Re: SI MARIA ES INMACULADA PORQUE NO PUDO ABRIR EL ROLLO NI MIRARLO
Y por cierto, antes de discutir con un servidor, no estará demás que estudiasen un poco más sobre el asunto. Ni comparto ni dejo de compartir, pero no crean que un servidor anda del todo equivocado, por tanto que...
Andan un poco despistados, y para muestra le voy a dar un botón. En concreto les voy a citar lo que nos dice el Diccionario Teológico del Nuevo Testamento. Editado por Ediciones Sígueme (Editorial Católica de los Operarios Diocesanos) en su página 427 del Tomo I. Recordándole que en este diccionario ha sido llevado a cabo por 98 reconocidos exegetas.
[...]
C) Pero Jesucristo no aparece en lugar de Dios. Igualdad de naturaleza no implica necesariamente igualdad de ser. Aunque el Hijo de Dios en su ser preexistente existía en forma divina, ha resistido a la tentación de ser igual a Dios (Flp 2,6). Y en su existencia terrena ha sido obediente a Dios hasta la muerte en la cruz (Flp 2,8). Es el mediador y no el autor de la salvación (2 Cor 5,19; Col1,20; Heb 9,15), el cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Jn 1,36). Después de cumplir su obra terrena ha sido también elevado a la derecha de Dios (Ef 1,20; 1 Pe 3,22) e investido con la dignidad de Kyrios celeste (Flp 2,9), sin que por ello haya sido igualado con Dios. Sigue subordinado a él, aunque se le adjunta enteramente. Esto vale a si mismo de la posición que ocupa en el santuario celeste como eterno sumo sacerdote, según Heb; nos representa ante Dios (cf. también Rom 8,34). Cuando Ap 1,13 ss describe la aparición del celestial hijo del hombre con rasgos tomados de la imagen del “anciano” (Dios) de Dn 7, no significa que Cristo sea igual que Dios. En el Ap se distingue constantemente entre Dios y el “cordero”.
6. Cristo como Dios
Algunos pasajes del NT dan pie para preguntarse si el Hijo de Dios es denominado también Dios.
a) Se discute sobre Rom 9,4 s. Después que Pablo ha aclarado la posición de Israel en la historia de salvación y una vez que ha hecho resaltar como un especial honor el que Cristo venga de este pueblo según la carne, añade una frase con relativo en la que se dice “quien es Dios sobre todo, bendito para siempre. Amén”. Es fácil, y lingüísticamente absolutamente posible, aplicar la frase a Cristo. Pero aun en ese caso no por ello se le igual a Dios, sino que se le designaría como un ser de orden divino, pues el término theós no lleva artículo. Sin embargo, este titulo no vuelve aparecer en Pablo, de modo que es más probable que se trate de una doxología dirigida a Dios, procedente de la tradición judía y tomada por Pablo. Según esto, Pablo, entusiasmado como estaba por la actuación de Dios con Israel habría concluido todo este fragmento alabando a Dios. En este caso habría que traducir así: “el Dios que está por encima de todo sea alabado eternamente”.
b) Más claros son, por el contrario, algunos pasaje de los escritos joaneos. En Jn 1 se dice del lógos, del Cristo preexistente, que era Dios; es decir, un “ser divino” que participa de la divinidad de Dios. También Jn 1, 18 se distingue entre Dios mismo y el Dios unigénito —así habría que leer según los mejores mss. y las citas patrísticas más antiguas. Aquí también se piensa en la naturaleza divina del Hijo de Dios. En Jn 20, 28, como consecuencia de la aparición del resucitado, hace Tomás esta profesión: “Señor mío y Dios mío”. Theós lleva artículo. El que al resucitado se le llame Dios es un caso único en el NT. Pero Tomás quiere, sin duda, decir que Dios se la hecho visible en la figura de Jesús. El culmen de tales proposiciones lo representa 1 Jn 5,20, donde consta la absoluta unidad de naturaleza entre Dios y Cristo. Probablemente hay que traducir así: “Este (Cristo) es el verdadero, Dios y vida eterna” (y no: éste es el verdadero Dios). La plena divinidad de Cristo no se afirma en NT por muy próximo que se esté de tal pensamiento. Ni siquiera Tit 2, 13 puede aducirse en su apoyo. “La aplicación a Jesús del atributo divino “gran Dios”, firmemente arraigado en el judaísmo tardío, estaría totalmente aislada en el NT” (JJeremias, NTD 9, 58). En Pablo se opone a ello expresamente Flp 2, 6. Tendrá razón EStaffer (Th Wb, 107) al decir que la formación de conceptos cristológicos en el NT ha alcanzado su consecuente conclusión con la “constante designación” de Cristo como theós[...]
Y si 98 reconocidos exegetas, y si uno de los diccionarios más reconocidos y utilizado por los mismos seminaristas, y si una editorial reconocida, y por sobre todo, propiedad de los Operarios Diocesanos, nos lo indican, no, no crean que un servidor anda mal encaminado, por tanto que otros muchos son los que lo defienden e indican, y todos ello, MUCHÍSIMO MÁS PREPARADOS, CONOCEDORES, Y ENTENDIDOS, que la inmensa mayoría de los que andamos en por estos foros, un servidor incluido.
Otra cosa es que bien sepan entenderlo a tal cual es debido, y sin sacarlo de cuentas. Pero ello, ya no es mi problema, por tanto que un servidor bien sabe de que habla, pero otra cosa muy distinta es que o bien ustedes le entiendan, o bien quieran esforzarse por entenderle.
