Lo transitorio de la cuádruple recomendación de Hch 15:29
Lo transitorio de la cuádruple recomendación de Hch 15:29
Dado que algún forista que no leyó mensajes anteriores adujo que si yo le daba carácter transitorio a la abstención de sangre en la resolución de la asamblea de Hch 15, lo mismo haría respecto a la idolatría y la fornicación (lo que no es así), he creído conveniente acercar lo que quedó páginas atrás para ahorrarles el trabajo de ir a buscarlo.
Respuestas a Mensajes con cuestionamientos y observaciones de Davidben.
Pg. 10 Mensaje # 137:
a) Nada impide que el término “porneia” en Hch 15 abarque cuanto quieras y todo lo que incluya.
b) Los apóstoles, ancianos y la multitud de los discípulos allí reunidos eran todos judíos respetuosos de la Ley.
c) Los cristianos gentiles, desde que fueron convertidos, pasaron a avergonzarse de aquellas viles prácticas de antes (Ro 6:17-19).
d) Sus hermanos judíos, sabiéndolo, no iban a recordarles lo obvio.
e) En el mismo contexto de las recomendadas abstinencias a los alimentos (ofrecidos a los ídolos, con sangre, de animales no desangrados) se entiende mejor que cualquier otra probabilidad la apuntada: convenía que los cristianos gentiles se abstuviesen de contaminarse con cualquiera de las formas señaladas en la Ley (Lv 18). Allí se incluye todo lo que tú señalas, pero sin duda que la susceptible conciencia de los cristianos gentiles les preservaba de las más groseras aberraciones; mientras que los matrimonios entre parientes próximos podría ser algo no visto como una relación prohibida. Antes de la Ley hubieron casos como el de Abraham y Sara, Isaac y Rebeca, Jacob con Raquel y Lea, todos parientes cercanos.
Mensaje # 138:
A mí también me parece antojadizo que de las cuatro abstenciones de la recomendación de la asamblea en Jerusalem, algunas tuvieran carácter permanente y otras apenas provisorio.
Si pienso que las tres abstenciones relacionadas con los alimentos duraron en las iglesias gentiles apenas por aquellas dos o tres décadas de transición, pienso que también así fue con aquella que con la sola palabra de “porneia” se presta a imaginar más allá de lo que es mejor no pensar.
En los capítulos 5, 6 y 7 de 1Corintios se explaya Pablo previniendo en cuanto a la inmoralidad sexual, y aconsejando respecto al matrimonio, aunque ateniéndose todavía a su trasfondo judaico.
Si como ya dije, la “porneia” de Hch 15:29 no es más que la concertación de matrimonios que podrían resultar escandalosos para los numerosos miembros judíos en las iglesias de la gentilidad, esta “abstención” recomendada podría haber actuado de moderadora, no siendo luego tan rígida como en la Ley mosaica pero depurada de situaciones que hubiesen resultado impropias e inconvenientes en la nueva conciencia cristiana de los gentiles.
La sabiduría y gracia de las instrucciones apostólicas debieron dar fruto en matrimonios tan legítimos como santos que exhibían la realidad espiritual que siempre caracterizó a los genuinos discípulos de Jesucristo.
No puedo ni quiero ser dogmático en este punto, pero es lo que me resulta más factible.
Mensaje # 148:
Si se quiere ver cuán amplio o cuán reducido sea el alcance de la “porneia” cuya abstención recomienda unánimemente esta asamblea cristiana de jerusalemitanos, es necesario reparar en quiénes sean los destinatarios de la misiva acordada:
Desde el v.7 (Hch 15) Pedro presenta a la multitud reunida el caso de los gentiles que habían creído el evangelio que les había predicado. De ellos dice en los vs. siguientes:
“Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones”.
Así que, uniendo al testimonio de Pedro el de Jacobo: “los gentiles que se convierten a Dios” (v.19), tenemos que se trata de:
Convertidos, creyentes, recibieron el Espíritu Santo, fueron purificados sus corazones por la fe.
