Dice Pedro que “Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios” (1Pe 4:11), de lo que hemos de inferir rectamente, que si alguno escribe también se atenga a lo que la Sagrada Escritura enseña.
Sin embargo, repetidamente se ha venido dando el caso en algún que otro epígrafe, que algún forista haya precedido su particular exposición con la impresionante advertencia: Base Bíblica.
Luego, nos hallamos con la sorpresa que la lista de versículos bíblicos cuidadosamente seleccionada, para nada aprueba la herejía que seguidamente se propone.
Es más que obvio que se pretende legitimar como debidamente escritural lo que no lo es más que en la imaginación del autor, propensa a la distorsión de la verdad.
Con este artilugio, ya de entrada se monta la plataforma para armar la escena donde se descalificará a cualquier forista que no se avenga a lo pretendido, mostrándolo como incrédulo y rebelde a la palabra de Dios, cuando la realidad es a la inversa.
Cuando en la conversación alguien nos dice: -¡Te voy a ser sincero!, ya automáticamente dudamos de que lo vaya a ser. Cuando se toma alguna innecesaria prevención especial, nos ponemos en guardia.
Todas las sectas, sean adventistas, moonistas, mormones o Testigos de Jehová, arguyen con abundantes citas bíblicas, con lo que no prueban absolutamente nada de lo que pretenden sostener.
Con más maña que ciencia, es posible hacerle decir a la Biblia lo que se le quiera hacer decir, y luego llamar de apóstatas, incrédulos y antibíblicos a los que con sano juicio, sentido común, lógica, razón y buen criterio usan apropiadamente de las Sagradas Escrituras al tiempo que se permiten ser moldeados por ellas.
Cuando los dichos de Dios están guardados en nuestro corazón, no es necesario que al hablar o escribir tengamos que asentar el aviso de Base Bíblica, pues con ello normalmente se está poniendo otro fundamento distinto para edificar sobre él un edificio de error y mentira.