Que Dios les bendiga.
Y por cierto, antes de discutir con un servidor, no estará demás que estudiasen un poco más sobre el asunto. Ni comparto ni dejo de compartir, pero no crean que un servidor anda del todo equivocado, por tanto que...
Andan un poco despistados, y para muestra le voy a dar un botón. En concreto les voy a citar lo que nos dice el Diccionario Teológico del Nuevo Testamento. Editado por Ediciones Sígueme (Editorial Católica de los Operarios Diocesanos) en su página 427 del Tomo I. Recordándole que en este diccionario ha sido llevado a cabo por 98 reconocidos exegetas.
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C) Pero Jesucristo no aparece en lugar de Dios. Igualdad de naturaleza no implica necesariamente igualdad de ser. Aunque el Hijo de Dios en su ser preexistente existía en forma divina, ha resistido a la tentación de ser igual a Dios (Flp 2,6). Y en su existencia terrena ha sido obediente a Dios hasta la muerte en la cruz (Flp 2,8). Es el mediador y no el autor de la salvación (2 Cor 5,19; Col1,20; Heb 9,15), el cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Jn 1,36). Después de cumplir su obra terrena ha sido también elevado a la derecha de Dios (Ef 1,20; 1 Pe 3,22) e investido con la dignidad de Kyrios celeste (Flp 2,9), sin que por ello haya sido igualado con Dios. Sigue subordinado a él, aunque se le adjunta enteramente. Esto vale a si mismo de la posición que ocupa en el santuario celeste como eterno sumo sacerdote, según Heb; nos representa ante Dios (cf. también Rom 8,34). Cuando Ap 1,13 ss describe la aparición del celestial hijo del hombre con rasgos tomados de la imagen del “anciano” (Dios) de Dn 7, no significa que Cristo sea igual que Dios. En el Ap se distingue constantemente entre Dios y el “cordero”.
6. Cristo como Dios
Algunos pasajes del NT dan pie para preguntarse si el Hijo de Dios es denominado también Dios.
a) Se discute sobre Rom 9,4 s. Después que Pablo ha aclarado la posición de Israel en la historia de salvación y una vez que ha hecho resaltar como un especial honor el que Cristo venga de este pueblo según la carne, añade una frase con relativo en la que se dice “quien es Dios sobre todo, bendito para siempre. Amén”. Es fácil, y lingüísticamente absolutamente posible, aplicar la frase a Cristo. Pero aun en ese caso no por ello se le igual a Dios, sino que se le designaría como un ser de orden divino, pues el término theós no lleva artículo. Sin embargo, este titulo no vuelve aparecer en Pablo, de modo que es más probable que se trate de una doxología dirigida a Dios, procedente de la tradición judía y tomada por Pablo. Según esto, Pablo, entusiasmado como estaba por la actuación de Dios con Israel habría concluido todo este fragmento alabando a Dios. En este caso habría que traducir así: “el Dios que está por encima de todo sea alabado eternamente”.
b) Más claros son, por el contrario, algunos pasaje de los escritos joaneos. En Jn 1 se dice del lógos, del Cristo preexistente, que era Dios; es decir, un “ser divino” que participa de la divinidad de Dios. También Jn 1, 18 se distingue entre Dios mismo y el Dios unigénito —así habría que leer según los mejores mss. y las citas patrísticas más antiguas. Aquí también se piensa en la naturaleza divina del Hijo de Dios. En Jn 20, 28, como consecuencia de la aparición del resucitado, hace Tomás esta profesión: “Señor mío y Dios mío”. Theós lleva artículo. El que al resucitado se le llame Dios es un caso único en el NT. Pero Tomás quiere, sin duda, decir que Dios se la hecho visible en la figura de Jesús. El culmen de tales proposiciones lo representa 1 Jn 5,20, donde consta la absoluta unidad de naturaleza entre Dios y Cristo. Probablemente hay que traducir así: “Este (Cristo) es el verdadero, Dios y vida eterna” (y no: éste es el verdadero Dios). La plena divinidad de Cristo no se afirma en NT por muy próximo que se esté de tal pensamiento. Ni siquiera Tit 2, 13 puede aducirse en su apoyo. “La aplicación a Jesús del atributo divino “gran Dios”, firmemente arraigado en el judaísmo tardío, estaría totalmente aislada en el NT” (JJeremias, NTD 9, 58). En Pablo se opone a ello expresamente Flp 2, 6. Tendrá razón EStaffer (Th Wb, 107) al decir que la formación de conceptos cristológicos en el NT ha alcanzado su consecuente conclusión con la “constante designación” de Cristo como theós[...]
Y si 98 reconocidos exegetas, y si uno de los diccionarios más reconocidos y utilizado por los mismos seminaristas, y si una editorial reconocida, y por sobre todo, propiedad de los Operarios Diocesanos, nos lo indican, no, no crean que un servidor anda mal encaminado, por tanto que otros muchos son los que lo defienden e indican, y todos ello, MUCHÍSIMO MÁS PREPARADOS, CONOCEDORES, Y ENTENDIDOS, que la inmensa mayoría de los que andamos en por estos foros, un servidor incluido.
Otra cosa es que bien sepan entenderlo a tal cual es debido, y sin sacarlo de cuentas. Pero ello, ya no es mi problema, por tanto que un servidor bien sabe de que habla, pero otra cosa muy distinta es que o bien ustedes le entiendan, o bien quieran esforzarse por entenderle.
Que Dios les bendiga.