carecen de la visión de Dios, pero no sufren la pena de fuego (Inocencio III, [Denzinger] 410).” [19]

Sin embargo, ahora la Iglesia de Roma soslaya silenciosamente su enseñanza de siglos y se limita a declarar que solamente confía a los niñitos a la misericordia de Dios (Catecismo de la Iglesia Católica, # 1261). El hasta no hace mucho famoso limbo ni aparece en el índice alfabético del nuevo Catecismo firmado por Juan Pablo II.

En realidad. importantísimo como es el bautismo, en ninguna parte del Nuevo Testamento se lo declara como necesario para la salvación. Los requisitos que son consistentemente presentados como imprescindibles son el arrepentimiento del pecado y la fe en Jesucristo.


Apéndice: Juan 3:5

Este texto es el apoyo más importante para la doctrina de la regeneración bautismal, esto es, la noción de que el sacramento mismo del bautismo efectúa la regeneración o nuevo nacimiento en Cristo. Por tanto, es conveniente examinar cuidadosamente este texto.

“Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, dignatario de los judíos. Este vino a Jesús de noche y le dijo:
- Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.
Le respondió Jesús:
- De cierto, de cierto te digo que el que no nace de nuevo [o de lo alto] no puede ver el reino de Dios.
Nicodemo le preguntó:
- ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?
Respondió Jesús:
- De cierto, de cierto te digo que el que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: «Os es necesario nacer de nuevo». El viento sopla de donde quiere y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo aquel que nace del Espíritu.
Le preguntó Nicodemo:
- ¿Cómo puede hacerse esto?
Jesús le respondió:
- Tú, que eres maestro de Israel, ¿no sabes esto? ...” (Juan 3: 1-10).

El contexto inmediato de este encuentro es la primera Pascua celebrada durante el ministerio terrenal del Señor (Juan 2:13-25). Jesús acababa de anunciar veladamente su resurrección (versículo 19). Nicodemo se convenció de que Dios estaba con Cristo y fue a verle de noche.

Jesús le dijo que aquellos que desean entrar en el reino de Dios deben nacer “de nuevo” o “de lo alto.” El texto griego dice “ean më tis gennëthei anöthen” (si uno no recibe el nacimiento de lo alto, versículo 3) y “gennëthëi ex hydatos kai pneumatos” (nacimiento de agua y Espíritu, versículo 5). La palabra anöthen puede significar tanto “de nuevo” (Gálatas 4:9), como “de lo alto” (Santiago 1:17; 3: 15,17). Evidentemente Nicodemo entendió lo expresado por Jesús en el primer sentido, pero las palabras del Señor en el versículo 31 indican que él quiso decir primariamente “de lo alto.” En otros términos, nada menos que un nacimiento de lo alto, es decir, de Dios mismo, puede permitirle a alguien tener parte en el reino de los cielos.

El mismo pensamiento se encuentra en Juan 1:12-13, “Mas a todos los que le recibieron, a quienes creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Estos no nacieron de sangre, ni por voluntad de carne, ni por voluntad de varón, sino de Dios.” También aparece reiteradamente en la primera epístola de Juan (1 Juan 2:29; 3:9; 4:7; 5:1,4,18).
Quienes afirman que las palabras de Jesús eran fundamentalmente una referencia al bautismo con agua pasan por alto los siguientes hechos:

1. El propio bautismo de Jesús en ninguna parte se pone como modelo para el bautismo de sus discípulos. Como se demostró antes, el bautismo del Señor fue una señal de su identificación con la raza humana, preparatoria de la obra de redención que él cumpliría más tarde en la cruz.

2. Es notable que el Evangelio de Juan sea el único que no contiene un relato del hecho preciso del bautismo de Jesús. Por tanto, su propio bautismo no es parte del contexto inmediato del pasaje.

3. Jesús se dirigió a Nicodemo teniendo en cuenta que éste era un maestro, alguien bien versado en el Tánaj (el Antiguo Testamento: el Pentateuco, los Profetas y los Escritos). De aquí que la declaración del Señor de la absoluta necesidad de nacer del agua y del Espíritu debe entenderse en esta luz, y debería haber traído a la mente de Nicodemo textos como Zacarías 13:1; Jeremías 33:8; Isaías 43:20, 55: 1, y sobre todo Ezekiel 36: 25-27,

“Esparciré sobre vosotros agua limpia y seréis purificados de todas vuestras impurezas, y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis preceptos y los pongáis por obra.“

Mientras que el bautismo cristiano en agua no es enseñado como tal en el Antiguo Testamento, ningún escriba o maestro hebreo podría haber ignorado estos textos proféticos tan importantes acerca de la purificación espiritual. Por esta razón Jesús reconviene a Nicodemo de este modo: “Tú, que eres el maestro de Israel, ¿no sabes esto?” Como alguien que estaba bien versado en las Escrituras, era de esperarse que Nicodemo entendiese la alusión de inmediato.

En conclusión, las palabras de Jesús a Nicodemo no tienen como referencia primaria el bautismo en agua, sino la renovación espiritual anunciada por los profetas del Antiguo Testamento. Como notamos antes, este es un tema reiterado en los escritos de Juan. De igual modo, es significativo que también Pedro vincule el nuevo nacimiento o regeneración (griego anagennaö, “nacer de nuevo”) con el poder purificador de la Palabra de Dios antes que con el bautismo por inmersión en agua:

“Al obedecer a la verdad, mediante el Espíritu, habéis purificado vuestras almas para el amor fraternal no fingido. Amaos los unos a los otros entrañablemente, pues habéis renacido [anagegennëmenoi] , no de simiente corruptible. por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.” (1 Pedro 1: 22-23).

Asimismo el Apóstol Pablo, quien no bautizó a muchos cristianos en Corinto (1 Corintios 1:14-17), declaró enfáticamente “en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio” (1 Corintios 4:15).

Tal regeneración o nuevo nacimiento espiritual no es producido por el bautismo en agua; éste es un signo o sacramento de la regeneración, pero en modo alguno reemplaza, ni mucho menos produce, la gracia interior que representa.

Diciembre de 1999



Notas

[1] G.R. Beasley-Murray, Baptism. En Colin Brown, Ed.: New International Dictionary of New Testament Theology. Grand Rapids: Zondervan, 1975-1978, 1: 144.
[2] James C. Vanderkam, The Dead Sea Scrolls Today. Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 1994, p. 168-170.
[3] C. Perrot, Los movimientos bautistas. En Augustin George y Pierre Grelot, Dir.: Intoducción Crítica al Nuevo Testamento. Barcelona: Herder, 1983; 1: 177-180.
[4] Joachim Jeremias, Teología del Nuevo Testamento. I. La predicación de Jesús, 4ª Ed. Salamanca: Sígueme, 1980, p. 73-74.
[5] Oscar S. Brooks, The Drama of Decision: Baptism in the New Testament. Peabody: Hendrickson, 1987, p. 160.
[6] Donald Bridge y David Phypers, The Water that Divides – The Baptism Debate. Leicester: InterVarsity Press, 1977.
[7] Michael Green, Baptism: Its purpose, practice and power. Downers Grove: InterVarsity Press, 1987. Véase también Oscar Cullmann, Baptism in the New Testament (London: SCM Press, 1950) y Andrés Manrique. O.S.A., Teología Bíblica del Bautismo – Formulación de la Iglesia Primitiva (Madrid: Editorial Biblia y Fe, 1977).
[8] Hipólito de Roma, La Tradición Apostólica, 21 (61).
[9] Tertuliano, De Baptismo, 18.
[10] F.F. Bruce, Answers to questions. Exeter: The Paternoster Press, 1972, p. 76
[11] Ibid., p. 84.
[12] Catecismo de la Iglesia Católica. Edición preparada bajo la presidencia del Arzobispo José Manuel Estepa Llaurens. Santo Domingo: Librería Juan Pablo II, 1992, # 1213 (p. 284).
[13] “Si alguno dijere que los sacramentos de la Nueva Ley no contienen la gracia que significan, o que no confieren la gracia misma a los que no ponen óbice, como si sólo fueran signos externos de la gracia o justicia recibida por la fe y ciertas señales de la profesión cristiana, por las que se distinguen entre los hombres los fieles de los infieles, sea anatema.” (Concilio de Trento, Sesión VII del 3 de marzo de 1547; Cánones sobre los sacramentos en general, Canon 6). Según Enrique Denzinger, El Magisterio de la Iglesia – Manual de los símbolos, definiciones y declaraciones de la Iglesia en materia de fe y costumbres. Traducción de Daniel Ruiz Bueno. Barcelona: Herder, 1963, # 849 (p. 241).
[14] Catecismo de la Iglesia Católica, # 1257 (p. 292).
[15] Ibid, # 1258-1260 (p. 292- 293).
[16] Ibid., # 1261 (p. 293).
[17] Ludwig Ott, Manual de Teología Dogmática, 6ª Ed. Barcelona: Herder, 1969, p. 191-192.
[18] Eugenio IV – Concilio de Florencia; Decreto para los griegos de la Bula “Laetentur coeli” del 6 de julio de 1439; Denzinger # 693 (p. 201).
[19] Antonio Royo Marín, O.P., La Fe de la Iglesia – Lo que ha de creer el cristiano de hoy, 2ª Ed. Madrid: BAC, 1973, # 352 (p. 232).
 
