EL REGRESO DE LOS SEGUIDORES DE LEFEBVRE A LA IGLESIA

Re: EL REGRESO DE LOS SEGUIDORES DE LEFEBVRE A LA IGLESIA

No puedo estar de acuerdo contigo Miguel, lo siento, lo que vemos tan mal en ciertos sectores de la Iglesia no es la consecuencia del CVII sino la señal de los tiempos. Y la desobediencia y el cisma de Monseñor Lefebvre forma parte de esa señal.

Por eso mejor hacer lo que nos dice el Señor:

"Ora por Mis sacerdotes, para que comprendan completamente Mis Caminos y la Manera en que Yo Soy, en realidad. Ellos todavía no Me han comprendido. Ora, para que puedan ser iluminados." (VVeD 25.08.1988)


Bendiciones. Inés
 
Re: EL REGRESO DE LOS SEGUIDORES DE LEFEBVRE A LA IGLESIA

No puedo estar de acuerdo contigo Miguel, lo siento, lo que vemos tan mal en ciertos sectores de la Iglesia no es la consecuencia del CVII sino la señal de los tiempos. Y la desobediencia y el cisma de Monseñor Lefebvre forma parte de esa señal.

Por eso mejor hacer lo que nos dice el Señor:

"Ora por Mis sacerdotes, para que comprendan completamente Mis Caminos y la Manera en que Yo Soy, en realidad. Ellos todavía no Me han comprendido. Ora, para que puedan ser iluminados." (VVeD 25.08.1988)


Bendiciones. Inés

Nunca te pedí que estuvieras de acuerdo conmigo, yo tampoco apruebo
el acto cismático de Monseñor Lefebvre y es más incluso hubo un tiempo
en mi vida, que sinceramente pensaba que el CVII, era lo mejor para la Iglesia.

Hasta que probé los frutos de este Concilio, y hasta que lo probaron mis hijos
también.

!!!Con qué habilidad y con que astucia Satanás nos engañó¡¡¡

y que quede claro que a pesar de todo yo nunca aprobé el acto cismàtico
de Lefebvre.

Pero con amargo dolor vi que tenía razón en lo que decía.

Mira Inés, yo por mi edad, todavía arañé unos poquitos años antes del
CVII, !!Qué Iglesia más bella era en aquel entonces¡¡ florecian las cofradias
a los santos, se rezaba con devoción el rosario, la belleza litúrgica, las oraciones en latín inspiraban elevación de espíritu, se vivía, se sentia y se
reverenciaba profundamente el Santísimo Sacramento.

El sacerdote de sotana, era respetado, con dignidad y autoridad, predicaba
correctamente la sana doctrina de Cristo y movía a piedad y oración.
Sus catequesis eran firmes baluartes contra las herejías.

Pero desgraciadamente llegó el Concilio Vaticano II, y todo se vino abajo.

LLegaron los curas entusiastas del CVII y ya te he contado lo que pasó.
Por favor Inés, no me obligues a repetir los escándalos, abusos, herejias
y sacrilegios que viví y que tuve que escuchar.

Quédate con el CVII, si quieres, pero por favor, yo no lo quiero.

Los sacerdotes de mi preferencia están todavía lejos y suspendidos a
divinis.

Pero volverán !!vaya si volveràn¡¡

Bendiciones.
 
Re: EL REGRESO DE LOS SEGUIDORES DE LEFEBVRE A LA IGLESIA

Nunca te pedí que estuvieras de acuerdo conmigo, yo tampoco apruebo
el acto cismático de Monseñor Lefebvre y es más incluso hubo un tiempo
en mi vida, que sinceramente pensaba que el CVII, era lo mejor para la Iglesia.

Hasta que probé los frutos de este Concilio, y hasta que lo probaron mis hijos
también.

!!!Con qué habilidad y con que astucia Satanás nos engañó¡¡¡

y que quede claro que a pesar de todo yo nunca aprobé el acto cismàtico
de Lefebvre.

Pero con amargo dolor vi que tenía razón en lo que decía.

Mira Inés, yo por mi edad, todavía arañé unos poquitos años antes del
CVII, !!Qué Iglesia más bella era en aquel entonces¡¡ florecian las cofradias
a los santos, se rezaba con devoción el rosario, la belleza litúrgica, las oraciones en latín inspiraban elevación de espíritu, se vivía, se sentia y se
reverenciaba profundamente el Santísimo Sacramento.

El sacerdote de sotana, era respetado, con dignidad y autoridad, predicaba
correctamente la sana doctrina de Cristo y movía a piedad y oración.
Sus catequesis eran firmes baluartes contra las herejías.

Pero desgraciadamente llegó el Concilio Vaticano II, y todo se vino abajo.

LLegaron los curas entusiastas del CVII y ya te he contado lo que pasó.
Por favor Inés, no me obligues a repetir los escándalos, abusos, herejias
y sacrilegios que viví y que tuve que escuchar.

Quédate con el CVII, si quieres, pero por favor, yo no lo quiero.

Los sacerdotes de mi preferencia están todavía lejos y suspendidos a
divinis.

Pero volverán !!vaya si volveràn¡¡

Bendiciones.

Estimado Miguel, tengo algunos años más que vos, más de ocho. El CVII es una gran obra del Espíritu Santo en la Iglesia cuyos frutos para el Reino son tantos¡¡¡. Uno de ellos es la libertad de la cual gozamos que como laicos nos permite estar conversando estos temas en un foro público anticatólico sin que se nos ex-comulgue. Los desvíos para un lado y para el otro son parte de la señal de los tiempos.

Que Dios te bendiga. Te tendré en mis oraciones. Inés
 
Re: EL REGRESO DE LOS SEGUIDORES DE LEFEBVRE A LA IGLESIA

Estimado Miguel, tengo algunos años más que vos, más de ocho. El CVII es una gran obra del Espíritu Santo en la Iglesia cuyos frutos para el Reino son tantos¡¡¡. Uno de ellos es la libertad de la cual gozamos que como laicos nos permite estar conversando estos temas en un foro público anticatólico sin que se nos ex-comulgue. Los desvíos para un lado y para el otro son parte de la señal de los tiempos.

Que Dios te bendiga. Te tendré en mis oraciones. Inés

Bueno pues te regalo todo el Concilio Vaticano II, vuelvo a repetir

YO NO LO QUIERO.

Y para dejar zanjado este tema, sepas que gracias al CVII, estuve a punto
de perde la Fe y a cuestionar algunos dogmas de la Iglesia,
deberias de ponerte en mi lugar y preguntarte de haber pasado por mis
experiencias si ahora estarias en la Iglesia Católica.

Si ahora estoy firme en la Iglesia es gracias a los sacerdotes preconciliares
que me adoctrinaron en mi niñez y cuando tantos caian en la apostasía y se marcharon (sacerdotes, religiosos y laicos) gracias al CVII, no me quedó mas arma que la Biblia y los catecismos preconciliares.

Aquí en la Biblia, encontré porqué debia combatir el modernismo y el
neoprotestantismo y permanecer en la Iglesia donde está Pedro, a pesar de todo.

2ª Tesalonicenses 2 13,17
13
Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad,
14
a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
15
Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra.
16
Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia,
17
conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.


Con eso pude hacer frente a las herejias y rebeldias de los sacerdotes
modernistas y neoprotestantes del CVII.

Y no pienses que me he quedado quietecito, luché desesperadamente en
mi parroquia para regresar a los antiguos catecismos, sólo logré para
mi hija el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, y a duras penas
conseguí que el catecismo sencillo de preguntas y respuestas antiguo
se reintrodujera en parte, y para ello tuve que ganarme a los demás
padres.

A solas y en privado reconvine a los sacerdotes la demolición litúrgica,
disciplinar y doctrinal, que estaban preconizando.

