Re: Respuesta a hermano Jetonius
Re: Respuesta a hermano Jetonius
Con lo que dice me queda palmariamente claro que su fe en el Magisterio es a prueba de toda evidencia en contra.
Como antes le señalé, con ejemplos que no se ha molestado en contestar, cuando la Iglesia Católica introduce cambios no lo hace con un reconocimiento explícito, sino por omisión de la doctrina abandonada y exposición de la nueva.
Le agradezco que me conceda que no hay "mala intención de confundir sobre la doctrina católica", y bien hace.
En cuanto a lo de la supuesta confusión mía, supongo que es un mecanismo de defensa para preservar su paz mental, y no puedo culparlo por ello.
Es decir que según su propia inverosímil conclusión, no hay necesidad de nombrar un dogma de fe precisamente en el apartado del Catecismo donde tal dogma es manifiesta y obviamente relevante. Su excusa es tan lastimosa que me exime de mayores comentarios.
Sin embargo, creo apropiado recordarle a usted y a los demás foristas el propósito del Catecismo de la Iglesia Católica, según lo establece Juan Pablo II en la Constitución Apostólica Fidei Depositum que le sirve de proemio a la obra (negritas añadidas):
¿Cómo puede conocerse mejor un dogma de fe que se omite?
¿En dónde tienen en cuenta las explicaciones de la doctrina las declaraciones acerca de los niños muertos sin bautismo?
¿Cuán segura puede ser una norma que omite un dogma de fe y lo reemplaza con una expresión de deseo?
Usted puede creer lo que quiera, aunque quienes me conocen mejor saben que el hecho de disentir con la doctrina católica no me hace albergar ningún "sentimiento anti-católico".
Ya traté la cuestión del "énfasis", que sería totalmente legítimo si no se omitiese en el mismo apartado lo que la Iglesia Católica considera una verdad de fe.
Sobre la enseñanza del limbo, algunos coinciden con usted:
Otros notorios católicos, empero, disienten:
Ahora, como no cabe concebir "sentimiento anti-católico" tan luego en el Cardenal Ratzinger, supongo que no seguirá achacando mis observaciones a la mera imaginación; aunque por lo que llevo visto, cuando se trata de defender al Magisterio todo es posible.
Muy elegante retirada, pero ocurre que usted ya ha aportado su punto de vista. Queda a juicio de los demás foristas si su interpretación de los hechos es conforme a la realidad.
Bendiciones en Cristo,
Jetonius
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Re: Respuesta a hermano Jetonius
Originalmente enviado por: Jaimito
Hermano Jetonius:
Con su respuesta me queda claro que los cambios doctrinales que supuestamente hace la Iglesia no están más que en su imaginación. A mi requerimiento de ver dónde están las declaraciones que cambian alguna doctrina, usted responde que no hay, pero que los cambios han sido hechos "implícitamente". O sea, ya estamos SUPONIENDO INTENCIONES de la Iglesia, estamos IMAGINANDO que la Iglesia no habla del limbo porque ya no corre esa doctrina...
Con lo que dice me queda palmariamente claro que su fe en el Magisterio es a prueba de toda evidencia en contra.
Como antes le señalé, con ejemplos que no se ha molestado en contestar, cuando la Iglesia Católica introduce cambios no lo hace con un reconocimiento explícito, sino por omisión de la doctrina abandonada y exposición de la nueva.
Hermano, con todo respeto y cariño me parece que esta actitud es poco seria. Voy a pensar que no hay mala intención de confundir sobre la doctrina católica. Voy a pensar que usted tiene una confusión sobre estos temas y lamentablemente transmite esa confusión a los otros.
Le agradezco que me conceda que no hay "mala intención de confundir sobre la doctrina católica", y bien hace.
En cuanto a lo de la supuesta confusión mía, supongo que es un mecanismo de defensa para preservar su paz mental, y no puedo culparlo por ello.
El Catecismo de JPII tampoco repitió que los bebés que mueren sin bautismo no pueden ir al Cielo. Esto es dogma de fe, sin embargo el Catecismo de JPII no lo nombra. NO HAY NECESIDAD de nombrarlo.
Es decir que según su propia inverosímil conclusión, no hay necesidad de nombrar un dogma de fe precisamente en el apartado del Catecismo donde tal dogma es manifiesta y obviamente relevante. Su excusa es tan lastimosa que me exime de mayores comentarios.
Sin embargo, creo apropiado recordarle a usted y a los demás foristas el propósito del Catecismo de la Iglesia Católica, según lo establece Juan Pablo II en la Constitución Apostólica Fidei Depositum que le sirve de proemio a la obra (negritas añadidas):
Un catecismo debe presentar fiel y orgánicamente la enseñanza de la Sagrada Escritura, de la Tradición viva en la Iglesia y del Magisterio auténtico, así como la herencia espiritual de los Padres, de los santos y santas de la Iglesia, para permitir conocer mejor el misterio cristiano y reavivar la fe del Pueblo de Dios. Debe tener en cuenta las explicitaciones de la doctrina que el Espíritu Santo ha sugerido a la Iglesia a lo largo de los siglos.
