EL BAUTISMO GARANTIZA LA SALVACION O NO

Re: EL BAUTISMO GARANTIZA LA SALVACION O NO

"SI PERMANECIEREIS EN MI PALABRA SEREIS VERDADERAMENTE MIS DISCIPULOS ; Y CONOCEREIS LA VERDAD Y LA VERDAD OS HARA LIBRES" (Juan 8:31-32)

QUE ES ESTAR EN CRISTO????

ESTAR EN CRISTO SIGNIFICA PERMANECER EN SU PALABRA (Juan 8:31-32)

QUIEN DIJO QUE TODO EL QUE CREYERE Y FUERE BAUTIZADO SERA SALVO (Marcos 16:16) ??????

FUE CRISTO VERDAD?


Bueno...........I REST MY CASE. (no mas aportaciones de mi parte a menos que lo amerite alguna pregunta)

Dios les bendiga ....ahora si me tegno que marchar jijijijij

Un beso grandote a todos mis hermanos y amigos en el Senor.

CRISTI-ANA

vivimos en un universo dinamico ........nada es estatico ..........

.Joh 15:4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.
Joh 15:5 Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.
Joh 15:6 Si alguno no permanece en mí, es echado fuera como un sarmiento y se seca; y los recogen, los echan al fuego y se queman.

Vemos en estos textos el enfasis que jesus hase a la palabra permaneser, o sea que la gracia de Dios no consiste en un momento de emocion y arrepentimiento sino en una vida rendida a cristo permaneciendo en el.
“No todo el que dice que es salvo por gracia lo es. El verdadero creyente no se conose por lo que confiesa si no por su fruto de obediencia.” (1)
Mat 7:20 Así que, por sus frutos los conoceréis.
Mat 7:21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el Reino de los cielos, sino el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

“Una fe defectuosa no producirá frutos dignos de arrepentimiento, en cambio, una fe real siempre producirá obras que la confirmen, por eso el apostol Santiago en su carta nos dice:” (1)
Jas 2:17 Así también la fe, si no tuviere las obras, es muerta en sí misma.
Jas 2:20 ¿Mas oh hombre vano, quieres saber que la fe sin obras es muerta?
Jas 2:24 Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.

“Con esto, el apostol Santiago redondea y clarifica el mensaje Paulino de la gracia haciendo claro que el creer significa no solo reconoser la obra y la existencia de Jesús, sino también obedecer su voluntad y su palabra.” (1) Por eso en el libro de Hebréos encontramos lo siguiente:
Heb 5:9 “y habiendo sido hecho perfecto, vino a ser fuente de eterna salvación para todos los que le obedecen”.

La desobediencia y la tibiesa espiritual nunca sera compatible con la gracia de Dios, por eso en apocalipsis vemos la advertencia que el señor nos hase a los que sean tibios y no calientes:
Rev 3:15 “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente!
Rev 3:16 'Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.”

“Existen muchas personas que son lo que llamamos comvertidos no arrepentidos, estos confiesan a Jesús con sus labios pero continúan con una vida exclavisada en la obscuridad del pecado y la conscupisencia. Muchos predican a Jesús como salvador pero no como Señor. Su mensaje subyasente es: “ven a Jesús y obtén... salvación, paz, amor, gozo, prosperidad, éxito, salúd,” y asi sucesivamente. Este tipo de mensaje suavisado sin enfatisar lo vital del arrepentimiento y lo concerniente a la pureza espiritual solo seduce a los pecadores que desean obtener los beneficios que se le ofresen sin tener que renunciar a su vida pecaminosa.” (1) Jesús en cambio dijo:
Mar 8:34 Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame.
Mar 8:35 Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.

Jesús nos dice:
Jn 6:54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final.

Esto implica que así como todos los dias comemos y bebemos para sustentar nuestros cuerpos mortales asi mismo cada dia y cada segundo de nuestras vidas debemos comer y beber su sangre que representa su propia vida en nosotros manifestando el caracter de cristo en nuestras vidas, permanesiendo en el y viviendo para el. Por eso el apostol pedro nos dice:
1Pe 1:13 Por tanto, ceñid vuestro entendimiento para la acción; sed sobrios en espíritu, poned vuestra esperanza completamente en la gracia que se os traerá en la revelación de Jesucristo.
1Pe 1:14 Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais en vuestra ignorancia,
1Pe 1:15 sino que así como aquel que os llamó es santo, así también sed vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;
1Pe 1:16 porque escrito está: SED SANTOS, PORQUE YO SOY SANTO.

Es nesesario que seamos santos en nuestra manera de vivir. Lo peor que puede hacer una persona es utilizar la palabra de Dios para justificar su propio pecado. El permanecer en Cristo es vital para la salvación. Las sagradas escrituras enseñan:
1Co 6:9 ¿O no sabéis que los injustos no heredarán el Reino de Dios? No erréis, que ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales,
1Co 6:10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el Reino de Dios.
1Co 6:11 Y esto érais algunos; mas ya sois lavados, mas ya sois santificados, mas ya sois justificados en el Nombre del Señor Jesús, y en el Espíritu del Dios nuestro.

Es nesesario que vivamos una vida arraigada a Jesús en obediencia pues una vez llamados santos del Señór podriamos a causa de la desobediencia ser llamados pecadores nuevamente. Por eso Santiago llama pecador a un hermano que se aparta de la verdad.
Santiago 5:19 Hermanos, si alguien de entre vosotros ha errado de la verdad, y alguno le convirtiere,
Santiago 5:20 sepa este tal que el que hubiere hecho convertir al pecador del error de su camino, salvará un alma de muerte, y cubrirá multitud de pecados.

“Observe que Santiago dijo:”hermanos y si alguno entre vosotros,” le está hablando a cristianos; el esta describiendo a un creyente que se habia desviado del camino de la verdad. Una ves mas observe que Santiago llamó pecador a un hermano que se desvio de la verdad. Si ellos no se devuelven por arrepentimiento, su destino es la muerte. Para desviarse de la verdad primero hay que haber andado en ella.” (1)

2 de Pedro 2:20 dice: “ciertamente, si habiendose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del señor y salvador Jesucristo…”
“Antes de seguir adelante, preguntese: ¿seria salva una persona que haya escapado a la contaminación de este mundo por el conocimiento del Señor Jesucristo? Claro que si, asi que Pedro está hablando acerca de personas que han sido salvas. Ahora continuemos:
“...enredandose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que despues de haverlo conocido, volverse atras del santo mandamiento que les fue dado.”
Estas personas regresaron al mundo, sucumbieron ante el pecado y no buscaron restaurar su relación con el Señor. (1) Es cierto que existe un libro desde antes de la fundación del mundo pero tambien es cierto, aunque no lo entendamos, que nuestros nombres pueden ser borrados. Moises conocia de este libro. Ahora bien, lea este pasaje y jusgue por usted mismo:
Exo 32:31 - 33 (31) Entonces volvió Moisés al SEÑOR, y dijo: Yo te ruego, pues, este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro, (32) que perdones ahora su pecado, y si no, borrame ahora de tu libro que has escrito. (33) Y el SEÑOR respondió a Moisés: Al que pecare contra mí, a éste borraré yo de mi libro.
Tambien en apocalipsis el señor nos advierte:
Rev 3:5 El que venciere, será así vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.
Ninguna enseñansa erronea es lo suficientemente mala, solo cuando vemos sus efectos devastadores.
El problema del pecado en el cristiano ha sido objeto de debate atravez de los siglos. Si Cristo pagó el precio por el pecado y prometió capasitarnos para tener victoria sobre el, ¿por que algunos cristianos continuan siendo esclavos del pecado? ¿Por que son vencidos por la maldad una y otra vez?
Primeramente, existe un concepto que tenemos que entender y es en el sentido de que nada que el hombre haga es estático. Sus deciciones son dinámicas, sus pensamientos son dinámicos, sus acciones son dinámicas, y hasta su carácter es dinámico. Cada año, cada mes, cada semana, cada dia, cada hora, y cada segundo, el hombre debe decidir si va a seguir o rechasar los preceptos de Dios. Los que tomaron en algun momento la decición de seguir a Cristo, no estan excluidos de esta ley natural. El nuevo nacimiento es un acontecimiento que ocurre en nuestro interior cuando nos arrepentimos de corazón de nuestros pecados y decidimos seguir a Cristo aceptando su sacrificio, y cambiando nuestras vidas de dirección. Antes, nos dirigiamos hacia las tinieblas, ahora nos dirigimos hacia la luz. Pero el cristiano cada dia debe decidir vivir segun la carne o segun el espiritu.
Cada dia el cristiano tendra que decidir vencer o sucumbir al pecado. Dada esta realidad, es en el ejercicio de nuestra lucha contra el pecado que desarrollamos la musculatura espiritual y la madurez que nos lleva ha convertirnos en verdaderos soldados de Jesucristo, firmes en la fe inconmobibles y fortalecidos en el poder del Espíritu Santo. Como seres humanos encerrados en un universo dinámico y cambiante, vamos desarrollando através del tiempo, el caracter de Jesucristo en nuestras vidas. El hecho de que Jesus proveyó para nuestra redención por el pecado, no nos exime de tener la responsabilidad de enfrentarnos a nuestro pecado y a los deseos de la carne. El Espíritu Santo, através de nuestras luchas internas, nos guía y nos obliga a entender la forma y manera en que podemos vivir bajo el pacto perfecto que Jesus hizo con su padre y que podamos beneficiarnos entrando en el reposo que Dios ha provisto para nosotros viviendo en el espiritu y no en la carne. Por esta razón, cuando los apostoles le preguntaron a Jesus, ¿como debemos orar? Jesus les enseñó que es fundamental la parte que dice, “Padre, perdonanos así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden,” plasmando la importancia vital que es recurrír dia a dia al trono de la gracia donde hay y siempre habrá suficiente sangre para cubrír nuestros pecados. Si esta dinámica de ir dia a dia delante de Dios y pedir perdon por nuestros pecados no fuera necesaria, no tendría ningun sentido la oración que Jesus nos enseñó pues, ¿para que pedir perdón?
Entendemos que la actitud de Dios siempre es perdonar pues el no desechara al que venga a el con un corazón contrito y humillado, aunque en la parabola del hijo prodigo vemos como el padre con el corazón lleno de perdon esperaba dia a dia el regreso de su hijo la realidad es que si ese hijo nunca hubiese regresado se hubiera perdido y nunca hubiese disfrutado de ser libre de su culpa, pues aunque el padre siempre estubo dispuesto a perdonar esto no implica el hecho que el hijo prodigo dejará de ser culpable. es evidente que Dios ha dado provicion para que recibamos el perdon de nuestros pecados sin enbargo en nuestra dimencion de espacio y tiempo el problema del pecado perciste hasta tanto nos humillemos y claro esta cumplamos con la condición de perdonar a los que nos ofenden para entonces poder disfrutar de este perdon y ser limpiados de toda culpa. Es como si una persona asesinara a un familiar nuestro, nosotros como cristiamos podemos y debemos perdonarlo, pero eso no implica que esta persona no sea culpable. Esta persona pudiera ser limpio de esta culpa, pero para eso tendría que arrepentirse y humillarse ante Dios para así ser rosiado con la sangre presiosa de Jesus la cual es suficientemente poderosa para limpiarlo de su pecado.
La simplicidad del concepto del perdón se entiende por su dinámica en nuestras vidas y no como un acto estático contradiciendo la naturaleza dinámica de nuestro universo. En la eternidad de Dios es obvio su conocimiento previo de quien se salvará y quien no, pero nosotros no vivimos en la eternidad. Vivimos en un mundo atrapado en la dimención tiempo-espacio, lo que nos compete a nosotros es permanecer en el Señor y velar por nuestra salvación con temor y temblor. Si luchamos y no desmayamos, creceremos hasta alcanzar la maduréz espiritual que nos convierte en un soldado de Jesucristo, firme y fuerte en la fe, Jesus dijo, “el que perseverare hasta el fin, este será salvo,” lo que implica que la perseverancia es vital para nuestra salvación siempre manteniendo nuestros ojos en Jesus, dueño, Señor, y rey de nuestras vidas y de todo el universo, a quien damos todo el honor, la groria, y la honra por los siglos de los siglos. Amen.
Autor : Hector R Lugo
[email protected]

Referencias:
Las Sagradas Escrituras (e sword)
(1) John Bevere, Prohibido el paso al enemigo
(2) David Wilkerson, (sacado de un documento de internet)



 
Re: EL BAUTISMO GARANTIZA LA SALVACION O NO

Si analizamos la razón por la cual Jesucristo se bautizó, encontraremos la razón del bautismo en agua y porqué es irrelevante después de la muerte y resurrección de Cristo:

"Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó."

Si analizamos a la justicia que hacía referencia Jesús, sabremos que es a la justicia que era por la ley:

"Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne. Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible." Filipenses

Aquí podemos apreciar la diferencia entre las dos justicias:

"Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree. Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas. Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo); o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos)." Romanos

Cristo cumplio con la ley, incluyendo la justicia que era por la ley, incluyendo el bautizarse en agua. Una vez muerto y resucitado Cristo, ya no estábamos sujetos a la justicia que era por ley, sino a la justicia que es por la fe y esta no incluía ni incluirá jamás un mandamiento que era por la justicia de la ley.

Dios los bendice!

Greivin
Repito esta participación pues es necesario que la mayoría de participantes la analicen.

Además de repetir la pregunta que hice unas páginas atrás:

¿Creen que el bautismo de Juan, bautismo en agua, o bautismo de arrepentimiento, fue determinante para la muerte y resurrección de Cristo o ésta se pudo haber dado sin ese bautismo?

Dios los bendice!

Greivin.
 
Re: EL BAUTISMO GARANTIZA LA SALVACION O NO

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El bautismo no es ningun fundamento, el fundamento es Cristo.

1 Corintios 3:11

Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está
puesto, el cual es Jesucristo.


Otra cosa diferente es que quien cree de verdad a Cristo se bautiza despues de arrepentirse de sus pecados.

Hechos 8:36

Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el
eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?

Hechos 8:37

Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y
respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.

Hechos 8:38

Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua,
Felipe y el eunuco, y le bautizó.


Asi que podemos concluir que quien dice creer en Jesucristo y no quiere bautizarse es que todavia no ha creido en El, pues es un mandamiento del mismo Cristo.

Mateo 28:19

Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo;

1 Pedro 3:21

El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no
quitando las inmundicias de la carne, sino como la
aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la
resurrección de Jesucristo,


Si esto es asi, debe hacerse cuando se ha creido, es decir, al comienzo de este camino. Aclaro que la salvacion viene de la obra de Cristo y de creer en El, obedeciendole, y no de cumplir con un rito.

Gálatas 3:27

porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de
Cristo estáis revestidos.


