"Cada año se ponen más satélites en órbita. Al mismo ritmo que crece el número de personas que afirman que la Tierra es plana. ¿Avanzamos hacia una sociedad de la información, o más bien degeneramos hacia una edad de la ignorancia? Recientemente, hemos podido ver a algunos de estos '
terra-planistas' debatiendo en YouTube contra dos conocidos divulgadores científicos: Rocío Vidal ('La gata de Schrödinger') y José-Luis Crespo ('QuantumFracture')1.
Ambos trataron a los terraplanistas con cordialidad: "
No tenemos ningún problema con vuestras ideas, sino con lo que viene después. Si creéis que los gobiernos mienten sobre la forma de la Tierra, eso implicaría que nos ocultan más temas. Pensaréis cosas más peligrosas: que nos envenenan con productos químicos o que hay medicamentos que son un engaño. Acabaréis desconfiando de las vacunas o, incluso, afirmando que estamos gobernados por un Nuevo Orden Mundial". Es decir, para Vidal y Crespo, creer una conspiración ridícula conduciría a creer teorías más dañinas.
El problema de esta afirmación de ambos divulgadores, es que se salta la literatura científica sobre la cuestión. Se ha demostrado que es un error tratar las 'teorías de la conspiración' con un enfoque
secuencial ("unas llevan a otras") y
generalista ("todas son igualmente falsas")
2.
La perspectiva correcta sería particularista: evaluar cada teoría aisladamente3. Ello permitiría separar el grano de la paja.
Apliquemos este método a la lista de generalizaciones de Vidal y Crespo. Sobre que 'nos envenenan': la ciencia demuestra la falsedad de los aviones-fumigadores ('
chemtrails'), pero se han confirmado los rumores sobre experimentos químicos de EEUU en civiles (proyecto SHAD)
4. Sobre 'medicamentos engaño': son rechazables las ideas anti-científicas de la homeopatía, pero existen verdaderas farsas médicas, como el ineficaz Tamiflu de la multinacional Hoffmann-La Roche
5. Sobre la 'vacuna-fobia': no hay pruebas creíbles que relacionen las vacunas de polio y sarampión con cáncer y autismo, pero sí es cierto que la vacuna de Glaxo causaba narcolepsia ('
Pandemrix')
6, o que el inyectable de Bayer inoculaba VIH ('
Factor VIII')
7. Es posible, en definitiva,
discernir la paranoia ('conspiranoia') de las conspiraciones reales, que son especialmente habituales tras las bambalinas de la economía y sobre las atalayas de la política.
La 'conspiración económica', de hecho, está tipificada en el derecho anglosajón. Se aplicó en 1949, contra una serie de compañías automovilísticas (Firestone, Standard Oil, Phillips Petroleum, General Motors...). Presuntamente, habían comprado los tranvías públicos de EEUU... para luego desmantelarlos, en beneficio de sus vehículos particulares
8. Se conocen abundantes tramas empresariales ("
el fármaco Vioxx de Merck, el coche Pinto de Ford, los sobornos de la aeroespacial Lockheed, el escándalo de la energética Enron..."
9). Tantas, que
lo anti-científico sería no creer en conspiraciones10. Grandes sectores del mercado (publicidad, redes sociales, apuestas) utilizan el 'márketing skinneriano'
11, es decir, el control condicionante de la voluntad humana, como si de palomas se tratase. También es sabido que los principales campos financieros se basan en características de la mentalidad conspirativa: secretismo, engaño e identificación de patrones ocultos
12.
La política es el otro reino de la conspiración. Dos esquemas esenciales de la ciencia política, el dilema del prisionero y la teoría de juegos, exigen una mentalidad paranoica
13. Ya Cicerón fue un 'teórico de la conspiración', exponiendo la conjuración de Catilina contra la República romana. Otros
clásicos políticos, desde Maquiavelo hasta Hume, basaron parte de su obra en conspiraciones muy reales. Tan real fue la conspiración de Stalin para amañar los Juicios de Moscú, como la conspiración de Nixon para encubrir el caso Watergate. Lo más interesante es que ambos mandatarios reaccionaron de idéntica forma ante sus críticos: acusándolos de '
conspiranoicos'
14, paranoicos de la conspiración.
El filósofo C. Pigden llega a afirmar que "
quien no cree en conspiraciones en un sentido amplio, es un idiota en el sentido griego: políticamente confuso y sin idea de Historia o gestión pública"
15. Idiota (en sentido griego) sería Steven Forti en su artículo contra Julio Anguita
16. Allí escribe que es igual "
criticar las vacunas obligatorias que criticar las teorías gender-queer".
Idiota (en sentido griego) sería Antonio Maestre en su artículo contra Iker Jiménez17. En él, es incapaz de diferenciar anécdotas sobre "
abducciones extraterrestres" de debates serios sobre "
los intereses económicos y políticos detrás de la crisis de refugiados". Idiota (en sentido griego) sería Alberto Garzón en su artículo contra Daniel Bernabé
18. Descarta como "
conspiración burguesa" la evidente alianza "
neoliberal-posmoderna para desmantelar la sociedad". Idiota (en sentido griego) sería Xandru Fernández en su artículo contra Esteban Hernández
19. Cree que todas las "
conspiraciones globalistas o atlantistas" son "
ficciones de la geopolítica, que es una pseudo-ciencia".
También los divulgadores Vidal y Crespo son idiotas (siempre en sentido griego), al limitar las conspiraciones político-económicas a creer que "
un dragón bicéfalo controla el mundo mediante poderes mentales". Ambos presumen de su 'pensamiento crítico' contra los ridículos terraplanistas, pero se les queda atrofiado ante las complejas estructuras del dinero y el poder.
Hic sunt dracones. Por un lado, reconocen que las ciencias son complejas, contra-intuitivas, con muchas capas de profundidad. Pero, por otro lado,
creen vivir en una transparente Sociedad Abierta, en la fraternal Aldea Global; sin opacidades.
Conciben el sistema político como un modelo horizontal, un comercio circular, una democracia bidimensional, unas instituciones llanas, una humanidad nivelada, un plano iluminado sin ninguna sombra. Digamos que ellos
son 'terraplanistas en lo político'. Celebran un mapamundi aplastado por la apisonadora modernista, globalizadora, librecambista
20. Pero, en realidad, la forma del sistema-mundo se parecería mucho más a una pirámide
21: vertical, desigual entre la base y la cima, con varias caras, muros infranqueables, una punta dorada e inalcanzable, proyectando una larga sombra."