NI LO UNO NI LO OTRO
NI LO UNO NI LO OTRO
Originalmente enviado por: Pablo Santomauro
Bendiciones.
Quisiera saber quienes son los "hijos de Dios" de Génesis 6 según ustedes o sus pastores, o sus iglesias.
¿Son ángeles o son descendientes de Set? ¿Qué interpretación favorecen uds.?
Gracias.
Hola hermano Pablo...
He estudiado este texto y leído varias explicaciones por diferentes eruditos. A mi juicio la siguiente interpretación, ofrecida por Walter Kayser, es la más correcta.
Espero que te sirva...
Genesis 6:1-4 ¿QUIÉNES DESPOSARON A LAS HIJAS DE LOS HOMBRES?
Pocos textos en la historia de la interpretación han causado más curiosidad y divergencia de opinión que Génesis 6:1-4. Es a la vez llamativo y profundamente intrigante.
Lo que es más difícil es la identificación de los principales participantes de esta breve narración –los ‘hijos de Dios’ , las ‘hijas de los hombres’ y los nefilim (o ‘gigantes’).
Un impresionante conjunto de eruditos se ha enrolado en cada una de las tres principales posiciones adoptadas sobre la identificación de estos tres grupos participantes. Las tres posiciones pueden llamarse “la opinión de las razas cosmológicamente mixtas” (ángeles y humanos), “la opinión de las razas religiosamente mixtas” (setitas piadosos y cainitas mundanos) y “la opinión de las razas sociológicamente mixtas” (varones aristócratas despóticos y bellas mujeres plebeyas).
Sin duda, la opinión que puede afirmarse como la de mayor antigüedad es la de razas cosmológicamente mezcladas, o la teoría de los ángeles. El [libro] pseudoepigráfico, no canónico, 1 Enoc , que data de aproximadamente 200 a.C., afirma en 6:1-7:6 que doscientos ángeles en el cielo, bajo el liderazgo de Semayaz, notaron que los humanos tenían hijas extraordinariamente bellas. A éstas las desearon para sí, de modo que se conjuraron para bajar juntos a la tierra, y cada uno tomó una esposa. Les enseñaron a estas esposas medicina mágica, encantamientos, cortado de raíces y cultivo de plantas. Cuando las mujeres quedaron embarazadas, dieron a luz a gigantes que alcanzaron [una talla de] trescientos codos. A su vez, los gigantes consumieron toda la comida, atrayéndose por esto el odio de los terrícolas. Los gigantes se dedicaron a devorar a la gente junto con las aves, bestias salvajes, reptiles y peces. Entonces ocurrió que la tierra, harta de estos enormes matones, presentó una acusación contra ellos.
El famoso historiador judío [Flavio] Josefo (nacido en 37 d.C.) también parece seguir la teoría de los ángeles. Escribió, “Muchos ángeles se relacionaron con mujeres, y engendraron hijos que resultaron injustos” (Antigüedades 1:3,1). De igual modo, en la traducción griega de la Biblia del tercer siglo a.C. [la Septuaginta] se lee “ángeles de Dios” para la frase “hijos de Dios” en Génesis 6:2. A pesar de la antigüedad de la opinión de las razas cosmológicamente mixtas, hay tales abrumadores problemas con ella que no es recomendable comos solución a este problema. Si bien es cierto, desde luego, que la expresión “hijos de Dios” aparece en Job 1:6, 2:1 y 38:7 con el significado de “angeles”(y que la expresión “hijos del Poderoso” aparece en Salmo 29:1 y 89:7 con el significado de ángeles), esto no encaja bien aquí por varias razones.
En ninguna otra parte de la Escritura se nos dice que los ángeles desposasen humanos. De hecho, nuestro Señor específicamente afirmó que los ángeles no se casan (Marcos 12:25). Y aunque la Septuaginta tradujo la expresión como equivalente a “ángeles”, es de hecho sólo el manuscrito alejandrino el que hace tal cosa. La edición crítica de Alfred Rahlfs no refleja la interpretación angélica.
