Bien has dicho, hno. @ndrés ; y no solo la justificación por la fe, sino que las doctrinas de la gracia bien entendidas, desmienten en términos generales, casi todos los fundamentos del edificio de la teología adventista. Y comprendo plenamente lo que se siente en ese ambiente, pues con casi 30 años de experiencia puedo dar fe de la existencia de un doble discurso en la vida de la Iglesia: un discurso público y un discurso privado.
En el discurso público todos estamos de acuerdo con los “testimonios” y los avalamos hablando maravillas de ellos; esto lo hacemos primariamente porque cuando nos bautizamos hacemos el voto en que nos comprometemos a eso, y como queremos ser consecuentes y el medio presiona a ello, somos empujados en esa dirección.
El problema, y a la postre drama, se presenta cuando meditando a solas, bajo la influencia del Espíritu Santo, nos percatamosque seguimos dos palabras, dos luces, una mayor, que supuestamente no se entiende bien, y una luz menor que supuestamente nos dirige a la mayor, y la explica bien. Como finalmente es inevitable, hallamos que hay discrepancias, pero nos resistimos a reconocer el problema. Y así estamos siempre, toda nuestra vida en la iglesia, con momentos de gran credulidad y entusiasmo, y momentos de confusión y perplejidad, luchando contra el hecho de que la Biblia no necesita ninguna otra luz, y que nuestra profesión de fe se funda en el error White. Nunca en el trato personal he encontrado un hno., independientemente del puesto que ocupe, que en la confianza de la intimidad o privacidad, no haya manifestado dudas, confusión, inseguridad, o incredulidad en al menos uno o varios de los “testimonios”. El único sería, si es verdad lo que afirma, aunque no he tratado personalmente con el, Gabrie147.
Este mal no es privativo del adventismo, por desgracia (¿o por gracia?), pues lo encontramos en todo el espectro cristiano por lo menos; le sucede también a los católicos, que saben en el fondo de su ser que no hay ningún ser humano infalible, y sin embargo tienen que bancarse al papa, y también le pasa a los TJ con las ordenanzas y creencias del cuerpo gobernante de turno. En fin, donde quiera se acepte otra autoridad aparte de la de Dios, encontraremos este cáncer espiritual.
Dios te bendiga e ilumine tu camino.