Re: aun está Jerusalen sin reedificar
Yo solo conté lo que EGW escribió.
Pues te equivocas nuevamente.
La Jerusalén moderna no es para nada la “vieja Jerusalén”.
"En lo político,
la vieja Jerusalén con su monarquía davídica, ya no existe. Actualmente lo que hay es una república democrática con sistema parlamentario. No hay una casa real, ni siquiera hay pretendientes al trono. No se conoce el linaje de David.
En lo jurídico,
las leyes del actual Israel violan directamente la ley divina. El adulterio y la fornicación, que en la antigüedad estaban prohibidos, están hoy a la orden del día en el Israel moderno. Además de esto, hoy se consienten las relaciones homosexuales con leyes antidiscriminatorias, siendo el único país del Medio Oriente que provee esta protección legal. La sodomía en Israel es legal a partir de los 16 años de edad. ¿Qué tiene que ver esto con la vieja Jerusalén?
En lo social, como es de esperarse, también está bien lejos de la sociedad de la vieja Jerusalén.
No hay realeza, ni clase sacerdotal, ni siervos en el Israel moderno, y las clases modernas que conforman la sociedad israelí actual constituyen una sociedad muy diferente a la del antiguo Israel.
En lo religioso,
en la Jerusalén actual no se vive la religión del antiguo Israel: no hay templo, ni sistema de sacrificios, ni sacerdocio levítico, ni sumo sacerdote; ni siquiera hay profetas. ¡Nada de esto ha sido restaurado!
Lo que se conoce como la “Vieja Cuidad” de Jerusalén, un espacio de apenas 900m2, está tan alejado de la verdadera vieja Jerusalén, que donde antes yacía el templo judío, hoy se yergue orgullosa la “Cúpula de la Roca” (llamada mezquita de Omar); también se levanta en esta “Vieja Ciudad” otro templo musulmán: la “mezquita de Al-Aqsa”. Y además hay una iglesia cristiana ortodoxa muy conocida, la “Iglesia del Santo Sepulcro”, donde se rinde culto a las imágenes.
La Jerusalén actual está dividida en cuatro barrios: el árabe, el judío, el cristiano y el armenio. ¿Qué tiene que ver esto con la vieja Jerusalén? Absolutamente nada. Como vemos, todo esto es contrario a lo que fue el antiguo Israel.
En realidad las palabras de White son en respuesta a un grupo de creyentes que pretendían que debían congregarse en Jerusalén donde se levantaría un reino como cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento antes del regreso de Cristo.
El movimiento sionista sostenido por judíos y también por ciertos evangélicos judaizantes que ven al pueblo judío todavía como el pueblo de Dios, ha propuesto que el Israel natural todavía tiene un rol escatológico en la profecía. Algunos adventistas en 1850, influenciados por el movimiento de “la próxima era”, habían planteado la obligación de ir a Jerusalén pensando que las profecías de restauración debían cumplirse literalmente con el Israel natural. La revolución de 1848 que sacudió Europa había impactado en las mentes de algunos, quienes calcularon que algo profético estaba llevándose a cabo en el mundo. Ante estas expectativas, el movimiento sionista tomó auge y cautivó a muchos cristianos, incluyendo a varios adventistas en tiempos de White, quienes propusieron que era una obligación ir a Jerusalén a colaborar para que se cumpliesen literalmente las profecías de la restauración.
Los evangélicos judaizantes hoy, movidos por el esquema profético pretribulacionista, siguen creyendo que el Israel natural es el verdadero pueblo de Dios. Apoyan las acciones militares del Estado israelí y justifican sus actos terroristas. Como aquellos de 1850, muchos judaizantes de la actualidad explotan el turismo a “tierra santa” como si ello tuviese alguna importancia en el plan de salvación. Estos especuladores saben sacar dinero de los ingenuos creyentes. Se les guía por los lugares y se les dice “Aquí fue donde Jesús cayó con la cruz”, “aquí fue donde Jesús lloró”, “aquí fue donde David cantó”. Y los pobres incautos lloran, se arrodillan y besan esos lugares, y creen estar viviendo una experiencia religiosa, un verdadero acercamiento a Dios, por tan sólo estos actos fetichistas. Yo he visto por televisión cómo se venden al público frasquitos con “agua del río Jordán”, como si eso tuviera algún significado para la vida cristiana. Y lo peor es que venden toda esa mercadería. Personalmente conozco algunos de estos judaizantes que han viajado a Israel y ven en ello un paso muy importante para su vida espiritual. Contra esta creencia fue que habló White en 1850, pues la vieja Jerusalén no tiene importancia alguna para la salvación, y añade: la vieja Jerusalén, el viejo sistema político-religioso judío, con su templo, su dinastía davídica, su sacerdocio levítico, sus sacrificios, no será reedificada. Hasta la fecha, nada de esto ha sido restaurado. Mientras nada de la “vieja Jerusalén” sea restaurado, las palabras de White siguen teniendo validez. El actual Estado solo tiene del antiguo Israel el nombre." (Aporte de Giovanni Cabrera)