OTRO EJEMPLO DE CAMBIO EN LA DOCTRINA

OTRO EJEMPLO DE CAMBIO EN LA DOCTRINA

Originalmente enviado por: Jaimito


(Rom 5:14)

Los bebés no han cometido transgresión como Adán, pero la muerte reina sobre ellos...

No es necesario pecar para que la muerte reine en nosotros.

Pablo dice: EN ADAN MUEREN TODOS...

Lo bebés también?...TODOS.


Cuando Moisés levantó la serpiente en el desierto, para que los israelitas se salvaran de las mortales mordeduras... ¿Se excluían los niños? ¿No atacaban a todos las serpientes?

En el rito de la circunsición, figura que anunciaba el bautismo, ¿se excluían los niños?

Cuando Noe y los suyos se salvaron en las aguas del diluvio, simbolo citado por el mismo Pedro en referencia a las aguas bautismales, ¿acaso los niños estaban excluídos del exterminio?

Hermanos, si no quedan claras las palabras del Nuevo Testamento, acudid a las figuras del Antíguo Testamento que anunciaban el Bautismo y la salvación.

Si aún no quedan claras, recurrid a la Iglesia Primitiva.... Pero ya sé: eso no les gusta. Pero en ella también en ella encontramos esta enseñanza.

Bendiciones.


Durante siglos, la Iglesia Católica enseñó que quienes morían sin bautismo no podían ir al cielo. En su carta Maiore Ecclesiae causas de 1201 decía Inocencio III, hablando del bautismo de niños pequeños:

El pecado es doble: original y actual ... La pena del pecado original es la carencia de la visión de Dios; la pena del pecado actual es el tormento del infierno eterno.

Denzinger # 410

Algo más de un siglo más tarde enseñaba Juan XXII (papa 1316-1334) en la carta Nequaquam sine dolore a los armenios:

Enseña la Iglesia Romana que las almas de aquellos que salen del mundo en pecado mortal o sólo con el pecado original, bajan inmediatamente al infierno, para ser, sin embargo, castigados con penas distintas y en lugares distintos.

Denzinger # 493 a

En general los teólogos concordaban en que el castigo del limbo era principal o exclusivamente la privación de la visión beatífica de Dios.

Y en la Constitución Auctorem Fidei del 28 de agosto de 1794, Pío VI condenaba, entre otros supuestos errores del Sínodo de Pistoya, el referido al destino de los que mueren con sólo el pecado original:

La doctrina que reprueba como fábula pelagiana el lugar de los infiernos (al que corrientemente designan los fieles con el nombre de limbo de los párvulos), en que las almas de los que mueren con sola la culpa original son castigadas con pena de daño sin la pena de fuego ... es falsa, temeraria e injuriosa contra las escuelas católicas.

Denzinger # 1526

En el artículo Limbo de The Catholic Encyclopedia (vol. 9, 1910) Patrick J. Toner explica:

El Nuevo Testamento no contiene una afirmación definida de tipo positivo con respecto a la porción de aquellos que mueren en pecado original sin estar cargados con grave culpa personal. Pero, al insistir en la absoluta necesidad de ser «nacido de nuevo del agua y del Espíritu Santo» (Juan 3:15) para la entrada en el reino de los cielos ... Cristo con suficiente claridad implica que los hombres son nacidos en este mundo en un estado de pecado, y la enseñanza de San Pablo al mismo efecto es muy explícita (Romanos 5:12ss). Por otra parte, es claro de la Escritura y de la Tradición católica que los medios de regeneración provistos para esta vida no permanecen disponibles después de la muerte, de modo que aquellos que mueren no regenerados son eternamente excluidos de la felicidad sobrenatural de la visión beatífica (Juan 9:4; Lucas 12:40; 16:19ss; 2 Corintios 5:10 ...). Surge por tanto la pregunta de si, en ausencia de una clara revelación positiva sobre el asunto, debamos en conformidad con los principios católicos creer sobre el destino eterno de tales personas. Puede ahora decirse con confianza que, como resultado de siglos de especulación sobre el tema, debemos creer que estas almas gozan y eternamente gozarán un estado de perfecta felicidad natural; y esto es lo que los católicos usualmente significan cuando hablan del limbus infantum, el «limbo de los niños».


A pesar de la confianza de este autor, ocurre que algunas décadas más tarde, el nuevo Catecismo de la Iglesia Católica omitió toda alusión al limbus infantum y, contradiciendo implícitamente lo que hasta ese entonces se había considerado una doctrina establecida, se contenta con afirmar:

1261 En cuanto a los niños muertos sin Bautismo, la Iglesia sólo puede confiarlos a la misericordia divina, como lo hace en el rito de las exequias por ellos. En efecto, la gran misericordia de Dios, que quiere que todos los hombres se salven (cf 1 Tim 2,4) y la ternura de Jesús con los niños, que le hizo decir: «Dejad que los niños se acerquen a mí, no se lo impidáis» (Mc 10,14), nos permiten confiar en que haya un camino de salvación para los niños que mueren sin Bautismo...


Parece que se ha recorrido un largo camino entre las enseñanzas de los papas Inocencio III, Juan XXII y Pío VI y lo que hoy enseña la misma Iglesia Católica.


Bendiciones en Cristo

Jetonius

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Parece que se ha recorrido un largo camino entre las enseñanzas de los papas Inocencio III, Juan XXII y Pío VI y lo que hoy enseña la misma Iglesia Católica.


Bendiciones en Cristo

Jetonius

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Entonces...............


¿ No es cierto el "slogan" : Roma semper idem ?
 
sr Jetonius...

sr Jetonius...

Querido hermano Jetonius,me va a "matar"con tanta letra,pero bueno lo he pasado a una cosa que se llama Word y lo voy a leer,no se si EL me dará permiso para contestarle;por cierto he visto la foto de su familia y son todos ustedes guapos,un saludo a su señora e hijos en el Señor,!El les prospera y les cuida!,cordial saludo.

PD.Con la Biblia no me caso y la entiendo,pero con aportaciones de tanta letra lo paso mal.
 
Re: sr Jetonius...

Re: sr Jetonius...

Originalmente enviado por: MANUEL MORA
Querido hermano Jetonius,me va a "matar"con tanta letra,pero bueno lo he pasado a una cosa que se llama Word y lo voy a leer,no se si EL me dará permiso para contestarle;por cierto he visto la foto de su familia y son todos ustedes guapos,un saludo a su señora e hijos en el Señor,!El les prospera y les cuida!,cordial saludo.

PD.Con la Biblia no me caso y la entiendo,pero con aportaciones de tanta letra lo paso mal.

Querido hermano Manuel:

Ya sabemos que "la letra mata" ... y las muchas letras, pues, rematan.

:D

Pero fue usted quien solicitó opinión.


Supongo que no quiso decir "Con la Biblia no me caso", sino "Con la Biblia no me canso". ;)

Gracias por su cumplido sobre mi familia y sus saludos.

Dios le bendiga

Jetonius

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sr.Jetunius....

sr.Jetunius....

ja,ja,ja,ja, me rio sin malicia,es que he comido un plato de acelgas con carne y un vasito de vino(el cual no deben beber los menores de 20),y estoy con la digestión,...no es "caso"es "canso",un fuerte abrazo hermano.
 
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Re: ¿Bautismo de adultos o bautismo de infantes?
quote:

Originalmente enviado por: MANUEL MORA
Queridos hermanos y amigos,he analizado lo mejor que he podido las dos opciones y en las dos me parece ver base escritural;también tengo comunión con hermanos evangélicos en las dos modalidades.Deseo y ruego al Señor una mayor unidad entre ambos,¿que opinión tienen ustedes?,¿me pueden ayudar con sus aportaciones?.

Que Dios les bendiga.Gracias.



Hola hermano Manuel...