¿El que no se bautiza esta revestido de Cristo? puedo pensar que si se ha negado a obedecer a Cristo no esta revestido de Cristo. El bautismo es un mandamiento de Cristo. Tambien puedo pensar que los que no quieren bautizarse se niegan a morir con Cristo y seguir viviendo segun su voluntad.

Romanos 6:3

¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en
Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?

Romanos 6:4

Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por
el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los
muertos por la gloria del Padre, así también nosotros
andemos en vida nueva.


Concluyo que el bautismo es un mandamiento de Cristo y debe hacerse cuando uno cree en Cristo de corazon y se ha arrepentido de sus pecados como obediencia a Cristo y compromiso delante de Dios y los hombres de vivir a partir de ese momento en santidad, segun la voluntad de Dios.

Colosenses 2:12

sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis
también resucitados con él, mediante la fe en el poder de
Dios que le levantó de los muertos.


El bautismo es un pacto que se hace con Dios (comprometiendonos a dejar de vivir para nosotros y empezar a vivir para Dios) y como todo pacto, se sella, en este caso con agua, simbolo de Cristo, la palabra de Dios.

Tambien digo que el bautismo en si mismo no salva pero si alguno no quiere obedecer el mandamiento de Jesucristo, el mismo se pierde por no querer aceptar a Cristo en su vida. Pablo decia ...

1 Corintios 15:1

Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he
predicado, el cual también recibisteis, en el cual también
perseveráis;


1 Corintios 15:2

por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he
predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.


Quien rechaza el evangelio de Cristo se pierde porque no ha creido en Cristo. Quien se niega a bautizarse, desobedeciendole ...

Que Dios les bendiga a todos

Paz

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Tambien tengo que añadir que quien contradice las enseñanzas de la Escrituras no creo que sea de Cristo ni que este dirigido por el Espiritu Santo.

Que Dios les bendiga a todos

Paz
 
Re: EL BAUTISMO GARANTIZA LA SALVACION O NO

Querida Lulis, La paz de Cristo sea con usted tmabien amada, Perdoneme pero cuando me referi a "DISPARATE" no me referia a su aportacion, la cual me parecio muy valiosa y digna de analizar. ssino que me referia al disparate de decir que los que creen son salvos, asi sin nada mas, solo por decir que "EL QUE NO CREYERE SERA CONDENADO" Y PUES....LOS QUE CREYEREN SERIAN SALVOS. CONCLUSION QUE EL BAUTISMO NO SALVA???? eso es un SOBERANO DISPARATE.

No es lo que usted dijo.....eso no,,,,sino la DESCABELLADA CONCLUSION al respecto.

Querida hermana:

Ni es un disparate, ni es descabellada es de hecho la respuesta negativa a la pregunta inicial, el bautismo no garantiza la salvación, ésta es por la fe y una vez que creemos obedecemos la ordenanza de nuestro Señor de ser bautizados.

De hecho, no sería lo mas adecuado llamar disparate algo que esta escrito, revise el contexto.

Ahora pasando a su pregunta que si el bautismo en agua natural garantiza la salvacion pas a responderle lo siguiente:

EL AGUA NATURAL NO DA SALVACION, NI TIENE PODERES PARA PERDONAR PECADOS,,,,,,pero cuando una persona entra al agua LUEGO QUE HA CREIDO EN LA OBRA REDENTORA DE CRISTO y quiere hacerse participe del Reino de Cristo, entrando al agua en OBEDIENCIA AL PLAN DIVINO DE SALVACION DE CREER, ARREPENTIRSE, CONFESAR QUE CRISTO ES EL HIJO DE DIOS y BAUTIZARSE SEGUN LO ESPITULADO EN LA GRAN COMISION,,,,,(Marcos 16;16) ,ESO ES LO QUE IMPLICA EL PASO A LA SALVACION, el agua natural es nada, EL PROPOSITO LO ES TODO.

Bien, tendremos que revisar el "plan divino de salvación" pues ya varias veces se ha expuesto aqui como una formula matemática, y si analizamos bien lo escrito es un asunto más bien interno, del alma.

Obediencia es una cosa, creer es otra. Cuando creemos se hace efectivo en nosotros el plan divino de redención: Para que todo aquel que crea, no se pierda. Añadir a ésta fe, alguna acción posterior para que entonces si, sea efectiva la fe, es incluir una condición externa a un asunto completamente interno. ¿Como obtenemos la fe, la fe necesaria para creer? Esa debería ser la cuestión.

Lo escrito en Mateo 28:18-20 que conocemos como la gran comisión, es un madato para quienes evangelizamos y educamos en la Palabra, no para ser evangelizados, nuevamente se confunde el proceso, nosotros, vamos predicamos, cuando ellos creen, nosotros les bautizamos si ellos entienden los mandamientos de Dios y quieren ser bautizados...´¿qué fué lo que les dió salvación? ¿El haber creído con fe o el haberse bautizado? El mismo texto en que se basa para defender lo que enseña lo dice:

Marcos 16:16

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.

Renovemos la lectura:

Marcos 16:16

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.

Lo que condena no es la falta de bautismo, es la falta de fe.

Ya he explicado un sin numero de veces que EL BAUTISMO DEL NUEVO TESTAMENTO ES (agua y Espiritu)

EL DEL ANTIGUO PACTO, PROMULGADO POR JUAN ERA SOLO POR MEDIO DE AGUA, y NO PERDONABA PECADOS NI MUCHO MENOS OTORGABA EL ESPIRITU SANTO, sino que era solo para ARREPENTIMIENTO, a lo que el mismo Juan dice que EL QUE VIENE DETRAS DE EL, LOS BAUTIZARIA EN ESPIRITU SANTO Y FUEGO.....

Esto no queire decir que en el NT existan dos BAUTISMOS (uno de agua y otro de Espriitu como erroneamente interpreto CHARLES FOX PARHAM CREADOR DE LA DOCTRINA PENTECOSTAL 1898 USA) sino que
EL UNICO BAUTISMO QUE HAY (El de Cristo) SE DA POR MEDIO DEL AGUA Y POR LOS MERITOS DE CRISTO RECIBES EL ESPIRITU SANTO como reglao de Dios

Yo creo honestamente que no necesitamos revisar por a hora, lo que otros creen sobre el bautismo, tenemos lo escrito. Tambien me parece un tanto cuanto infructuoso aprovechar el tema para descalificar otras denominaciónes a no ser que se quiera convencer de que cierta denominación es la unica que predica la verdad. Negar que el Espiritu viene a nosotros, cuando creemos es tambien una opción no viable, no podemos caminar por ése sendero.

Definitivamente somos bautizados por el Espiritu Santo, creo que ya mis hermanos le han mostrado evidencia suficiente, pero además nos bautizamos en agua, ¿porque? bueno, para obedecer las ordenes de Jesús al respecto. Lo peligroso es si algunos se estan bautizando en agua para SER SALVOS, o para garantizar o amarrar tal salvación, tenemos el problema más grande que siempre ha arrastrado a nuestra iglesia: Ya no basta la gracia.

PARA ESO DEBEMOS PREGUNTARNOS QUE ES BAUTISMO?

BAUTISMO EN EL NT ES: MUERTE, SEPULTURA Y RESURRECCION, tres pilares donde se sustenta el Evangelio de Jesucristo.

Si de hecho me llamó la atención su falta de consistencia en la exposición de su tesis, permitame traer ésto que lei suyo:

...CUANDO ALGUIEN SE BAUTIZA EN CRISTO, SIGNIFICA QUE ES BAUTIZADO EN LA SEMEJANZA DE CRISTO (en el nomnbre de Jesucristo Hechos 2:38) SIMBOLICAMENTE SIENDO PARTICIPES DE SU MUERTE, SEPULTURA Y RESURRECCION (Romasno 6:2-9)

USTED CREE EN CRISTO Y CAMBIA SU MODO DE PENSAR PARA SERVIRLE A EL (esto es la Muerte de su YO, muriendo con Cristo)

USTED SE BAUTIZA (sepultado en agua como simbolo de la sepultura de Cristo)

USTED SALE DE ESA AGUA(resucitado [Solo faltaría añadir, "simbolicamente"] en Cristo YA SIENDO NUEVA CRIATURA)

DIOS LE OTORGA EL DON DEL ESPIRITU SANTO IGUAL QUE A SU HIJO

ahi usted tiene el bautismo de Cristo, QUE ENCIERRA LOS TRES PILARES QUE SUSTENTAN EL EVANGELIO DE DIOS POR MEDIO DE SU HIJO JESUCRISTO, estos son : MUERTE, SEPULTURA Y RESURRECCION.

El problema es que si es un simbolismo, no puede entonces significar más de lo que es, no es que si no te Mueres, sepultan y eres resucidado simbólicamente, no haya sucedido éso de verdad, todo eso sucede verdaderamente a nivel espiritual, en nuestra alma, Dios da vida a nuestro espíritu que estaba muerto, nos regenera y nos hace sus hijos, criaturas espirituales. El hacerlo externamente es exactamente éso, un simbolismo, el testimonio externo del proceso interno.​

Interesantemente lo vuelve a exponer en esta nueva respuesta:

PARA SER PARTICIPE DE ESE REINO DE CRISTO, UNO TIENE QUE POR FE, SER PARTICIPANTE DE LOS MERITOS DE CRISTO, MUERTE, SEPULTURA Y RESURRECCION

Muerte (simbolizada por el arrepentimineto)

Sepultura (simbolizada por el agua, donde se entierra el viejo hombre)

Resurreccion (simbolizada al salir del agua como Nueva Criatura en Cristo)

TODOS LOS QUE HABEIS SIDO BAUTIZADOS EN CRISTO, DE CRISTO ESTAIS REVESTIDOS" (Galatas 3:27)

Como nos podemos revestir de Cristo si no hemos pasado por el proceso que simboliza el bautismo?

Pero ignora nuevamente que el proceso externo es el testimonio del proceso interno, que si podemos ser revestidos de Cristo aún si pasar por todos éstos SIMBOLISMOS, pues estos no son más que eventos externos que simbolizan algo interno, no por no celebrarlos se anula lo que hace Dios en las almas de los hombres que hace sus hijos. Cuando el proceso sucede es cuando el creyente entiende (pues nosotros cumplimos la gran comisión y le mostramos los mandatos de Cristo) que debe bautizarse ;)


Si usted SOLO CREE, usted esta solo MURIENDO A SU VIEJO YO. que pasara entonces,,,,,,CARGARA CON EL MUERTO A CUESTAS???????
No,,,,ES NECESARIO SEPULTARLO SIMBOLICAMENTE, para estar en la semejanza de la sepultura, PARA QUE ENTONCES YA LIMPIO DE PECADOS ANTE LOS OJOS DE DIOS PUEDA USTED RESUCIRTAR CON CRISTO Y OBTENER EL ESPIRITU SANTO,,,,,

Ya, pero el problema con ésto es que confunde los simbolismos con la obra del Espiritu Santo en la vida del creyente, lo que transforma NO ES EL AGUA, ni el SIMBOLISMO, es el Espiritu, no obtenemos el espiritu despues de "lavarnos exteriormente" es el mismísimo Espiritu a través de la sangre de Cristo lo que nos lava, no nos lava el agua, sino la sangre es la que nos purifica, ésto no es debido a un sumergimiento externo sino es la bendita obra redentora de Cristo.

La muerte de Cristo nos hace justos, no el ser sumergidos o salpicados con agua. He ahi el error en su enseñanza.

que a proposito NO CONVIVE CON LO INMUNDO......o sea que si NO SE SEPULTA Y SE RESUCITA MUCHO MENOS TENDRA EL ESPIRITU SANTO EN UNA EXISTENCIA PARA DIOS PECAMINOSA.

El mismo problema lo que pasa en el alma del creyente no sucede debido al simbolismo del bautismo (muerte/sepultura y resurrección simbólicas). Sino a la obra poderosa del Dios en la vida de los que hace sus hijos. Esta no esta sujeta a lo que exteriormente(simbólicamente) se haga con el cuerpo del que ha creído.

Los que te declaran SALVO Y PERDONADO DE PECADO SOLO CON CREER estan ensenando la falsa doctrina de la SOLA FIDE (originada en el siglo 16)

Haría falta saber qué es esa doctrina antes de hablar de ello. NO se trata de salvos por la sola fe y la goma con el bautismo, no, tal principio doctrinal no funciona así, la redención por la fe, no exime al cristiano del cumplimiento de los mandatos, como dije, no es lo mismo cumplir los mandatos porque ya eres hijo de Dios, que hacerte hijo de Dios cumpliendo tales mandatos.

Obedecemos porque hemos sido redimidos y transformados, aceptamos y deseamos ser bautizados por éso, no al revés. No somos redimidos ni transformados por medio de acciones simbólicas, sino que es dentro de nuestra alma, que Dios obra el milagro de la redención.

DTB
 
Re: EL BAUTISMO GARANTIZA LA SALVACION O NO

el unico que garantiza la salvacion es cristo mismo

estas en cristo ????????? eres salvo

no estas en cristo o te apartas de el ??????????? no te vistas que no vas
Así es mi hermano Héctor, así es.

Escrito está:
"Porque no envió Dios a su Hijo al mundo, para que condene al mundo, mas para que el mundo sea salvo por Él" (Juan 3:17)
Y también, de manera muy contundente afirma respecto a Jesús que:
"El que en Él CREE, no es condenado; MAS EL QUE NO CREE, ya es condenado, porque NO CREYÓ en el nombre del unigénito Hijo de Dios" (Juan 3:18)

Y no está por demás aclarar que este CREER del que hablan las Escrituras no es un mero asentimiento intelectual, sino que implica conocimiento, consentimiento y confianza en Jesucristo, implica conocerle de manera personal y directa, no sólo saber cosas de Él. Es decir, este conocimiento, el correspondiente consentimiento y la confianza vienen de haber tenido un encuentro personal con Él, de haberle recibido.

Escrito está también:
"Mas a todos los que le recibieron, dióles potestad de ser hechos hijos de Dios, á los que creen en su nombre. Los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, mas de Dios" (Juan 1:12-13)
La Palabra de Dios expresa claramente en este texto que nuestra relación con Dios (Padre-hijo) no debe su origen a la ascendencía física, al deseo o impulso del hombre, ni a sus esfuezos ni a sus actos, sino sólo a Dios.