Así que por favor Inés no me hables de frutos, me han hecho tragar
Concilio hasta en la sopa y ahora tengo que vomitarlo todo.

Ahora que ya no hay apenas vocaciones, quedó el pueblo sin sacerdote.

Tú dices que en los demás paises hay vocaciones, no lo sé.

Mi pueblo está sin cura y a ver cuando vuelven los preconciliares.

Y si te parece doy por finalizado este tema. Es muy doloroso para mí
señalar uno a uno los malos frutos del CVII, creo que ya lo he hecho en
parte y no los quiero repetir.

Voy a darle final a este tema, María intercederá ante Cristo y nos dará
otra vez los sacerdotes preconciliares.

Tengo ESPERANZA, Satánas demolió en gran parte nuestra Iglesia,
pero torturado y rabioso obligado por los ministros exorcistas gritó:

ECÔNE TRIUNFARA

Yo tambien te tengo en mis oraciones.
 
Re: EL REGRESO DE LOS SEGUIDORES DE LEFEBVRE A LA IGLESIA

Bueno pues te regalo todo el Concilio Vaticano II, vuelvo a repetir

YO NO LO QUIERO.

Así empiezan los cismas Miguel.

No es que te juzgue yo, tu juicio rebota sobre tí al cuestionar a la Iglesia.

Saludos
 
Re: EL REGRESO DE LOS SEGUIDORES DE LEFEBVRE A LA IGLESIA

Así empiezan los cismas Miguel.

No es que te juzgue yo, tu juicio rebota sobre tí al cuestionar a la Iglesia.

Saludos
a propósito......A ver si le cae la teja:

Negación de la Shoá

Respecto a las declaraciones objeto de la polémica, "absolutamente inaceptables y firmemente rechazadas por el Santo Padre", la nota aclara que éstas eran "desconocidas por el Papa en el momento de la remisión de la excomunión".

"El obispo Williamson, para ser admitido a las funciones episcopales en la Iglesia, deberá también tomar de modo absolutamente inequívoco y público distancias a sus posturas sobre la Shoá", añade la Nota.

Por otro lado, aclara, el Papa ya aclaró su postura hacia el Holocausto el pasado 28 de enero, "cuando, refiriéndose a aquel salvaje genocidio, reafirmó Su plena e indiscutible solidaridad con nuestros Hermanos destinatarios de la Primera Alianza".
Por último, el Papa "pide el acompañamiento en la oración de todos los fieles, para que el Señor ilumine el camino de la Iglesia", y pide el apoyo de pastores y fieles para la "delicada y pesada misión del sucesor del apóstol Pedro como guardián de la unidad de la Iglesia".

Por Inma Álvarez
http://www.zenit.org/rssspanish-30067
 
Re: EL REGRESO DE LOS SEGUIDORES DE LEFEBVRE A LA IGLESIA

Bueno pues te regalo todo el Concilio Vaticano II, vuelvo a repetir

YO NO LO QUIERO.

Y para dejar zanjado este tema, sepas que gracias al CVII, estuve a punto
de perde la Fe y a cuestionar algunos dogmas de la Iglesia,
deberias de ponerte en mi lugar y preguntarte de haber pasado por mis
experiencias si ahora estarias en la Iglesia Católica.

Si ahora estoy firme en la Iglesia es gracias a los sacerdotes preconciliares
que me adoctrinaron en mi niñez y cuando tantos caian en la apostasía y se marcharon (sacerdotes, religiosos y laicos) gracias al CVII, no me quedó mas arma que la Biblia y los catecismos preconciliares.

Aquí en la Biblia, encontré porqué debia combatir el modernismo y el
neoprotestantismo y permanecer en la Iglesia donde está Pedro, a pesar de todo.

2ª Tesalonicenses 2 13,17
13
Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad,
14
a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
15
Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra.
16
Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia,
17
conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.


Con eso pude hacer frente a las herejias y rebeldias de los sacerdotes
modernistas y neoprotestantes del CVII.

Y no pienses que me he quedado quietecito, luché desesperadamente en
mi parroquia para regresar a los antiguos catecismos, sólo logré para
mi hija el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, y a duras penas
conseguí que el catecismo sencillo de preguntas y respuestas antiguo
se reintrodujera en parte, y para ello tuve que ganarme a los demás
padres.

A solas y en privado reconvine a los sacerdotes la demolición litúrgica,
disciplinar y doctrinal, que estaban preconizando.

Así que por favor Inés no me hables de frutos, me han hecho tragar
Concilio hasta en la sopa y ahora tengo que vomitarlo todo.

Ahora que ya no hay apenas vocaciones, quedó el pueblo sin sacerdote.

Tú dices que en los demás paises hay vocaciones, no lo sé.

Mi pueblo está sin cura y a ver cuando vuelven los preconciliares.

Y si te parece doy por finalizado este tema. Es muy doloroso para mí
señalar uno a uno los malos frutos del CVII, creo que ya lo he hecho en
parte y no los quiero repetir.

Voy a darle final a este tema, María intercederá ante Cristo y nos dará
otra vez los sacerdotes preconciliares.

Tengo ESPERANZA, Satánas demolió en gran parte nuestra Iglesia,
pero torturado y rabioso obligado por los ministros exorcistas gritó:

ECÔNE TRIUNFARA

Yo tambien te tengo en mis oraciones.

Hola Miguel:

Sé a lo que te refieres con respecto al Concilio II. Su Ecumenismo que promulgan es el falso ecumenismo que Jesús menciona en los mensajes.

Conozco algunos de los horrores a que te refieres. Entiendo el punto que defendió Lefebre, pero aún así el debía obediencia al Papa. Ahora entiendo también porque la Virgen en Fátima pedía que el tercer secreto se diera a conocer después de 1960, pues ya en este tiempo se tenía la idea de dicho concilio, que no es más que un atentado contra la iglesia.

Esto no será aceptado por algunos católicos como te has podido dar cuenta, y te pido que tengas paciencia en especial con Ines, sería espantoso para ella tener conocimiento de la verdadera realidad de dicho Concilio.

Saludos.
 
Re: EL REGRESO DE LOS SEGUIDORES DE LEFEBVRE A LA IGLESIA

Señor, la Shoá no es ningún dogma católico.

y quién ha dicho que lo sea?

3. Declaraciones sobre la Shoá.

Las posturas de monseñor Williamson sobre la Shoá son absolutamente inaceptables y firmemente rechazadas por el Santo Padre, como él mismo ha recordado el 28 de enero pasado, cuando, refiriéndose a aquel salvaje genocidio, reafirmó su plena e indiscutible solidaridad con nuestros hermanos destinatarios de la Primera Alianza, y afirmó que la memoria de aquel terrible genocidio debe inducir a "la humanidad a reflexionar sobre el poder imprevisible del mal cuando conquista el corazón del hombre", añadiendo que la Shoá permanece "para todos como advertencia contra el olvido, contra la negación o el reduccionismo, porque la violencia hecha contra un solo ser humano es violencia contra todos".
El obispo Williamson, para ser admitido a las funciones episcopales en la Iglesia, deberá también tomar de modo absolutamente inequívoco y público distancias a sus posturas sobre la Shoá, desconocidas por el Santo Padre en el momento de la remisión de la excomunión.

El Santo Padre pide el acompañamiento en la oración de todos los fieles, para que el Señor ilumine el camino de la Iglesia. Que crezca el empeño de los pastores y de todos los fieles en apoyo de la delicada y pesada misión del sucesor del apóstol Pedro como "guardián de la unidad" de la Iglesia.

En el Vaticano, a 4 de febrero de 2009

PUes nada, que se me hace lógico concluir que si el Papa leyera sus comentarios en este foro describiría sus aportes como absolutamente inaceptables y las rechazaría.

