Insistes en que Dios "respeta" a los incrédulos y pecadores impenitentes, pero la Escritura dice lo contrario. En Juan 3:36, Jesús declara: "El que no cree en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él". ¿Dónde está el respeto en la ira divina, Franklin? Dios no mata a los incrédulos porque les concede tiempo para elegir entre el bien y el mal. El diablo y sus ángeles ya están condenados, como afirma Juan 16:11: "el príncipe de este mundo ha sido juzgado", y esperan ser consumidos en el lago de fuego (Apocalipsis 20:10). Afirmar que Dios respeta a todos, sin excepción ni condición, incluso a los que rechazan a Jesús como Cristo, es una herejía. El apocatastasis, enseñanza herética asociada a Orígenes (siglo III), sostiene que todos, incluido el diablo y los pecadores impenitentes, serán salvados y reconciliados con Dios. Esto contradice los textos bíblicos sobre el juicio eterno (Mateo 25:46, Apocalipsis 20:10-15). La iglesia condenó el apocatastasis en el Quinto Concilio Ecuménico (553 d.C.), pues niega el castigo final.