Re: Estudiando la doctrina de los TJ sobre 1914
Tengo el artículo completo de la Atalaya, puedes tu explicarme a que se refiere (precisamente para eso abri el tema).
Anexo un trocito más extenso para que cada quien pueda verlo en su contexto.
1914... la generación que no pasará.
...
¿Cuáles serán los próximos sucesos?
Especialmente desde 1919 los testigos de Jehová han estado cumpliendo en escala notable y ante oposición mundial la siguiente profecía de Jesús: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14). Sí, ésta es la obra que tiene que completarse al grado que Jehová quiera antes que llegue el fin.
¿Qué otros sucesos tienen que ocurrir en el período que le queda a la generación de 1914? La Biblia señala claramente a ciertos sucesos importantes que precederán a la “grande tribulación” y formarán parte de ella, la cual culmina en Armagedón, “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” (Mateo 24:21; Revelación 16:14, 16). Es urgente que usted sepa de qué sucesos se trata y tome las medidas de protección necesarias antes que sea demasiado tarde. (Sofonías 2:3.)
El apóstol Pablo profetizó acerca de uno de estos sucesos al declarar: “Ustedes mismos saben bastante bien que el día de Jehová viene exactamente como ladrón en la noche. Cuando sea que ellos estén diciendo: ‘¡Paz y seguridad!’, entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente”. Esta profecía muestra de manera clara que, justamente antes del fin de este sistema de cosas, se declarará “paz y seguridad” de alguna manera excepcional, ya sea mediante las Naciones Unidas, o por medio de líderes políticos y religiosos independientes. ¿Qué seguirá a dicha declaración? Pablo dijo: “Entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente”. (1 Tesalonicenses 5:2, 3.)
¿Importa cuál es su religión?
¿Podría dicha destrucción afectarle a usted? Bueno, ¿pertenece usted a una de las muchas religiones del mundo? ¿Sabe usted cómo Dios considera estas religiones? ¿Cuál es el futuro de ellas?
Usando como símbolo una “gran ramera” llamada “Babilonia la Grande”, el apóstol Juan describió por inspiración divina un sistema que por siglos ha disfrutado de asociación íntima con “los reyes de la tierra” que ejercen el poder político. Esta “ramera” también ha disfrutado de tratos con “los comerciantes viajeros”, es decir, el elemento comercial del mundo. ¿Cuál es el sistema que ha dominado a los “pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas”? ¡Se trata de la religión falsa! Sí, todas las religiones que son falsas desde el punto de vista de Dios constituyen esta “gran ramera”, que en realidad es un imperio mundial. Pero ¿qué le reserva a ella el futuro inmediato? (Revelación 17:1-8, 15; 18:15-17.)
Revelación 17:16 indica que elementos políticos radicales dentro de las Naciones Unidas (la “bestia salvaje de color escarlata”) odiarán a la ramera religiosa y la devastarán. Poderosos elementos ateos y antirreligiosos dentro de las Naciones Unidas ya han dado pasos para acabar con la religión dentro de su dominio. Pero se esperan medidas más drásticas en el futuro cercano, cuando dichos elementos políticos devasten no solo la cristiandad, sino también los otros grandes sistemas religiosos. Lógicamente, las fuerzas anti-Dios también atacarán a los testigos de Jehová, quienes fielmente proclaman el Reino de Dios. Tal ofensa será como atacar a Dios mismo, y provocará represalias... ¡la guerra de Dios llamada Armagedón! (Revelación 17:3, 12-16; 16:14-16; Ezequiel 38:10-12, 18-23; Zacarías 2:8.)
¿Queda bastante tiempo?
Desde el punto de vista puramente humano, podría parecer que dichos sucesos difícilmente podrían ocurrir antes que la generación de 1914 desaparezca de la escena. Pero el cumplimiento de todos los sucesos predichos que habían de afectar a la generación de 1914 no depende de medidas humanas, que son relativamente lentas. La palabra profética que Jehová pronunció mediante Cristo Jesús es: “Esta generación [de 1914] no pasará de ningún modo hasta que sucedan todas las cosas” (Lucas 21:32). Además, Jehová, quien es la fuente de la profecía inspirada e infalible, hará que se cumplan las palabras de su Hijo en un período relativamente corto. (Isaías 46:9, 10; 55:10, 11.)
¿Hay ejemplos de profecías bíblicas que se cumplieron en el pasado a pesar de la incredulidad y el escepticismo humano? Sí, y podemos examinar brevemente uno de éstos. En el año 33 E.C., Jesús predijo respecto a Jerusalén y su templo: “En cuanto a estas cosas que contemplan, los días vendrán en que no se dejará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada. Además, cuando vean a Jerusalén cercada de ejércitos acampados, entonces sepan que la desolación de ella se ha acercado”. (Lucas 21:6, 20.)