O es que cree que solo lo haría con las declaraciones de Williamson.

Así , en mi opinión comienzan los cismas, por posturas ultra.
 
Re: EL REGRESO DE LOS SEGUIDORES DE LEFEBVRE A LA IGLESIA

Hola Miguel:

Sé a lo que te refieres con respecto al Concilio II. Su Ecumenismo que promulgan es el falso ecumenismo que Jesús menciona en los mensajes.

Conozco algunos de los horrores a que te refieres. Entiendo el punto que defendió Lefebre, pero aún así el debía obediencia al Papa. Ahora entiendo también porque la Virgen en Fátima pedía que el tercer secreto se diera a conocer después de 1960, pues ya en este tiempo se tenía la idea de dicho concilio, que no es más que un atentado contra la iglesia.

Esto no será aceptado por algunos católicos como te has podido dar cuenta, y te pido que tengas paciencia en especial con Ines, sería espantoso para ella tener conocimiento de la verdadera realidad de dicho Concilio.

Saludos.

Pues la verdadera realidad de "dicho" Concilio es que hay que reconocerlo:

Para que este reconocimiento se de, es "condición indispensable", afirma la nota, "el reconocimiento pleno del Concilio Vaticano II y del Magisterio de los Papas Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II y del propio Benedicto XVI".
http://www.zenit.org/rssspanish-30067
 
Re: EL REGRESO DE LOS SEGUIDORES DE LEFEBVRE A LA IGLESIA

Hola Miguel:

Sé a lo que te refieres con respecto al Concilio II. Su Ecumenismo que promulgan es el falso ecumenismo que Jesús menciona en los mensajes.

Conozco algunos de los horrores a que te refieres. Entiendo el punto que defendió Lefebre, pero aún así el debía obediencia al Papa. Ahora entiendo también porque la Virgen en Fátima pedía que el tercer secreto se diera a conocer después de 1960, pues ya en este tiempo se tenía la idea de dicho concilio, que no es más que un atentado contra la iglesia.

Esto no será aceptado por algunos católicos como te has podido dar cuenta, y te pido que tengas paciencia en especial con Ines, sería espantoso para ella tener conocimiento de la verdadera realidad de dicho Concilio.

Saludos.

Gracias por tus deseos de paciencia querida Eve pero prefiero creerle a Juan Pablo II

JUAN PABLO II SOBRE EL CONCILIO VATICANO II
Discurso al congreso, celebrado en el Vaticano en marzo,2000, sobre la aplicación del concilio Vat II

Señores cardenales; venerados hermanos en el episcopado y en el sacerdocio; queridos hermanos y hermanas:

1. Me alegra mucho encontrarme con vosotros al concluir el congreso que se ha celebrado durante estos días en el Vaticano sobre el tema, verdaderamente arduo y estimulante, de la aplicación del concilio ecuménico Vaticano II. Saludo al señor cardenal Roger Etchegaray, a quien agradezco las palabras que me ha dirigido en nombre de todos vosotros. Doy la bienvenida, también, a los prefectos de los dicasterios y a los demás purpurados, así como a los arzobispos y obispos, que con su presencia subrayan la importancia de este encuentro. Saludo, por último, a los expertos que han venido de las diversas partes del mundo, para dar la contribución de su experiencia y de sus reflexiones.

El concilio ecuménico Vaticano II fue un don del Espíritu Santo a su Iglesia. Por este motivo sigue siendo un acontecimiento fundamental, no sólo para comprender la historia de la Iglesia en este tramo del siglo, sino también, y sobre todo, para verificar la presencia permanente del Resucitado junto a su Esposa entre las vicisitudes del mundo. Por medio de la asamblea conciliar, con motivo de la cual llegaron a la Sede de Pedro obispos de todo el mundo, se pudo constatar que el patrimonio de dos mil años de fe se había conservado en su autenticidad originaria.

Una experiencia de fe

2. Con el Concilio, la Iglesia vivió, ante todo, una experiencia de fe, abandonándose a Dios sin reservas, con la actitud de que quien confía y tiene la certeza de ser amado. Precisamente esta actitud de abandono en Dios se nota con claridad al hacer un examen sereno de las Actas. Quien quisiera acercarse al Concilio prescindiendo de esta clave de lectura, no podría penetrar en su sentido más profundo. Sólo desde una perspectiva de

fe, el acontecimiento conciliar se abre a nuestros ojos como un don, cuya riqueza aún escondida es necesario saber captar. Vuelven a nuestra memoria, en esta circunstancia, las significativas palabras de san Vicente de Lérins: "La Iglesia de Cristo, diligente y cauta custodia de los dogmas confiados a ella, nunca cambia nada en ellos; nada disminuye, nada añade; no amputa nada necesario, no añade nada superfluo; no pierde lo que es suyo, no se apropia de lo que es de otros; por el contrario, con celo, considerando con fidelidad y sabiduría los antiguos dogmas, tiene como único deseo perfeccionar y pulir los que antiguamente recibieron una primera forma y un primer esbozo, consolidar y reforzar los que ya han alcanzado relieve y desarrollo, custodiar los que ya han sido confirmados y definidos" («Commonitorium», XXIII).

Un verdadero desafío

3. Los padres conciliares afrontaron un auténtico desafío. Consistía en tratar de comprender más íntimamente, en un período de rápidos cambios, la naturaleza de la Iglesia y su relación con el mundo, para realizar la oportuna actualización ("aggiornamento"). Aceptamos ese desafío -yo fui uno de los padres conciliares-, y dimos una respuesta buscando una inteligencia más coherente de la fe. Lo que hicimos durante el Concilio fue mostrar que también el hombre contemporáneo, si quiere comprenderse a fondo a sí mismo, necesita a Jesucristo y a su Iglesia, que permanece en el mundo como signo de unidad y comunión. En realidad, la Iglesia, pueblo de Dios en camino por los senderos de la historia, es el testimonio perenne de una profecía que, a la vez que testimonia la novedad de la promesa, hace evidente su realización. El Dios que hizo la promesa es el Dios fiel que cumple la palabra dada. ¿No es esto lo que la Tradición que se remonta a los Apóstoles nos permite verificar diariamente? ¿No estamos en un proceso constante de transmisión de la Palabra que salva y que ofrece al hombre, dondequiera que se encuentre, el sentido de su existencia? La Iglesia, depositaria de la Palabra revelada, tiene la misión de anunciarla a todos.

Esta misión profética exige tomar la responsabilidad de manifestar lo que la Palabra anuncia. Debemos presentar signos visibles de la salvación, para que el anuncio que llevamos se comprenda en su integridad. Anunciar el Evangelio al mundo es una tarea que los cristianos no pueden delegar a otros. Es una misión que deriva de la responsabilidad propia de la fe y del seguimiento de Cristo. El Concilio quiso devolver a todos los creyentes esta verdad fundamental.

Interpretación auténtica

4. Para recordar el vigésimo aniversario del concilio Vaticano II, convoqué en 1985 un Sínodo extraordinario de los obispos. Tenía como objetivo celebrar, verificar y promover la enseñanza conciliar. Los obispos, en su análisis, hablaron de "luces y sombras" que habían caracterizado el período postconciliar. Por este motivo, en la carta «Tertio millennio adveniente» escribí que "el examen de conciencia debe mirar también la recepción del Concilio" (n. 36). Hoy, os doy las gracias a todos vosotros que habéis venido de diferentes partes del mundo para responder a esta solicitud. El trabajo que habéis realizado durante estos días ha mostrado la presencia y la eficacia de la enseñanza conciliar en la vida de la Iglesia. Ciertamente, exige un conocimiento cada vez más profundo. De todas formas, en esta dinámica es necesario no perder la genuina intención de los padres conciliares; más bien, hay que recuperarla superando interpretaciones arbitrarias y parciales, que han impedido expresar del mejor modo posible la novedad del magisterio conciliar. La Iglesia conoce desde siempre las reglas para una recta hermenéutica de los contenidos del dogma. Son reglas que se sitúan dentro del entramado de fe y no fuera de él. Leer el Concilio suponiendo que conlleva una ruptura con el pasado, mientras que en realidad se sitúa en la línea de la fe de siempre, es una clara tergiversación. Lo que han creído "todos, siempre y en todo lugar", es la auténtica novedad que permite que cada época se sienta iluminada por la palabra de la revelación de Dios en Jesucristo.

