Re: QUIEN ES EL ARCANGEL MIGUEL?
autor: Juan Antonio Bustillo
“Miguel figura como el mayor de los ángeles en las tres religiones monoteístas principales: el judaísmo, el cristianismo y el Islam [...] Tradicionalmente se lo considera el principal del orden de las virtudes: jefe de los arcángeles; príncipe de la presencia; ángel del arrepentimiento, de la justicia, de la misericordia y de la santificación; y gobernante del cuarto cielo, conquistador de Satanás [...] Además, ha sido identificado como el ángel que detuvo la mano de Abraham cuando estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac”.–James R. Lewis y Evelyn Dorothy Oliver, Angels A to Z, p. 275.
“¿Y qué valor tiene saber que Miguel no es un ser creado sino que es, en realidad, nuestro divino Señor y Salvador, Jesucristo?
“Por un lado, este conocimiento nos ayuda a mantener la visión de Daniel 10 al 12 en una perspectiva adecuada. La visión comienza con una revelación [...] acerca de Jesús en su segunda venida. La historia [...] aquí presentada comienza y termina con el Señor de la historia. Una vez más se nos recuerda que Dios se interesa, que él está en el control.
“El hecho de saber que Miguel es Jesús nos ayuda también a recordar que el foco principal de las profecías no es Antíoco Epífanes ni el Anticristo [...] El centro siempre es Jesucristo”.–C. Mervyn Maxwell, El misterio del futuro revelado, pp. 271, 272.
“¿Quién es Miguel, y qué significa el hecho de que se levante? Miguel es llamado el ‘Arcángel’, en Judas 9; esto significa el jefe o cabeza de los ángeles. Hay uno solo [...] ¿Quién es? Es aquél cuya voz se oye desde el cielo cuando resucita a los muertos (1 Tes. 4:16), cuya voz se oye en relación con este acontecimiento: la voz de nuestro Señor Jesucristo (Juan 5:28). Cuando, basados en este hecho, buscamos la verdad, llegamos a la siguiente conclusión: la voz del Hijo de Dios es la voz del arcángel; por lo tanto, el arcángel debe ser el Hijo de Dios. Pero el arcángel se llama Miguel; de ahí que Miguel debe ser el nombre dado al Hijo de Dios”.–Urías Smith, Daniel y Apocalipsis, p. 247.
“Como lo indican Judas 9 y Apocalipsis 12:7, Miguel es Cristo. Aparece en muchos lugares de la Biblia, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, con diversos títulos que expresan sus diversas funciones en el plan de salvación. El nombre Miguel se usa particularmente en situaciones donde hay conflicto acerca del pueblo de Dios. Miguel viene para luchar por él, protegerlo y librarlo”.–William H. Shea, Daniel 7-12, p. 215.
III. Lo que la Biblia dice acerca de Miguel el arcángel.
“En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo” (Dan. 12:1).
“Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda” (Jud. 9).
“Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles” (Apoc. 12:7).
En Daniel 10: 13 se lo llama "uno de los Primeros Príncipes"; pero de acuerdo con lo que las Escrituras dicen de El en otros pasajes, esta identificación es insuficiente.
En S. Judas 9 se lo llama "el arcángel", expresión que significa "el jefe de los ángeles". Miguel es "el" arcángel, e/jefe de los ángeles. Las leyendas populares han creado varios "arcángeles"; pero en las Escrituras sólo hay uno, el arcángel Miguel.
Miguel, un Ser santo. En hebreo el nombre Miguel es una pregunta: "¿Quién es semejante a Dios?" De acuerdo con Apocalipsis 12: 7, en la lucha celestial e invisible que comenzó hace mucho entre el bien y el mal, Miguel era el comandante de los ángeles de Dios cuando echaron del cielo a los ángeles de Satanás.
Josué se encontró con este mismo Comandante de los ángeles antes de la batalla de Jericó, y se enteró de que era una Persona sumamente santa. Mientras buscaba ayuda por medio de la oración inmediatamente antes del ataque a Jericó, Josué vio de repente a un soldado frente a él, de pie y con una espada en la mano. "¿Eres de los nuestros o de nuestros enemigos? —preguntó a guisa de desafío. Y el soldado replicó-:
Yo soy el jefe del ejército de Yahvéh. . . Quítate las sandalias de tus pies, porque el lugar en que estás es sagrado" (Josué 5: 13-15).
Ya sabe usted que a Moisés se le pidió que se descalzara porque el lugar en que se encontraba era santo. Moisés estaba en pie junto a una zarza que ardía y que milagrosamente no se consumía. Una voz de en medio del fuego le ordenó: "Quita las sandalias de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra sagrada" (Éxodo 3: 5).
Miguel, Yahvéh (Jehová). En la conversación que siguió junto a la zarza, la Persona que hablaba de en medio de las llamas se identificó como "el Dios de tu Padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob" (Éxodo 3: 6). También se presentó como "YO SOY EL QUE SOY", esto es, el Señor, Yahvéh o Jehová (Éxodo 3: 14, 16). Pero en Éxodo 3: 2, al introducir el relato de este gran acontecimiento, se dice que era "el Ángel de Yahvéh" el que se le apareció a Moisés en la zarza ardiente.
