En la iglesia donde crecí mi familia me expuso a diferentes clases de abuso--y debo dar gracias porque el abuso sexual no estuvo incluido entre mis experiencias. Pero de todas formas, abuso es abuso, no importa si lo acompañan con golosinas o disciplina. Hay abuso sexual, psicológico, espiritual, físico, financiero, narcótico, falta de respeto a la privacía, utilización de mentiras para sostener postulados, compra y venta de favores, desconcideración, ingratitud, ignorancia, habladurías y chismes... y no creo merecer tales tratos gratuitamente, por eso decidí renunciar a la institución cristiana organizada como 'iglesia'.
Lo que entiendo por 'abuso espiritual' por parte de líderes y pastores incluye, aunque no se limita a, su pretención de querer aventajarse a costa de las experiencias de otros. Por ejemplo: Un pastor presenta a los miembros de su rebaño como monos de feria en pleno uso de los dones del Espíritu, y así llama la atención de otros para que se unan a su circo espiritual. Eso le dejará dinero, influencia, autoridad y poder de gratis. Yo no sé lo que ustedes pensarán, pero eso es abuso. Como lo que contaré a continuación, que es parte de mi experiencia, y es lo que considero abuso espiritual:
(REPOST)
Yo nací y crecí físicamente entre los pentecostales, y estuve con ellos obligatoriamente hasta casi acabar con mi vida.
Durante mi adolescencia canté en el coro, recuerdo que se llamaba 'Adonai'; y una vez, en un retiro sabatino en la iglesia, el pastor nos ordenó a orar por la obtención de los dones espirituales. ''Pidan los mejores dones,'' decía éste, como si los dones del Espíritu tuvieran gradaciones, pero yo sabía lo que el pastor quería decir: que pidiéramos dones para hacer espectáculos.
Cada cual tenía que pedir tres dones--los favoritos del pastor eran sanidad, lenguas e interpretación de lenguas--, pero yo no les hallaba interesantes: yo quería tener ciencia, sabiduría y discernimiento de espíritu. El pastor caminaba alrededor de la rueda de oración preguntando a los coristas qué habían pedido, hasta que llegó hasta mí y yo le dije ''...ciencia, sabiduría y disernimiento de espíritu...''
''No,'' dijo el pastor: ''pide los mejores dones, los mejores...'' Y yo abrí mis ojos, me di cuenta que algunos en la rueda me estaban mirando: ''Ciencia, sabiduría y discernimiento de espíritu...'' dije a plena consciencia, ''amén.'' El pastor se separó de mí con la actitud de 'que te coja el lobo', pero ya no podía ministrar a los demás con la misma autoridad--yo se la había quitado.
De todas maneras recibí lo que pedí, aunque no sirviera de nada para el espectáculo. Ciencia para capacitarme a entender, sabiduría para capacitarme a escoger y discernimiento de espíritu... ¿para qué yo necesitaba eso? ¿qué era? Pues no lo supe hasta que abandoné el cristianismo y fui a la universidad. Por allí se paseaba gente de todas clases, y no podía explicar cómo sin haberles nunca hablado a algunos les tenía un asco incontenible aunque fueran hermosos físicamente y llenos de estilo; a otros, temor, aunque fueran lisiados o se vieran débiles... pero en otros había algo que me hacía seguirlos por todo el campus, algo carente de nombre pero que era delicioso sentir--he ido coleccionando esas personas a través de mi vida.
(END REPOST)
--IvyekaWahi--
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IAO