«Dei Verbum»

5. El Concilio fue un acto de amor: "Un grande y triple acto de amor" -como dijo Pablo VI en el discurso de apertura del cuarto período del Concilio--, un acto de amor "hacia Dios, hacia la Iglesia, hacia la humanidad" («Insegnamenti», vol. III [1965] 475). La eficacia de ese acto no se ha agotado en absoluto: continúa obrando a través de la rica dinámica de sus enseñanzas.

La constitución dogmática «Dei Verbum» puso con renovada conciencia la palabra de Dios en el centro de la vida de la Iglesia. Esta centralidad deriva de una percepción más viva de la unidad entre la sagrada Escritura y la sagrada Tradición. La palabra de Dios, que se mantiene viva gracias a la fe del pueblo santo de los creyentes bajo la guía del Magisterio, nos pide también a cada uno de nosotros que asumamos nuestra responsabilidad en la conservación intacta del proceso de transmisión.

Para que el primado de la revelación del Padre a la humanidad conserve toda la fuerza de su novedad radical es preciso que la teología, ante todo, se convierta en instrumento coherente de su inteligencia. En la encíclica «Fides et ratio» escribí: "Como inteligencia de la Revelación, la teología en las diversas épocas históricas ha debido afrontar siempre las exigencias de las diferentes culturas para luego conciliar en ellas el contenido de la fe con una conceptualización coherente. Hoy tiene también un doble cometido. En efecto, por una parte debe desarrollar la labor que el concilio Vaticano II le encomendó en su momento: renovar las propias metodologías para un servicio más eficaz a la evangelización. (...) Por otra parte, la teología debe mirar hacia la verdad última que recibe con la Revelación, sin darse por satisfecha con las fases intermedias" (n. 92).

«Sacrosanctum Concilium»

6. Lo que la Iglesia cree es lo que asume como objeto de su oración. La constitución «Sacrosanctum Concilium» ilustró las premisas para una vida litúrgica que rinda a Dios el verdadero culto que le debe dar el pueblo llamado a ejercer el sacerdocio de la nueva Alianza. La acción litúrgica debe ayudar a todos los fieles a entrar en la intimidad del misterio, para captar la belleza de la alabanza al Dios trino. En efecto, constituye una anticipación en la tierra de la alabanza que los bienaventurados rinden a Dios en el cielo. Por tanto, en toda celebración litúrgica habría que dar a los participantes la posibilidad de gustar anticipadamente, aunque sea bajo el velo de la fe, algo de las dulzuras que brotarán de la contemplación de Dios en el paraíso. Por esta razón, todo ministro, consciente de la responsabilidad que tiene con respecto al pueblo confiado a él, deberá respetar fielmente el carácter sagrado del rito, creciendo en la inteligencia de lo que celebra.

«Lumen gentium»

7. "Ha llegado la hora en que la verdad sobre la Iglesia de Cristo debe ser analizada, ordenada y expresada", afirmó el Papa Pablo VI en el discurso de apertura del segundo período del Concilio («Insegnamenti», vol. I [1963], 173-174). Con esas palabras el inolvidable Pontífice identificó la tarea principal del Concilio. La constitución dogmática «Lumen gentium» fue un verdadero canto de exaltación de la belleza de la Esposa de Cristo. En esas páginas recogimos la doctrina expresada por el concilio Vaticano I e imprimimos el sello para un estudio renovado del misterio de la Iglesia.

La comunión es el fundamento en el que se apoya la realidad de la Iglesia. Una «koinonía» cuya fuente está en el misterio mismo del Dios trino y se extiende a todos los bautizados, que por eso están llamados a la unidad plena en Cristo. Dicha comunión se manifiesta en las diversas formas institucionales en las que se realiza el ministerio eclesial y en la función del Sucesor de Pedro como signo visible de la unidad de todos los creyentes. A todos resulta evidente que el concilio Vaticano II hizo suyo con gran impulso el anhelo "ecuménico". El movimiento de encuentro y clarificación, que se puso en marcha con todos los hermanos bautizados, es irreversible. La fuerza del Espíritu llama a los creyentes a la obediencia, para que la unidad sea fuente eficaz de la evangelización. La comunión que la Iglesia vive con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo es signo de que los hermanos están llamados a vivir juntos.

«Gaudium et spes»

8. "El Concilio, que nos ha dado una rica doctrina eclesiológica, ha relacionado orgánicamente su enseñanza sobre la Iglesia con la enseñanza sobre la vocación del hombre en Cristo" esto lo dije en la homilía durante la misa de apertura del Sínodo de los obispos, el 24 de noviembre de 1985 (n. 5: «L'Osservatore Romano», edición en lengua española, 1 de diciembre de 1985, p. 1). La constitución pastoral «Gaudium et spes», que planteaba los interrogantes fundamentales a los que toda persona está llamada a responder, nos repite hoy también a nosotros unas palabras que no han
perdido su actualidad: "El misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado" (n. 22). Son palabras que aprecio mucho y que he querido volver a proponer en los pasajes fundamentales de mi magisterio. Aquí se encuentra la verdadera síntesis que la Iglesia debe tener siempre presente cuando dialoga con el hombre de este tiempo, como de cualquier otro: es consciente de que posee un mensaje que es síntesis fecunda de la expectativa de todo hombre y de la respuesta que Dios le da.

En la encarnación del Hijo de Dios, que este jubileo quiere celebrar con motivo del bimilenario de ese acontecimiento, es evidente la llamada del hombre. Éste no pierde su dignidad cuando se abandona a Cristo por la fe, porque entonces su humanidad es elevada a la participación en la vida divina. Cristo es la verdad que no tiene ocaso: en él Dios se encuentra con todos los hombres, y todos los hombres pueden ver a Dios en él (cf. Jn 14, 9-10). Ningún encuentro con el mundo será fecundo si el creyente deja de fijar su mirada en el misterio de la encarnación del Hijo de Dios. El vacío que muchos experimentan hoy ante la pregunta sobre el porqué de la vida y de la muerte, sobre el destino del hombre y sobre el sentido del sufrimiento, sólo puede ser colmado por el anuncio de la verdad que es Jesucristo. El corazón del hombre estará siempre "inquieto", hasta que descanse en él, verdadero consuelo para cuantos están "fatigados y sobrecargados" (Mt 11, 28).

Un árbol cargado de frutos

9. La "pequeña semilla" que el Papa Juan XXIII depositó "con el corazón y la mano temblorosos" (constitución apostólica «Humanae salutis», 25 de diciembre de 1961) en la basílica de San Pablo extramuros el 25 de enero de 1959, anunciando su intención de convocar el vigésimo primer concilio ecuménico de la historia de la Iglesia, ha crecido convirtiéndose en un árbol que ahora extiende sus ramas majestuosas y fuertes en la viña del Señor. Ya ha dado muchos frutos en estos treinta y cinco años de vida, y dará muchos más en el futuro. Una nueva época se abre ante nuestros ojos: es el tiempo de la profundización de las enseñanzas conciliares, el tiempo de la cosecha de cuanto sembraron los padres conciliares y la generación de estos años ha cultivado y esperado.