En respuesta a su pedido, tal vez le resulte útil este antiguo aporte mío.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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BAUTISMO


El verbo griego baptizö es una forma intensiva de baptö y significa primariamente “sumergir”; secundariamente puede significar “lavar” o “hacer perecer.” En la antigua versión griega del Antiguo Testamento, la Septuaginta, se emplea de la inmersión séptuple de Naamán el sirio en las aguas del Jordán (2 Reyes 5:14).
RESPUESTA:
¿En pentecostés y cuando eran mas de tres mil,fueron bautizados por ¿inmersión?o por ¿aspersión?,!quien lo sabe!
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G.R. Beasley-Murray explica: “Pese a las afirmaciones contrarias, parece que baptizö, tanto en contextos judíos como cristianos, normalmente significaba ‘sumergir’ y que aún cuando se tornó un término técnico para el bautismo, la idea de inmersión permanece... Los usos metafóricos del término en el Nuevo Testamento parecen dar esto por sentado; por ejemplo, la profecía de que el Mesías bautizaría en Espíritu [Santo] y fuego, como un líquido (Mateo 3:11), el “bautismo” de los israelitas en la nube y el mar (1 Corintios 10:2) y la noción de la muerte de Jesús como un bautismo (Marcos 10:38-39, baptisma; Lucas 12:50...). La representación paulina del bautismo como la sepultura y la resurrección con Cristo es consistente con esta opinión, aunque no la exija.” [1].
RESPUESTA:
No se quién es Beasley y si no molesto a nadie tampoco me preocupa,no obstante y siendo muy cierto lo que usted dice hermano Jetonius,le comento que nada de esto va dirigido a la cantidad de agua,pues si no tendríamos que pensar que los israelitas se tendrian que haber ahogado,y esto del ahogamiento es cosa aborrecible al Señor.
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El bautismo de Juan

El antecedente inmediato del bautismo cristiano es el bautismo que realizaba Juan hijo de Zacarías, más conocido como Juan el bautista. A su vez, Juan podría haber sido influenciado por los lavamientos ceremoniales de los grupos predominantes del judaísmo o de Qumran (esenios, secta del Mar Muerto).
RESPUESTA:
En el bautismo de Juan¿qué pasaría ¿si uno por descuido dejó la cabeza o las manos fuera?
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Sin embargo, esta clase de limpieza ritual no se realizaba una única vez, sino de manera reiterada y periódica [2]. Un antecedente más interesante o al menos un paralelo (no está claro cual vino primero) es el bautismo de los prosélitos, es decir, de personas de origen gentil que se convertían al judaísmo [3]. Allá por el primer siglo de nuestra era, cuando los judíos habían adoptado una decidida actitud proselitista (ver Mateo 23:15) los convertidos de la gentilidad que se convertían no solamente debían ser circuncidados como mandaba la Ley a todos los varones, sino que además se les exigía un lavamiento o bautismo, el cual simbolizaba la limpieza de la inmundicia pagana.
RESPESTA:
Pues si no está claro,no está claro;es posible aquí la aspersión,¿o no?.

El desafío impuesto por el bautismo de Juan es que él no solamente llamaba a los prosélitos, sino y muy particularmente a los judíos de nacimiento, a bautizarse. Juan estaba diciendo con esto que no sólo los paganos, sino también los “hijos de Abraham” debían arrepentirse y volverse a Dios. El bautismo de Juan fue entonces, sobre todo, un llamado al arrepentimiento por los pecados (Mateo 3:11 y paralelos) y una expresión del anhelo de ser perdonado por Dios.
RESPUESTA:
No hubo otro mayor nacido de mujer que Juan ,pero mayores obras haceis vosotros porque Yo(dice el Señor)voy al Padre,y tambien Pablo dice ¡!menos mal que no bauticé a ninguno!y considera el bautismo rechazable respecto a la calidad divisoria y superior(ceremonialmente hablando)que algunos querian dar¿o no?
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¿Por qué era esto necesario? Porque, como Pablo diría más tarde, “todos pecaron” , y a Juan se le había dado la misión de ser el precursor del Mesías y el heraldo del reino de los cielos (Mateo 3:1-3; Juan 1: 15-23). La predicación y el bautismo de Juan fueron por tanto una preparación para la manifestación definitiva de Dios en gloria para traer recompensa y juicio, y todos debían prepararse para este acontecimiento que Juan describió como un bautismo con el Espíritu Santo y con fuego (Mateo 3: 7-12).
RESPUESTA:
Usted querido hermano da una calidad al bautismo que la Biblia no reconoce.
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A la luz de lo que precede, parece extraño que Jesús le pidiese a Juan que lo bautizase, y el primero en sorprenderse fue el mismo Juan. Sin embargo, la razón de la solicitud de Jesús ha de hallarse en su identificación con aquéllos a quienes venía a salvar. Había nacido de mujer, y bajo la Ley (Gálatas 4:4) y dio este paso “para que se cumpla toda justicia” (Mateo 3:15). En este acontecimiento fundamental, Jesús, quien jamás pecó (2 Corintios 5:21; Hebreos 4:15), se identificó a sí mismo con la humanidad pecaminosa y de este modo inició formalmente su ministerio. Esto queda claro por lo que aconteció inmediatamente después del bautismo de Jesús: Fue declarado por el Padre como su Hijo amado y ungido por el Espíritu Santo (Mateo 3:17). La Voz celestial le declaró Rey Mesías y Siervo sufriente; cf. Salmo 2:7 e Isaías 42:1. Es significativo que cuando la autoridad de Jesús fue cuestionada, él respondió con otra pregunta: “El bautismo de Juan, ¿era de Dios o de los hombres?” (Marcos 11: 27-33 y paralelos). Esta no fue una manera astuta de evadir la pregunta “¿Con qué autoridad haces esto?” , sino que tenía una relación crucial con ella, Si el bautismo de Juan era del cielo, la inescapable conclusión sería que la autoridad de Jesús provenía de la misma fuente, ya que la unción de Jesús ocurrió tras haber sido bautizado por Juan [4].
RESPUESTA:
Ni usted ni yo somos Jesús ,sino imitadores en la medida que El es imitado por sus apóstole,es distinto.
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El bautismo cristiano

En su carácter de último y más grande de los profetas en sentido veterotestamentario, Juan anunció el juicio venidero. Juan proclamó lo que Dios le dijo que proclamase. Y desde luego, estaba en lo cierto. Pero Jesús introduce un nuevo elemento, el cual ciertamente estaba presente en la profecía del Antiguo Testamento (Isaías 42, 49, 50, 53) pero no había sido entendido por los judíos, a saber: que el reino de los cielos no habría de ser introducido con la violencia de un conquistador guerrero, sino a través de la obra de un humilde Siervo. Y este Siervo, que no era otro que Jesús mismo, debía someterse a otro “bautismo” del cual el de Juan no fue sino una señal (Lucas 12: 49-50). Él hablaba, claro está, de su sacrificio en la cruz.
RESPUESTA:
Completamente de acuerdo con usted.¿Mas en que tiene esto relación con las doctrinas de bautismos?
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Luego de resucitar, Jesucristo les dijo a sus discípulos:

“Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado. Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28: 18-20).
RESPUESTA:
Completamente de acuerdo,lo dice Dios y es así,mas prevea que esto está dirigido mas con el contenido que con la forma;pues si alguien está bautizado en la romana también es hecho así,¿o no?.
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Jesucristo anunció también el bautismo en el Espíritu Santo, que habría de superar el bautismo de Juan (Hechos 1:5). Desde luego, esto no descarta simplemente el bautismo cristiano en agua, pero le otorga una nueva e insospechada significación: Como Jesús se identificó a sí mismo con nosotros en el bautismo de Juan, nosotros debemos identificarnos con Él mediante el bautismo cristiano (Romanos 6, etc.).
RESPUESTA:
Si ,significación por El Espíritu de Dios,mas no por el agua,que agua es,¿o no?.
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¿Quién debe bautizarse?

Es claro que todos cuanto crean en Cristo deben bautizarse. Aquellos que llegan a ser sus discípulos deben ser bautizados y se les debe ensañar todo lo que Jesús mandó (Mateo 28: 16- 20). Después de que Pedro hubo proclamado las buenas nuevas de salvación en el día de Pentecostés, les preguntaron a él y a los demás Apóstoles: “Hermanos, ¿qué haremos?”. La respuesta de Pedro fue: “Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2: 37-38). Como dice Brooks:

“Los sermones cristianos más primitivos, ..., convocaron al bautismo como el acto externo que representaba la decisión interna. La exigencia de Pedro del bautismo [cristiano] tenía continuidad con el bautismo de Juan pues ambos expresaban la nueva relación del individuo con Dios y su reino. La diferencia significativa, empero, era la relación que Pedro estableció con la vida, la muerte y la resurrección de Jesús.” [5]
RESPUESTA:
¿cómo sabe usted que en Pentecostés no habia niños de teta?
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La misma secuencia, es decir, primero creer y a continuación ser bautizado, se observa en Samaria y en el caso del ministro etíope (Hechos 8:12, 26-39). Lo mismo se observa luego de que Pedro predicase el Evangelio en casa del centurión Cornelio (Hechos 10: 44-48). Allí el Apóstol exclamó: “¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo lo mismo que nosotros?”
RESPUESTA:
El etiope era adulto y no hay duda al respecto;sospecho que mezcla pentecostés con el etiope para llevarnos a una decisión final sobre la base de algo diferenciado.
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¿Qué hay del bautismo de bebés?

En comparación con el claro mandato de bautizarse para quienes se arrepienten y creen en Jesús, la cuestión de si los niños demasiado pequeños como para entender el Evangelio han de ser bautizados. Este ha sido tema de controversia por siglos [6].

Debe tenerse en cuenta que la mayor parte de las Iglesias cristianas históricas, como la de Roma, las Orientales, la Luterana, la Reformada, la Presbiteriana y otras, practican el bautismo infantil. Una de las mejores defensas del bautismo infantil es la escrita por Michael Green [7]. Los principales argumentos a favor de esta práctica son:

1. El bautismo es un signo o sacramento del Nuevo Pacto, como la circuncisión lo era del Antiguo Pacto. Ya que todos los bebés varones eran circuncidados, de igual modo y por analogía todos los hijos de cristianos deben ser bautizados.
2. Jesús llamó hacia sí a los niños pequeños y amonestó con extrema severidad a los discípulos por intentar impedírselo (Marcos 10: 13-16).
3. En el libro de Hechos hay varios casos de personas que creyeron y se dice que fueron bautizados “con toda su casa” (Lydia, Hechos 16: 14-15; el carcelero de Filipos, Hechos 16: 30-34); compárese también 1 Corintios 1:16, “la casa de Estéfanas.”
4. El bautismo infantil es testimoniado en la Iglesia por lo menos a partir de principios del tercer siglo, y es practicado por muchas denominaciones cristianas.
RESPUESTA:
Perdón señor no es del nuevo pacto,sino del Pacto Eterno,que es distinto,en el cual están incluidos los niños de teta.