En este texto se encuentran tres palabras que no se deben perder de vista para entender que no es el grupo al que pertenezcamos o las cosas que hagamos lo que nos constituye Hijos de Dios (relación) y por consiguiente, salvos del pecado y de la muerte:
  1. "Dio", que manifiesta la gracia de Dios, quien es el que da el don de recibir al Verbo y ser hijo de Dios (Efesios 2:8-10).
  2. "El derecho", que muestra la autorización de parte de Dios, un título que otorga un nuevo estatus que Él nos otorga, y no el de una habilidad inherente en nosotros. Juan está hablando del estatus de hijos, de haber recibido la plena autoridad de disfrutar todo lo que ese título comporta, no como resultado de lo que nosotros hacemos por Dios, sino de lo que Él ha hecho por nosotros. Y no sólo se está hablando de estatus sino de cambio de estatus. Esto es lo que el Señor Jesús llama "pasar de muerte a vida" (Juan 5:24), pasar de ser enemigos de Dios a ser reconciliados con Él (Romanos 5:10; Colosenses 1:21, 22)
  3. "Hijos". Que denota una relación cercana e íntima con Dios, una comunidad de gente con la misma naturaleza (2 Pedro 1:4) que cuando recibieron al Verbo, nacieron de nuevo (Juan 3) como parte de la familia celestial, y no como resultado de practicar tal o cual religión, de pertenecer a talk o cula grupo de haber participado en tal o cual rito, cualquiera que este sea.
Por tanto, los "hijos", los que han sido salvados y reconciliados por Cristo, son aquellos que creen en Su nombre, esto es, que confian, que han depositado su fe en Jesucristo, que han tenido el mismo cambio espiritual por el que dejan de confiar en sus propios méritos y logros y actos y pasan a confiar en Jesucristo.

Creer en el nombre del Verbo significa confiar en la persona del Verbo. Se trata de creer en Él tal como ES. Es creer en el Hijo y aceptar lo que Su nombre dice de Él. Creer que Dios es el Dios revelado en el Verbo y poner nuestra confianza en Él y en nada más. Así que es mucho más que una simple creencia. No se trata simplemente de creer que lo que dice es verdad, sino confiar en Él. La expresión griega que se usa en este texto se ha encontrado en los papiros en contextos donde está relacionada con la idea de posesión, entonces tenemos el matiz adicional de que cuando uno cree, pasa a ser posesión de Aquel en quien ha creido.

Dice la Escritura que el hombre, a causa del pecado, se encuentra separado de Dios, muerto espiritualmenet, sin posibilidad de relacionarse de manera personal e íntima con Él por sus propios esfuerzos o mértos, y que lo único que puede establecer una relación con Dios es Jesúcristo, a través de el cual Dios reconcilia consigo mismo al hombre, por ello es que el constituye la base y sosten de la salvación y el único que puede garantizarla.

Escrito está:
"Porque Cristo, cuando aún éramos flacos, á su tiempo murió por los impíos. Ciertamente apenas muere algun por un justo: con todo podrá ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios encarece su caridad para con nosotros, porque siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Luego mucho más ahora, justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliado con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Y no sólo esto, mas aun nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por el cual hemos ahora recibido la reconciliación. De consiguiente, vino la reconciliación POR UNO, así como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó á todos los hombres, pues que todos pecaron. Porque hasta la ley, el pecado estaba en el mundo; pero no se imputa pecado no habiendo ley. No obstante, reinó la muerte desde Adam hasta Moisés, aun en los que no pecaron á la manera de la rebelión de Adam; el cual es figura del que había de venir. Mas no como el delito, tal fué el don: porque si por el delito de aquel uno murieron los muchos, mucho más abundó la gracia de Dios á los muchos, y el don por la gracia DE UN HOMBRE, JESUCRISTO. Ni tampoco de la manera que por un pecado, así también el don: porque el juicio á la verdad vino de un pecado para condenación, mas la gracia vino de muchos delitos para justificación. Porque, si por un delito reinó la muerte por uno, mucho más reinarán en vida POR JESUCRISTO los que reciben la abundancia de gracia, y del don de la justicia. Así que, de la manera que por un delito vino la culpa á todos los hombres para condenación, así por una justicia vino la gracia á todos los hombres para justificación de vida. Porque como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituídos pecadores, así POR LA OBEDIENCIA DE UNO los muchos serán constituídos justos. La ley empero entró para que el pecado creciese; mas cuando el pecado creció, sobrepujó la gracia; Para que, de la manera que el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna POR JESUCRISTO SEÑOR NUESTRO" (Romanos 5:6-21)


Eso es lo que anunciamos y proclamamos a ël. No anunciamos ni exhaltamos una religión o a ningún grupo o denominación, ni a ningún acto o rito, y ni aún a nosotros mismos, sino a Jesucristo el Señor por quien hemos obtenido la reconciliación y através del cual se puede ser reconciliado con Dios.

Atte.
Joaco <><
 
Re: EL BAUTISMO GARANTIZA LA SALVACION O NO

"SI PERMANECIEREIS EN MI PALABRA SEREIS VERDADERAMENTE MIS DISCIPULOS ; Y CONOCEREIS LA VERDAD Y LA VERDAD OS HARA LIBRES" (Juan 8:31-32)

QUE ES ESTAR EN CRISTO????

ESTAR EN CRISTO SIGNIFICA PERMANECER EN SU PALABRA (Juan 8:31-32)

QUIEN DIJO QUE TODO EL QUE CREYERE Y FUERE BAUTIZADO SERA SALVO (Marcos 16:16) ??????

FUE CRISTO VERDAD?


Bueno...........I REST MY CASE. (no mas aportaciones de mi parte a menos que lo amerite alguna pregunta)

Dios les bendiga ....ahora si me tegno que marchar jijijijij

Un beso grandote a todos mis hermanos y amigos en el Senor.

CRISTI-ANA


Estas segura que Cristo dijo; bauticense en agua para que tengan buena conciencia.
 
Re: EL BAUTISMO GARANTIZA LA SALVACION O NO

Así es mi hermano Héctor, así es.

Escrito está:
"Porque no envió Dios a su Hijo al mundo, para que condene al mundo, mas para que el mundo sea salvo por Él" (Juan 3:17)
Y también, de manera muy contundente afirma respecto a Jesús que:
"El que en Él CREE, no es condenado; MAS EL QUE NO CREE, ya es condenado, porque NO CREYÓ en el nombre del unigénito Hijo de Dios" (Juan 3:18)

Y no está por demás aclarar que este CREER del que hablan las Escrituras no es un mero asentimiento intelectual, sino que implica conocimiento, consentimiento y confianza en Jesucristo, implica conocerle de manera personal y directa, no sólo saber cosas de Él. Es decir, este conocimiento, el correspondiente consentimiento y la confianza vienen de haber tenido un encuentro personal con Él, de haberle recibido.

Escrito está también:
"Mas a todos los que le recibieron, dióles potestad de ser hechos hijos de Dios, á los que creen en su nombre. Los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, mas de Dios" (Juan 1:12-13)
La Palabra de Dios expresa claramente en este texto que nuestra relación con Dios (Padre-hijo) no debe su origen a la ascendencía física, al deseo o impulso del hombre, ni a sus esfuezos ni a sus actos, sino sólo a Dios.

En este texto se encuentran tres palabras que no se deben perder de vista para entender que no es el grupo al que pertenezcamos o las cosas que hagamos lo que nos constituye Hijos de Dios (relación) y por consiguiente, salvos del pecado y de la muerte:
  1. "Dio", que manifiesta la gracia de Dios, quien es el que da el don de recibir al Verbo y ser hijo de Dios (Efesios 2:8-10).
  2. "El derecho", que muestra la autorización de parte de Dios, un título que otorga un nuevo estatus que Él nos otorga, y no el de una habilidad inherente en nosotros. Juan está hablando del estatus de hijos, de haber recibido la plena autoridad de disfrutar todo lo que ese título comporta, no como resultado de lo que nosotros hacemos por Dios, sino de lo que Él ha hecho por nosotros. Y no sólo se está hablando de estatus sino de cambio de estatus. Esto es lo que el Señor Jesús llama "pasar de muerte a vida" (Juan 5:24), pasar de ser enemigos de Dios a ser reconciliados con Él (Romanos 5:10; Colosenses 1:21, 22)
  3. "Hijos". Que denota una relación cercana e íntima con Dios, una comunidad de gente con la misma naturaleza (2 Pedro 1:4) que cuando recibieron al Verbo, nacieron de nuevo (Juan 3) como parte de la familia celestial, y no como resultado de practicar tal o cual religión, de pertenecer a talk o cula grupo de haber participado en tal o cual rito, cualquiera que este sea.
Por tanto, los "hijos", los que han sido salvados y reconciliados por Cristo, son aquellos que creen en Su nombre, esto es, que confian, que han depositado su fe en Jesucristo, que han tenido el mismo cambio espiritual por el que dejan de confiar en sus propios méritos y logros y actos y pasan a confiar en Jesucristo.

Creer en el nombre del Verbo significa confiar en la persona del Verbo. Se trata de creer en Él tal como ES. Es creer en el Hijo y aceptar lo que Su nombre dice de Él. Creer que Dios es el Dios revelado en el Verbo y poner nuestra confianza en Él y en nada más. Así que es mucho más que una simple creencia. No se trata simplemente de creer que lo que dice es verdad, sino confiar en Él. La expresión griega que se usa en este texto se ha encontrado en los papiros en contextos donde está relacionada con la idea de posesión, entonces tenemos el matiz adicional de que cuando uno cree, pasa a ser posesión de Aquel en quien ha creido.

Dice la Escritura que el hombre, a causa del pecado, se encuentra separado de Dios, muerto espiritualmenet, sin posibilidad de relacionarse de manera personal e íntima con Él por sus propios esfuerzos o mértos, y que lo único que puede establecer una relación con Dios es Jesúcristo, a través de el cual Dios reconcilia consigo mismo al hombre, por ello es que el constituye la base y sosten de la salvación y el único que puede garantizarla.

Escrito está:
"Porque Cristo, cuando aún éramos flacos, á su tiempo murió por los impíos. Ciertamente apenas muere algun por un justo: con todo podrá ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios encarece su caridad para con nosotros, porque siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Luego mucho más ahora, justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliado con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Y no sólo esto, mas aun nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por el cual hemos ahora recibido la reconciliación. De consiguiente, vino la reconciliación POR UNO, así como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó á todos los hombres, pues que todos pecaron. Porque hasta la ley, el pecado estaba en el mundo; pero no se imputa pecado no habiendo ley. No obstante, reinó la muerte desde Adam hasta Moisés, aun en los que no pecaron á la manera de la rebelión de Adam; el cual es figura del que había de venir. Mas no como el delito, tal fué el don: porque si por el delito de aquel uno murieron los muchos, mucho más abundó la gracia de Dios á los muchos, y el don por la gracia DE UN HOMBRE, JESUCRISTO. Ni tampoco de la manera que por un pecado, así también el don: porque el juicio á la verdad vino de un pecado para condenación, mas la gracia vino de muchos delitos para justificación. Porque, si por un delito reinó la muerte por uno, mucho más reinarán en vida POR JESUCRISTO los que reciben la abundancia de gracia, y del don de la justicia. Así que, de la manera que por un delito vino la culpa á todos los hombres para condenación, así por una justicia vino la gracia á todos los hombres para justificación de vida. Porque como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituídos pecadores, así POR LA OBEDIENCIA DE UNO los muchos serán constituídos justos. La ley empero entró para que el pecado creciese; mas cuando el pecado creció, sobrepujó la gracia; Para que, de la manera que el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna POR JESUCRISTO SEÑOR NUESTRO" (Romanos 5:6-21)


Eso es lo que anunciamos y proclamamos a ël. No anunciamos ni exhaltamos una religión o a ningún grupo o denominación, ni a ningún acto o rito, y ni aún a nosotros mismos, sino a Jesucristo el Señor por quien hemos obtenido la reconciliación y através del cual se puede ser reconciliado con Dios.

Atte.
Joaco <><
!Aleluuuuya!!! Viniendo de ti y respaldado no solo por el testimonio que has dado en este foro, sino por la palabra de Dios que aportas, no nos queda mas que decir !Amén! y ! Amén!

Dios te continúe usando y bendiciendo!

Tu hermano y amigo!

Greivin.
 
Re: EL BAUTISMO GARANTIZA LA SALVACION O NO

Juvenal con respecto a tu pregunta de que si estoy segura que Crsito dijo BAUTICENSE EN AGUA....

No dijo asi exactmente PERO LA PALABRA BAUTISMO como tal viene del griego BAPTIZO que significa SUMERGIRSE EN AGUA,

en otras palabras JUAN EL BAUTISTA se llamaba JUAN EL QUE SUMERGE.

Te quedo claro????

TODO EL QUE CREYERE Y FUERE BAUTIZADO SERA SALVO (Marcos 16:16)

BAUTIZADOOOOO=SUMERGIDO EN AGUA.

CRISTI
 
Re: EL BAUTISMO GARANTIZA LA SALVACION O NO

... la redención por la fe, no exime al cristiano del cumplimiento de los mandatos, como dije, no es lo mismo cumplir los mandatos porque ya eres hijo de Dios, que hacerte hijo de Dios cumpliendo tales mandatos.

Obedecemos porque hemos sido redimidos y transformados, aceptamos y deseamos ser bautizados por éso, no al revés. No somos redimidos ni transformados por medio de acciones simbólicas, sino que es dentro de nuestra alma, que Dios obra el milagro de la redención.
Así es mi hermana, así es. La salvación es obra soberana de Dios, y de nadie más, y no hay nada que nosotros podamos agregarle sino más bien nosotros, si verdaderamente Dios ha obrado en nosotros Su salvación, daremos evidencia de ello a través de nuestras vidas vidas transformadas y hechas obedientes por Él y para Él.

Un gusto volver a leerte en estos foros mi hermana pues, como siempre, eres de bendición.

Fraternalmente,
Joaco <><

PD. Ya recibí tu correo y estoy leyendo tu carta y espero en breve responderte. ¿Tu has recibido mis correos? ¿El que te envié poco antes de Navidad y el de respuesta a tu postal de año nuevo? Espero que sí.
 
Re: EL BAUTISMO GARANTIZA LA SALVACION O NO

!Aleluuuuya!!! Viniendo de ti y respaldado no solo por el testimonio que has dado en este foro, sino por la palabra de Dios que aportas, no nos queda mas que decir !Amén! y ! Amén!

Dios te continúe usando y bendiciendo!

Tu hermano y amigo!

Greivin.
Mi amado Greivin,
Un fuerte y fraternal abrazo para tí en el Señor.

Tus palabras me bendicen grandemente, pero bien sabes mi hermano que si algo hacemos es sólo por la gracia de Dios, pues Él es el que produce en nosotros tanto el querer como el hacer por Su buena voluntad. Además de que la Palabra que aquí compartimos y predicamos es de Él, y por ello es que sea a Él toda la gloria, toda la honra y todo el reconocimiento. Y por supuesto, mi eterno agradecimiento porque un día tuvo misericordia de mi, que era enemigo Suyo y vivia en tinieblas e hizo brillar en mi la luz de Jesucristo y me hizo conocerle, ver Su grandeza y majestad y mi condición perdida, y me perdonó y me salvó, no por nada que yo hubiera hecho, sino por su generosa gracia y gran bondad, por ello no dejaré de anunciar y de hablar de Su gran amor.