Treinta y tres años después, el ejército romano, bajo Cestio Galo, atacó a Jerusalén y estuvo a punto de obtener la victoria. No obstante, sin que se supiera por qué, el general Galo dio la orden de que sus tropas se retiraran. Como consecuencia de aquello, algunos judíos han de haber pensado que su ciudad sagrada no sería destruida. Pero dicho pensar no duró mucho tiempo. Cuatro años después, los ejércitos romanos bajo Tito regresaron y destruyeron a Jerusalén y su templo.
Así la profecía de Jesús se realizó hasta el más mínimo detalle. Como dijo G. A. Williamson en su introducción a la traducción al inglés de Guerra de los judíos, de Flavio Josefo: “Si no tuviéramos ninguna otra fuente de información además de los evangelios, nos sentiríamos tentados a sospechar que las advertencias de Jesús se expresan en lenguaje hiperbólico [exagerado] [...] ¿Era posible que de aquel templo imponente ni una piedra quedara sobre otra que no fuera derribada? Ciertamente fue posible; es un hecho histórico. La destrucción fue absoluta y total [...] Toda esta historia trágica se había predicho con asombrosa exactitud”.
Tal como las profecías de Jesús respecto a Jerusalén se cumplieron durante la vida de la generación del año 33 E.C., así también sus profecías respecto al “tiempo del fin” se cumplirán durante la vida de la generación de 1914 (Daniel 12:4). Esto significa que tienen maravillosas esperanzas no solo los de aquella generación, sino todos los que viven hoy. ¿Por qué? Porque respecto a los significativos sucesos que afectarían a aquella generación, Jesús también dijo: “Cuando vean suceder estas cosas, conozcan que está cerca el reino de Dios”. (Lucas 21:28, 31.)
La proximidad del Reino de Dios hoy significa el fin de los divisivos sistemas políticos, religiosos y comerciales de la actualidad. Significa que se introducirá un nuevo gobierno justo para todas las personas obedientes de la humanidad. Usted puede escoger la vida eterna bajo este arreglo de “nuevos cielos y una nueva tierra” (2 Pedro 3:13; Juan 17:3). Sí, usted puede llegar a ver este prometido Nuevo Orden, junto con los sobrevivientes de la generación de 1914
... la generación que no pasará.
[Ilustración en la página 5]
‘En agosto de 1914 un mundo terminó y otro empezó’
[Ilustración en la página 6]
‘Cuando digan: “¡Paz y seguridad!”, entonces les sobrevendrá destrucción repentina’
[Ilustración en la página 7]
Usted, junto con los sobrevivientes de la generación de 1914, puede llegar a ver un Nuevo Orden
No, jmarraiz sigues despitado, lo de la generación ya es otra cosa, tema aparte.
Tengo el artículo completo de la Atalaya, puedes tu explicarme a que se refiere (precisamente para eso abri el tema).
Anexo un trocito más extenso para que cada quien pueda verlo en su contexto.
1914... la generación que no pasará.
...
¿Cuáles serán los próximos sucesos?
Especialmente desde 1919 los testigos de Jehová han estado cumpliendo en escala notable y ante oposición mundial la siguiente profecía de Jesús: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14). Sí, ésta es la obra que tiene que completarse al grado que Jehová quiera antes que llegue el fin.
¿Qué otros sucesos tienen que ocurrir en el período que le queda a la generación de 1914? La Biblia señala claramente a ciertos sucesos importantes que precederán a la “grande tribulación” y formarán parte de ella, la cual culmina en Armagedón, “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” (Mateo 24:21; Revelación 16:14, 16). Es urgente que usted sepa de qué sucesos se trata y tome las medidas de protección necesarias antes que sea demasiado tarde. (Sofonías 2:3.)
El apóstol Pablo profetizó acerca de uno de estos sucesos al declarar: “Ustedes mismos saben bastante bien que el día de Jehová viene exactamente como ladrón en la noche. Cuando sea que ellos estén diciendo: ‘¡Paz y seguridad!’, entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente”. Esta profecía muestra de manera clara que, justamente antes del fin de este sistema de cosas, se declarará “paz y seguridad” de alguna manera excepcional, ya sea mediante las Naciones Unidas, o por medio de líderes políticos y religiosos independientes. ¿Qué seguirá a dicha declaración? Pablo dijo: “Entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente”. (1 Tesalonicenses 5:2, 3.)
¿Importa cuál es su religión?
¿Podría dicha destrucción afectarle a usted? Bueno, ¿pertenece usted a una de las muchas religiones del mundo? ¿Sabe usted cómo Dios considera estas religiones? ¿Cuál es el futuro de ellas?
Usando como símbolo una “gran ramera” llamada “Babilonia la Grande”, el apóstol Juan describió por inspiración divina un sistema que por siglos ha disfrutado de asociación íntima con “los reyes de la tierra” que ejercen el poder político. Esta “ramera” también ha disfrutado de tratos con “los comerciantes viajeros”, es decir, el elemento comercial del mundo. ¿Cuál es el sistema que ha dominado a los “pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas”? ¡Se trata de la religión falsa! Sí, todas las religiones que son falsas desde el punto de vista de Dios constituyen esta “gran ramera”, que en realidad es un imperio mundial. Pero ¿qué le reserva a ella el futuro inmediato? (Revelación 17:1-8, 15; 18:15-17.)