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Por otra parte, quienes nos oponemos al bautismo infantil señalamos que:


1. El Nuevo Pacto tiene tanto similitudes como diferencias con el Antiguo Pacto. Por tanto, hay que ser muy cauteloso con el razonamiento por analogía. Por ejemplo, una diferencia obvia es que la circuncisión era aplicable sólo a los varones, en tanto que el bautismo cristiano es para hombres y mujeres por igual. Además, los mismos que invocan esta analogía habitualmente rechazan la noción de que el bautismo deba diferirse, como la circuncisión, hasta el octavo día de vida. Finalmente, si bien los hijos de padres cristianos en un sentido participan de las bendiciones de éstos (Hechos 2:38; 1 Corintios 7:14), no queda en absoluto claro que ello sólo se cumpla a condición de que los niños sean bautizados.
2. Jesús ciertamente llamó hacia sí a los niñitos, pero no los bautizó ni mandó que fuesen bautizados. De hecho, es obvio y sugestivo que no existe ninguna instrucción explícita acerca del bautismo infantil en todo el Nuevo Testamento. Quienes propician esta práctica deben basarse en conjeturas y presuposiciones.
3. Hay que notar que en los textos que hablan de Lidia, Cornelio o Estéfanas la palabra griega oikia (“casa” indica más que los familiares, ya que habitualmente se incluye también los sirvientes. Quienes propician el bautismo infantil suponen que había pequeñitos en las “casas” de Lidia, Cornelio o Estéfanas, pero no hay ningún indicio cierto de que esto fuese así. Nada sabemos del estado civil de Lidia. En casa de Cornelio, Pedro dijo que debían bautizarse quienes habían creído, y sobre quienes había manifiestamente descendido el Espíritu Santo. Ignoramos si el carcelero de Filipos tenía hijos y si así era, qué edades tenían. De todos modos, Lucas afirma en Hechos 16:34 que el hombre se regocijó “con toda su casa que había creído en Dios”, lo cual obviamente no es aplicable a los bebés.
4. Se sabe que en tiempos post-apostólicos se introdujeron prácticas bautismales que eran propias del período apostólico. Una fue la costumbre de demorar el bautismo hasta que la muerte fuese inminente (por la noción errónea de que no tendría perdón ningún pecado cometido después del bautismo). Otra fue la introducción de un largo período de instrucción entre la profesión de fe y el rito bautismal, juntamente con complejos ritos carentes de respaldo neotestamentario. Por tanto, el solo hecho de que se practicase el bautismo infantil hacia fines del segundo o principios del tercer siglo no es fundamento suficiente como para considerar tal práctica de origen apostólico. La primera indicación clara acerca del bautismo infantil –a favor- se encuentra en el tratado sobre prácticas eclesiásticas de Hipólito de Roma titulado “La Tradición Apostólica” [8]. Pero la segunda alusión , en contra de tal práctica, aparece en el escrito deTertuliano de Cartago, “Sobre el bautismo” [9]. Ambos documentos datan del siglo III.
RESPUESTA:
Creo que es un error dividir entre antiguo y nuevo Pacto;solo hay UN PACTO ETERNO,si el Señor no indicó explicitamente el bautismo de infantes,tampoco lo prohibe¿o no?.
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¿Qué significa el bautismo?

La significación del bautismo podría resumirse como sigue:

1. Es un acto de obediencia que todo cristiano debe tomar muy seriamente. Jesucristo mandó que todo aquel que llegase a ser su discípulo fuese bautizado (Mateo 28: 16-20).
2. Es un acto que expresa el propósito de ser limpio del pecado y puro para con Dios (1 Pedro 3:21).
3. Es un acto que nos identifica con Jesucristo en su muerte y en su nueva vida de resurrección (Romanos 6).
4. Es un acto que significa ser incorporado al Cuerpo de Cristo, la Iglesia, y da entrada a la paticipación plena en la fraternidad cristiana (Efesios 4:4-6).

Asimismo, y teniendo en cuenta todo lo anterior, el bautismo puede considerarse un testimonio público de nuestro compromiso de seguir a Cristo.

Relación entre la regeneración, el bautismo con agua y el bautismo en el Espíritu Santo

Ya que el bautismo es un signo externo de una gracia interior, no hay una relación simple y unívoca entre estos acontecimientos. En el Nuevo Testamento, quienes se arrepienten y creen en Cristo son bautizados, pero ya que tanto la confesión como el rito del bautismo en sí mismo son actos externos, ellos no garantizan de manera absoluta que la obra interna de la gracia esté presente. Por ejemplo, no fue así en el caso de Simón el Mago (Hechos 8:13-25). Los samaritanos fueron bautizados en agua primero y recibieron el Espíritu Santo después. Por el contrario, Cornelio y los suyos primero recibieron el Espíritu Santo y luego fueron bautizados.

Sin embargo, por el modo en que el asunto se presenta en la predicación apostólica, F.F. Bruce está en lo cierto al afirmar: “El bautismo es el signo externo y visible del arrepentimiento y la fe. En la era apostólica el signo externo estaba en general tan inmediatamente asociado con la gracia interior y espiritual que se podía hablar de ambos como partes componentes de una única experiencia, o por una especie de metonimia, lo que era estrictamente cierto de una podía predicarse de la otra.” [10]

Esto permite explicar pasajes como Hechos 22:16, donde Pablo narra su propia experiencia de conversión; se le dijo: “Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate, bautízate y lava tus pecados invocando su nombre.” Bruce observa: “Pablo, siendo un hombre inteligente, sabría que la aplicación externa de agua a su cuerpo no podría, en sí misma, quitar sus pecados; entendería que su bautismo en agua era la señal externa y visible de su purificación del pecado, interior y espiritual , por la gracia de Dios, una purificación que hizo propia por la fe.” [11]

De igual modo, Tito 3:4-7 puede entenderse en el mismo sentido: “Pero cuando se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor para con la humanidad, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración, y por la renovación en el Espíritu Santo [griego, dia loutrou palingenesias kai anakainöseös pneumatos hagiou], el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo, nuestro Salvador, para que, justificados por su gracia, llegáramos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. “ (ver también Romanos 5 y 8).
RESPUESTA:
Usted mezcla el poder de la Bendita Sangre de Cristo,con el “poder”del bautismo,e introduce para reseñar su postura el Bautismo del Espíritu Santo,que es inherente al Bautismo de Cristo, me resulta desdeñable,no usted,sino lo que dice.
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¿Es el bautismo necesario para la salvación?

La Iglesia Católica Apostólica Romana es el defensor más conspicuo de la noción de que el bautismo es necesario para la salvación. El reciente “Catecismo de la Iglesia Católica” (1992) afirma: “El santo Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el Espíritu (‘ vitae spiritualis ianua’ y la puerta que abre el acceso a otros sacramentos. Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión.” [12].

Según la doctrina romana, los sacramentos en general no son solamente signos externos de la gracia interior, sino que son los medios por los cuales se confiere la gracia; es decir que contienen en sí la gracia que simbolizan, cuando se los imparte y recibe apropiadamente [13]. En lo que se refiere al bautismo, el nuevo Catecismo sostiene que “El Señor mismo afirma que el Bautismo es necesario para la salvación (cf Jn 3,5).” [14]. Sin embargo, el sincero anhelo de ser bautizado es considerado equivalente, a los efectos de la salvación, al sacramento mismo en los casos en que éste es imposible. Tal el caso, por ejemplo, de quien muere mártir sin posibilidad de bautizarse –es el llamado “bautismo de sangre”- o el de un adulto que es impedido por la muerte o un obstáculo insuperable, pero que de veras deseaba bautizarse [15].
RESPUESTA:
Completamente de acuerdo con usted,tal doctrina no es escritural,¿pero no contiene la de ustedes similitud parcial con ella?.
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El problema del destino de los niñitos que mueren sin haber sido bautizados no es respondido de manera consistente por el romanismo. En efecto, el nuevo Catecismo afirma que la Iglesia “sólo puede confiarlos a la misericordia divina”, confiando “en que haya un camino de salvación para los niños que mueren sin Bautismo” [16]. Esta declaración es muy sorprendente, ya que por siglos se ha sostenido como doctrina de fe que “las almas que salen de esta vida en estado de pecado original están excluidas de la visión beatífica de Dios” [17].

En otras palabras que las almas de los niños que morían en pecado original –es decir, sin ser bautizados- quedaban excluidas de la bendición de contemplar a Dios. Adicionalmente, al menos dos concilios generales de occidente (llamados ecuménicos por Roma), a saber el IV Concilio de Lyon (1274) y el Concilio de Florencia (1438-1445) establecieron dogmáticamente que quienes mueren en pecado original van al infierno: “Pero las almas de aquellos que mueren en pecado mortal actual o con solo el original, bajan inmediatamente al infierno, para ser castigadas, si bien con penas diferentes” [18].