El concilio ecuménico Vaticano II fue una verdadera profecía para la vida de la Iglesia: y seguirá siéndolo durante muchos años del tercer milenio recién iniciado. La Iglesia, con la riqueza de las verdades eternas que le han sido confiadas, continuará hablando al mundo, anunciando que Jesucristo es el único verdadero Salvador del mundo: ayer, hoy y siempre.​

Les dejo un fragmento de la VVeD sobre Juan Pablo II:

"Yo les digo, solemnemente, que pronto serán probados por el fuego. Oren y ayunen para no ser puestos a prueba. Permanezcan firmes y observen las tradiciones que les fueron enseñadas. Obedezcan a Mi Papa, 3 sin importar lo que suceda. Permanezcan fieles a él y Yo les daré las gracias y la fuerza que necesitarán. Yo los exhorto a que permanezcan fieles a él y se mantengan alejados de cualquiera que se rebele contra él. Sobre todo, nunca escuchen a nadie que lo rechace. Nunca dejen que su amor por él carezca de sinceridad."

Creo que el rechazo al CVII es parte de las señales del tiempo, como lo son los excesos que se produjeron luego de su realización.

Bendiciones. Inés
 
Re: EL REGRESO DE LOS SEGUIDORES DE LEFEBVRE A LA IGLESIA

Gracias por tus deseos de paciencia querida Eve pero prefiero creerle a Juan Pablo II

JUAN PABLO II SOBRE EL CONCILIO VATICANO II
Discurso al congreso, celebrado en el Vaticano en marzo,2000, sobre la aplicación del concilio Vat II

Señores cardenales; venerados hermanos en el episcopado y en el sacerdocio; queridos hermanos y hermanas:

1. Me alegra mucho encontrarme con vosotros al concluir el congreso que se ha celebrado durante estos días en el Vaticano sobre el tema, verdaderamente arduo y estimulante, de la aplicación del concilio ecuménico Vaticano II. Saludo al señor cardenal Roger Etchegaray, a quien agradezco las palabras que me ha dirigido en nombre de todos vosotros. Doy la bienvenida, también, a los prefectos de los dicasterios y a los demás purpurados, así como a los arzobispos y obispos, que con su presencia subrayan la importancia de este encuentro. Saludo, por último, a los expertos que han venido de las diversas partes del mundo, para dar la contribución de su experiencia y de sus reflexiones.

El concilio ecuménico Vaticano II fue un don del Espíritu Santo a su Iglesia. Por este motivo sigue siendo un acontecimiento fundamental, no sólo para comprender la historia de la Iglesia en este tramo del siglo, sino también, y sobre todo, para verificar la presencia permanente del Resucitado junto a su Esposa entre las vicisitudes del mundo. Por medio de la asamblea conciliar, con motivo de la cual llegaron a la Sede de Pedro obispos de todo el mundo, se pudo constatar que el patrimonio de dos mil años de fe se había conservado en su autenticidad originaria.

Una experiencia de fe

2. Con el Concilio, la Iglesia vivió, ante todo, una experiencia de fe, abandonándose a Dios sin reservas, con la actitud de que quien confía y tiene la certeza de ser amado. Precisamente esta actitud de abandono en Dios se nota con claridad al hacer un examen sereno de las Actas. Quien quisiera acercarse al Concilio prescindiendo de esta clave de lectura, no podría penetrar en su sentido más profundo. Sólo desde una perspectiva de

fe, el acontecimiento conciliar se abre a nuestros ojos como un don, cuya riqueza aún escondida es necesario saber captar. Vuelven a nuestra memoria, en esta circunstancia, las significativas palabras de san Vicente de Lérins: "La Iglesia de Cristo, diligente y cauta custodia de los dogmas confiados a ella, nunca cambia nada en ellos; nada disminuye, nada añade; no amputa nada necesario, no añade nada superfluo; no pierde lo que es suyo, no se apropia de lo que es de otros; por el contrario, con celo, considerando con fidelidad y sabiduría los antiguos dogmas, tiene como único deseo perfeccionar y pulir los que antiguamente recibieron una primera forma y un primer esbozo, consolidar y reforzar los que ya han alcanzado relieve y desarrollo, custodiar los que ya han sido confirmados y definidos" («Commonitorium», XXIII).

Un verdadero desafío

3. Los padres conciliares afrontaron un auténtico desafío. Consistía en tratar de comprender más íntimamente, en un período de rápidos cambios, la naturaleza de la Iglesia y su relación con el mundo, para realizar la oportuna actualización ("aggiornamento"). Aceptamos ese desafío -yo fui uno de los padres conciliares-, y dimos una respuesta buscando una inteligencia más coherente de la fe. Lo que hicimos durante el Concilio fue mostrar que también el hombre contemporáneo, si quiere comprenderse a fondo a sí mismo, necesita a Jesucristo y a su Iglesia, que permanece en el mundo como signo de unidad y comunión. En realidad, la Iglesia, pueblo de Dios en camino por los senderos de la historia, es el testimonio perenne de una profecía que, a la vez que testimonia la novedad de la promesa, hace evidente su realización. El Dios que hizo la promesa es el Dios fiel que cumple la palabra dada. ¿No es esto lo que la Tradición que se remonta a los Apóstoles nos permite verificar diariamente? ¿No estamos en un proceso constante de transmisión de la Palabra que salva y que ofrece al hombre, dondequiera que se encuentre, el sentido de su existencia? La Iglesia, depositaria de la Palabra revelada, tiene la misión de anunciarla a todos.

Esta misión profética exige tomar la responsabilidad de manifestar lo que la Palabra anuncia. Debemos presentar signos visibles de la salvación, para que el anuncio que llevamos se comprenda en su integridad. Anunciar el Evangelio al mundo es una tarea que los cristianos no pueden delegar a otros. Es una misión que deriva de la responsabilidad propia de la fe y del seguimiento de Cristo. El Concilio quiso devolver a todos los creyentes esta verdad fundamental.

Interpretación auténtica

4. Para recordar el vigésimo aniversario del concilio Vaticano II, convoqué en 1985 un Sínodo extraordinario de los obispos. Tenía como objetivo celebrar, verificar y promover la enseñanza conciliar. Los obispos, en su análisis, hablaron de "luces y sombras" que habían caracterizado el período postconciliar. Por este motivo, en la carta «Tertio millennio adveniente» escribí que "el examen de conciencia debe mirar también la recepción del Concilio" (n. 36). Hoy, os doy las gracias a todos vosotros que habéis venido de diferentes partes del mundo para responder a esta solicitud. El trabajo que habéis realizado durante estos días ha mostrado la presencia y la eficacia de la enseñanza conciliar en la vida de la Iglesia. Ciertamente, exige un conocimiento cada vez más profundo. De todas formas, en esta dinámica es necesario no perder la genuina intención de los padres conciliares; más bien, hay que recuperarla superando interpretaciones arbitrarias y parciales, que han impedido expresar del mejor modo posible la novedad del magisterio conciliar. La Iglesia conoce desde siempre las reglas para una recta hermenéutica de los contenidos del dogma. Son reglas que se sitúan dentro del entramado de fe y no fuera de él. Leer el Concilio suponiendo que conlleva una ruptura con el pasado, mientras que en realidad se sitúa en la línea de la fe de siempre, es una clara tergiversación. Lo que han creído "todos, siempre y en todo lugar", es la auténtica novedad que permite que cada época se sienta iluminada por la palabra de la revelación de Dios en Jesucristo.

«Dei Verbum»

5. El Concilio fue un acto de amor: "Un grande y triple acto de amor" -como dijo Pablo VI en el discurso de apertura del cuarto período del Concilio--, un acto de amor "hacia Dios, hacia la Iglesia, hacia la humanidad" («Insegnamenti», vol. III [1965] 475). La eficacia de ese acto no se ha agotado en absoluto: continúa obrando a través de la rica dinámica de sus enseñanzas.