¡Bendito sea por siempre mi Dios y Rey!

Dios te continue bendiciendo.

Atte.
Joaco <><
 
Re: EL BAUTISMO GARANTIZA LA SALVACION O NO

LEAN CUIDADOSMENTE POR FAVOR PARA QUE NO ME HAGAN PERDER MAS EL TIEMPO CONTESTANDO LAS MIIIIISMAS Y LAS MIIIISMAS PREGUNTAS, DANDO VUELTAS COMO UNA NORIA

DIOS LE SBENDIGA

Para muchos protestantes de la edad actual es repulsivo el mero pensar de cualquier conexión entre el bautismo y la remisión de los pecados. Me veo obligada a creer que tal estado del sentir se debe en gran parte a un concepto falso de la índole del perdón de los pecados. Este se confunde con un cambio de corazón que se supone ser la renovación del alma efectuada por la agencia directa del Espíritu Santo. Se considera como una experiencia interna, cuestión de la conciencia, y se induce al sujeto a buscar dentro de sí la evidencia de ello, a hallar tal evidencia en un estado de goce que le suceda inmediatamente. Al que tenga tal concepto de la remisión de los pecados, y de la agencia que la produce, necesariamente le ha de parecer absurdo suponer que de algún modo depende del bautismo, a no ser que, con los romanistas, atribuya al bautismo alguna especie de poder mágico que realiza el cambio en el alma.

Pero tal concepto del perdón de los pecados es craso error. No se halla en el Nuevo Testamento. Al contrario, el perdón de los pecados se distingue claramente de ese cambio que comúnmente lo llamamos del corazón. Tal cambio ocurre en el arrepentimiento, pues en el proceso de éste se quita el amor al pecado, interviene la pena por él, brota el amor a la rectitud, y hay propósito profundo de no pecar más. Pero en las Escrituras se distingue el arrepentimiento de la remisión de los pecados, y constantemente se asume que ésta es consecuencia de aquél, y no va incluida en él. Se ve esto frecuentemente en la expresión "arrepentimiento y perdón de pecados". Se ve también en tales como estas: "el bautismo del arrepentimiento para remisión de pecados" (Marcos 1:14; Lucas 3:3); "Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados" (Hechos 2:38). No solo se ve aquí una diferencia marcada entre las dos, sino que claramente se presenta la remisión de los pecados como algo que es subsecuente al arrepentimiento.

Tal concepto equivocado se puede corregir todavía, y producirse la idea correcta si se observa el significado de la palabra traducida "remisión" (afesis). Significa primariamente, según la definición de los léxicos, "soltar como de cautiverio, prisión, etcétera". Secundariamente, si se conecta con los pecados, significa perdón (propiamente dejarlos ir, como si nunca se hubieran cometidos), remisión de sus penas. En la cita de la Septuaginta en Lucas 4:18-19, donde ocurre dos veces en sentido de liberación para los cautivos, se usa en su aceptación primaria. En la secundaria se usa en todos otros lugares del Nuevo Testamento, y en un lugar (Marcos 3:19, "no tiene perdón jamás") el único término admisible en nuestra lengua es perdón. Pero el perdón no es un acto que se verifique dentro del alma del culpable; ocurre en la mente del que perdona, y del perdonado no puede ser conocido sino por algún medio de comunicación. Esto es cierto, claro cuando un hombre perdona a otro; y cuando Dios es el que perdona, es un acto de la mente divina con referencia al pecador, y no un cambio en el pecador mismo.

Además, por su misma naturaleza es un acto que no puede verificarse sino hasta después que haya tenido lugar dentro del pecador mismo tal cambio de corazón y propósito que pueda hacer apropiado que Dios extiende el perdón, aun basado en la propiciación de Cristo. En otras palabras, todo el cambio interno que se exige en el pecador debe ocurrir antes que el pecado se pueda perdonar. Si esto es cierto, desaparece el absurdo aparente de conectar el perdón de los pecados de algún modo con el bautismo, y queda abierta la cuestión de si Dios, además de la fe y el arrepentimiento también exige el bautismo. El simple anuncio de esta cuestión para la mente de la mayoría de los protestantes de hoy, trae la objeción de que la justificación viene por la fe sola, y que por este hecho queda excluida la posibilidad de que el bautismo sea un requisito previo. Pero si la justificación, que comprende el perdón de los pecados, indudablemente depende de la fe como condición, en ninguna parte se dice ni se da a entender que dependa de la fe sola; es decir de la fe aparte de las manifestaciones externas de la fe. Si la justificación se demora hasta que la fe se manifieste por alguna acción externa, todavía es justificado el pecador por la fe, aunque es la fe en acción en distinción de fe como un simple estado mental. Abraham es el ejemplo típico de la justificación por la fe: sin embargo, lo que acabamos de decir es cosa cierta en él, como lo explica el apóstol Jacobo. Dice: "¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe obró con sus obras, y que la fe fue perfecta por las obras? Y fue explícita la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue imputado a justicia" (Santiago 2:21-23). El apóstol en esto, en lugar de ver inconsecuencia entre la justificación por la fe y la que viene de fe que se manifiesta en un acto de fe, presenta esta última, en el caso de Abraham, como el cumplimiento de aquélla. En otras palabras, lo que la Escritura dice, que Abraham creyó a Dios y le fue imputado a justicia, se realizó al ofrecer el patriarca a su hijo en el altar. Precisamente del mismo modo y en armonía perfecta con la justificación por la fe, un hombre es justificado por la fe cuando, en acto de fe, se bautiza. Luego, todavía queda en pie la cuestión de si tal es lo que pasa en este caso.

Mas aun se objeta que ciertas declaraciones referentes a la fe, no incluidas en las que la conectan con la justificación, excluyen la posibilidad de que el perdón se relacione con el bautismo. Por ejemplo: "De tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquél que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16); y "el que cree en el Hijo tiene vida eterna" (Juan 5:36). Aquí llanamente se afirma que el creyente posee la vida eterna, pero todavía queda pendiente indagar si esto se dice del creyente obediente o del creyente que aun no ha manifestado su fe en la acción, usando la fraseología de Jacobo, si la fe es perfeccionada por las obras de fe, o la fe todavía tácita en el alma. Tal cuestión ha de determinarse, no en declaraciones generales como las objeciones de arriba, sino por asertos específicos referentes a las condiciones en que se ofrece el perdón.

El que persiste en objetar todavía tiene otro grupo de textos que, según él, excluyen la conexión de que hablamos, textos en que se afirma que la justificación es por la fe sin las obras de la ley. Por ejemplo: "Así que concluimos ser el hombre justificado por fe sin las obras de la ley" o quitando los artículos, "sin obras de ley" (Romanos 3:38). Pero en este lugar Pablo habla de aquellos actos de obediencia a la ley que justificarían a alguien en la base de su inocencia, y que le dieran independencia de la gracia que se manifiesta en el perdón. Pues bien, actos de fe como el de ofrecer a Isaac en el altar no son de esta categoría. Al contrario, este acto de Abraham, visto a la luz de la ley, habría sido un crimen. Lo mismo es cierto de Rahab al recibir y proteger a los espías, acto que Jacobo especifica fue lo que la justificó (Santiago 2:25). Visto a la luz de la ley, tal acto era traición, así como el de Abraham era asesinato. Pero el bautismo es por cierto un acto de fe que deriva su propiedad de un mandato, y no era obra de la ley en el sentido que la da Pablo en su expresión. En consecuencia, se puede exigir a un creyente que se bautice antes de ser perdonado, y con todo la justificación nada tiene que ver con "las obras de la ley".

Basados sobre otro terreno, se supone que queda excluida toda conexión entre el bautismo y la remisión de los pecados, a saber, el hecho de que la salvación es cuestión de la gracia, no de obras, pues es don de Dios, no por obras, para que nadie se gloríe (Efesios 2:8,9). Pero aun aquí, como en la epístola a los Romanos, las obras que quedan fuera del terreno de la salvación son las de la obediencia perfecta por lo que quien las haya obrado quedaría salvo solo por el mérito. Esto excluiría la gracia. Pero la remisión de los pecados en su verdadera índole es una gracia que se concede y no una deuda que se paga, y concédase bajo ciertas condiciones o no, sigue siendo cuestión de gracia. Solo en el caso de que las obras hechas sean de tal índole que el que las haga merezca la salvación, la gracia se excluye; y en tal caso no habría salvación porque no habría pecados qué remitir. Así pues, si Dios ha visto propio exigir que el creyente sea bautizado antes de perdonarle, el perdón no es menos cuestión de gracia que si no hubiera dado ese requisito. Si el ejecutivo del estado perdona a un criminal, nadie piensa jamás en decir que no es un acto de gracia solo porque al criminal se le exija como condición que firme una promesa de jamás repetir su crimen; y si se tratara de robo y el gobernante exigiera la restitución de la propiedad robada como condición de perdón, nadie pensaría por eso en negar que era un acto de gracia. Viendo pues que la conexión entre el bautismo y la remisión de pecado no queda proscrita por ninguna declaración doctrinal de la Escritura, como las que comúnmente se ha supuesto llevan tal fuerza, tenemos libertad de examinar sin prejuicio aquellos trozos de la Escritura que parecen aseverar tal conexión. Primero examinare*mos ciertos pasajes que claramente enseñan que la remisión de los pecados va enseguida del bautismo en orden de tiempo.

Principal entre éstos es la bien conocida contestación de Pedro en su sermón pentecostal a la pregunta: "Varones hermanos, ¿qué haremos?" Es principal porque ésta fue la primera vez que Pedro, haciendo uso de las llaves que se le habían entregado (Mateo 16:19), abrió las puertas del reino a los creyentes declarándoles lo que habrían de hacer para hallar admisión. Dijo: "Arrepentíos, y bautí*cese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados: y recibiréis el don del Espíritu Santo" (Hechos 2:38). Aquí, sea la preposición "para" o la que fuera, el perdón de los pecados, sin lugar a equivocarse, va después del arrepentimiento y del bautismo. No hay palabras que hagan esto más seguro. Precisamente la misma conexión se establece en términos casi idénticos por Marcos y Lucas con referencia al bautismo de Juan. Ambos dicen que Juan predicaba "el bautismo de arrepentimiento para remisión de pecados" (Marcos 1:4; Lucas 3:3). El bautismo de Juan se llama aquí "bautismo de arrepentimiento", porque único requisito previo que se exigía de un judío creyente era el arrepentimiento. Si el bautismo instituido por Cristo se distinguiera de aquél por un epíteto corres*pondiente, éste se llamaría bautismo de fe; no que la fe sea el único requisito previo, sino que es lo más prominente en la predicación de los apóstoles. El hecho de que ese bautismo de arrepentimiento fuera "para la remisión de los pecados" indica sin error que la remisión venía después en orden de tiempo. En todos estos pasajes, sin embargo, si "para" se usa estrictamente, se ve que el bautismo lleva a la persona bautizada a la remisión y no se indica lapso alguno de tiempo entre el bautismo y aquello a lo que el bautismo trae al sujeto. Así, cuando decimos que la remisión viene después del bau*tismo, significamos inmediatamente después. La orden de Ananías a Saulo enseña lo mismo. Las palabras, "Levántate y bautízate y lava tus pecados" (Hechos 22:16), claramente expresan que los pecados se lavaban (metáfora por remitirlos) como resultado inmediato del bautismo. Estos son todos los pasajes en que se mencionan los pecados en conexión inmediata con el bautismo, y van de acuerdo en mostrar que aquéllos se remiten como consecuencia inmediata de éste.

En otra clase de pasajes la misma verdad se presenta por inferencia. Pablo hace una declaración, y la reitera, de que somos bautizados en Cristo: "¿0 no sabéis que todos los que somos bautizados en Cristo Jesús, somos bautizados en su muerte"? (Romanos 6:3). "Porque los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos" (Gálatas 3:27). Por cierto, uno que ya está en Cristo tiene perdonados sus pecados, pero antes de estar en él no se le han perdonado. Le son perdonados al entrar en Cristo, y parte del proceso por el que ingresa en Cristo es el acto del bautismo. Se sigue, pues, que no está en Cristo hasta no ser bautizado; no es perdonado sino hasta haber sido bautizado. Las palabras de nuestro Señor en la comisión apostólica justifican la misma inferencia: "Por tanto, id y doctrinad a todos los gentiles, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (Mateo 28:19). El que aun no haya entrado a la relación que se expresa "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo", todavía se halla carente del perdón, sea la que fuere su fe o sus emociones, y esa relación se establece tan pronto sus pecados todos son perdonados. Entra en esa relación en el acto del bautismo, en ella es bautizado, y se sigue que sus pecados se perdonan en conexión con su bautismo.

Todavía otra clase de pasajes presentan hechos que denotan la misma relación entre el bautismo y la remisión. Es de la índole del perdón comunicar gozo al perdonado, y es asunto de experiencia universal que la consciencia de pecados no perdonados es carga para el alma. Si pues al rastrear las experiencias de aquéllos cuya conversión a Cristo se describe en el Nuevo Testamento, hallamos que se regocijaron antes de ser bautizados, sería evidencia esto de que la remisión precede al bautismo. Pero por otro lado, si vemos que uniformemente hallan este gozo enseguida del bautismo, debemos aceptar la conclusión contraria. Pues bien, no hay una sola instancia de lo primero en registro; todo lo contrario, cada mención de regocijo tal viene tras el bautismo. Por ejemplo, fue después de bautizarse que el eunuco "se fue por su camino gozoso", cuando antes del bautismo se halla en ansiedad y perplejo (Hechos 8:40). Antes de su bautismo y hasta el momento en que Ananías le dijo se levantara y bautizara, lavando sus pecados, se hallaba Saulo en agonía del alma, y por tres días ni comió ni bebió; pero tan pronto fue bautizado vino alivio a su alma, pues "comió y fue confortado" (Hechos 9:9-19). De igual manera el carcelero filipense antes de su bautismo estaba en angustia y perplejidad; pero después que fue bautizado, metió a Pablo y a Silas a su casa, les puso comida delante, "y se gozó de que toda su casa había creído a Dios" (Hechos 16:30-34).

