Los hijos sufrimos y tenemos que creer las nuevas nuevas y arrepentirnos de nuestros pecados. Permanecer en fe. Sin apartarnos de la sana doctrina. Creciendo en gracia. Predicando el evangelio. Luchando por nuestra fe. Perseguidos, humillados, Perseverando en la sana Doctrina. Etc.
Los judios al final se salvan automaticamente?
Ama Dios mas a los judios?
La escritura es clara en cuanto a cual es el camino a la salvacion y es Cristo Jesus para TODOS, judios o gentiles. La salvacion es un fenomeno personal, individual. No hay "salvoconducto" de salvacion hereditario o nacional. Dios todopoderoso escogio y se revelo a Israel segun el Santo Concilio de Su Voluntad. Nada especial en cuanto a Abrahan que era un pagano y luego a Moises que era un asesino. La gracia y misericordia de Dios se hizo evidente y presente en todo momento en cuanto a esa eleccion.
Lo mismo sucedio cuando Cristo Jesus se revela como el Mesias y unico Salvador del mundo. La exhortacion a creer en El es para todos.
"...sabed todos vosotros, y todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo el Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos, por El, este hombre se halla aquí sano delante de vosotros... "Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos." Hechos 4:10-12
Romanos 11:16-24 describe a Israel como distinto de la Iglesia: las
“ramas naturales” son los judíos, y las
“ramas silvestres” son los gentiles. El “olivo” es el pueblo colectivo de Dios. Las
“ramas naturales” (los judíos) son
“cortadas” del árbol por su incredulidad, y las
“ramas silvestres” (los gentiles creyentes) son injertadas. Esto tiene el efecto de hacer que los judíos se sientan “celosos” y luego los atrae a la fe en Cristo, para que puedan ser “injertados” nuevamente y recibir su herencia prometida. Las “ramas naturales” todavía son distintas de las “ramas silvestres”, de modo que el pacto de Dios con Su pueblo se cumple literalmente. Romanos 11:26-29, citando Isaías 59:20-21; 27:9; Jeremías 31:33-34, dice:
“Y así todo Israel será salvo, como está escrito: ‘Vendrá de Sión el Libertador; Él apartará de Jacob la impiedad. Y éste será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados. En cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los patriarcas, porque los dones de Dios y su llamamiento son irrevocables."
Cuando Pablo dice que Israel será “salvo” en Romanos 11:26, se refiere a su liberación del pecado (versículo 27) cuando acepten al Salvador, su Mesías, en los tiempos finales. Moisés dijo:
“El Señor tu Dios circuncidará tu corazón y el corazón de tu descendencia, para que lo ames con todo tu corazón y con toda tu alma, y vivas” (Deuteronomio 30:6). La herencia física de Israel de la tierra prometida a Abraham será una parte integral del plan final de Dios (Deuteronomio 30:3-5).
Después de que Israel sea restaurado espiritualmente, Cristo establecerá su reino milenial en la tierra. Israel será reunido desde los confines de la tierra (Isaías 11:12; 62:10). Los simbólicos “huesos secos” de la visión de Ezequiel serán reunidos, cubiertos de carne y resucitados milagrosamente (Ezequiel 37:1-14). Como Dios prometió, la salvación de Israel implicará tanto un despertar espiritual como un hogar geográfico:
“Pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os estableceré en vuestra tierra” (Ezequiel 37:14).
En el Día del Señor, Dios
“recogerá el remanente sobreviviente de su pueblo” (Isaías 11:11). Jesucristo regresará y destruirá a los ejércitos reunidos contra Él en rebelión (Apocalipsis 19). Los pecadores serán juzgados, y el remanente fiel de Israel será apartado para siempre como el pueblo santo de Dios (Zacarías 13:8—14:21). Isaías 12 es su cántico de liberación; Sión gobernará sobre todas las naciones bajo el estandarte del Mesías, el Rey.
Saludos.
“Derramaré sobre la casa de David y sobre los moradores de Jerusalén un espíritu de gracia y de oración. Mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán por él como se llora por un hijo único, afligiéndose por él como quien se aflige por un primogénito”. Esto ocurre al final de la tribulación profetizada en Daniel 9:24-27. El apóstol Juan hace referencia a este acontecimiento en Apocalipsis 1:7. El remanente fiel de Israel está representado en Apocalipsis 7:1-8. A estos fieles el Señor los salvará y los traerá de regreso a Jerusalén “en verdad y en justicia” (Zacarías 8:7-8, NVI).