El texto es suficientemente claro para quien
no quiera quitarle ni agregarle nada.
No hay que buscar en él polleras y pantalones
pues no se encontrán.
Así como yo no me pondría los pantalones de
mi señora (ni ella los míos) tampoco las
escocesas han vestido las polleritas de los
escoceses, ni éstos las faldas de ellas.
En el medio que nos ha tocado vivir (época y
lugar en el mundo), hay prendas, modas, usos
y colores típicamente femeninos, como también
los hay auténticamente masculinos. Lo que el
texto prohibe es mostrarse con la apariencia
exterior que es propia del sexo opuesto.
Si estos sencillos principios se toman en
cuenta, desaparece todo problema.
Si se insiste con interpretar el texto a la
luz de las costumbres británicas de la
época victoriana, será una forma de herejía.
Confío que ésto te sea de alguna ayuda, y si
necesitas alguna otra aclaración, acuérdate
que no necesitas abrir otro mensaje nuevo,
sino simplemente responder a éste aquí mismo.
El Señor te bendiga.
Ricardo.