EL ÚLTIMO SERMÓN DE LUTERO
Esto fue lo último que escribió Martín Lutero antes de morir… y es más demoledor que todos sus sermones.
Martín Lutero (el hombre que desafió a papas, emperadores y concilios) no murió proclamando victoria. No murió celebrando la Reforma. No murió hablando de Worms, ni de sus libros, ni de su legado.
Murió débil. Enfermo. Agotado.
Y absolutamente consciente de una sola verdad.
Cuando falleció, quienes estaban a su lado encontraron en su bolsillo un pequeño papel doblado. No era un sermón. No era una defensa doctrinal. No era una declaración triunfal.
Era solo una frase.
Breve. Cruda. Final.
“Wir sind Bettler.
Hoc est verum.”
Traducción: “Somos mendigos. Esta es la verdad.”
Eso fue todo.
El hombre que había sacudido Europa, que había puesto en jaque a Roma, que había devuelto la Biblia al pueblo, murió confesando que no tenía nada en las manos delante de Dios.
Ni méritos.
Ni fuerza.
Ni justicia propia.
Solo gracia.
Lutero entendió algo que muchos nunca entienden ni al final de su vida:
que el Evangelio no es para gigantes, sino para mendigos.
Y que el único que recibe misericordia es el que reconoce su absoluta necesidad.
Quizá esa fue su predicación más pura. La última. La definitiva.
Porque al final, cuando todo se apaga, solo queda una verdad que atraviesa cualquier alma:
Dios no salva a los fuertes.
Salva a los que extienden las manos vacías.
… al final de la vida, cuando no quedan seguidores, ni ministerios,
ni aplausos… solo queda una verdad:
Dios no salva a gigantes.
Salva a mendigos.
Y el mendigo que reconoce su miseria es el único que puede recibirlo todo.
¿Y tú… delante de Dios, llegarías con algo en las manos… o solo con la misma verdad que confesó Lutero?
——-
Soli Deo Gloria | En Su Presencia(c)
EL ÚLTIMO SERMÓN DE LUTERO Esto fue lo último que escribió Martín Lutero antes de morir… y es más demoledor que todos sus sermones. Martín Lutero (el hombre que desafió a papas, emperadores y...
www.facebook.com