Todavía más serio es el problema de por qué habría de caer un juicio sobre todos los humanos y sobre la tierra si los ángeles del cielo fueran la causa del problema. Dios debería haber inundado el cielo, no la tierra. ¡Los culpables vinieron de lo alto; las mujeres no parecen haber hecho nada excepto ser hermosas!
Algunos, sin embargo, apelarán a los pasajes del Nuevo Testamento de 1 Pedro 3:18-20, 2 Pedro 2:4 y Judas 6-7 para apoyar adicionalmente la teoría de los ángeles. Pero estos pasajes no dicen nada acerca de matrimonios angélicos. Argumentar de la frase “en forma similar” en Judas 7 que el pecado de Sodoma y Gomorra es el mismo que el pecado de Génesis 6:1-4 es decir demasiado, pues ¡el pecado de sodomía no es lo mismo que desposar una mujer de otra parte del universo! De hecho, “de manera similar”no compara el pecado de los ángeles con el pecado de los hombres de Sodoma y Gomorra; en lugar de esto, compara el pecado de Sodoma y Gomorra con los pecados de “las ciudades en torno de ellas” (esto es, Admah y Zeboim; ver Deuteronomio 29:23 y Oseas 11:8). Así, los pecados de los ángeles de Judas (Judas 6) y los pecados de las cinco ciudades de la llanura (Judas 7) se presentan como advertencias del juicio que puede venir sobre otros. La caída de los ángeles que menciona Judas es la que tuvo lugar cuando cayó Lucifer. Conectar esta caída con el tiempo del diluvio por la proximidad de las refencias en Judas 4-7 exigiría que conectemos el diluvio con la destrucción de las cinco ciudades de la llanura. Pero los acontecimientos citados por Judas son sucesivos, no simultáneos: (1) la caída de Satán en la eternidad (Judas 4) , (2) la predicació de Noé antes del diluvio (Judas 5) y (3)la destrucción de Sodoma y Gomorra (Judas 6).
Alegar que los “gigantes” fueron el resultado de tal unión sexual es una vez más ir más allá de los datos que poseemos en la Escritura. ¿Procrearon los ángeles sin uso de cuerpos naturales? ¿O ya poseían cuerpos naturales? ¿O se crearon para sí cuerpos naturales por el uso de algún poder misterioso, intrínseco, pero rebelde? Cada una y todas las respuestas a tales preguntas serían meramente especulativas. Emplear evidencia extracanónica como 1 Enoc como testigo contra la Escritura o aun a favor de ella sería un hecho sin precedentes.
La opinión de razas religiosamente mezcladas identifica los ‘hijos de Dios’ como los piadosos de Set. Dado el pecado que cometieron, so generalmente vistos como la línea apóstata de Set. Las ‘hijas de los hombres’ son identificadas con la línea impía de Caín. El pecado condenado, entonces, sería el pecado de ser “unidos en yugo desigual” – esto es, el matrimonio de creyentes con incrédulos.
Esta opinión también falla en cumplir la prueba de consistencia con los datos bíblicos y el contexto. Emplea el término ‘hombres’en los versículos 1 y 2 en dos sentidos diferentes: en el v. 1 ‘hombres’se emplea para indicar la humanidad en forma genérica, mientras que en el v. 2 es entendido como referido específicamente a la línea de Caín. Es injustificado sugerir, sin ninguna indicación del texto, tal abrupto cambio de significado .
Pero todavía más alarmante es el problema de la progenie. ¿Por qué matrimonios religiosamente mixtos habrían de producir
nefilim gibborim (o, como algunos traducen esta expresión hebrea, ‘gigantes’)? ¿Acaso la mezcla de genes paganos y piadosos asegura que el ADN de la progenie ha de ser salvaje y grotesco?
Esta opinión sobre mezcla religiosa debiera ser abandonada, tanto como la opinión de mezcla cosmológica. Ninguna soporta el peso de la evidencia del pasaje.