Hasta hace muy poco, se enseñaba que los niños sin bautizar iban a un lugar, el limbo (limbus infantium) donde podrían gozar la mayor felicidad natural, pero eran excluidos de la presencia de Dios. He aquí lo que dice un compendio publicado en 1973:

“EL LIMBO. – Los párvulos que han muerto sin el bautismo no van al paraíso terrenal (Benedicto XII, [Denzinger] 534), sino al llamado «limbo de los párvulos» (Pío VI, [Denzinger] 1526 ). Carecen de la visión de Dios, pero no sufren la pena de fuego (Inocencio III, [Denzinger] 410).” [19]

Sin embargo, ahora la Iglesia de Roma soslaya silenciosamente su enseñanza de siglos y se limita a declarar que solamente confía a los niñitos a la misericordia de Dios (Catecismo de la Iglesia Católica, # 1261). El hasta no hace mucho famoso limbo ni aparece en el índice alfabético del nuevo Catecismo firmado por Juan Pablo II.

En realidad. importantísimo como es el bautismo, en ninguna parte del Nuevo Testamento se lo declara como necesario para la salvación. Los requisitos que son consistentemente presentados como imprescindibles son el arrepentimiento del pecado y la fe en Jesucristo.
RESPUESTA:
Limbo=cuentos de caminos eclesiasticos que no son de Dios nuestro Señor.
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Apéndice: Juan 3:5

Este texto es el apoyo más importante para la doctrina de la regeneración bautismal, esto es, la noción de que el sacramento mismo del bautismo efectúa la regeneración o nuevo nacimiento en Cristo. Por tanto, es conveniente examinar cuidadosamente este texto.

“Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, dignatario de los judíos. Este vino a Jesús de noche y le dijo:
- Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.
Le respondió Jesús:
- De cierto, de cierto te digo que el que no nace de nuevo [o de lo alto] no puede ver el reino de Dios.
Nicodemo le preguntó:
- ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?
Respondió Jesús:
- De cierto, de cierto te digo que el que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: «Os es necesario nacer de nuevo». El viento sopla de donde quiere y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo aquel que nace del Espíritu.
Le preguntó Nicodemo:
- ¿Cómo puede hacerse esto?
Jesús le respondió:
- Tú, que eres maestro de Israel, ¿no sabes esto? ...” (Juan 3: 1-10).

El contexto inmediato de este encuentro es la primera Pascua celebrada durante el ministerio terrenal del Señor (Juan 2:13-25). Jesús acababa de anunciar veladamente su resurrección (versículo 19). Nicodemo se convenció de que Dios estaba con Cristo y fue a verle de noche.

Jesús le dijo que aquellos que desean entrar en el reino de Dios deben nacer “de nuevo” o “de lo alto.” El texto griego dice “ean më tis gennëthei anöthen” (si uno no recibe el nacimiento de lo alto, versículo 3) y “gennëthëi ex hydatos kai pneumatos” (nacimiento de agua y Espíritu, versículo 5). La palabra anöthen puede significar tanto “de nuevo” (Gálatas 4:9), como “de lo alto” (Santiago 1:17; 3: 15,17). Evidentemente Nicodemo entendió lo expresado por Jesús en el primer sentido, pero las palabras del Señor en el versículo 31 indican que él quiso decir primariamente “de lo alto.” En otros términos, nada menos que un nacimiento de lo alto, es decir, de Dios mismo, puede permitirle a alguien tener parte en el reino de los cielos.
RESPUESTA:
Pero aquí no dice nada de inmersión o aspersión.
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El mismo pensamiento se encuentra en Juan 1:12-13, “Mas a todos los que le recibieron, a quienes creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Estos no nacieron de sangre, ni por voluntad de carne, ni por voluntad de varón, sino de Dios.” También aparece reiteradamente en la primera epístola de Juan (1 Juan 2:29; 3:9; 4:7; 5:1,4,18).
Quienes afirman que las palabras de Jesús eran fundamentalmente una referencia al bautismo con agua pasan por alto los siguientes hechos:

1. El propio bautismo de Jesús en ninguna parte se pone como modelo para el bautismo de sus discípulos. Como se demostró antes, el bautismo del Señor fue una señal de su identificación con la raza humana, preparatoria de la obra de redención que él cumpliría más tarde en la cruz.

2. Es notable que el Evangelio de Juan sea el único que no contiene un relato del hecho preciso del bautismo de Jesús. Por tanto, su propio bautismo no es parte del contexto inmediato del pasaje.

3. Jesús se dirigió a Nicodemo teniendo en cuenta que éste era un maestro, alguien bien versado en el Tánaj (el Antiguo Testamento: el Pentateuco, los Profetas y los Escritos). De aquí que la declaración del Señor de la absoluta necesidad de nacer del agua y del Espíritu debe entenderse en esta luz, y debería haber traído a la mente de Nicodemo textos como Zacarías 13:1; Jeremías 33:8; Isaías 43:20, 55: 1, y sobre todo Ezekiel 36: 25-27,

“Esparciré sobre vosotros agua limpia y seréis purificados de todas vuestras impurezas, y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis preceptos y los pongáis por obra.“

Mientras que el bautismo cristiano en agua no es enseñado como tal en el Antiguo Testamento, ningún escriba o maestro hebreo podría haber ignorado estos textos proféticos tan importantes acerca de la purificación espiritual. Por esta razón Jesús reconviene a Nicodemo de este modo: “Tú, que eres el maestro de Israel, ¿no sabes esto?” Como alguien que estaba bien versado en las Escrituras, era de esperarse que Nicodemo entendiese la alusión de inmediato.

En conclusión, las palabras de Jesús a Nicodemo no tienen como referencia primaria el bautismo en agua, sino la renovación espiritual anunciada por los profetas del Antiguo Testamento. Como notamos antes, este es un tema reiterado en los escritos de Juan. De igual modo, es significativo que también Pedro vincule el nuevo nacimiento o regeneración (griego anagennaö, “nacer de nuevo” con el poder purificador de la Palabra de Dios antes que con el bautismo por inmersión en agua:

“Al obedecer a la verdad, mediante el Espíritu, habéis purificado vuestras almas para el amor fraternal no fingido. Amaos los unos a los otros entrañablemente, pues habéis renacido [anagegennëmenoi] , no de simiente corruptible. por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.” (1 Pedro 1: 22-23).

Asimismo el Apóstol Pablo, quien no bautizó a muchos cristianos en Corinto (1 Corintios 1:14-17), declaró enfáticamente “en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio” (1 Corintios 4:15).

Tal regeneración o nuevo nacimiento espiritual no es producido por el bautismo en agua; éste es un signo o sacramento de la regeneración, pero en modo alguno reemplaza, ni mucho menos produce, la gracia interior que representa.
RESPUESTA:
Muy bién y de acuerdo en todo,pero “ESPARCIRE”no es necesariamente “sumergiré”,aunque esta opción se acepta ,pero no como rutina liturgica única,pues Dios es mucho mas “PRACTICO”que todo eso, y desde luego no quiere ahogarnos.

Diciembre de 1999



Notas

[1] G.R. Beasley-Murray, Baptism. En Colin Brown, Ed.: New International Dictionary of New Testament Theology. Grand Rapids: Zondervan, 1975-1978, 1: 144.
[2] James C. Vanderkam, The Dead Sea Scrolls Today. Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 1994, p. 168-170.
[3] C. Perrot, Los movimientos bautistas. En Augustin George y Pierre Grelot, Dir.: Intoducción Crítica al Nuevo Testamento. Barcelona: Herder, 1983; 1: 177-180.
[4] Joachim Jeremias, Teología del Nuevo Testamento. I. La predicación de Jesús, 4ª Ed. Salamanca: Sígueme, 1980, p. 73-74.
[5] Oscar S. Brooks, The Drama of Decision: Baptism in the New Testament. Peabody: Hendrickson, 1987, p. 160.
[6] Donald Bridge y David Phypers, The Water that Divides – The Baptism Debate. Leicester: InterVarsity Press, 1977.
[7] Michael Green, Baptism: Its purpose, practice and power. Downers Grove: InterVarsity Press, 1987. Véase también Oscar Cullmann, Baptism in the New Testament (London: SCM Press, 1950) y Andrés Manrique. O.S.A., Teología Bíblica del Bautismo – Formulación de la Iglesia Primitiva (Madrid: Editorial Biblia y Fe, 1977).
[8] Hipólito de Roma, La Tradición Apostólica, 21 (61).
[9] Tertuliano, De Baptismo, 18.
[10] F.F. Bruce, Answers to questions. Exeter: The Paternoster Press, 1972, p. 76
[11] Ibid., p. 84.
[12] Catecismo de la Iglesia Católica. Edición preparada bajo la presidencia del Arzobispo José Manuel Estepa Llaurens. Santo Domingo: Librería Juan Pablo II, 1992, # 1213 (p. 284).
[13] “Si alguno dijere que los sacramentos de la Nueva Ley no contienen la gracia que significan, o que no confieren la gracia misma a los que no ponen óbice, como si sólo fueran signos externos de la gracia o justicia recibida por la fe y ciertas señales de la profesión cristiana, por las que se distinguen entre los hombres los fieles de los infieles, sea anatema.” (Concilio de Trento, Sesión VII del 3 de marzo de 1547; Cánones sobre los sacramentos en general, Canon 6). Según Enrique Denzinger, El Magisterio de la Iglesia – Manual de los símbolos, definiciones y declaraciones de la Iglesia en materia de fe y costumbres. Traducción de Daniel Ruiz Bueno. Barcelona: Herder, 1963, # 849 (p. 241).
[14] Catecismo de la Iglesia Católica, # 1257 (p. 292).
[15] Ibid, # 1258-1260 (p. 292- 293).
[16] Ibid., # 1261 (p. 293).
[17] Ludwig Ott, Manual de Teología Dogmática, 6ª Ed. Barcelona: Herder, 1969, p. 191-192.
[18] Eugenio IV – Concilio de Florencia; Decreto para los griegos de la Bula “Laetentur coeli” del 6 de julio de 1439; Denzinger # 693 (p. 201).
[19] Antonio Royo Marín, O.P., La Fe de la Iglesia – Lo que ha de creer el cristiano de hoy, 2ª Ed. Madrid: BAC, 1973, # 352 (p. 232).
RECONOCIMIENTO:
Le soy sincero no se quienes son los respetables personajes que me indica.Un cordial saludo de manolo ,un amigo en Cristo.Tenga PAZ y El prospere a la la Iglesia en su Pais cuyas fronteras ha formado y permitido.
 