Revelación 17:16 indica que elementos políticos radicales dentro de las Naciones Unidas (la “bestia salvaje de color escarlata”) odiarán a la ramera religiosa y la devastarán. Poderosos elementos ateos y antirreligiosos dentro de las Naciones Unidas ya han dado pasos para acabar con la religión dentro de su dominio. Pero se esperan medidas más drásticas en el futuro cercano, cuando dichos elementos políticos devasten no solo la cristiandad, sino también los otros grandes sistemas religiosos. Lógicamente, las fuerzas anti-Dios también atacarán a los testigos de Jehová, quienes fielmente proclaman el Reino de Dios. Tal ofensa será como atacar a Dios mismo, y provocará represalias... ¡la guerra de Dios llamada Armagedón! (Revelación 17:3, 12-16; 16:14-16; Ezequiel 38:10-12, 18-23; Zacarías 2:8.)
¿Queda bastante tiempo?
Desde el punto de vista puramente humano, podría parecer que dichos sucesos difícilmente podrían ocurrir antes que la generación de 1914 desaparezca de la escena. Pero el cumplimiento de todos los sucesos predichos que habían de afectar a la generación de 1914 no depende de medidas humanas, que son relativamente lentas. La palabra profética que Jehová pronunció mediante Cristo Jesús es: “Esta generación [de 1914] no pasará de ningún modo hasta que sucedan todas las cosas” (Lucas 21:32). Además, Jehová, quien es la fuente de la profecía inspirada e infalible, hará que se cumplan las palabras de su Hijo en un período relativamente corto. (Isaías 46:9, 10; 55:10, 11.)
¿Hay ejemplos de profecías bíblicas que se cumplieron en el pasado a pesar de la incredulidad y el escepticismo humano? Sí, y podemos examinar brevemente uno de éstos. En el año 33 E.C., Jesús predijo respecto a Jerusalén y su templo: “En cuanto a estas cosas que contemplan, los días vendrán en que no se dejará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada. Además, cuando vean a Jerusalén cercada de ejércitos acampados, entonces sepan que la desolación de ella se ha acercado”. (Lucas 21:6, 20.)
Treinta y tres años después, el ejército romano, bajo Cestio Galo, atacó a Jerusalén y estuvo a punto de obtener la victoria. No obstante, sin que se supiera por qué, el general Galo dio la orden de que sus tropas se retiraran. Como consecuencia de aquello, algunos judíos han de haber pensado que su ciudad sagrada no sería destruida. Pero dicho pensar no duró mucho tiempo. Cuatro años después, los ejércitos romanos bajo Tito regresaron y destruyeron a Jerusalén y su templo.
Así la profecía de Jesús se realizó hasta el más mínimo detalle. Como dijo G. A. Williamson en su introducción a la traducción al inglés de Guerra de los judíos, de Flavio Josefo: “Si no tuviéramos ninguna otra fuente de información además de los evangelios, nos sentiríamos tentados a sospechar que las advertencias de Jesús se expresan en lenguaje hiperbólico [exagerado] [...] ¿Era posible que de aquel templo imponente ni una piedra quedara sobre otra que no fuera derribada? Ciertamente fue posible; es un hecho histórico. La destrucción fue absoluta y total [...] Toda esta historia trágica se había predicho con asombrosa exactitud”.
Tal como las profecías de Jesús respecto a Jerusalén se cumplieron durante la vida de la generación del año 33 E.C., así también sus profecías respecto al “tiempo del fin” se cumplirán durante la vida de la generación de 1914 (Daniel 12:4). Esto significa que tienen maravillosas esperanzas no solo los de aquella generación, sino todos los que viven hoy. ¿Por qué? Porque respecto a los significativos sucesos que afectarían a aquella generación, Jesús también dijo: “Cuando vean suceder estas cosas, conozcan que está cerca el reino de Dios”. (Lucas 21:28, 31.)
La proximidad del Reino de Dios hoy significa el fin de los divisivos sistemas políticos, religiosos y comerciales de la actualidad. Significa que se introducirá un nuevo gobierno justo para todas las personas obedientes de la humanidad. Usted puede escoger la vida eterna bajo este arreglo de “nuevos cielos y una nueva tierra” (2 Pedro 3:13; Juan 17:3). Sí, usted puede llegar a ver este prometido Nuevo Orden, junto con los sobrevivientes de la generación de 1914
... la generación que no pasará.
[Ilustración en la página 5]
‘En agosto de 1914 un mundo terminó y otro empezó’
[Ilustración en la página 6]
‘Cuando digan: “¡Paz y seguridad!”, entonces les sobrevendrá destrucción repentina’
[Ilustración en la página 7]
Usted, junto con los sobrevivientes de la generación de 1914, puede llegar a ver un Nuevo Orden