Re: JESUCRISTO, EL LOGOS DE DIOS
Re: JESUCRISTO, EL LOGOS DE DIOS
¿Alguien de los detractores tiene alguna respuesta o refutación contra lo que escribí inicialmente?
Veo que simplemente dicen que no puede ser así, pero no veo refutación o respuesta a mis exposiciones iniciales.
El que quiera comience por este post sobre el Logos, y luego continue por el otro.
Pronto viene Juan 1:1b.
Dios les guarde...
Re: JESUCRISTO, EL LOGOS DE DIOS
¿Alguien de los detractores tiene alguna respuesta o refutación contra lo que escribí inicialmente?
JESUCRISTO, EL LOGOS DE DIOS:
Antes de empezar el análisis de Juan 1:1, hemos de referirnos al Logos, su significado, sus orígenes y trasfondo y el uso que Juan dio a este título, solamente hallado en sus escritos (Juan 1:1,14; 1 Juan 1:1; *5:7; Apocalipsis 19:13), con respecto a Jesucristo.
La palabra griega que generalmente traducimos al español como “Verbo” o “Palabra” es Logos. También es posible traducir este término como “Razón”, “Sabiduría” o “Lógica”. Este término aúna las ideas de razón y expresión, significando entonces la manifestación o expresión de la mente o pensamientos. De ahí que es preferible la traducción “Palabra” o “Verbo”, incluyendo también el contenido intelectual o racional de lo expresado. “Razón” y “Sabiduría” también son traducciones aceptables. “Lógica” debería ser explicado, pero el término de todas formas es coherente con el pensamiento Joanino del Logos.
Podemos decir con certeza que la intención de Juan era captar la atención, tanto de judíos como de griegos, por medio de un término familiar a ambos grupos.
1.- Para los judíos, el Logos o “Palabra” contenía las ideas de poder y sabiduría. Según el pensamiento judío, la “Palabra” de Dios no solamente expresaba ideas, sino que hacía cosas o tenía poder para hacer cosas, por ejemplo, Dios creó lo que existe por medio de Su “Palabra” (Génesis 1:3; Salmo 33:6,9; Hebreos 11:3). También vemos que la “Palabra” no solamente crea, sino que manifiesta la sabiduría de Dios en todas Sus obras (Proverbios 3:9; 8:12,22-30).
También sabemos que en el pensamiento judío la “Palabra” no solamente representaba el poder y sabiduría de Dios, sino que incluso llegó a representar a Dios, es decir, Dios mismo era Su “Palabra”. Esta tradición se remonta al tiempo en que las Escrituras fueron traducidas al arameo, traducciones comúnmente conocidas como Targúms. En estas traducciones, el término “Dios” es muchas veces reemplazado por “la Palabra (Memra) de Dios”, por ejemplo, en Éxodo 19:17 los hijos de Israel salieron a encontrarse con “la Palabra de Dios” en vez de con “Dios”; en Deuteronomio 9:3 “la Palabra de Dios” es fuego consumidor en vez de “Dios”.
En conclusión, según el pensamiento judío, la “Palabra” o Logos no solamente tiene que ver con el poder y la sabiduría de Dios, sino que la “Palabra” era Dios mismo. Esta línea de pensamiento es totalmente coherente y lógica, pues el poder y la sabiduría de Dios no son entidades separadas de Dios mismo, sino que son esenciales e inherentes a Su Ser y, por lo tanto, absolutamente inseparables de Dios.
2.- El término Logos también fue investido de mucho significado y trasfondo filosófico en la cultura griega.
Heráclito de Éfeso (530-470 A. D.) concebía la realidad como en constante cambio o flujo, es decir, la naturaleza de las cosas nunca deja de cambiar. Sin embargo esto conllevaba una dificultad. Si todo está en constante cambio entonces nada realmente existe, porque si algo no es una cosa en ningún punto del tiempo entonces no es nada, y si no es nada, entonces no puede ser conocido. Solamente aquello que es inmutable puede ser conocido. También, un universo en constante cambio convertiría todo en un caos ininteligible.
Heráclito resolvió esto afirmando que hay un Logos, una ley o principio, que no cambia, haciendo posible el conocimiento. Además, según Heráclito, este Logos es el principio racional que mantiene el universo en orden.
Los Estoicos, escuela de pensamiento fundada por el filósofo Zenón de Citio (335-263 A. C.) y con quienes Pablo discutía en Atenas (Hechos 17:18), concebían al Logos como la mente o razón de Dios que gobernaba todo el curso del universo. Este Logos mantenía en orden todas las cosas y la mente del hombre era una pequeña porción de este Logos.
Filón de Alejandría (20 A. C. – 40 D. C.), un judío helénico contemporáneo del Señor sostenía que el Logos era nada más que la facultad de razonamiento de Dios o la razón de Dios por medio de la que gobierna y ordena el universo. Filón llegó a personificar al Logos en sus escritos, pero solo lo hacía de manera metafórica y no literal.
En conclusión, los filósofos griegos generalmente concibieron al Logos más que nada como un principio racional e impersonal que gobernaba el universo, identificando este Logos como la mente o razón de Dios.