Respuesta a Jetonius sobre el limbo

Respuesta a Jetonius sobre el limbo

Mi estimado Jetonius:

La verdad es que no acabo de entender donde están los cambios que usted dice que tiene la Iglesia sobre la doctrina del limbo.

Todas las citas que usted da hablan de la existencia del limbo.

¿DONDE ESTA LA CITA EN QUE LA IGLESIA DICE LO CONTRARIO?

Me imagino que usted no se referirá al Nuevo Catecismo de JPII.
Usted como investigador serio me imagino que entenderá que en un Catecismo NO TIENEN QUE REPETIR TODO LO QUE HA DICHO LA IGLESIA DURANTE SIGLOS.

La Iglesia, hasta donde yo entiendo, no ha definido la doctrina del limbo de manera dogmática. En general los catecismos se abocan más a las materias de doctrina definitiva, y en el caso del limbo la Iglesia no ha formulado declaraciones dogmáticas definitivas.
El Catecismo de JP II no se refirió más en detalle al tema por no ser doctrina definida dogmáticamente.

Me imagino que usted, hombre serio, no concluirá que esto es equivalente a negar la doctrina del limbo.

¿Por qué afirman estas cosas de que la Iglesia cambia su doctrina si no es cierto?

Bendiciones
 
sr.Jetonius

sr.Jetonius

Estimado señor....

usted hasta ahora solo a podido indicar que la Biblia aprueba el bautismo de adultos.Pero no ha podido demostrar en los años que le conozco que la Biblis prohiba el bautismo de infantes recien nacidos;pues si obser usted para el bautismo es necesaria la FE que ninguno de nosotros poseemos en si mismos,sino que nos es dada;¿como puede usted saber?que un niño de teta no tiene FE;o como puede usted medir si es mas grave nuestro pecado de adultos que el de un recién nacido hijo de creyentes fidedignos.No lo podemos saber ni usted ni yo.Y es mas no solo en la Biblia no se encuentra ninguna prohibición al respecto,sino todo lo contrario.

Atentamente su hermano .
 
Para todos los que debaten este temas del bautismo.
Creo qiue es de una importancia capital lo que ha citado Jetonius sobre el ignificado de la palabra Baptizö: Sumergir.
Soy nacido en una ciudad la provincia de Barcelona llamada Terrassa. Esta ciudad esta ubicada o asentada en la antigua ciudad romana aque se llamó Égara. Alli se conservan unas iglesias visigóticas que forman un conjunto realmente hermosol. Son tres edificios. El más grande aun se dedica al culto religioso y es un templo dedicado a San Pedro, el segunto en importancia por sus dimensiones (por su belleza debería ser el primero) esta bajo la invocación de Santa María, el tercero está bajo la invocación de San Miguel. Pues, bien, este último tenía el uso de baptizar y por ello ha un bautisterio construido en forma exagonal y que es en realidad una piscina para bautizar mediante la inmersión. Como que el conjunto data del siglo XI hay que convenir que el bautismo mediante la inmersión era el común en el cristianismo y además era para adultos a tenor de las dimensiones de dicho baptisterio.
Así, pues, todas estas histórias sobre "limbos" y demás zarandajas caen por el peso de las piedras que nos dan un testimonio de cual era la practica bautismal.
Con estas piedras se cumple la promesa de Cristo en el dia de su entrada triunfal en Jerusalen. "Si estos callaran, las piedras hablarian" Y a fe que las piedras hablan. Hablan con un lenguaje mudo pero altamente expresivo.
Saludos, Jetonius.

 
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He aquí la prueba del comentario anterior.
Como podeis ver las Piedras Hablan con un claro mensaje.
Bendiciones.
 
Re: Respuesta a Jetonius sobre el limbo

Re: Respuesta a Jetonius sobre el limbo

Originalmente enviado por: Jaimito
Mi estimado Jetonius:

La verdad es que no acabo de entender donde están los cambios que usted dice que tiene la Iglesia sobre la doctrina del limbo.

Todas las citas que usted da hablan de la existencia del limbo.

¿DONDE ESTA LA CITA EN QUE LA IGLESIA DICE LO CONTRARIO?

Me imagino que usted no se referirá al Nuevo Catecismo de JPII.
Usted como investigador serio me imagino que entenderá que en un Catecismo NO TIENEN QUE REPETIR TODO LO QUE HA DICHO LA IGLESIA DURANTE SIGLOS.



Desde luego que, como usted no puede ignorar salvo por negligencia, ya que está la cita explícita, me refiero al nuevo Catecismo de la Iglesia Católica (que así se titula, no "Nuevo Catecismo de JPII").

Por supuesto que un Catecismo, como presentación concisa de la doctrina, no tiene que repetir todo lo que ha dicho la Iglesia. Es más, tampoco podría y de hecho no es esa su función.



La Iglesia, hasta donde yo entiendo, no ha definido la doctrina del limbo de manera dogmática. En general los catecismos se abocan más a las materias de doctrina definitiva, y en el caso del limbo la Iglesia no ha formulado declaraciones dogmáticas definitivas.
El Catecismo de JP II no se refirió más en detalle al tema por no ser doctrina definida dogmáticamente.

Me imagino que usted, hombre serio, no concluirá que esto es equivalente a negar la doctrina del limbo.

¿Por qué afirman estas cosas de que la Iglesia cambia su doctrina si no es cierto?

Bendiciones

Su exquisita sutileza me abruma. Sobre todo, cuando emplea dos líneas de argumentación contrapuestas.

Primero me reprocha que todas las citas que he colocado, que como verá son de documentos oficiales o fuentes reconocidas, afirman la existencia del limbo, pero no he colocado ninguna que enseñe su inexistencia.

Usted no puede ignorar tampoco que cuando la Iglesia Católica cambia una doctrina, no suele hacerlo de manera explícita, sino de modo implícito.

Por ejemplo, en 1302 el papa Bonifacio VIII afirmó de manera inequívoca:

Ahora bien, someterse al Romano Pontífice,
lo declaramos,
lo decimos,
definimos
y pronunciamos
como de toda necesidad de salvación para toda humana criatura.

Bula Unam Sanctam, Denzinger # 469

A pesar de lo que Bonifacio declaró, dijo, definió y pronunció, la Iglesia Católica ya no enseña esta absoluta necesidad. Pero tampoco ha dicho que lo definido por Bonifacio sea erróneo.

Este es the Roman way.

O si prefiere un ejemplo menos remoto, la enseñanza tradicional de la Iglesia Católica acerca de la unidad cristiana fue resumida en la Instructio de Motione Oecumenica del 20 de diciembre de 1949, que se basaba en la encíclica Mortalium Animos de Pío XI. Allí se establecían ciertos principios muy claros sobre la posición católica.

Es sorprendente, entonces, que en el decreto Unitatis Redintegratio sobre el mismo tema, del Concilio Vaticano II, la Instructio publicada muy poco antes no sea mencionada jamás.

Podría citar otros ejemplos de esta forma de proceder, en el cual los cambios se establecen sin negación explícita de las declaraciones previas, pero creo que ya puede hacerse una idea.

Ahora bien, es cierto que la doctrina del Limbo no ha sido establecida de forma dogmática. Sin embargo, es una doctrina común y aceptada, y ciertamente enseñada por el Magisterio ordinario, al cual el fiel católico también está obligado a prestar asentimiento.


Por ello, es en extremo curioso que cuando el Catecismo de la Iglesia Católica trata explícitamente del destino de los niños no bautizados y, en lugar de exponer la enseñanza tradicional, la omita por completo y todo lo que tenga para decir es que la Iglesia confía el destino de estos niños a la divina misericordia.


