Re: ¿San Agustin fue libre para entender la fe?
Y ya puestos, porqué no leer el Concilio de Vaticano I y de nuevo???, pues vamos a ello:
Cap. 4 De la fe y la razón
[Del doble orden de conocimiento]. El perpetuo sentir de la Iglesia Católica sostuvo también y sostiene que hay un doble orden de conocimiento, distinto no sólo por su principio, sino tan bien por su objeto; por su principio, primeramente, porque en uno conocemos por razón natural, y en otro por fe divina; por su objeto también, porque aparte aquellas cosas que la razón natural puede alcanzar; se nos proponen para creer misterios escondidos en Dios de los que a no haber sido divinamente revelados, no se pudiera tener noticia [Can. 1]. Por eso el Apóstol, que atestigua que Dios es conocido por los gentiles por medio de las cosas que han sido hechas [Rom. 1, 20]; sin embargo, cuando habla de la gracia y de la verdad que ha sido hecha por medio de Jesucristo [cf. Ioh. 1, 17], manifiesta: Proclamamos la sabiduría de Dios en el misterio; sabiduría que está escondida, que Dios predestinó antes de los siglos para gloria nuestra, que ninguno de los príncipes de este mundo ha conocido...; pero a nosotros Dios nos la ha revelado por medio de su Espíritu. Porque el Espíritu, todo lo escudriña, aun las profundidades de Dios [1 Cor. 2, 7, 8 y 10]. Y el Unigénito mismo alaba al Padre, porque escondió estas cosas a los sabios y prudentes y se las reveló a los pequeñuelos [cf. Mt. 11, 25~.
La verdad, no se de donde sacan sus pretendidos añadidos, que no logran verse por escrito en lugar alguno reconocido. Y sin olvidar:
[De la imposibilidad de conflicto entre la fe y la razón]. Pero, aunque la fe esté por encima de la razón; sin embargo, ninguna verdadera disensión puede jamás darse entre la fe y la razón como quiera que el mismo Dios que revela los misterios e infunde la fe, puso dentro del alma humana la luz de la razón, y Dios no puede negarse a sí mismo ni la verdad contradecir jamás a la verdad. Ahora bien, la vana apariencia de esta contradicción se origina principalmente o de que los dogmas de la fe no han sido entendidos y expuestos según la mente de la Iglesia, o de que las fantasías de las opiniones son tenidas por axiomas de la razón. Así, pues, "toda aserción contraria a la verdad de la fe iluminada, definimos que es absolutamente falsa" [V Concilio de Letrán; v. 738]. Ahora bien, la Iglesia, que recibió juntamente con el cargo apostólico de enseñar, el mandato de custodiar el depósito de la fe, tiene también divinamente el derecho y deber de proscribir la ciencia de falso nombre [1 Tim. 6, 20], a fin de que nadie se deje engañar por la filosofía y la vana falacia [cf. Col. 2, 8; Can 2]. Por eso, no sólo se prohíbe a todos los fieles cristianos defender como legítimas conclusiones de la ciencia las opiniones que se reconocen como contrarias a la doctrina de la fe, sobre todo si han sido reprobadas por la Iglesia, sino que están absolutamente obligados a tenerlas más bien por errores que ostentan la falaz apariencia de la verdad.
Y claro, sin olvidar:
y, por tanto, a nadie es llcito interpretar la misma Escritura Sagrada contra este sentido ni tampoco contra el sentir unánime de los Padres.
unánime.
(Del lat. unanĭmis).
1. adj. Dicho de un conjunto de personas: Que convienen en un mismo parecer, dictamen, voluntad o sentimiento.
2. adj. Se dice de este parecer, dictamen, voluntad o sentimiento.
Y claro, rematando ya la faena:
y, por tanto, a nadie es licito interpretar la misma Escritura Sagrada contra este sentido ni tampoco contra el sentir unánime de los Padres.
unánime.
(Del lat. unanĭmis).
1. adj. Dicho de un conjunto de personas: Que convienen en un mismo parecer, dictamen, voluntad o sentimiento.
2. adj. Se dice de este parecer, dictamen, voluntad o sentimiento.
Sentir UNÁNIME... cuantos, y cuantos argumentos pretendidos se caen ante ello, cuantos, y cuantos, y cuantos... ni más ni menos QUE HA DE SER CONFORME AL SENTIR UNÁNIME. No tomando de unos, de otros y de otros a tal cual los gustos, no... ello es confirmar en ellos mismos, los que lo hacen, la PROFECÍA:
2Ped. 2:1 Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.
2Tim. 4:3 Porque va a llegar el tiempo en que la gente no soportará la sana enseñanza; más bien, según sus propios caprichos, se buscarán un montón de maestros que solo les enseñen lo que ellos quieran oír.
En fin, que no estaría demás que se dedicasen a estudiar un poco, y dejasen ya el copy and paste. Porque vamos, si les quitamos Iternet, estos, se quedan como lo que son, unos tremendos... (cada cual defina)
Un saludo, y que Dios les bendiga.
PD. Ustedes, los no católicos, pues no tienen porque sujetarse a los Concilios, pero vamos, los que dicen serlo, a la verdad, pues tienen un grave problema encima, y tanto.