Una cuarta clase de pasajes enseña la misma doctrina por la manera en que conectan el bautismo con la salvación. Consiste la salvación en Cristo esencialmente en el perdón de los pecados, pues solo al verse redimida el alma de sus pecados por el poder de Cristo que obra interiormente y cuando se quita la culpa del pecado, puede uno lograr un estado de salvación. Si pues, al hablar de salvación y bautismo juntos, es por indicar de algún modo que no hay conexión entre ellos, nos lleva esto por fuerza a explorar de nuevo los pasajes ya anotados por ver si es posible de algún modo leerlos erróneamente. O si en tales pasajes halláramos que se habla de salvación como si precediera al bautismo, esto podría exigir un nuevo examen similar. Pero se halla que ninguna de tales condiciones existe; lo contrario es el orden uniforme que hallamos.

-En la comisión leemos: "El que creyere y fuere bautizado será salvo" (Marcos 16:16). La salvación se pone aquí tras el bautismo, y por cierto es la salvación la que consiste en el perdón de los pecados, pues la salvación final depende de mucho más que creer y bautizarse.

-En la epístola a Tito leemos: "Cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, no por nuestras obras de justicia que nosotros habíamos hecho, mas por su misericordia nos salvó, por el lavacro de la regeneración del Espíritu Santo; el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que, justificados por su gracia, seamos hechos herederos según la esperanza de la vida eterna" (Tito 3:4-7). Por el lavacro de la regeneración aquí el apóstol significa el bautismo, llamado así por ser una especie de lavamiento que se refiere al proceso de la regeneración, y se afirma que por esto y la renovación del Espíritu Santo (obra interna del Espíritu que precede al bautismo) somos salvos. Al mismo tiempo, porque no piense nadie de mérito de algún juez como base de esta salvación, dice que ésta no se concede por haber hecho previamente algo por vía de justicia, sino solo por la piedad de Dios. Además, identifica la salvación de que así habla con la justificación en la frase que añade: "Justificados por su gracia, seamos hechos herederos según la esperanza de la vida eterna".

-Luego volvemos a leer en la primera epístola de Pedro que "ocho personas fueron salvas por agua, a la figura de la cual el bautismo que ahora corresponde nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como demanda de una buena conciencia delante de Dios) por la resurrección de Jesucristo" (1 Pedro 3:20, 21). Aquí la negación de quitar las inmundicias de la carne va contra un falso concepto judaico, y por eso es obvio su significado. La traducción de la frase "como demanda de una buena conciencia" se admite que es oscura; pero cualquier significado que se le dé deja sin afectar el hecho que antes se menciona, que el agua hoy, en verdadera similitud a la del diluvio, nos salva en el bautismo; y si el bautismo, en cualquier sentido que sea, nos salva, luego precede a la salvación y a ella trae al pecador.

Finalmente, la conexión de que tratamos se sobreentiende en la observación de nuestro Señor a Nicodemo al hablar de las condiciones para entrar al reino de Dios. "El que no naciere de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios" (Juan 3:5). Todos los sabios antiguos cristianos y todos los expositores más capaces de tiempos modernos convienen a una voz en que, con el vocablo "agua" se refiere aquí Jesús al bautismo.

-El Dr. Wall en su "Historia del bautismo infantil", dice: "No hay un escrito cristiano de alguna antigüedad en ningún idioma que no entienda que se refiere al bautismo; y si así no se entiende, es difícil dar cuenta de cómo una persona nace de agua, más que nacer de madera" (Vol. 1, 110).

-Alford asevera: "Todos los expositores mejores y más profundos han reconocido la coexistencia de ambos, agua y Espíritu; y para el mismo efecto dice el Dr. Westcott: ‘Todas las interpretaciones que tratan del vocablo agua aquí como simple figura y descripción del poder del Espíritu para limpiar, son defectuosas esencialmente, pues todas ellas se opone a toda tradición antigua’".

-En otra parte de sus notas sobre este pasaje, Alford va aun más lejos en la dirección de tales asertos, y presenta el significado del versículo con estas palabras: "No puede haber duda en una interpretación honrada de las palabras, de que nacer de agua se refiere a la prenda y señal externa del bautismo —ser nacido del Espíritu a lo que significa, o sea la gracia interna del Espíritu Santo. Toda tentativa de libertades de estos dos hechos sencillos brota de prejuicios doctrinales que tuercen las ideas de los expositores".

Así pongamos aparte como excepcionales y sectarias todas las interpretaciones que extraen de este pasaje su alusión obvia al bautismo, y nos asiste la justicia al decir que, según el juicio unánime de los sabios imparciales de todas las iglesias, Jesús quiso decir aquí que el que no pasara por la obra interior del Santo Espíritu y no se bautizara, no podía entrar en el reino de Dios. Bien, antes de estar alguien en el reino de Dios, sus pecados le son perdonados, y ya perdonados éstos, no es él ya extranjero, sino ciudadano de ese reino. Sea cual fuere el proceso por el que entra a ese reino, por ello obtiene la remisión de pecados, pero tal proceso es el nacimiento de agua y del Espíritu, ninguno solo, sino de ambos; luego se obtiene el perdón, no antes, sino después de bautizarse. Cuando Pablo decía que el Señor nos salva "por el lavacro de la regeneración y de la renovación del Espíritu Santo" (Tito 3:5) solo hacía eco a las palabras de nuestro Señor.

Tales evidencias establecen tan claro como se puede una conexión inmediata entre el bautismo y la remisión de los pecados, y muestran con igual claridad que el acto divino de perdonar los pecados ocurre cuando el pecador en cuyo corazón el Espíritu ha obrado cree, se arrepiente y es bautizado en Cristo.

Aquí podríamos poner punto final a esta discusión sino fuera por el hecho de que muchos suponen que esto es doctrina herética sin sostén entre los sabios del presente o del pasado. Para libertar al lector de impresión tal, procederemos a mostrar cómo se han considerado estas evidencias entre los eruditos.

-En primer lugar la voz de la antigüedad va unánime en ella, como en lo de "nacido de agua y del Espíritu". Sin citar autores individuales, suficiente prueba de ello se halla en el artículo de este tema adoptado por el Concilio de Nicea sin que hubiera voz en contra y que declara: "Creemos en un bautismo para la remisión de los pecados".

También es hecho bien conocido que la Iglesia Griega, la de Armenia y la Católica Romana todavía enseñan y siempre han enseñado esta doctrina, con lo adicional y antibíblico de que, independientemente de la fe y el arrepentimiento, el bautismo quita el pecado original en los párvulos. Por cierto, a tal concepto erróneo debe su origen el bautismo infantil. Neander revela el proceso en el siguiente pasaje suyo bien conocido: "Pero ahora, cuando por un lado, la doctrina de la corrupción y de la culpa que se adhiere a la naturaleza humana a consecuencia de la primera transgresión, se redujo a forma más precisa y sistemática, y por otro, por no poder distinguir debidamente lo que es externo de lo interno en el bautismo (bautismo en agua y bautismo del Espíritu), el error se estableció más firmemente de que sin el bautismo externo nadie podía librarse de la culpa inherente, ni salvarse del castigo eterno que le amenazaba, ni resucitar a vida eterna; y cuando la noción de la influencia mágica, un hechizo relacionado con el sacramento, ganó terreno continuamente, por fin evolucionó la teoría de la necesidad incondicional del bautismo infantil. Para mediados del siglo tercero esta teoría era admitida generalmente en la iglesia de Noráfrica".

-Entre las evidencias que da de la verdad de tal representación se halla un extracto de Cipriano (Epístola 59), en el que el escritor arguye por el bautismo de niños inmediatamente después de su nacimiento, y termina con estas palabras: "Pero si aun los mayores pecadores, que ante Dios llevan excesiva culpa, reciben el perdón de pecados al venir a la fe, y nadie queda excluido del bautismo y de la gracia, cuánto menos hubiera de ser excluido el pequeño que, así como acaba de nacer, no puede haber pecado, sino solo trae consigo en su descenso de Adán la infección de la antigua muerte, y que puede con mayor facilidad obtener la remisión de pecados, porque los que se le perdonan no son de él, sino de otro" (Historia de la iglesia, 2; 313, 314).

La circunstancia desdichada de haber sido corrompida así en la iglesia antigua, por la iglesia de los siglos oscuros, esta doctrina del bautismo para la remisión de los pecados, universalmente enseñada en la iglesia primitiva, fue sin duda la causa de la reacción contra ella entre los directores de la Reforma Protestante. Con todo, Lutero y Calvino, sí repudiaron la doctrina que Roma enseñaba y no pudieron adoptarla en su forma original, tropezaron en ella en su exposición de varios trozos de la Escritura en los que claramente se enseña. Así Lutero, al comentar las palabras de Gálatas 3:27, "Todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis vestidos", presenta estas observaciones:

-"Este hombre viejo debe desecharse con todas sus obras para que los hijos de Adán puedan ser hechos hijos de Dios. Esto no se hace como cambiar un vestido, ni por leyes ni obras ningunas, sino por un nuevo nacimiento, y por la renovación del hombre interior; lo cual se hace en el bautismo como dijo Pablo: ‘Todos los que sois bautizados en Cristo, de Cristo estáis vestidos’. Así estar vestidos de Cristo, según el evangelio, no es vestirse de la ley ni de las obras sino de una dádiva incomparable; esto es, de la remisión de los pecados, de justicia, paz, consuelo, goce del espíritu, salvación, vida y Cristo mismo. Esto se ha de observar diligentemente por causa de espíritus frívolos y fantásticos. que andan desfigurando la majestad del bautismo y hablando de él maliciosamente. Pablo al contrario lo recomienda y presenta con títulos honoríficos llamándole ‘el lavacro de la regeneración y de la renovación del Espíritu Santo’ (Tito 3:5). Y aquí también dice que todos los que son bautizados en Cristo de Cristo están vestidos. Como si dijera: ‘Habéis sido llevados fuera de la ley a un nacimiento nuevo que se opera en el bautismo. Así ya no estáis bajo la ley sino que lleváis puesto vestido nuevo; a saber, la justicia de Cristo’. Por la que el bautismo es cosa de gran fuerza y eficacia" (Comentario de Lutero sobre Gálatas).



Confirma Lutero en estos extractos las ideas arriba expresadas no solo en el pasaje inmediatamente a mano, sino en la expresión del Señor acerca del nuevo nacimiento, y lo de Pablo referente a la regeneración. Y todo esto viene de aquél que fue el principal autor de la doctrina moderna de la justificación por la fe sola.

Juan Calvino se expresa al mismo efecto y trae a la vista número todavía mayor de los pasajes que acabo de citar. Dice:

"Del bautismo nuestra fe deriva tres ventajas, las que es preciso considerar distintamente. La primera es que, como nos lo propuso el Señor, es un símbolo y prenda de nuestra purificación; o expresando mi significado más plenamente, parece un instrumento legal propiamente certificado, mediante el cual asegura que nuestros pecados están cancelados, borrados y tachados para que jamás aparezcan a su vista ni vengan en memoria suya ni se nos imputen. Pues da mandato a todo el que cree que sea bautizado para la remisión de sus pecados. Así los que se han imaginado que el bautismo no es más que una marca o señal por la que profesamos nuestra religión ante los hombres, como los soldados que llevan la insignia de su soberano como marca de su profesión, no han considerado lo que es lo principal en el bautismo; a saber, que debemos recibirlo con esta promesa: ‘El que creyere y fuere bautizado será salvo’ (Marcos 16:16). En este sentido hemos de entender lo dicho por Pablo que Cristo santifica y limpia la iglesia ‘en el lavacro del agua por la palabra’ (Efesios 5:26); y en otro lugar que ‘por su misericordia nos salvó por el lavacro de la regeneración y de la renovación del Espíritu Santo’ (Tito 3:5); y por Pedro que ‘el bautismo nos salva’ (1 Pedro 3:21)".

Puede ver el lector de una mirada en este extracto que todos los pasajes citados en él los entiende Calvino con el mismo significado que les hemos dado, y el hecho de que tales interpretaciones las dé un teólogo que no les aplicaba de modo consecuente en su sistema les da mayor peso porque muestra que no son resultado de preocupación doctrinal, sino de la sencillez y claridad con que se expresa en los pasajes mismos.

Bien sabido es también que otro gran reformador en tiempos más recientes, Juan Wesley, en el curso de sus estudios de exégesis, vino a dar con esta doctrina, aunque no constituyó parte de su sistema. Dice: "El bautismo administrado a verdaderos arrepentidos, es a la vez medio y sello del perdón. Y en la iglesia primitiva Dios no daba ordinariamente perdón a nadie sino por este medio" (Notas del Nuevo Testamento, página 350.).

Para no multiplicar evidencias de esta clase a extensión innecesaria, pasamos por alto dichos de este género de muchos otros sabios eminentes de iglesias ortodoxas, por añadir unos cuantos escritores de nuestro siglo, grandes por su saber y por su habilidad exegética.

-H. B. Hacket, uno de los sabios y comentadores más eminentes de la Iglesia Bautista en América, al comentar sobre Hechos 2:38, dice: “Para perdón de los pecados; lo conectamos naturalmente con los verbos que preceden. La frase presenta el motivo u objeto que debería inducirlos a arrepentirse y bautizarse. Corrobora la exhortación entera, sin excluir parte alguna”. Sobre Hechos 22:16 dice: “Y lava tus pecados. Esta frase expone un resultado del bautismo en lenguaje que se deriva de la índole de esa ordenanza. Es respuesta ‘para perdón de los pecados’ del Capítulo 2:38 —esto es, sométete al rito a fin de ser perdonado”. Testimonio más claro y más explícito de la doctrina que en esta digresión se sostiene no es posible dar.

-El Dr. Jacobson, Obispo de Chester y autor de las notas sobre Hechos en el “Comentario del Orador”, en Hechos 22:16 cita con aprobación las palabras de Waterland: “El bautismo fue por fin su (de Pablo) gran absolución, su patente de perdón, instrumento de justificación que le fue concedido de arriba; y no fue justificado hasta después de recibir el sello divino, ya que los pecados pesaban sobre él hasta esa misma hora”.

-El Dr. J. A. Alexander de Princeton escribe: “La frase entera ‘para perdón de los pecados’ describe el fin al que se refería la multitud y que, por lo mismo, se anhelaba contestar”. También: “El fin benéfico a que todo esto condujo fue la remisión de los pecados” (Comentario, Hechos 2:38).

-Lechler, autor del Comentario en Hechos en la Obra Bíblica de Lange, dice sobre Hechos 2:38: “Promete el apóstol a los que se arrepienten y reciben el bautismo, (1) la remisión de los pecados, y (2) el don del Espíritu Santo”. Sobre Hechos 22:16 dice: “Tenemos aquí noble testimonio del valor que se fijó al santo bautismo por la iglesia apostólica pura. No fue mera ceremonia externa, sino medio de gracia para lavar los pecados y entrada primera efectiva a la iglesia de Jesús”.