3.- El Logos de Juan era totalmente ajeno al Logos de los griegos y fue totalmente rechazado por los judíos.
De partida, el Logos de Juan no era un principio impersonal como el Logos griego, además de que Éste Logos llegó a encarnarse (Juan 1:14), siendo Dios y hombre al mismo tiempo, algo totalmente impensado por ellos. Por lo tanto, desde el principio el Logos de Juan era totalmente distinto del Logos según el pensamiento helénico. A la vez, Éste Logos fue rechazado por los judíos (Juan 1:10-11) y finalmente fue condenado a muerte por el simple hecho de confesar ser quien era (Mateo 26:63-66; Marcos 14:61-64).
Juan nos da la identidad de Éste Logos a través del prólogo de Su narración del Evangelio, es decir Juan 1:1-18. El Logos que “se hizo carne” (vs. 14) es identificado en el vs. 17 como “Jesucristo”.
Al llamar Logos al Señor Jesucristo, Juan nos da a entender que:
a) Jesucristo es el poder y la sabiduría de Dios (1 Corintios 1:24) por medio de Quién todas las cosas fueron creadas y coherentemente ordenadas, y sin el cual absolutamente nada de lo creado podría haber venido a la existencia (Juan 1:3; Colosenses 1:15-17; Hebreos 1:2), siendo el origen, sostén y sustento de toda la Creación (Filipenses 3:20-21; Colosenses 1:17; Hebreos 1:3) y...
b) Que Jesucristo es la perfecta expresión de la mente y esencia de Dios (2 Corintios 4:4; Colosenses 1:15; Hebreos 1:3), es decir, Jesucristo es la “Mente” o “Razón” de Dios; por lo tanto, solamente por medio de Él y deacuerdo a Su soberana voluntad es posible conocer a Dios (Mateo 11:27; Lucas 10:22; Juan 1:18; 14:6; Hebreos 1:2), además de ser Él la fuente y origen de toda proposición racional y verdadera que cualquier hombre posea (Colosenses 2:2-3), es decir, toda verdad que cualquier hombre conozca se lo debe al Logos de Dios (Juan 1:4,9).
La relación entre Dios y Su Logos es tal que separar al Logos de Dios, por ejemplo, enseñando que el Logos fue creado por Dios, es igual a separar a Dios de Su razón, mente, sabiduría, poder, etc. de manera que quien tal hace está despojando a Dios de Su propio Ser. Dios sin Su Logos deja inmediatamente de ser Dios, y esta es la única conclusión lógica y consistente con la doctrina de aquellos que despojan a Cristo de Su Deidad a la luz del uso que Juan da al título Logos. Dios y Su Logos son uno (Juan 10:30).
4.- Concluyo este aporte con algunos comentarios con respecto a lo escrito hasta aquí. Podemos confiar plenamente en las palabras de Juan con respecto al Logos, pues mientras que los filósofos griegos no lograron conocer, por medio de la sabiduría y especulación humanas, aquel Logos que de manera innata reconocían en la Creación (1 Corintios 1:18-21), a Juan se le reveló la identidad verdadera del Logos por medio del Espíritu Santo (Juan 14:26; 2 Pedro 1:21) de manera que las palabras inspiradas del evangelista tienen todo el peso y autoridad de Dios mismo.
Hemos de creer lo dicho por Juan y hemos de atesorarlo en nuestros corazones como enseñanza fidedigna y libre de todo error y falsedad. El que crea esto testifica que Dios es veraz y el que no hace a Dios mentiroso, y deberá prepararse para enfrentar a la mismísima sabiduría de Dios, la cual es invencible (Proverbios 21:30). Solo los necios se atreven a desafiar a Dios.
Un buen entendimiento del Logos ya nos forja una buena defensa contra Sus enemigos, quienes buscan despojarle de Su Divina gloria. Sin embargo, la Palabra de Dios es absolutamente infalible e irrefutable, y mientras estemos inundados de ella seremos absolutamente invencibles. Testimonio de esto es el simple entendimiento del significado e implicancias del título Logos, que por sí solo ya levanta estandarte y apunta directo al corazón de toda herejía cristológica. Ya en este punto las fortalezas del enemigo comenzarán a derrumbarse.
Basé gran parte de este aporte en la obra de Vincent Cheung “Ultimate Questions”, pág. 30-35 (aquí en pdf) y en el libro de William Barclay “Palabras Griegas del Nuevo Testamento”, en el artículo Logos, la Palabra del Mensaje Cristiano (G3056). Este último libro lo pueden bajar para e-sword.
Dios bendiga este aporte para beneficio de Sus elegidos en el Nombre Santo de nuestro Señor Jesucristo, AMÉN.
* Cito este vs. conciente de la información que se tiene de él. Aún cuando la procedencia de este vs. sea ajena al texto, la información contenida en él es totalmente verdadera y coherente con el testimonio general de las Escrituras.
Veo que simplemente dicen que no puede ser así, pero no veo refutación o respuesta a mis exposiciones iniciales.
El que quiera comience por este post sobre el Logos, y luego continue por el otro.
Pronto viene Juan 1:1b.
Dios les guarde...