De la revista católica religion digital:
Así era Pedro
Al leer (25/10/2003) distintas referencias alusivas a mi pregunta anterior "¿Quién es Pedro?", ofrezco ahora una de las siguientes partes que -brevemente- habrán de responder a tal pregunta; comenzando por asomarnos a ver qué se decía de él en los evangelios. Pues así como abordando temas interesantes invitaba a mis alumnos a opinar y razonar personalmente, llegando a coordinarse y enriquecerse de las aportaciones de unos y otros, así también podemos ir reflexionando y aportando conocimientos para deducir entre unos y otros cómo era Pedro.
Ateniéndonos a los datos que aportan los evangelios veremos que, no por fe, sino impulsivamente, como era su carácter, Pedro le había llamado a Jesús: Mesías; pero sin reconocer su verdadera identidad, rechazaba su destino. Por lo cual, merecía que Jesús le llamase "Satanás: piedra de escándalo eres para mí, pues tus miras no son las de Dios, sino las de los hombres" (Mt 16,23).
Tampoco por fe, sino por osadía, deseaba Pedro caminar sobre las aguas, haciéndose así patente junto a su ambicioso poderío, su cobarde y temeroso hundimiento (Mt 14,28-31). Y también en esta ocasión tuvo que corregirle Jesús, censurándole ante todos, su orgullosa vanidad. Pero Pedro no cesa de dar muestras de orgullo estimándose superior a los demás, diciéndole a Jesús: "Aunque todos te abandonen ¡yo no! (Mt 26,33); siendo él por el contrario, el único que explícita y reiteradamente le negó (Mt 26,70-74).
Su egoísmo y su osadía no cesa de darle lecciones a Jesús ni aun al transfigurarse en el Tabor, pues "tomando Pedro la palabra, dijo a Jesús: Señor, bueno es estarnos aquí, hagamos tres tiendas..." (Mt 17,4). Desobedeciendo y faltando una vez más a las advertencias y la fe debida al Mesías, actúa con violencia usando en el Huerto la espada (Jn 18,10).
Y hasta el último momento estará pensando en categorías y favores, de modo que Jesús habrá de reprender su envidia y su curiosidad por saber del aprecio de Jesús a Juan; y El habrá de censurarle respondiéndole: ..."¿a ti, qué?" (Jn 21,22).
Tampoco se ha interpretado correctamente el pasaje de Lc 22,32 en el que Jesús le decía a Pedro: "Rogaré por ti para que no desfallezca tu fe, y una vez recuperado, conforta a tus hermanos". Con esto, Jesús aludía a la apostasía de Pedro añadiendo que rogaría por él para que se mantuviese en la fe y alentase a otros cuando también pecasen o vacilasen como él. No estaba Jesús superponiendo a Pedro sobre los demás, sino animándolo a que su experiencia le sirviese de humildad, y tuviese caridad con las faltas y flaquezas ajenas. Palabras que han sido tan mal interpretadas como para trocar la humildad en superioridad.
(seguirá) AnaMª Enebral Casares
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