La constitución dogmática «Dei Verbum» puso con renovada conciencia la palabra de Dios en el centro de la vida de la Iglesia. Esta centralidad deriva de una percepción más viva de la unidad entre la sagrada Escritura y la sagrada Tradición. La palabra de Dios, que se mantiene viva gracias a la fe del pueblo santo de los creyentes bajo la guía del Magisterio, nos pide también a cada uno de nosotros que asumamos nuestra responsabilidad en la conservación intacta del proceso de transmisión.

Para que el primado de la revelación del Padre a la humanidad conserve toda la fuerza de su novedad radical es preciso que la teología, ante todo, se convierta en instrumento coherente de su inteligencia. En la encíclica «Fides et ratio» escribí: "Como inteligencia de la Revelación, la teología en las diversas épocas históricas ha debido afrontar siempre las exigencias de las diferentes culturas para luego conciliar en ellas el contenido de la fe con una conceptualización coherente. Hoy tiene también un doble cometido. En efecto, por una parte debe desarrollar la labor que el concilio Vaticano II le encomendó en su momento: renovar las propias metodologías para un servicio más eficaz a la evangelización. (...) Por otra parte, la teología debe mirar hacia la verdad última que recibe con la Revelación, sin darse por satisfecha con las fases intermedias" (n. 92).

«Sacrosanctum Concilium»

6. Lo que la Iglesia cree es lo que asume como objeto de su oración. La constitución «Sacrosanctum Concilium» ilustró las premisas para una vida litúrgica que rinda a Dios el verdadero culto que le debe dar el pueblo llamado a ejercer el sacerdocio de la nueva Alianza. La acción litúrgica debe ayudar a todos los fieles a entrar en la intimidad del misterio, para captar la belleza de la alabanza al Dios trino. En efecto, constituye una anticipación en la tierra de la alabanza que los bienaventurados rinden a Dios en el cielo. Por tanto, en toda celebración litúrgica habría que dar a los participantes la posibilidad de gustar anticipadamente, aunque sea bajo el velo de la fe, algo de las dulzuras que brotarán de la contemplación de Dios en el paraíso. Por esta razón, todo ministro, consciente de la responsabilidad que tiene con respecto al pueblo confiado a él, deberá respetar fielmente el carácter sagrado del rito, creciendo en la inteligencia de lo que celebra.

«Lumen gentium»

7. "Ha llegado la hora en que la verdad sobre la Iglesia de Cristo debe ser analizada, ordenada y expresada", afirmó el Papa Pablo VI en el discurso de apertura del segundo período del Concilio («Insegnamenti», vol. I [1963], 173-174). Con esas palabras el inolvidable Pontífice identificó la tarea principal del Concilio. La constitución dogmática «Lumen gentium» fue un verdadero canto de exaltación de la belleza de la Esposa de Cristo. En esas páginas recogimos la doctrina expresada por el concilio Vaticano I e imprimimos el sello para un estudio renovado del misterio de la Iglesia.

La comunión es el fundamento en el que se apoya la realidad de la Iglesia. Una «koinonía» cuya fuente está en el misterio mismo del Dios trino y se extiende a todos los bautizados, que por eso están llamados a la unidad plena en Cristo. Dicha comunión se manifiesta en las diversas formas institucionales en las que se realiza el ministerio eclesial y en la función del Sucesor de Pedro como signo visible de la unidad de todos los creyentes. A todos resulta evidente que el concilio Vaticano II hizo suyo con gran impulso el anhelo "ecuménico". El movimiento de encuentro y clarificación, que se puso en marcha con todos los hermanos bautizados, es irreversible. La fuerza del Espíritu llama a los creyentes a la obediencia, para que la unidad sea fuente eficaz de la evangelización. La comunión que la Iglesia vive con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo es signo de que los hermanos están llamados a vivir juntos.

«Gaudium et spes»

8. "El Concilio, que nos ha dado una rica doctrina eclesiológica, ha relacionado orgánicamente su enseñanza sobre la Iglesia con la enseñanza sobre la vocación del hombre en Cristo" esto lo dije en la homilía durante la misa de apertura del Sínodo de los obispos, el 24 de noviembre de 1985 (n. 5: «L'Osservatore Romano», edición en lengua española, 1 de diciembre de 1985, p. 1). La constitución pastoral «Gaudium et spes», que planteaba los interrogantes fundamentales a los que toda persona está llamada a responder, nos repite hoy también a nosotros unas palabras que no han
perdido su actualidad: "El misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado" (n. 22). Son palabras que aprecio mucho y que he querido volver a proponer en los pasajes fundamentales de mi magisterio. Aquí se encuentra la verdadera síntesis que la Iglesia debe tener siempre presente cuando dialoga con el hombre de este tiempo, como de cualquier otro: es consciente de que posee un mensaje que es síntesis fecunda de la expectativa de todo hombre y de la respuesta que Dios le da.

En la encarnación del Hijo de Dios, que este jubileo quiere celebrar con motivo del bimilenario de ese acontecimiento, es evidente la llamada del hombre. Éste no pierde su dignidad cuando se abandona a Cristo por la fe, porque entonces su humanidad es elevada a la participación en la vida divina. Cristo es la verdad que no tiene ocaso: en él Dios se encuentra con todos los hombres, y todos los hombres pueden ver a Dios en él (cf. Jn 14, 9-10). Ningún encuentro con el mundo será fecundo si el creyente deja de fijar su mirada en el misterio de la encarnación del Hijo de Dios. El vacío que muchos experimentan hoy ante la pregunta sobre el porqué de la vida y de la muerte, sobre el destino del hombre y sobre el sentido del sufrimiento, sólo puede ser colmado por el anuncio de la verdad que es Jesucristo. El corazón del hombre estará siempre "inquieto", hasta que descanse en él, verdadero consuelo para cuantos están "fatigados y sobrecargados" (Mt 11, 28).

Un árbol cargado de frutos

9. La "pequeña semilla" que el Papa Juan XXIII depositó "con el corazón y la mano temblorosos" (constitución apostólica «Humanae salutis», 25 de diciembre de 1961) en la basílica de San Pablo extramuros el 25 de enero de 1959, anunciando su intención de convocar el vigésimo primer concilio ecuménico de la historia de la Iglesia, ha crecido convirtiéndose en un árbol que ahora extiende sus ramas majestuosas y fuertes en la viña del Señor. Ya ha dado muchos frutos en estos treinta y cinco años de vida, y dará muchos más en el futuro. Una nueva época se abre ante nuestros ojos: es el tiempo de la profundización de las enseñanzas conciliares, el tiempo de la cosecha de cuanto sembraron los padres conciliares y la generación de estos años ha cultivado y esperado.

El concilio ecuménico Vaticano II fue una verdadera profecía para la vida de la Iglesia: y seguirá siéndolo durante muchos años del tercer milenio recién iniciado. La Iglesia, con la riqueza de las verdades eternas que le han sido confiadas, continuará hablando al mundo, anunciando que Jesucristo es el único verdadero Salvador del mundo: ayer, hoy y siempre.​

Les dejo un fragmento de la VVeD sobre Juan Pablo II:

"Yo les digo, solemnemente, que pronto serán probados por el fuego. Oren y ayunen para no ser puestos a prueba. Permanezcan firmes y observen las tradiciones que les fueron enseñadas. Obedezcan a Mi Papa, 3 sin importar lo que suceda. Permanezcan fieles a él y Yo les daré las gracias y la fuerza que necesitarán. Yo los exhorto a que permanezcan fieles a él y se mantengan alejados de cualquiera que se rebele contra él. Sobre todo, nunca escuchen a nadie que lo rechace. Nunca dejen que su amor por él carezca de sinceridad."