-El Dr. Gloag (presbiteriano) dice en su Comentario sobre Hechos 22:16: “Con excepción del caso peculiar de nuestro Señor, el bautismo en el adulto iba acompañado de una confesión de pecado y era señal de su remisión; por eso se llamó bautismo para perdón de los pecados (Hechos. 2:38)”.

-Plumtree, después de citar las palabras de Ananías a Pablo, dice: "Muestran que para el apóstol no era el bautismo un simple acto ceremonial y de forma sino que, unido al arrepentimiento, y la fe presupuesta, trae consigo la seguridad de verdadero perdón. En el lenguaje de San Pablo sobre el ‘lavacro’ (o baño) de la regeneración (Tito 3:5), podemos ver la huella de su adherencia continuada a la idea que primero se le enseñó desde su admisión a la iglesia de Cristo" (Comentario sobre Hechos 22:16).

-Finalmente citaremos a dos eminentes filólogos. Meyer dice sobre Hechos 2:38: "Eis (hacia) denota el objeto del bautismo, que es la admisión de la culpa contraída en el estado precedente a metanoia (arrepentimiento)". Grim, en su gran léxico de Greigo Novotestamentario, define "eis afesin hamartion (para perdón de los pecados), Hechos 2:38, "obtener el perdón de los pecados" (baptizo, I I., b., aa).

La conexión entre el bautismo y la remisión de los pecados que discutimos es una de las doctrinas más universalmente reconocidas del Nuevo Testamento. Con su presentación hemos ocupado tanto espacio movidos por el deseo de restaurar esta solemnísima ordenanza de nuestro Señor al lugar que ocupaba en la iglesia primitiva, y poner en práctica las ideas que sobre su significado tan claramente han expresado los sabios de todas las escuelas y de todas las edades. Se ha hecho práctica común en estos últimos días censurar esa doctrina, conectada como debe de estar con el acto propio del bautismo, por las consecuencias que se le atribuyen en referencia a la salvación de miríadas de personas piadosas en edades pretéritas que jamás se bautizaron en verdad; pero tales consecuencias, reales o imaginarias, no pueden alterar la verdad de las Escrituras, aunque considerarlas tienda a preocupar nuestro juicio y ocultarnos la verdad. Lo que toca a la cordura es sin vacilar aceptar la verdad tal como la descubrimos, sabiendo que en el gran día habremos de ser juzgados según la medida de luz que poseamos; y que si nuestros antepasados se salvaron a pesar del descuido de algún deber que ignoraban, nosotros no podemos esperar salvación descuidando su deber que claramente se nos señala. La acción correcta del bautismo va ganando rápido reconocimiento entre los de mente seria en nuestro tiempo. Esforcémonos por restaurarle su designio justo, y así hacer callar los “espíritus frívolos y fantásticos” que decía Lutero que andaban “desfigurando la majestad del bautismo y hablando de él maliciosamente
 
Re: EL BAUTISMO GARANTIZA LA SALVACION O NO

LEAN CUIDADOSMENTE POR FAVOR PARA QUE NO ME HAGAN PERDER MAS EL TIEMPO CONTESTANDO LAS MIIIIISMAS Y LAS MIIIISMAS PREGUNTAS, DANDO VUELTAS COMO UNA NORIA

DIOS LE SBENDIGA

Apreciable Cristiana:

Creo que abusar del copy&paste esta entre las cosas que no sirven mucho pues realmente no atienden el hilo de la conversación que llevanos de forma personal e individual entre nosotros.

En lo personal, no veo nada provechoso en tomarme tanto tiempo en leer éste aporte si para usted el atender los mensajes que le he dirigido anteriormente le son una pérdida de tiempo y la hacen sentir una... "noria"?

En fin, espero que pueda darse un tiempo de revisar este mensaje en particular, para poder seguir charlando sobre el asunto.

En el amor del Señor,
 
Re: EL BAUTISMO GARANTIZA LA SALVACION O NO

LEAN CUIDADOSMENTE POR FAVOR PARA QUE NO ME HAGAN PERDER MAS EL TIEMPO CONTESTANDO LAS MIIIIISMAS Y LAS MIIIISMAS PREGUNTAS, DANDO VUELTAS COMO UNA NORIA

DIOS LE SBENDIGA

Para muchos protestantes de la edad actual es repulsivo el mero pensar de cualquier conexión entre el bautismo y la remisión de los pecados. Me veo obligada a creer que tal estado del sentir se debe en gran parte a un concepto falso de la índole del perdón de los pecados. Este se confunde con un cambio de corazón que se supone ser la renovación del alma efectuada por la agencia directa del Espíritu Santo. Se considera como una experiencia interna, cuestión de la conciencia, y se induce al sujeto a buscar dentro de sí la evidencia de ello, a hallar tal evidencia en un estado de goce que le suceda inmediatamente. Al que tenga tal concepto de la remisión de los pecados, y de la agencia que la produce, necesariamente le ha de parecer absurdo suponer que de algún modo depende del bautismo, a no ser que, con los romanistas, atribuya al bautismo alguna especie de poder mágico que realiza el cambio en el alma.

Pero tal concepto del perdón de los pecados es craso error. No se halla en el Nuevo Testamento. Al contrario, el perdón de los pecados se distingue claramente de ese cambio que comúnmente lo llamamos del corazón. Tal cambio ocurre en el arrepentimiento, pues en el proceso de éste se quita el amor al pecado, interviene la pena por él, brota el amor a la rectitud, y hay propósito profundo de no pecar más. Pero en las Escrituras se distingue el arrepentimiento de la remisión de los pecados, y constantemente se asume que ésta es consecuencia de aquél, y no va incluida en él. Se ve esto frecuentemente en la expresión "arrepentimiento y perdón de pecados". Se ve también en tales como estas: "el bautismo del arrepentimiento para remisión de pecados" (Marcos 1:14; Lucas 3:3); "Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados" (Hechos 2:38). No solo se ve aquí una diferencia marcada entre las dos, sino que claramente se presenta la remisión de los pecados como algo que es subsecuente al arrepentimiento.

Tal concepto equivocado se puede corregir todavía, y producirse la idea correcta si se observa el significado de la palabra traducida "remisión" (afesis). Significa primariamente, según la definición de los léxicos, "soltar como de cautiverio, prisión, etcétera". Secundariamente, si se conecta con los pecados, significa perdón (propiamente dejarlos ir, como si nunca se hubieran cometidos), remisión de sus penas. En la cita de la Septuaginta en Lucas 4:18-19, donde ocurre dos veces en sentido de liberación para los cautivos, se usa en su aceptación primaria. En la secundaria se usa en todos otros lugares del Nuevo Testamento, y en un lugar (Marcos 3:19, "no tiene perdón jamás") el único término admisible en nuestra lengua es perdón. Pero el perdón no es un acto que se verifique dentro del alma del culpable; ocurre en la mente del que perdona, y del perdonado no puede ser conocido sino por algún medio de comunicación. Esto es cierto, claro cuando un hombre perdona a otro; y cuando Dios es el que perdona, es un acto de la mente divina con referencia al pecador, y no un cambio en el pecador mismo.

Además, por su misma naturaleza es un acto que no puede verificarse sino hasta después que haya tenido lugar dentro del pecador mismo tal cambio de corazón y propósito que pueda hacer apropiado que Dios extiende el perdón, aun basado en la propiciación de Cristo. En otras palabras, todo el cambio interno que se exige en el pecador debe ocurrir antes que el pecado se pueda perdonar. Si esto es cierto, desaparece el absurdo aparente de conectar el perdón de los pecados de algún modo con el bautismo, y queda abierta la cuestión de si Dios, además de la fe y el arrepentimiento también exige el bautismo. El simple anuncio de esta cuestión para la mente de la mayoría de los protestantes de hoy, trae la objeción de que la justificación viene por la fe sola, y que por este hecho queda excluida la posibilidad de que el bautismo sea un requisito previo. Pero si la justificación, que comprende el perdón de los pecados, indudablemente depende de la fe como condición, en ninguna parte se dice ni se da a entender que dependa de la fe sola; es decir de la fe aparte de las manifestaciones externas de la fe. Si la justificación se demora hasta que la fe se manifieste por alguna acción externa, todavía es justificado el pecador por la fe, aunque es la fe en acción en distinción de fe como un simple estado mental. Abraham es el ejemplo típico de la justificación por la fe: sin embargo, lo que acabamos de decir es cosa cierta en él, como lo explica el apóstol Jacobo. Dice: "¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe obró con sus obras, y que la fe fue perfecta por las obras? Y fue explícita la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue imputado a justicia" (Santiago 2:21-23). El apóstol en esto, en lugar de ver inconsecuencia entre la justificación por la fe y la que viene de fe que se manifiesta en un acto de fe, presenta esta última, en el caso de Abraham, como el cumplimiento de aquélla. En otras palabras, lo que la Escritura dice, que Abraham creyó a Dios y le fue imputado a justicia, se realizó al ofrecer el patriarca a su hijo en el altar. Precisamente del mismo modo y en armonía perfecta con la justificación por la fe, un hombre es justificado por la fe cuando, en acto de fe, se bautiza. Luego, todavía queda en pie la cuestión de si tal es lo que pasa en este caso.

Mas aun se objeta que ciertas declaraciones referentes a la fe, no incluidas en las que la conectan con la justificación, excluyen la posibilidad de que el perdón se relacione con el bautismo. Por ejemplo: "De tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquél que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16); y "el que cree en el Hijo tiene vida eterna" (Juan 5:36). Aquí llanamente se afirma que el creyente posee la vida eterna, pero todavía queda pendiente indagar si esto se dice del creyente obediente o del creyente que aun no ha manifestado su fe en la acción, usando la fraseología de Jacobo, si la fe es perfeccionada por las obras de fe, o la fe todavía tácita en el alma. Tal cuestión ha de determinarse, no en declaraciones generales como las objeciones de arriba, sino por asertos específicos referentes a las condiciones en que se ofrece el perdón.

El que persiste en objetar todavía tiene otro grupo de textos que, según él, excluyen la conexión de que hablamos, textos en que se afirma que la justificación es por la fe sin las obras de la ley. Por ejemplo: "Así que concluimos ser el hombre justificado por fe sin las obras de la ley" o quitando los artículos, "sin obras de ley" (Romanos 3:38). Pero en este lugar Pablo habla de aquellos actos de obediencia a la ley que justificarían a alguien en la base de su inocencia, y que le dieran independencia de la gracia que se manifiesta en el perdón. Pues bien, actos de fe como el de ofrecer a Isaac en el altar no son de esta categoría. Al contrario, este acto de Abraham, visto a la luz de la ley, habría sido un crimen. Lo mismo es cierto de Rahab al recibir y proteger a los espías, acto que Jacobo especifica fue lo que la justificó (Santiago 2:25). Visto a la luz de la ley, tal acto era traición, así como el de Abraham era asesinato. Pero el bautismo es por cierto un acto de fe que deriva su propiedad de un mandato, y no era obra de la ley en el sentido que la da Pablo en su expresión. En consecuencia, se puede exigir a un creyente que se bautice antes de ser perdonado, y con todo la justificación nada tiene que ver con "las obras de la ley".

Basados sobre otro terreno, se supone que queda excluida toda conexión entre el bautismo y la remisión de los pecados, a saber, el hecho de que la salvación es cuestión de la gracia, no de obras, pues es don de Dios, no por obras, para que nadie se gloríe (Efesios 2:8,9). Pero aun aquí, como en la epístola a los Romanos, las obras que quedan fuera del terreno de la salvación son las de la obediencia perfecta por lo que quien las haya obrado quedaría salvo solo por el mérito. Esto excluiría la gracia. Pero la remisión de los pecados en su verdadera índole es una gracia que se concede y no una deuda que se paga, y concédase bajo ciertas condiciones o no, sigue siendo cuestión de gracia. Solo en el caso de que las obras hechas sean de tal índole que el que las haga merezca la salvación, la gracia se excluye; y en tal caso no habría salvación porque no habría pecados qué remitir. Así pues, si Dios ha visto propio exigir que el creyente sea bautizado antes de perdonarle, el perdón no es menos cuestión de gracia que si no hubiera dado ese requisito. Si el ejecutivo del estado perdona a un criminal, nadie piensa jamás en decir que no es un acto de gracia solo porque al criminal se le exija como condición que firme una promesa de jamás repetir su crimen; y si se tratara de robo y el gobernante exigiera la restitución de la propiedad robada como condición de perdón, nadie pensaría por eso en negar que era un acto de gracia. Viendo pues que la conexión entre el bautismo y la remisión de pecado no queda proscrita por ninguna declaración doctrinal de la Escritura, como las que comúnmente se ha supuesto llevan tal fuerza, tenemos libertad de examinar sin prejuicio aquellos trozos de la Escritura que parecen aseverar tal conexión. Primero examinare*mos ciertos pasajes que claramente enseñan que la remisión de los pecados va enseguida del bautismo en orden de tiempo.

Principal entre éstos es la bien conocida contestación de Pedro en su sermón pentecostal a la pregunta: "Varones hermanos, ¿qué haremos?" Es principal porque ésta fue la primera vez que Pedro, haciendo uso de las llaves que se le habían entregado (Mateo 16:19), abrió las puertas del reino a los creyentes declarándoles lo que habrían de hacer para hallar admisión. Dijo: "Arrepentíos, y bautí*cese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados: y recibiréis el don del Espíritu Santo" (Hechos 2:38). Aquí, sea la preposición "para" o la que fuera, el perdón de los pecados, sin lugar a equivocarse, va después del arrepentimiento y del bautismo. No hay palabras que hagan esto más seguro. Precisamente la misma conexión se establece en términos casi idénticos por Marcos y Lucas con referencia al bautismo de Juan. Ambos dicen que Juan predicaba "el bautismo de arrepentimiento para remisión de pecados" (Marcos 1:4; Lucas 3:3). El bautismo de Juan se llama aquí "bautismo de arrepentimiento", porque único requisito previo que se exigía de un judío creyente era el arrepentimiento. Si el bautismo instituido por Cristo se distinguiera de aquél por un epíteto corres*pondiente, éste se llamaría bautismo de fe; no que la fe sea el único requisito previo, sino que es lo más prominente en la predicación de los apóstoles. El hecho de que ese bautismo de arrepentimiento fuera "para la remisión de los pecados" indica sin error que la remisión venía después en orden de tiempo. En todos estos pasajes, sin embargo, si "para" se usa estrictamente, se ve que el bautismo lleva a la persona bautizada a la remisión y no se indica lapso alguno de tiempo entre el bautismo y aquello a lo que el bautismo trae al sujeto. Así, cuando decimos que la remisión viene después del bau*tismo, significamos inmediatamente después. La orden de Ananías a Saulo enseña lo mismo. Las palabras, "Levántate y bautízate y lava tus pecados" (Hechos 22:16), claramente expresan que los pecados se lavaban (metáfora por remitirlos) como resultado inmediato del bautismo. Estos son todos los pasajes en que se mencionan los pecados en conexión inmediata con el bautismo, y van de acuerdo en mostrar que aquéllos se remiten como consecuencia inmediata de éste.