¿Qué es un ángel? La palabra "ángel" significa literalmente "mensajero". Dios tiene muchos mensajeros. Usted y yo, imperfectos seres humanos, podemos ser ángeles en este sentido. Los espías que envió Josué para que vieran cómo era Jericó eran "mensajeros" en castellano, pero "ángeles" en griego (Santiago 2: 25).
El Mensajero supremo, la Persona suprema enviada a esta tierra con un mensaje es Jesucristo. En la oración que elevó antes de su crucifixión (S. Juan 17), se refirió a sí mismo como "a Jesucristo, a quien has enviado" (versículo 3, versión Reina Valera). En la misma oración declara que El y el Padre son "uno" (versículo 11). En la Trinidad celestial Jesús, el Hijo de Dios, es tan divino como Dios el Padre. Ambos son eternos y ambos llevan el nombre de "familia": Yahvéh, Jehová, YO SOY. Pero Jesús es el Mensajero, el "Ángel" muy especial, enviado por el Padre.
Jesús es el Ángel de su faz (Isaías 63: 9, versión Reina Valera), el Ángel que nos rescata (nos redime) (Génesis 48: 16).
En ocasión de la segunda venida la voz del arcángel da la señal de la resurrección de los muertos de acuerdo con 1 Tesalonicenses 4: 16. Y en S. Juan 5: 28, 29 se nos dice que es "la voz del Hijo de Dios" la que resucita los muertos. En Daniel 12: 1-4 se nos dice que cuando Miguel se levante en el tiempo del fin, "muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán".
Miguel, el arcángel cuya voz resucitará a los muertos, es Jesús, el Hijo de Dios, nuestro Salvador. Y puesto que es a la vez Dios y Ángel (en un sentido muy especial), es inevitablemente, por virtud de su condición, el jefe de los ángeles: el Arcángel.
Miguel, el Cristo glorificado. Ahora bien, si el Señor Jesús es Miguel, entonces ese ser majestuoso cuyo resplandor casi abatió a Daniel al comienzo de la visión de Daniel 10, también era Miguel.
El hecho de que Jesús es Miguel resulta desdibujado en la Biblia de Jerusalén como resultado de la traducción que se hizo en esa versión de Daniel 10: 13. En efecto, el lector queda con la impresión de que Gabriel, para poder visitar a Daniel, tuvo que dejar a Miguel por un tiempo para que prosiguiera su contienda con el príncipe de Persia. Es decir, Gabriel habría venido solo a visitar a Daniel. La otra conclusión desafortunada es que el Ser resplandeciente de la visión no era Miguel sino Gabriel.
La versión Reina Valera presenta en este caso, a nuestro modo de ver, una traducción más exacta de los textos originales. En efecto, rinde así este pasaje: "Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí que Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé [Gabriel} allí con los reyes de Persia" (Daniel 10: 13). Quiere decir entonces que Gabriel no dejó solo a Miguel luchando con el príncipe de Persia, y que el Ser resplandeciente no era Gabriel sino Miguel.
Para empezar, este concepto nos ayuda a mantener en su perspectiva adecuada la visión de los capítulos 10 al 12 de Daniel. Comienza con una revelación de Jesucristo glorificado. Termina con una revelación de Jesús y de su segunda venida. La historia (del mundo), tal como se la presenta aquí, comienza y termina con el Señor de la Historia. Una vez más se nos recuerda que Dios se preocupa de nosotros, que tiene todo bajo control.
El hecho de saber que Miguel es Jesús nos ayuda también a recordar que el foco principal de las profecías no es ni Antíoco Epífanes ni el Anticristo. No debemos olvidar nunca esto, o estaremos en peligro de cometer errores raros e innecesarios. El centro siempre es Jesucristo. Jesús es la piedra sobrenatural de Daniel 2. Es el Hijo del hombre que aparece en Daniel 7 y que viene con las nubes. Es el Mesías Príncipe a quien se le quita la vida en la profecía de las setenta semanas, y que no obstante, logra que su alianza prevalezca.
¿Y no es bueno, acaso, saber que cuando el ángel en Daniel 10: 21 dice que Miguel es "vuestro Príncipe", quiere decir que Jesús es nuestro príncipe? ¿Y que cuando en Daniel 12: 1 dice que Miguel es "el gran Príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo", nos está recordando que el Hijo de Dios mismo mantiene los asuntos de su iglesia en sus manos?
Pero esto no es todo. Si Jesús es el Ángel supremo, el general de los ejércitos del cielo, está al frente de una hueste innumerable de ángeles, algunos millones de los cuales Daniel vio que estaba reunidos en el santuario del cielo cuando comenzó el juicio que se celebra antes del advenimiento (Daniel 7: 9, 10). En Hebreos 1: 14 se nos dice que los ángeles buenos son "espíritus servidores con la misión de asistir a los que han de heredar la salvación".