La segunda línea de argumentación que presenta usted es que la doctrina del limbo no ha sido definida de manera dogmática, y a continuación afirma categóricamente -quizás sobre la base de algún documento oficial que omitió citar- que "El Catecismo de JP II no se refirió más en detalle al tema por no ser doctrina definida dogmáticamente".


Aún suponiendo que todo lo demás que contiene el nuevo Catecismo de la Iglesia Católica fuese "doctrina definida dogmáticamente", queda en pie el hecho de que sus mismas declaraciones sobre el destino de los niños que mueren sin haber sido bautizados carecen de carácter dogmático:

1261 En cuanto a los niños muertos sin Bautismo, la Iglesia sólo puede confiarlos a la misericordia divina, como lo hace en el rito de las exequias por ellos. En efecto, la gran misericordia de Dios, que quiere que todos los hombres se salven (cf 1 Tim 2,4) y la ternura de Jesús con los niños, que le hizo decir: «Dejad que los niños se acerquen a mí, no se lo impidáis» (Mc 10,14), nos permiten confiar en que haya un camino de salvación para los niños que mueren sin Bautismo...

1283 En cuanto a los niños muertos sin bautismo, la liturgia de la Iglesia nos invita a tener confianza en la misericordia divina y a orar por su salvación.

Pero este lenguaje tan ambiguo es en extremo curioso, por cuanto el destino de quienes mueren en estado de pecado original es considerada una verdad de fe.

Las almas, empero, de aquellos que mueren en pecado mortal o con solo el original, descienden inmediatamente al infierno, para ser castigadas, aunque con penas desiguales.

II Concilio de Lyon, 1274; Denzinger # 464 (negritas añadidas)

Pero las almas de aquellos que mueren en pecado mortal actual o con solo el original, bajan inmediatamente al infierno, para ser castigadas, si bien con penas diferentes.

Concilio de Florencia, 1438-1445; Denzinger # 693 (negritas añadidas)

Estos Concilios son tenidos, respectivamente, por XIV y XVII Ecuménicos en la Iglesia Católica.


La misma enseñanza aparece en varios Catecismos previos al vigente, de los siglos XVI, XIX y XX (negritas añadidas):

Catecismo de Trento

El bautismo de los infantes no debe demorarse

Los fieles han de ser diligentemente exhortados a cuidar que sus niños sean traídos a la iglesia tan pronto como esto pueda hacerse con seguridad, para recibir el Bautismo solemne. Ya que los infantes no tienen otro medio de salvación que el bautismo, podemos entender cuán gravemente pecan aquellas personas que permiten que ellos permanezcan sin la gracia del Sacaramento por más tiempo que el necesario, particularmente a una edad tan tierna como para estar expuestos a innumerables peligros de muerte.

Catecismo de Baltimore


154. ¿Es el Bautismo necesario para la salvación?

R. El Bautismo es necesario para la salvación, porque sin él no podemos entrar en el reino de los cielos.


Aquellos que sin falta propia mueren sin el Bautismo, aunque no hayan cometido pecado, no pueden entrar al cielo ni tampoco irán al infierno. Después del Juicio Final no habrá purgatorio. ¿Dónde, entonces, irán? Dios en su bondad proveerá para ellos un lugar de reposo, donde no habrán de sufrir y estarán en un estado de paz natural; pero nunca verán a Dios ni el cielo... Aquellos, pues, que mueren sin Bautismo no saben lo que han perdido, y están naturalmente felices; pero nosotros que sabemos todo lo que han perdido por falta de Bautismo sabemos cuán desafortunados son.


Catecismo de San Pío X


12 P: ¿Por qué tal insistencia en que los infantes reciban el bautismo?

R: Debe haber la mayor preocupación en hacer bautizar los infantes porque, por causa de su tierna edad, están expuestos a muchos peligros de muerte, y no pueden ser salvos sin el Bautismo.

13 P: ¿Pecan entonces los padres que, por negligencia, permiten que sus hijos mueran sin Bautismo, o quienes lo difieren?

R: Sí, los padres y madres que, por negligencia, permiten que sus hijos mueran sin Bautismo pecan gravemente, porque privan a sus hijos de vida eterna; y también pecan gravemente al retrasar el bautismo por largo tiempo, porque los exponen al peligro de morir sin haberlo recibido.

Es en extremo difícil de entender que la clara y uniforme enseñanza de los siglos anteriores, tanto de Concilios tenidos por ecuménicos como de Catecismos reconocidos, sea palmariamente ignorada y, en cambio, se declare meramente la esperanza en que haya "un camino de salvación" para los niños que mueren sin bautismo.

Yo sé cuán difícil debe ser para un católico admitir los cambios que el Magisterio impone sin previo aviso ni rectificación o aclaración respecto a las enseñanzas previas; pero la negación no los torna menos reales.

Bendiciones en Cristo

Jetonius

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Respuesta a hermano Jetonius

Respuesta a hermano Jetonius

Hermano Jetonius:

Con su respuesta me queda claro que los cambios doctrinales que supuestamente hace la Iglesia no están más que en su imaginación. A mi requerimiento de ver dónde están las declaraciones que cambian alguna doctrina, usted responde que no hay, pero que los cambios han sido hechos "implícitamente". O sea, ya estamos SUPONIENDO INTENCIONES de la Iglesia, estamos IMAGINANDO que la Iglesia no habla del limbo porque ya no corre esa doctrina...

Hermano, con todo respeto y cariño me parece que esta actitud es poco seria. Voy a pensar que no hay mala intención de confundir sobre la doctrina católica. Voy a pensar que usted tiene una confusión sobre estos temas y lamentablemente transmite esa confusión a los otros.

El Catecismo de JPII tampoco repitió que los bebés que mueren sin bautismo no pueden ir al Cielo. Esto es dogma de fe, sin embargo el Catecismo de JPII no lo nombra. NO HAY NECESIDAD de nombrarlo. Esas supuestas intenciones de cambiar la doctrina al no mencionar algo en un Catecismo están solamente en la imaginación de mi hermano Jetonius, y gracias a él, en la imaginación de varios hermanos. Creo que el sentimiento anti-católico les hace imaginarse estas cosas.

Seamos serios. La Iglesia Católica NO HA CAMBIADO LA DOCTRINA DEL LIMBO. Esta doctrina no ha desaparecido ni se ha cambiado. El Catecismo de JPII hizo énfasis en otros puntos como la confianza de la Iglesia en la Misericordia de Dios con los niños sin bautismo. La enseñanza del Limbo se mantiene.


Bueno, ya no me puedo seguir haciendo cargo de cosas imaginarias. Cuando haya alguna polémica más concreta puedo con gusto entrar al debate y aportar mi punto de vista.


Bendiciones.
 
Con Respeto me dirigo....

Con Respeto me dirigo....

Originalmente enviado por: MANUEL MORA
DICE:

DEBE DECIR:
Por demás la Fe es un Don de Dios y viene injertada por el oir del Verbo Divino,¿quién sabe la FE que Dios le otorga a un bebé?,nadie puede saberlo,¿o usted si lo sabe?.

Salmo.8:2
De la boca de los niños y de los que maman,fundaste la fortaleza,a causa.......

Un cordial saludo,El nos de Paz.

Los Candidatos
Se pregunta a veces si la Biblia autoriza el bautismo de infantes o de adultos. Lo que se enseña es el bautismo de creyentes. Jesús dice: "El que creyere y fuere bautizado será salvo" (Marcos 16:16). En Hechos 18:8 leemos: "Y muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados". No tenemos mandamiento para bautizar a los que carecen de facultad para creer. Además los que se deben bautizar han de ser enseñados. En la gran comisión Jesús dice: "Id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos ..."(Mateo 28:19). Otra vez, el arrepentimiento es un requisito para el bautismo: "Arrepentíos y bautícese ..."(Hechos 2:38). El que no ha pecado no tiene que arrepentirse; por lo tanto, tampoco se le manda ser bautizado.


Un infante que no cree, que no puede ser enseñado y que no puede arrepentirse no es candidato para el bautismo. Además, no puede ser bautizado para la remisión de pecados porque no tiene pecados que deban ser remitidos. No hay ningún pasaje en la biblia que mencione el bautismo de infantes. Los defensores del bautismo de infantes citan Mateo 19:14 como autoridad. Este pasaje dice: "Dejad a los niños venir a mí , y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos". Claro que Jesús aquí no se está refiriendo al bautismo. Además los mencionados podían venir a el. Ciertamente él no dice, traigan los niñitos para que sean bautizados. Un niño pequeño no llega a ser consciente del cielo sino hasta que empiece a tener conciencia del pecado.

:angel:
 
cUIDADO . HAY UN BAUTISMO FORZADO....

cUIDADO . HAY UN BAUTISMO FORZADO....

Unos cien años atrás cuando la iglesia de Cristo llevaba una campaña evangelística en Slate Creek, Kentucky, sucedió que los metodistas también estaban celebrando una campaña. Durante la campaña metodista, una madre trajo su bebé para ser bautizado. A pesar de los gritos y luchas del infante, el ministro suplió agua según su práctica.

El día siguiente, Juan Smith de la iglesia de Cristo estaba bautizando en una quebrada y al ver el ministro metodista entre el grupo de presentes, lo agarró por el brazo y empezó a arrastrarlo hacia el agua.