En otra clase de pasajes la misma verdad se presenta por inferencia. Pablo hace una declaración, y la reitera, de que somos bautizados en Cristo: "¿0 no sabéis que todos los que somos bautizados en Cristo Jesús, somos bautizados en su muerte"? (Romanos 6:3). "Porque los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos" (Gálatas 3:27). Por cierto, uno que ya está en Cristo tiene perdonados sus pecados, pero antes de estar en él no se le han perdonado. Le son perdonados al entrar en Cristo, y parte del proceso por el que ingresa en Cristo es el acto del bautismo. Se sigue, pues, que no está en Cristo hasta no ser bautizado; no es perdonado sino hasta haber sido bautizado. Las palabras de nuestro Señor en la comisión apostólica justifican la misma inferencia: "Por tanto, id y doctrinad a todos los gentiles, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (Mateo 28:19). El que aun no haya entrado a la relación que se expresa "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo", todavía se halla carente del perdón, sea la que fuere su fe o sus emociones, y esa relación se establece tan pronto sus pecados todos son perdonados. Entra en esa relación en el acto del bautismo, en ella es bautizado, y se sigue que sus pecados se perdonan en conexión con su bautismo.

Todavía otra clase de pasajes presentan hechos que denotan la misma relación entre el bautismo y la remisión. Es de la índole del perdón comunicar gozo al perdonado, y es asunto de experiencia universal que la consciencia de pecados no perdonados es carga para el alma. Si pues al rastrear las experiencias de aquéllos cuya conversión a Cristo se describe en el Nuevo Testamento, hallamos que se regocijaron antes de ser bautizados, sería evidencia esto de que la remisión precede al bautismo. Pero por otro lado, si vemos que uniformemente hallan este gozo enseguida del bautismo, debemos aceptar la conclusión contraria. Pues bien, no hay una sola instancia de lo primero en registro; todo lo contrario, cada mención de regocijo tal viene tras el bautismo. Por ejemplo, fue después de bautizarse que el eunuco "se fue por su camino gozoso", cuando antes del bautismo se halla en ansiedad y perplejo (Hechos 8:40). Antes de su bautismo y hasta el momento en que Ananías le dijo se levantara y bautizara, lavando sus pecados, se hallaba Saulo en agonía del alma, y por tres días ni comió ni bebió; pero tan pronto fue bautizado vino alivio a su alma, pues "comió y fue confortado" (Hechos 9:9-19). De igual manera el carcelero filipense antes de su bautismo estaba en angustia y perplejidad; pero después que fue bautizado, metió a Pablo y a Silas a su casa, les puso comida delante, "y se gozó de que toda su casa había creído a Dios" (Hechos 16:30-34).

Una cuarta clase de pasajes enseña la misma doctrina por la manera en que conectan el bautismo con la salvación. Consiste la salvación en Cristo esencialmente en el perdón de los pecados, pues solo al verse redimida el alma de sus pecados por el poder de Cristo que obra interiormente y cuando se quita la culpa del pecado, puede uno lograr un estado de salvación. Si pues, al hablar de salvación y bautismo juntos, es por indicar de algún modo que no hay conexión entre ellos, nos lleva esto por fuerza a explorar de nuevo los pasajes ya anotados por ver si es posible de algún modo leerlos erróneamente. O si en tales pasajes halláramos que se habla de salvación como si precediera al bautismo, esto podría exigir un nuevo examen similar. Pero se halla que ninguna de tales condiciones existe; lo contrario es el orden uniforme que hallamos.

-En la comisión leemos: "El que creyere y fuere bautizado será salvo" (Marcos 16:16). La salvación se pone aquí tras el bautismo, y por cierto es la salvación la que consiste en el perdón de los pecados, pues la salvación final depende de mucho más que creer y bautizarse.

-En la epístola a Tito leemos: "Cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, no por nuestras obras de justicia que nosotros habíamos hecho, mas por su misericordia nos salvó, por el lavacro de la regeneración del Espíritu Santo; el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que, justificados por su gracia, seamos hechos herederos según la esperanza de la vida eterna" (Tito 3:4-7). Por el lavacro de la regeneración aquí el apóstol significa el bautismo, llamado así por ser una especie de lavamiento que se refiere al proceso de la regeneración, y se afirma que por esto y la renovación del Espíritu Santo (obra interna del Espíritu que precede al bautismo) somos salvos. Al mismo tiempo, porque no piense nadie de mérito de algún juez como base de esta salvación, dice que ésta no se concede por haber hecho previamente algo por vía de justicia, sino solo por la piedad de Dios. Además, identifica la salvación de que así habla con la justificación en la frase que añade: "Justificados por su gracia, seamos hechos herederos según la esperanza de la vida eterna".

-Luego volvemos a leer en la primera epístola de Pedro que "ocho personas fueron salvas por agua, a la figura de la cual el bautismo que ahora corresponde nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como demanda de una buena conciencia delante de Dios) por la resurrección de Jesucristo" (1 Pedro 3:20, 21). Aquí la negación de quitar las inmundicias de la carne va contra un falso concepto judaico, y por eso es obvio su significado. La traducción de la frase "como demanda de una buena conciencia" se admite que es oscura; pero cualquier significado que se le dé deja sin afectar el hecho que antes se menciona, que el agua hoy, en verdadera similitud a la del diluvio, nos salva en el bautismo; y si el bautismo, en cualquier sentido que sea, nos salva, luego precede a la salvación y a ella trae al pecador.

Finalmente, la conexión de que tratamos se sobreentiende en la observación de nuestro Señor a Nicodemo al hablar de las condiciones para entrar al reino de Dios. "El que no naciere de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios" (Juan 3:5). Todos los sabios antiguos cristianos y todos los expositores más capaces de tiempos modernos convienen a una voz en que, con el vocablo "agua" se refiere aquí Jesús al bautismo.

-El Dr. Wall en su "Historia del bautismo infantil", dice: "No hay un escrito cristiano de alguna antigüedad en ningún idioma que no entienda que se refiere al bautismo; y si así no se entiende, es difícil dar cuenta de cómo una persona nace de agua, más que nacer de madera" (Vol. 1, 110).

-Alford asevera: "Todos los expositores mejores y más profundos han reconocido la coexistencia de ambos, agua y Espíritu; y para el mismo efecto dice el Dr. Westcott: ‘Todas las interpretaciones que tratan del vocablo agua aquí como simple figura y descripción del poder del Espíritu para limpiar, son defectuosas esencialmente, pues todas ellas se opone a toda tradición antigua’".

-En otra parte de sus notas sobre este pasaje, Alford va aun más lejos en la dirección de tales asertos, y presenta el significado del versículo con estas palabras: "No puede haber duda en una interpretación honrada de las palabras, de que nacer de agua se refiere a la prenda y señal externa del bautismo —ser nacido del Espíritu a lo que significa, o sea la gracia interna del Espíritu Santo. Toda tentativa de libertades de estos dos hechos sencillos brota de prejuicios doctrinales que tuercen las ideas de los expositores".

Así pongamos aparte como excepcionales y sectarias todas las interpretaciones que extraen de este pasaje su alusión obvia al bautismo, y nos asiste la justicia al decir que, según el juicio unánime de los sabios imparciales de todas las iglesias, Jesús quiso decir aquí que el que no pasara por la obra interior del Santo Espíritu y no se bautizara, no podía entrar en el reino de Dios. Bien, antes de estar alguien en el reino de Dios, sus pecados le son perdonados, y ya perdonados éstos, no es él ya extranjero, sino ciudadano de ese reino. Sea cual fuere el proceso por el que entra a ese reino, por ello obtiene la remisión de pecados, pero tal proceso es el nacimiento de agua y del Espíritu, ninguno solo, sino de ambos; luego se obtiene el perdón, no antes, sino después de bautizarse. Cuando Pablo decía que el Señor nos salva "por el lavacro de la regeneración y de la renovación del Espíritu Santo" (Tito 3:5) solo hacía eco a las palabras de nuestro Señor.

Tales evidencias establecen tan claro como se puede una conexión inmediata entre el bautismo y la remisión de los pecados, y muestran con igual claridad que el acto divino de perdonar los pecados ocurre cuando el pecador en cuyo corazón el Espíritu ha obrado cree, se arrepiente y es bautizado en Cristo.

Aquí podríamos poner punto final a esta discusión sino fuera por el hecho de que muchos suponen que esto es doctrina herética sin sostén entre los sabios del presente o del pasado. Para libertar al lector de impresión tal, procederemos a mostrar cómo se han considerado estas evidencias entre los eruditos.

-En primer lugar la voz de la antigüedad va unánime en ella, como en lo de "nacido de agua y del Espíritu". Sin citar autores individuales, suficiente prueba de ello se halla en el artículo de este tema adoptado por el Concilio de Nicea sin que hubiera voz en contra y que declara: "Creemos en un bautismo para la remisión de los pecados".

También es hecho bien conocido que la Iglesia Griega, la de Armenia y la Católica Romana todavía enseñan y siempre han enseñado esta doctrina, con lo adicional y antibíblico de que, independientemente de la fe y el arrepentimiento, el bautismo quita el pecado original en los párvulos. Por cierto, a tal concepto erróneo debe su origen el bautismo infantil. Neander revela el proceso en el siguiente pasaje suyo bien conocido: "Pero ahora, cuando por un lado, la doctrina de la corrupción y de la culpa que se adhiere a la naturaleza humana a consecuencia de la primera transgresión, se redujo a forma más precisa y sistemática, y por otro, por no poder distinguir debidamente lo que es externo de lo interno en el bautismo (bautismo en agua y bautismo del Espíritu), el error se estableció más firmemente de que sin el bautismo externo nadie podía librarse de la culpa inherente, ni salvarse del castigo eterno que le amenazaba, ni resucitar a vida eterna; y cuando la noción de la influencia mágica, un hechizo relacionado con el sacramento, ganó terreno continuamente, por fin evolucionó la teoría de la necesidad incondicional del bautismo infantil. Para mediados del siglo tercero esta teoría era admitida generalmente en la iglesia de Noráfrica".

-Entre las evidencias que da de la verdad de tal representación se halla un extracto de Cipriano (Epístola 59), en el que el escritor arguye por el bautismo de niños inmediatamente después de su nacimiento, y termina con estas palabras: "Pero si aun los mayores pecadores, que ante Dios llevan excesiva culpa, reciben el perdón de pecados al venir a la fe, y nadie queda excluido del bautismo y de la gracia, cuánto menos hubiera de ser excluido el pequeño que, así como acaba de nacer, no puede haber pecado, sino solo trae consigo en su descenso de Adán la infección de la antigua muerte, y que puede con mayor facilidad obtener la remisión de pecados, porque los que se le perdonan no son de él, sino de otro" (Historia de la iglesia, 2; 313, 314).

La circunstancia desdichada de haber sido corrompida así en la iglesia antigua, por la iglesia de los siglos oscuros, esta doctrina del bautismo para la remisión de los pecados, universalmente enseñada en la iglesia primitiva, fue sin duda la causa de la reacción contra ella entre los directores de la Reforma Protestante. Con todo, Lutero y Calvino, sí repudiaron la doctrina que Roma enseñaba y no pudieron adoptarla en su forma original, tropezaron en ella en su exposición de varios trozos de la Escritura en los que claramente se enseña. Así Lutero, al comentar las palabras de Gálatas 3:27, "Todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis vestidos", presenta estas observaciones:

-"Este hombre viejo debe desecharse con todas sus obras para que los hijos de Adán puedan ser hechos hijos de Dios. Esto no se hace como cambiar un vestido, ni por leyes ni obras ningunas, sino por un nuevo nacimiento, y por la renovación del hombre interior; lo cual se hace en el bautismo como dijo Pablo: ‘Todos los que sois bautizados en Cristo, de Cristo estáis vestidos’. Así estar vestidos de Cristo, según el evangelio, no es vestirse de la ley ni de las obras sino de una dádiva incomparable; esto es, de la remisión de los pecados, de justicia, paz, consuelo, goce del espíritu, salvación, vida y Cristo mismo. Esto se ha de observar diligentemente por causa de espíritus frívolos y fantásticos. que andan desfigurando la majestad del bautismo y hablando de él maliciosamente. Pablo al contrario lo recomienda y presenta con títulos honoríficos llamándole ‘el lavacro de la regeneración y de la renovación del Espíritu Santo’ (Tito 3:5). Y aquí también dice que todos los que son bautizados en Cristo de Cristo están vestidos. Como si dijera: ‘Habéis sido llevados fuera de la ley a un nacimiento nuevo que se opera en el bautismo. Así ya no estáis bajo la ley sino que lleváis puesto vestido nuevo; a saber, la justicia de Cristo’. Por la que el bautismo es cosa de gran fuerza y eficacia" (Comentario de Lutero sobre Gálatas).



Confirma Lutero en estos extractos las ideas arriba expresadas no solo en el pasaje inmediatamente a mano, sino en la expresión del Señor acerca del nuevo nacimiento, y lo de Pablo referente a la regeneración. Y todo esto viene de aquél que fue el principal autor de la doctrina moderna de la justificación por la fe sola.

Juan Calvino se expresa al mismo efecto y trae a la vista número todavía mayor de los pasajes que acabo de citar. Dice:

"Del bautismo nuestra fe deriva tres ventajas, las que es preciso considerar distintamente. La primera es que, como nos lo propuso el Señor, es un símbolo y prenda de nuestra purificación; o expresando mi significado más plenamente, parece un instrumento legal propiamente certificado, mediante el cual asegura que nuestros pecados están cancelados, borrados y tachados para que jamás aparezcan a su vista ni vengan en memoria suya ni se nos imputen. Pues da mandato a todo el que cree que sea bautizado para la remisión de sus pecados. Así los que se han imaginado que el bautismo no es más que una marca o señal por la que profesamos nuestra religión ante los hombres, como los soldados que llevan la insignia de su soberano como marca de su profesión, no han considerado lo que es lo principal en el bautismo; a saber, que debemos recibirlo con esta promesa: ‘El que creyere y fuere bautizado será salvo’ (Marcos 16:16). En este sentido hemos de entender lo dicho por Pablo que Cristo santifica y limpia la iglesia ‘en el lavacro del agua por la palabra’ (Efesios 5:26); y en otro lugar que ‘por su misericordia nos salvó por el lavacro de la regeneración y de la renovación del Espíritu Santo’ (Tito 3:5); y por Pedro que ‘el bautismo nos salva’ (1 Pedro 3:21)".