Incluso Pedro se esmera en mostrar que no les falta a estos gentiles lo que ellos tienen, creyendo “que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos” (v.11).
Es pues sensato que a estos hermanos en la común fe no se les amonestaría a que no tuviesen otro Dios que el Eterno, que no se hicieran imágenes y se postraran ante ellas, que no mataran, hurtaran ni adulteraran, y todo cuanto debió haberse incluido en el mismo evangelio que les fue predicado, y la doctrina con que fueron discipulados.
Hubiese sido ofensivo para Bernabé y Pablo que se les aconsejara que a su regreso a las iglesias de Antioquía, Siria y Cilicia, tuvieran cuidado de instruir a sus convertidos gentiles de que se abstuvieran de aberraciones tales como el incesto, la homosexualidad y la bestialidad.
Si “el evangelio es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree” (Ro 1:16), ¿cómo podría ser que estos convertidos, creyentes, receptores del Espíritu Santo y purificados en sus corazones por la fe, requiriesen todavía que se les impusiese como carga necesaria la de abstenerse de tan execrables depravaciones?
Lo más lógico y natural entonces, es que la abstención de esta “porneia” se redujera a aquel aspecto que entonces podría resultar irritante para las mayorías judías en las iglesias gentiles: casamientos de los prohibidos en la Ley (Lv 18).
Mensaje # 150:
1 – El que estos creyentes –como todos en la historia- fuesen susceptibles de caer en transgresiones, pensamos siempre en las menores y no en las más groseras. El pecado intencional ya es pecado (mirar una mujer deseándola), pero por supuesto que el acto físico consuma el adulterio. El no circuncidarse de los gentiles convertidos podía ser un pecado por omisión, de haber decidido aquella asamblea al revés de lo que hicieron. En tal caso –que sí debían circuncidarse- a estas mismas cuatro abstenciones seguramente se hubiesen sumado otras cuantas.
2 – No, nada tenía de vergonzoso para Bernabé y Pablo el texto de la carta de la que fueron portadores (v.30). Así lo hubiera sido de tener que explicar que la asamblea en Jerusalem les imponía por toda carga necesaria que se abstuvieran de cometer aquellas aberrantes depravaciones.
3 – Bernabé y Pablo fueron parte de aquella asamblea en su decisión unánime, así que no había forma de que a posteriori recapacitaran y reaccionaran en contra.
4 – Argumento precisamente según el conocido temperamento de Pablo que en su última visita a Jerusalem acata el consejo de Jacobo y los ancianos de la iglesia, aunque tenía que ver con ritos judíos en el Templo (Hch 21:22-30). Él escribió también a los corintios: “No seáis ofensivos ni a judíos, ni a griegos, ni a la iglesia de Dios” (1Co 10:32).
Esta recomendación de la asamblea (en la que el mismo Espíritu Santo estuvo involucrado), lejos de ser una máscara estaba desenmascarando a los judaizantes perturbadores no autorizados por los apóstoles (v.24).
5 – Estas cuatro abstenciones no constituían una componenda artificiosa como si fuese un caramelo dado a los judíos cristianos para endulzarles la boca, y se dejaran de porfiar con la circuncisión, sino que resolvía cuatro problemas que se venían dando en Antioquía, Siria y Cilicia: tres relacionados con alimentos, y uno con matrimonios ilícitos.
6 – Cuando Pablo se ve precisado en algunas epístolas a reprocharles algunas cosas duras, no es necesariamente porque algunos de los santos hubiesen fracasado, sino porque algunos de entre ellos, pareciendo hermanos realmente no lo eran, sino que se tenían por tales (1Co 5:11-13).
7 – Tienes todo tu derecho a pensar como te guste, pero las razones expuestas son conforme a la lógica, siguiendo un sano criterio. Insistir con el carácter completo y duradero que quieres darle, es posible, pero haciendo a un lado el buen juicio.
Como me reitero no dogmático, caso que veas que en algún detalle falto al sentido común, te quedaré agradecido me lo hagas notar.
Mientras tanto, me quedo con lo temporal o provisorio de aquellas disposiciones.