Creo que el rechazo al CVII es parte de las señales del tiempo, como lo son los excesos que se produjeron luego de su realización.

Bendiciones. Inés


Hola Ines:

Para nosotros como católicos aceptar ciertas cosas sobre nuestra iglesia es difícil, y una de ellas es que el Concilio II ha dado libre actuación a los enemigos de la misma. TE podría dar muchos ejemplos, pero ello no ayudaría en nada a resolver la problemática actual, por lo que tambien te pido a ti paciencia a Miguel, pues él si ha vivido el resultado de este concilio y de ahí su enojo.

Yo no digo que el Papa Juan Pablo II o cualquier otro haya actuado con alevosía, pero la realidad es que nuestra iglesia ha sido perjudicada, y si alguien no lo quiere reconocer , pues simplemente hace uso de su derecho.

La apostasía del clero católico predicha por la Virgen en la Salette y en Fátima, lleva años en marcha y con dicho Concilio se le ha abierto las puertas de par en par y eso es algo que no puedes negar, pues la Virgen no advierte en vano, ni miente.

Bendiciones
 
Re: EL REGRESO DE LOS SEGUIDORES DE LEFEBVRE A LA IGLESIA

Le comento Don TOBI, son muchos los lefebvristas que piensan que toda la Iglesia esta infectada por la masoneria, OOooops!

:iroc-fron

Uy, eso se sabe desde el siglo XIX durante la exposicion de la Logia Carbonaria en Italia, no es de sorprender que en los 80's la gran purga hecha por Juan Pablo II y el entonces Card. Ratzinger contra masones influyentes en el clero fue total, solo quedaron los modernistas, agentes no masones que siguen ideas liberales que ven en el Concilio Vaticano II los ideales de la Revolucion Francesa triunfando en Roma. No es de extrañar que su Santidad Benedicto XVI traiga al seno de la Iglesia a los Lefebvristas para lanzarse contra el relativismo hijo del modernismo.
 
Re: EL REGRESO DE LOS SEGUIDORES DE LEFEBVRE A LA IGLESIA

Hola Ines:

Para nosotros como católicos aceptar ciertas cosas sobre nuestra iglesia es difícil, y una de ellas es que el Concilio II ha dado libre actuación a los enemigos de la misma. TE podría dar muchos ejemplos, pero ello no ayudaría en nada a resolver la problemática actual, por lo que tambien te pido a ti paciencia a Miguel, pues él si ha vivido el resultado de este concilio y de ahí su enojo.

Yo no digo que el Papa Juan Pablo II o cualquier otro haya actuado con alevosía, pero la realidad es que nuestra iglesia ha sido perjudicada, y si alguien no lo quiere reconocer , pues simplemente hace uso de su derecho.

La apostasía del clero católico predicha por la Virgen en la Salette y en Fátima, lleva años en marcha y con dicho Concilio se le ha abierto las puertas de par en par y eso es algo que no puedes negar, pues la Virgen no advierte en vano, ni miente.

Bendiciones

Claro Eve, no pienso que decís que JPII actúa con alevosía ni en verdad podés decirlo salvo que te salgas de la Iglesia. Y en verdad es un deber de todo católico reconocer el Magisterio del Papa y con ello aceptar el CVII.

Dificilmente se pueda predicar a favor de la unidad de los cristianos si los mismos católicos rechazan y tienen a menos el Magisterio del Papa y su servicio a favor de la unidad, que se apoya en el presente precisamente en el en el CVII. Pero bueno, mejor que todo quede a la luz y no es la oscuridad de la conciencia de cada uno. Muchas veces es la única forma de sanar las heridas y disipar la confusión.

Es una confusión enorme igualar el CVII con las conductas erradas y desvios de la sana doctrina que se produjeron luego. Más teniendo en cuenta que muchos de estos desvíos tienen sus origen en las ideas modernistas muy anteriores al CVII y a las cuales se refiere la Virgen en apariciones del siglo XIX y XX. Estas ideas mundanas infiltradas en las mentes privilegiadas de la Iglesia - más bien herejías - hubieran hecho mucho mayor daño del que ya han hecho sin el CVII.

Por bendición los responsables máximos de la Fraternidad advierten que no es bueno para la Iglesia y su misión de proclamar a Cristo ciertas conductas y actitudes de sus miembros.

(...) los lefebvristas italianos expulsaron ayer de sus filas a don Floriano Abrahamowicz, que lo había apoyado y había expresado posiciones similares.

Responsable en el nordeste italiano de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X de Padua, Abrahamowicz respaldó públicamente la semana pasada a Williamson, al afirmar que las cámaras de gas de los campos de concentración habían sido construidas "al menos para desinfectar".

Anteanoche, volvió a crear gran revuelo al definir el Concilio Vaticano II algo "peor que una herejía" y hasta "una cloaca máxima". Los lefebvristas italianos reaccionaron con mano dura y lo expulsaron "por graves motivos de disciplina". "Aunque dolorosa, la decisión de expulsión se hizo necesaria para evitar que fuera ulteriormente distorsionada la imagen de la Fraternidad San Pío X y, en consecuencia, dañada su obra al servicio de la Iglesia", indicó un comunicado. http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1097447&pid=5802158&toi=6269

Tengo mucha confianza que el Señor sabrá obtener otros muchos buenos frutos para el Reino, de todo este embrollo que produjo un acto de misericordia del Santo Padre al servicio de la unidad de la Iglesia y de los cristianos, que es el eje de su pontificado junto al díalogo intereligioso en base a la Verdad.

Estamos viendo el bordado de Dios del lado del revés pero Dios lo ve del derecho y lo que reserva para el final es muy bueno.

Mientras tanto a los que somos fieles a Cristo y a su vicario en la tierra, se nos invita a acompañarlo en Su Pasión:

-Hija Mía, nosotros estamos compartiendo Mi Pasión por las siguientes razones: por la conversión de las almas, para reparar, por todos los que deforman Mi Palabra, por esos maestros que suponen que Yo no he resucitado con Mi Cuerpo, por los que Me sofocan diferenciándose unos de otros en Mí, por la insinceridad que reina entre los que rodean a Mi Vicario, por la hipocresía que reina entre los que claman por la Paz y la Unidad pero dejan sin vida su palabra, por los que continúan viviendo en una gran maldad bajo estos cielos. Bienamada, repara por todas esas almas que Me conducen hora tras hora por la ruta del Calvario. Todas estas reparaciones no son en vano. El Amor te asistirá también (VVeD - Martes, 2.03.90 )​

Bendiciones. Inés
 
Re: EL REGRESO DE LOS SEGUIDORES DE LEFEBVRE A LA IGLESIA

Así empiezan los cismas Miguel.

No es que te juzgue yo, tu juicio rebota sobre tí al cuestionar a la Iglesia.

Saludos


¿Cisma? mira precisamente te escribo con el ordenador de la parroquia de
mi tío sacerdote y furibundo partidario del CVII, aunque tenemos grandes
diferencias doctrinales colaboramos y hacemos Iglesia juntos.

Muy a su pesar ha tenido que ocuparse él personalmente de las catequesis,
BUENA SEÑAL; LA PARTICIPACION DE LOS SEGLARES EN LA PASTORAL,
QUE PRECONIZABA EL CVII, ha fracasado.

Le he pedido que se ajuste al Magisterio de la Iglesia, concretamente
al Catecismo de la Iglesia Católica, le he impreso el resumen
del Sacramento de la Confirmación y en este preciso instante se lo
está explicando a los confirmandos.

¿Y tú hablas de cisma?

Amigo Caminante_7 no me hagas reir.

!! Si supieras lo que los seglares podemos hacer para volver a lo
tradicional y antiguo te quedarías asombrado ¡¡

Bendiciones.
 