La interpretación preferible de este pasaje es la opinión de mezcla sociológica. “Hijos de Dios” es una referencia primitiva, pero típica, a los que ostentan títulos de reyes, nobles y aristócratas en el contexto del antiguo Cercano Oriente. Estos déspotas sedientos de poder no solamente ambicionaban poder sino que también estaban poderosamente motivados para devenir “hombres de un nombre” (u “hombres de renombre”- Génesis 6:4).
En su apetito por reconocimiento y reputación, despóticamente usurpaban el control de los estados que gobernaban como si no fueran responsables ante nadie fuera de sí mismos. Así pervertían todo el concepto del estado y la provisión que Dios había hecho para una paliación inmediata de las injusticias y desigualdades de al tierra (Génesis 6:5-6; ver también Génesis 10: 8-12). También se tornaron polígamos, tomando y desposando a “cualesquiera [mujeres] que eligiesen” (Génesis 6:2).
¿Qué evidencia puede presentarse a favor de la rectitud de esta opinión? Hay cinco líneas de evidencia. (1) El antiguo targum arameo traduce ‘hijos de Dios’ como ‘hijos de nobles’ (Targum Onkelos), y la traducción griega de Símaco dice ‘los hijos de los reyes o señores’. (2) La palabra ‘dioses’ (hebreo
elohim) se emplea en las Escrituras para hombres que servían como magistrados o jueces (“Entonces su amo debe llevarlo ante los jueces [
elohim] “ , Éxodo 21:6; ver también Éxodo 22:8; Salmo 82:1,6. (3) Estructuralmente, el relato del cainita Lamec (Génesis 4:19-24) y aquél de los ‘hijos de Dios’ en Génesis 6:1-4 son muy parecidos. En ambos está el tomar esposas, tener hijos y las hazañas dinásticas. El primer pasaje concluye con una jactancia de juicio por Lamec, y el otro finaliza con el decreto de juicio de Dios. Lamec practicó la bigamia (Génesis 4:19) e hizo cumplir su política empleando la tiranía. Los retratos son paralelos y describen estados de tiranía, corrupción y poligamia. (4) Los descubrimientos en el Cercano Oriente han validado el uso pagano de todas clases de nombres de dioses y diosas para dar más lustre y prestigio a los gobiernos de Egipto y Mesopotamia – de aquí el título ‘hijos de Dios’.
La quinta y final línea de evidencia concierne a los
nefilim gibborim de Génesis 6:4. La palabra
nefilim solamente aparece aquí y en Números 13:33, donde se refiere a los anakitas, quienes eran personas de gran estatura. El significado radical de la palabra
nefilim es ‘caer’. Sin embargo, en Génesis 6:4 los
nefilim se asocian con el término
gibborim. La palabra
gibborim viene de
gibbor, significando ‘un hombre poderoso en valor, fuerza, riqueza o poder” . Nimrod, en Génesis 0:8, era tal
gibbot. Él también era claramente un rey en la tierra de Shinar. De aquí que el significado de
nefilim gibborim no es el de ‘gigantes’, sino más bien algo parecido a ‘príncipes’, ‘aristócratas’ o ‘grandes hombres’.
Génesis 6”1-4, por tanto, es mejor entendido como describiendo a gobernantes ambiciosos, despóticos y autocráticos apropiándose tanto de mujeres como de poder en un intento de ganar toda la autoridad y notoriedad entre quienes tenían a su alcance. Su progenie fue, no sorprendentemente, afectada en forma adversa, y así fue que Dios se entristeció por la creciente impiedad sobre el planeta Tierra. Toda la inclinación de los corazones y pensamientos de la humanidad era mala. Así el diluvio debía venir para juzgar a la humanidad por la perversión de la autoridad, el estado, la justicia y la sexualidad humana.
Walter C. Kayser Jr et al.
Hard sayings of the Bible. Downers Grove, InterVarsity Press, 1996, 106-108 (mi traducción)
Bendiciones en Cristo,
Jetonius
<{{{><