-¿Qué va a hacer, Sr. Smith? le preguntó.

-¿Cómo qué voy hacer? repitió Juan Smith, con mueca de sorpresa a la pregunta. -¡Le voy a bautizar!

-Pero yo no quiero ser bautizado- dijo el hombre, tratando de reírse del aparente chiste pesado.

-¿No cree?- le preguntó Juan Smith.

-Claro que creo- afirmó el ministro metodista.

-A pues, véngase conmigo- dijo Juan smith halándolo más cerca al agua. -¡Los creyentes tienen que ser bautizados!-

Ya incómodo al ver que no era un chiste dijo, -Pero yo no quiero. Ciertamente no me haría ningún bien bautizarme en contra de mi voluntad-.

Todos los presentes estaban atentos al espectáculo en progreso. Juan Smith le preguntó: -¿No es cierto sin que ayer mismo usted bautizó a un bebé indefenso, en contra de su voluntad, aunque rehusaba y daba patadas en contra de su bautismo? ¿Usted le pidió su consentimiento antes de bautizarlo? ¡Véngase conmigo porque usted tiene que ser bautizado!- Al momento lo tenía a la orilla de la quebrada, pero cuando el ministro protestaba en serio, Juan Smith lo soltó. La lección fue clara para todos los presentes. El bautismo de infantes es forzado.

Todavía en el día de hoy se practica el bautismo de inocentes involuntarios. Preguntamos: ¿Manda Dios almas manchadas al mundo? ¿Bautizó Cristo, o un apóstol, a infante alguno? Si los niños son pecadores, ¿cómo es que Cristo nos manda a imitarlos? (Mat. 18:3) Puede un infante creer y arrepentirse? (Mar. 16:15-16; Hech. 2:38). ¿Tiene un bebé recién nacido a un hombre viejo para crucificar? (Rom. 6:6).

El bautismo de infantes se debe a una enseñanza distorcionada acera del "Pecado Original" de Adán y Eva. Los hijos de estos no heredaron su pecado (Exequiel 18:20). Mucho menos nosotros, sino que sólo somos responsables por nuestro propio pecado. Los que mojan infantes indefensos citan Romanos 5:19 para probar que todos pecamos en Adán. Sí, colectivamente, como raza, fuimos constituídos pecadores cuando Adán pecó, pero individualmente somos constituídos pecadores cuando personalmente pecamos, o sea, cuando ratificamos para nosotros mismos lo que hizo Adán, "por cuanto TODOS pecaron" (Rom. 3:23; 7:9; Sant. 4:17; 1 Jn. 3:4). De la misma manera, fuimos colectivamente constituídos justos, como raza, cuando Cristo murió (Rom. 5:19), pero cada uno es individualmente constituído justo cuando personalmente escucha y obedezca al evangelio. Amigo lector, hasta que no te bautices creyendo de todo corazón, no te has bautizado. Además, el bautismo bíblico es por inmersión (Rom. 6:4; Col. 2:12).

:angel:
 
sr .Tobi....

sr .Tobi....

Respetable hermano.......me asalta una duda práctica.

Estoy bautizado de infante y bautizado de mayor,y ambos bautismos respeto debido al NOMBRE en que me fueron impartidos(Padre,Hijo y Espíritu Santo);no obstante no me voy a referir si usted me permite a este tema ahora sino a otro práctico.

Supongamos en los siglos primeros en zonas deserticas en donde la gente viajaba con medios mas lentos de los que ahora poseemos y se debía bautizar; que sucedió si aquellos hermanos no tenian a mano agua suficiente para ejercitar la inmersión;puede usted considerar que en estos casos en donde solo se puede impartir el bautismo por aspersión por razones fisicas,¿no es acaso suficiente y válido?,si me permite creo que si.

En Gerona abunda el agua pero no en todos los sitios ocurre lo mismo.Filial saludo.
 
sr Bayardo Angel,respetable hermano...

sr Bayardo Angel,respetable hermano...

Comunica usted...

"Lo que se enseña es el bautismo de creyentes. "


Estimado señor,me pregunto y como podemos saber que un infante no lo es;en la Escritura veo que es mas creyente ante los Ojos de Dios por el hecho de ser infante que muchos adultos que han practicado el bautismo de mayor. ¿o no ,señor Bayardo?.

Un filial saludo.
 
Re: sr .Tobi....

Re: sr .Tobi....

Originalmente enviado por: MANUEL MORA
Respetable hermano.......me asalta una duda práctica.

Estoy bautizado de infante y bautizado de mayor,y ambos bautismos respeto debido al NOMBRE en que me fueron impartidos(Padre,Hijo y Espíritu Santo);no obstante no me voy a referir si usted me permite a este tema ahora sino a otro práctico.

Supongamos en los siglos primeros en zonas deserticas en donde la gente viajaba con medios mas lentos de los que ahora poseemos y se debía bautizar; que sucedió si aquellos hermanos no tenian a mano agua suficiente para ejercitar la inmersión;puede usted considerar que en estos casos en donde solo se puede impartir el bautismo por aspersión por razones fisicas,¿no es acaso suficiente y válido?,si me permite creo que si.

En Gerona abunda el agua pero no en todos los sitios ocurre lo mismo.Filial saludo.


AMEN HERMANO !!!

Pero si tiene toda la razón!!! Si fuera obligatorio por inmersión, los pobres africanos estarían perdidos....

Didajé (7) (año 60-90):

"Bautizad de esta manera: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo en agua corriente. Si no tienes agua corriente, derrama 3 veces agua sobre la cabeza"


Bendiciones
 
sres Jetonius y Bayardo

sres Jetonius y Bayardo

Jetonius y Bayardo sobre el comentario y la opinión que tan amablemente os habeis brindado a dar,os expongo lo siguiente entrañando el deseo de la mutua edificación:

En la mayoría de las congregaciones de adulto bautizantes se tiene una idea subjetiva y erronea sobre el PACTO.Creen estas que cuando el Apostol por dirección del Espíritu de Dios nomina el “Nuevo Pacto”se refiere a que El Pacto Eterno es inexistente con anterioridad a la muerte y Resurección del Señor; o que en LA MENTE DE DIOS surge este como cuestión imprevista y sorpresiva;y no es así , pues aunque a nosotros se nos muestran los pactos de Abraham ,la Ley y la Gracia,no es que sean tres pactos divididos o contrarios ,sino que conforman el PACTO ETERNO;pues claramente Dios dice que EL no cambia pues si no hubiesemos sido consumidos.

En nuestras deformadas mentes por el pecado tendemos a pensar que EL es a nuestra imagen y semejanza,conteniendo por esto corazones blasfemos y engañosos;y como resultado de tal situación nos encontramos con eruditos teólogos que no han sabido aceptar de que DIOS tiene solo UN PACTO ETERNO con su pueblo ,y al ser Eterno está firmado por ambas partes por Dios mismo;en un lugar del PACTO ETERNO la firma juridicamente inviolable esta hecha por la sangre de Cristo y por el otro lugar está sellada por el Espíritu de Dios.

Este Pacto es anterior a la misma existencia de la humanidad,pues Dios no tiene ni pasado ni futuro,por tanto el carazter de “novedad”que algunos sectarios desean darle no solo es blasfemo y no contenido en la Escritura,sino que es un deseo inexacto y engañoso.

Si nos es dado el empezar a entender un poco la verdadera intención eterna de Dios ,respecto al Pacto,nos sería posibilitado el comprender embrionariamente el verdadero sentido que contienen otras partes de la Escritura,alejandonos de la habitual costumbre que tiene algunos de segmentar un solo versículo e implementar su propia interpretación que suele reducir la verdadera y continua intención de Dios para con su pueblo amado,en donde según vosotros al no creer,no haberse arrepentido y no tener la capacidad racional desarrollada,se han de excluir a los infantes del pueblo de Dios,no impartiendoles las aguas.En ese caso si me permiten un silogismo ,el desarrollo de la capacidad racional embrionaria de ellos es superior a la vuestra que está desarrollada por ser adultos,pues vosotros por un lado no quereis reconocerles como a los principales miembros de la membresía ajustandoos firmemente a un muy cierto versiculo que hemos de obedecer; y ellos al tener al Señor en su corazón recien nacido contienen un bautismo mayor al que vosotros impartís en vuestras congregaciones a los adultos.¿o no?.

Porque queridos el Reino de Dios está entre nosotros,¿lo creeis en verdad?

Un fraternal saludo.
 
En nuestras deformadas mentes por el pecado tendemos a pensar que EL es a nuestra imagen y semejanza,conteniendo por esto corazones blasfemos y engañosos;y como resultado de tal situación nos encontramos con eruditos teólogos que no han sabido aceptar de que DIOS tiene solo UN PACTO ETERNO con su pueblo ,y al ser Eterno está firmado por ambas partes por Dios mismo;en un lugar del PACTO ETERNO la firma juridicamente inviolable esta hecha por la sangre de Cristo y por el otro lugar está sellada por el Espíritu de Dios.





¿ Esto que significa, que si alguien no lo ve como nosotros ya es un blasfemo ?



¿ Cuando respetaremos a los demás porque en temas secundarios , que no afectan a la salvación ven diferente ? :(