Re: EL REGRESO DE LOS SEGUIDORES DE LEFEBVRE A LA IGLESIA

Hola Ines:

Para nosotros como católicos aceptar ciertas cosas sobre nuestra iglesia es difícil, y una de ellas es que el Concilio II ha dado libre actuación a los enemigos de la misma. TE podría dar muchos ejemplos, pero ello no ayudaría en nada a resolver la problemática actual, por lo que tambien te pido a ti paciencia a Miguel, pues él si ha vivido el resultado de este concilio y de ahí su enojo.

Yo no digo que el Papa Juan Pablo II o cualquier otro haya actuado con alevosía, pero la realidad es que nuestra iglesia ha sido perjudicada, y si alguien no lo quiere reconocer , pues simplemente hace uso de su derecho.

La apostasía del clero católico predicha por la Virgen en la Salette y en Fátima, lleva años en marcha y con dicho Concilio se le ha abierto las puertas de par en par y eso es algo que no puedes negar, pues la Virgen no advierte en vano, ni miente.

Bendiciones

Amiga Eve,

gracias por tu comprensión, y estoy de acuerdo contigo.

Pero debemos espabilar, NO HACER JAMÁS LO QUE HIZO LEBREBVRE.

Mira Eve, hay que ser astutos, vamos a aceptar el CVII, para demolerlo
desde dentro.

Si lees el CVII, es tan de manga ancha y tan versátil, que lo mismo
puedes andar hacia atrás como hacia adelante, puedes aplicarlo o puedes
dejarlo.

Nos dicen que lo leamos, pues muy bien vamos a leerlo,
PERO A LA LUZ DE LA TRADICION y a denunciar todas las brechas por
donde se coló el humo de satanás.

Mira, mis sacerdotes preferidos, siguen "suspendidos a divinis" no
están reconocidos canónicamente y no tienen ministerio legítimo.

El Papa sí les ha levantado la excomunión, pero como a Sansón los modernistas los ataron a una columna y sirven risa y escarnio por "anticuados"

PERO ESTO SACERDOTES VALIENTES E HIJOS DE MARIA HECHARAN
EL CVII ABAJO, CON SU MODERNISMO Y NEOPROTESTANTISMO.

Venganza y muerte de Sansón

26 Sansón dijo al niño que lo llevaba de la mano: «Déjame palpar las columnas que sostienen la casa, para apoyarme en ellas».

27 El edificio estaba repleto de hombres y mujeres. Allí estaban todos los príncipes de los filisteos, y en la azotea había unos tres mil hombres y mujeres que se divertían mirando a Sansón.

28 Entonces Sansón invocó al Señor, con estas palabras: «Señor, acuérdate de mí y devuélveme la fuerza por esta sola vez, para que pueda vengarme de los filisteos, de un solo golpe, por la pérdida de mis dos ojos».

29 Luego palpó las dos columnas centrales que sostenían el edificio, y se apoyó contra ellas, poniendo sobre una su brazo derecho y sobre la otra su brazo izquierdo.

30 Y exclamó: «¡Muera yo junto con los filisteos!». Después empujó con toda su fuerza, y el edificio se desplomó sobre los príncipes y sobre toda la gente allí reunida. ¡Los que él mató al morir fueron más numerosos que los que había matado en toda su vida!



Y así es amiga Eve, dejemos que los MODERNISTAS Y NEOPROTESTANTES,
nos aten al CVII, dejemos que nos acusen de cismáticos y rebeldes al Magisterio, dejemos que se burlen y nos llamen "anticuados"

Como Sansón pidamos a Cristo fuerzas por medio de María y bastará
una buena sacudida a la columna del CVII, para que se venga abajo
y muera el MODERNISMO Y EL NEOPROTESTANTISMO.

Bendiciones.
 
Re: EL REGRESO DE LOS SEGUIDORES DE LEFEBVRE A LA IGLESIA

¿Cisma? mira precisamente te escribo con el ordenador de la parroquia de
mi tío sacerdote y furibundo partidario del CVII, aunque tenemos grandes
diferencias doctrinales colaboramos y hacemos Iglesia juntos.

Muy a su pesar ha tenido que ocuparse él personalmente de las catequesis,
BUENA SEÑAL; LA PARTICIPACION DE LOS SEGLARES EN LA PASTORAL,
QUE PRECONIZABA EL CVII, ha fracasado.


Le he pedido que se ajuste al Magisterio de la Iglesia, concretamente
al Catecismo de la Iglesia Católica, le he impreso el resumen
del Sacramento de la Confirmación y en este preciso instante se lo
está explicando a los confirmandos.

¿Y tú hablas de cisma?

Amigo Caminante_7 no me hagas reir.

!! Si supieras lo que los seglares podemos hacer para volver a lo
tradicional y antiguo te quedarías asombrado ¡¡

Bendiciones.

Miguel, Miguel, es contradictorio lo señalado en rojo con los que está en azul.

Y dile a tu tío, el sacerdote, que donde yo vivo ni las misas ni las parroquias están vacias y la enseñanza del CVII ha dado buenos frutos no obstante algunos desviós, no mayores que los que tuvo Jesús con los 12 apóstoles de Su Divina elección. Y nuestro arzobispo es una gran impulsor de la participación de los seglares en las tareas pastorales. Y muy buenos frutos obtiene para el bien del Reino.

Españoles ¡ánimo! que luego de la Cruz viene la Resurrección en Gloria.

Bendiciones. Inés
 
Re: EL REGRESO DE LOS SEGUIDORES DE LEFEBVRE A LA IGLESIA

Y voy a decirte algo Miguel aunque no va a gustarte. La diferencia de la situación de los fieles entre tu país y el mío tiene que ver con la actitud de la jerarquía cuando la Virgen vino en nuestra y en vuestra ayuda. En San Nicolás de los Arroyos se la reconoció y se pastoreo al rebaño. En Garabandal se la rechazó y no se pastoreo al rebaño como Ella lo pedía.

Los que reconocieron a la Virgen en San Nicolás era sacerdotes postconciliares y los que no la reconocieron en Garabandal era preconciliares.

Hasta que esa omisión no se reparada no cesará la tormenta en tu país.

Bendiciones. Inés
 
Re: EL REGRESO DE LOS SEGUIDORES DE LEFEBVRE A LA IGLESIA

Miguel, Miguel, es contradictorio lo señalado en rojo con los que está en azul.

Y dile a tu tío, el sacerdote, que donde yo vivo ni las misas ni las parroquias están vacias y la enseñanza del CVII ha dado buenos frutos no obstante algunos desviós, no mayores que los que tuvo Jesús con los 12 apóstoles de Su Divina elección. Y nuestro arzobispo es una gran impulsor de la participación de los seglares en las tareas pastorales. Y muy buenos frutos obtiene para el bien del Reino.

Españoles ¡ánimo! que luego de la Cruz viene la Resurrección en Gloria.

Bendiciones. Inés

Eso de que es contradictorio es lo que tú dices.

Yo no lo veo así,

Estate tranquila, que le diré a mi tío lo que me dices,
pero también la diré el testimonio de mis familiares que se fueron a
Argentina tres meses a ver a un tío nuestro y me contaron que fueron
a misa el domingo y la iglesia estaba vacía.

Y el testimonio que me trajeron fue que la crisis de la Iglesia que vieron allí
era peor que aquí en España.

O sea que no amiga Inés, no pienses que todo el "monte es orégano" como
decimos en estas tierras.

Dí mas bien que eres una privilegiada por vivir en ese ambiente eclesial
tan favorable, pero eso no te vale de franquicia para poner al CVII, por las
nubes.

Y no te hagas ilusiones, cuarenta millones de católicos en América Latina
ya los hemos perdido y se nos han marchado al protestantismo y a las sectas.

O sea que a mi tío le contaré lo tuyo y lo otro.

Bendiciones