Dijo Jesús a la samaritana:
“la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que le adoren. Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad” (Juan 4:23-24)
Esta declaración es de las más importantes que hizo Jesús. Por más que busquemos en la Biblia, no encontramos otro pasaje que explique cómo adoran los verdaderos adoradores. Sin duda, se trata del principal mensaje para determinar cómo quiere Dios que se Le adore, algo que todo creyente debería examinar para asegurarse que su adoración no es en vano.
Pero antes de nada ¿Qué implica adorar a Dios?
En pocas palabras se podría decir que es el reconocimiento directo de la grandeza de Dios expresado en alabanza y exaltación, pública o privada, que se Le ofrenda debido a Su naturaleza divina, Sus atributos y Sus obras; y por todo lo que Él significa para sus adoradores. Es la plena aceptación de Sus propósitos y demandas, un profundo compromiso de obediencia manifestado en un servicio exclusivo, como indica Jesús: “escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás” (Mateo 4:10)
Por tanto, si queremos que Dios nos halle como sus verdaderos adoradores,
¿Cómo hemos de adorar a Dios en espíritu?
¿Cómo hemos de adorar a Dios en verdad?
“la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que le adoren. Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad” (Juan 4:23-24)
Esta declaración es de las más importantes que hizo Jesús. Por más que busquemos en la Biblia, no encontramos otro pasaje que explique cómo adoran los verdaderos adoradores. Sin duda, se trata del principal mensaje para determinar cómo quiere Dios que se Le adore, algo que todo creyente debería examinar para asegurarse que su adoración no es en vano.
Pero antes de nada ¿Qué implica adorar a Dios?
En pocas palabras se podría decir que es el reconocimiento directo de la grandeza de Dios expresado en alabanza y exaltación, pública o privada, que se Le ofrenda debido a Su naturaleza divina, Sus atributos y Sus obras; y por todo lo que Él significa para sus adoradores. Es la plena aceptación de Sus propósitos y demandas, un profundo compromiso de obediencia manifestado en un servicio exclusivo, como indica Jesús: “escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás” (Mateo 4:10)
Por tanto, si queremos que Dios nos halle como sus verdaderos adoradores,
¿Cómo hemos de adorar a Dios en espíritu?
¿Cómo hemos de adorar a Dios en verdad?