...
El «Catecismo de la Iglesia Católica» que aprobé el 25 de junio pasado ... es una exposición de la fe de la Iglesia y de la doctrina católica, atestiguadas o iluminadas por la Sagrada Escritura, la Tradición apostólica y el Magisterio eclesiástico. Lo reconozco como un instrumento válido y autorizado al servicio de la comunión eclesial y como norma segura para la enseñanza de la fe.
¿Cómo puede conocerse mejor un dogma de fe que se omite?
¿En dónde tienen en cuenta las explicaciones de la doctrina las declaraciones acerca de los niños muertos sin bautismo?
¿Cuán segura puede ser una norma que omite un dogma de fe y lo reemplaza con una expresión de deseo?
Esas supuestas intenciones de cambiar la doctrina al no mencionar algo en un Catecismo están solamente en la imaginación de mi hermano Jetonius, y gracias a él, en la imaginación de varios hermanos. Creo que el sentimiento anti-católico les hace imaginarse estas cosas.
Usted puede creer lo que quiera, aunque quienes me conocen mejor saben que el hecho de disentir con la doctrina católica no me hace albergar ningún "sentimiento anti-católico".
Seamos serios. La Iglesia Católica NO HA CAMBIADO LA DOCTRINA DEL LIMBO. Esta doctrina no ha desaparecido ni se ha cambiado. El Catecismo de JPII hizo énfasis en otros puntos como la confianza de la Iglesia en la Misericordia de Dios con los niños sin bautismo. La enseñanza del Limbo se mantiene.
Ya traté la cuestión del "énfasis", que sería totalmente legítimo si no se omitiese en el mismo apartado lo que la Iglesia Católica considera una verdad de fe.
Sobre la enseñanza del limbo, algunos coinciden con usted:
Por cuanto antecede y por las insinuaciones del mismo magisterio de la Iglesia especialmente de los Papas Juan XXII y Pío VI y además por se doctrina defendida por casi todos los teólogos católicos, se trata de una verdad cierta en teología que no puede rechazarse sin nota de «falsedad, temeridad e injuria a las escuelas católicas.» Pío VI.
Enrique Pardo Fuster, Escatología (negritas añadidas)
Otros notorios católicos, empero, disienten:
En el Día de todos los muertos, ¿podemos orar por los que están en el limbo? La noción del limbo no es antigua en la Iglesia, y fue una extrapolación teológica para proveer una explicación para casos no incluidos en la tríada cielo-purgatorio-infierno. El limbo no aparece como una tesis a ser enseñada en el nuevo universal Catecismo de la Iglesia Católica.
De hecho, el Cardenal Ratzinger estaba en favor de que la noción del limbo fuese hecha a un lado. En "El informe Ratzinger" (The Ratzinger Report) dijo, «El limbo nunca fue una verdad de fe definida. Personalmente -y aquí estoy hablando más como teólogo y no como Prefecto de la Congregación- lo abandonaría ya que fue solamente una hipótesis teológica. Formaba parte de una tesis secundaria en apoyo de una verdad que es absolutamente de primera significación para la fe, a saber, la importancia del bautismo. Para expresarlo en las palabras de Jesús a Nicodemo: "De cierto, de cierto te digo, a menos que alguien sea nacido del agua y del Espíritu, no puede entrar al reino de Dios" (Juan 3:5). Uno no debiera vacilar en abandonar la idea del limbo si es necesario (y merece notarse que los mismos teólogos que propusieron el limbo también dijeron que los padres pueden evitarle el limbo al niño deseando su bautismo y a través de la oración); pero la preocupación subyacente no debe resignarse. El bautismo nunca ha sido un asunto colateral para la fe; no lo es ahora, ni nunca lo será».
Ahora, como no cabe concebir "sentimiento anti-católico" tan luego en el Cardenal Ratzinger, supongo que no seguirá achacando mis observaciones a la mera imaginación; aunque por lo que llevo visto, cuando se trata de defender al Magisterio todo es posible.
Bueno, ya no me puedo seguir haciendo cargo de cosas imaginarias. Cuando haya alguna polémica más concreta puedo con gusto entrar al debate y aportar mi punto de vista.
Bendiciones.
Muy elegante retirada, pero ocurre que usted ya ha aportado su punto de vista. Queda a juicio de los demás foristas si su interpretación de los hechos es conforme a la realidad.
Bendiciones en Cristo,
Jetonius
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