Puede ver el lector de una mirada en este extracto que todos los pasajes citados en él los entiende Calvino con el mismo significado que les hemos dado, y el hecho de que tales interpretaciones las dé un teólogo que no les aplicaba de modo consecuente en su sistema les da mayor peso porque muestra que no son resultado de preocupación doctrinal, sino de la sencillez y claridad con que se expresa en los pasajes mismos.

Bien sabido es también que otro gran reformador en tiempos más recientes, Juan Wesley, en el curso de sus estudios de exégesis, vino a dar con esta doctrina, aunque no constituyó parte de su sistema. Dice: "El bautismo administrado a verdaderos arrepentidos, es a la vez medio y sello del perdón. Y en la iglesia primitiva Dios no daba ordinariamente perdón a nadie sino por este medio" (Notas del Nuevo Testamento, página 350.).

Para no multiplicar evidencias de esta clase a extensión innecesaria, pasamos por alto dichos de este género de muchos otros sabios eminentes de iglesias ortodoxas, por añadir unos cuantos escritores de nuestro siglo, grandes por su saber y por su habilidad exegética.

-H. B. Hacket, uno de los sabios y comentadores más eminentes de la Iglesia Bautista en América, al comentar sobre Hechos 2:38, dice: “Para perdón de los pecados; lo conectamos naturalmente con los verbos que preceden. La frase presenta el motivo u objeto que debería inducirlos a arrepentirse y bautizarse. Corrobora la exhortación entera, sin excluir parte alguna”. Sobre Hechos 22:16 dice: “Y lava tus pecados. Esta frase expone un resultado del bautismo en lenguaje que se deriva de la índole de esa ordenanza. Es respuesta ‘para perdón de los pecados’ del Capítulo 2:38 —esto es, sométete al rito a fin de ser perdonado”. Testimonio más claro y más explícito de la doctrina que en esta digresión se sostiene no es posible dar.

-El Dr. Jacobson, Obispo de Chester y autor de las notas sobre Hechos en el “Comentario del Orador”, en Hechos 22:16 cita con aprobación las palabras de Waterland: “El bautismo fue por fin su (de Pablo) gran absolución, su patente de perdón, instrumento de justificación que le fue concedido de arriba; y no fue justificado hasta después de recibir el sello divino, ya que los pecados pesaban sobre él hasta esa misma hora”.

-El Dr. J. A. Alexander de Princeton escribe: “La frase entera ‘para perdón de los pecados’ describe el fin al que se refería la multitud y que, por lo mismo, se anhelaba contestar”. También: “El fin benéfico a que todo esto condujo fue la remisión de los pecados” (Comentario, Hechos 2:38).

-Lechler, autor del Comentario en Hechos en la Obra Bíblica de Lange, dice sobre Hechos 2:38: “Promete el apóstol a los que se arrepienten y reciben el bautismo, (1) la remisión de los pecados, y (2) el don del Espíritu Santo”. Sobre Hechos 22:16 dice: “Tenemos aquí noble testimonio del valor que se fijó al santo bautismo por la iglesia apostólica pura. No fue mera ceremonia externa, sino medio de gracia para lavar los pecados y entrada primera efectiva a la iglesia de Jesús”.

-El Dr. Gloag (presbiteriano) dice en su Comentario sobre Hechos 22:16: “Con excepción del caso peculiar de nuestro Señor, el bautismo en el adulto iba acompañado de una confesión de pecado y era señal de su remisión; por eso se llamó bautismo para perdón de los pecados (Hechos. 2:38)”.

-Plumtree, después de citar las palabras de Ananías a Pablo, dice: "Muestran que para el apóstol no era el bautismo un simple acto ceremonial y de forma sino que, unido al arrepentimiento, y la fe presupuesta, trae consigo la seguridad de verdadero perdón. En el lenguaje de San Pablo sobre el ‘lavacro’ (o baño) de la regeneración (Tito 3:5), podemos ver la huella de su adherencia continuada a la idea que primero se le enseñó desde su admisión a la iglesia de Cristo" (Comentario sobre Hechos 22:16).

-Finalmente citaremos a dos eminentes filólogos. Meyer dice sobre Hechos 2:38: "Eis (hacia) denota el objeto del bautismo, que es la admisión de la culpa contraída en el estado precedente a metanoia (arrepentimiento)". Grim, en su gran léxico de Greigo Novotestamentario, define "eis afesin hamartion (para perdón de los pecados), Hechos 2:38, "obtener el perdón de los pecados" (baptizo, I I., b., aa).

La conexión entre el bautismo y la remisión de los pecados que discutimos es una de las doctrinas más universalmente reconocidas del Nuevo Testamento. Con su presentación hemos ocupado tanto espacio movidos por el deseo de restaurar esta solemnísima ordenanza de nuestro Señor al lugar que ocupaba en la iglesia primitiva, y poner en práctica las ideas que sobre su significado tan claramente han expresado los sabios de todas las escuelas y de todas las edades. Se ha hecho práctica común en estos últimos días censurar esa doctrina, conectada como debe de estar con el acto propio del bautismo, por las consecuencias que se le atribuyen en referencia a la salvación de miríadas de personas piadosas en edades pretéritas que jamás se bautizaron en verdad; pero tales consecuencias, reales o imaginarias, no pueden alterar la verdad de las Escrituras, aunque considerarlas tienda a preocupar nuestro juicio y ocultarnos la verdad. Lo que toca a la cordura es sin vacilar aceptar la verdad tal como la descubrimos, sabiendo que en el gran día habremos de ser juzgados según la medida de luz que poseamos; y que si nuestros antepasados se salvaron a pesar del descuido de algún deber que ignoraban, nosotros no podemos esperar salvación descuidando su deber que claramente se nos señala. La acción correcta del bautismo va ganando rápido reconocimiento entre los de mente seria en nuestro tiempo. Esforcémonos por restaurarle su designio justo, y así hacer callar los “espíritus frívolos y fantásticos” que decía Lutero que andaban “desfigurando la majestad del bautismo y hablando de él maliciosamente
Su posición casi idolátrica al bautismo en agua o bautismo de Juan como lo llamó Jesucristo, demuestra la doctrina que usted quiere vender a los débiles en la fe.

Sin embargo los que hemos sido redimidos del pecado y entendemos que ello, es producto del sacrificio misericordioso y expiatorio de Cristo, no podremos ser separados de su amor, ni siquiera una doctrina que esconde un propósito totalmente anticristiano,hacer vana su cruz.

Nada impide que el nuevo creyente se bautice y si conociendo el plan de redensión y comprendiéndolo, siente la necesidad de hacer público su seguir a Cristo en el acto del bautismo en agua practicado por algunas congregaciones cristianas, puede hacerlo y el gozo que sienta por ello, no desmerecerá lo que Cristo hizo en su vida.

Pero si se le trata de convencer de que debe bautizarse para completar lo que Cristo hizo, se le está engañando y se le está guiando ciegamente, y ambos tanto el que le está guiando a ese error, como él caerán en un profundo hoyo de apostasía.

Dios te bendice!

Greivin.
 
Re: EL BAUTISMO GARANTIZA LA SALVACION O NO

Mi hermano Joaco:

Recibe un abrazo, si recibi tu correspondencia, te agradezco muchísimo tus palabras, fueron de mucha bendicion.
Espero entonces tu respuesta pronto. :Squeeze2:

Por cierto, excelente comentario en este tema, espero que no se desperdicie o se pierda de vista la importancia de considerar en todo éste asunto, lo valioso de la obra redentora de nuestro Señor.

Muy afectuosamente,
 
Re: EL BAUTISMO GARANTIZA LA SALVACION O NO

Lulis perdoneme pero tuve que utilizar el recurso del copy paste porque considero que ese aporte en particular CUBRE TODAS LAS PREGUNTAS.

eSTA COmputadora NO ES MIA, por lo que no me puedo dar el lujo desgraciadamente de abusar del tiempo.

Le ruego lea ese (copy paste) porque su opinion me interesa muchisimo (siempre y cuando este apoyado en textos biblicos por supuesto) Pues no creo en opiniones establecidas por la propia interpretacion de hombres, ya que la Escritura jamas fue traida para interpretacion privada (2 de Pedro 1:20-21)

Pero usted me parece muy espiritual por ende me gustaria que estudiaramu humilde aporte, lamento que sea tan largo

Pero cuando digo que es repite y repite es porque he respsodnido algunas cosas y luego 3 o cuatro aportaciones mas adelante el mismo hermano sale con lo mismo.

Dios te bendiga grandemente

De paso me place regalarte una pagina que uso, porque ahi tal vez puedas estudiar varias cosas y asi poder apreciar las Escrituras de un modo Imparcial, si es que deseas. Para mi es un placer poder darte esa pagina, espero que la disfrutes y sirva para edificarte tanto como lo ha hecho conmugo

Dios te bendiga y te siga iluminando

Te ama en el Senor

CRISTI
 
Re: EL BAUTISMO GARANTIZA LA SALVACION O NO

Oyeme Greivin

que es eso de posicion idolatrica al bautismo en agua o bautismo de Juan?

NO APOYO EL BAUTISMO DE JUAN PUES NO APLICA PARA NINGUN CREYENTE...


LEISTE BIEN EL ESTUDIO COMPLETO?????

POR FAVOR NO OPINES ASI PORQUE SI, OPINA CON BASE.....CUANDO SEPAS LO QUE ES EL BAUTISMO DE CRISTO Y TE ACABES DE DAR CUENTA QUE NADIE AQUI (al menos yo no) HABLA DEL DICHOSO BAUTISMO DE JUAN, PODRAS ENTENDER MEJOR

ADEMAS.....DIOS ME LIBRE DE YO SER TROPIEZO PARA LOS DEBILES EN LA FE....SI AUN ME MANTENGO AQUI ES POR AMOR A LA VERDAD Y POR PREDICAR ESA VERDAD, LA VERDAD DE LAS ESCRITURAS Y NO LA DE LAS DENOMIUNACIONES PRODUCTO DE LA APOSTASIA.

EL BAUTISMO DE CRISTO ES EL UNICO QUE PREDICO Y ESTE TAMBIEN INCLUYE EL AGUA, GUSTETE O NO TE GUSTE.

Dios te bendice

PD" POR FAVOR NO ME HAGAS CONTENDER, NI ME AGOTES LA PACIENCIA PORQUE ESTO SI SERIA SERVIR DE PIEDRA DE TROPIEZO Y DIOS NO SE COMPLACE CON VER CAER A SUS HIJOS PRODUCTO DE LA IMPACIENCIA (yo sufro de ella y el Enemigo lo sabe,,,,por favor no te dejes usar por el para cabar con la poca paciencia que he ganado en Cristo y aun me falta)

DIOS TE BENSDIGA
 
Re: EL BAUTISMO GARANTIZA LA SALVACION O NO

Amado Joaco; Que la paz , la gracia y la misericordia de Nuestro Senor y Salvador Jesucristo este contigo hermano.

Aprovecho que te encuentro en este foro sobre bautismo para pedirte perdon por haberme casi desaparecido del foro de los "Diezmos", hermano quiero que si puedes comprendas algo

Ya ese epigrafe me estaba haciendo dano y me estaba sacando las cualidades carnales que no quiero tener (impaciencia, burla, peleas, etc), ademas que me estaba molestando un poco, porque se perdio el sistema de debatir en amor y ya habioa contienda, cosa de la que me quiero alejar

Espero me sepa usted perdonar, por no haberle respondido a su carta, me disculpo hoy publicamente, pero de veras me estaba afectando,
Luego, cuando volvi a tener computadora (prestada como siempre) me disupse a abrir este epigrafe y hable con varios de los muchachos aqui para que no pelearamos y mantuvieramos todo en absoluta cordialidad, pero en cuanto vea que pasa lo mismo, me retirare, porque prefiero NO DARLE OCASION AL DIABLO, y no verme envuelta en contiendas que NO EDIFICAN,

Le amo en EL SENOR y le deseo lo mejor que solo Dios nos brinda. Gracias por todas sus aportaciones, las he estado siguiendo hace un rato.

Dios le bendiga y le conitnue iluminando grandemente

Para servirle en Cristo Jesus

CRISTI-ANA
 
Re: EL BAUTISMO GARANTIZA LA SALVACION O NO

Lulis perdoneme pero tuve que utilizar el recurso del copy paste porque considero que ese aporte en particular CUBRE TODAS LAS PREGUNTAS.

eSTA COmputadora NO ES MIA, por lo que no me puedo dar el lujo desgraciadamente de abusar del tiempo.

Si, entiendo perfectamente el problema es que la respuesta, tampoco es suya, yo no la quiero convencer de nada en realidad, es necesario que como hija de Dios sea capaz de discernir éstos asuntos espirituales y corregir lo que de lo que ha recibido no es exactamente bíblico o correcto.

Le ruego lea ese (copy paste) porque su opinion me interesa muchisimo (siempre y cuando este apoyado en textos biblicos por supuesto) Pues no creo en opiniones establecidas por la propia interpretacion de hombres, ya que la Escritura jamas fue traida para interpretacion privada (2 de Pedro 1:20-21)

Lo haré con gusto, simplemente me gustaría leer sus respuestas a mi mensaje, no creo tampoco conveniente calificar todo de "interpretación privada" solo porque no es lo que usted ha apredido al respecto, cabe la posibilidad de que tenga que corregir algunas afirmaciones respecto al bautismo y éso no tiene nada de malo, en todo caso no se trata de "ganar" o "perder" el debate, sino de crecer y madurar espiritualmente, todos tenemos que madurar.

De paso me place regalarte una pagina que uso, porque ahi tal vez puedas estudiar varias cosas y asi poder apreciar las Escrituras de un modo Imparcial, si es que deseas. Para mi es un placer poder darte esa pagina, espero que la disfrutes y sirva para edificarte tanto como lo ha hecho conmigo

Es un placer poder compartir, espero pronto tengamos otro intercambio, sin más de momento, quedo a sus amables ordenes en el amor del Señor,
 
Re: EL BAUTISMO GARANTIZA LA SALVACION O NO

Lulis

Si he puesto ese copy paste es PORQUE REAFIRMO LO QUE DIJO EL QUE LO ESCRIBIO, que es una evangelista de la IGLESIA DE CRISTO, CREE EXACTAMENTE LO QUE HE CREIDO, sis deseas MANANA, cuando entre de nuevo, solo te escribire a ti, pero para que repetir lo mismo que el hermano dijo?

Dios te bendiga
 
Re: EL BAUTISMO GARANTIZA LA SALVACION O NO

Si, entiendo perfectamente el problema es que la respuesta, tampoco es suya, yo no la quiero convencer de nada en realidad, es necesario que como hija de Dios sea capaz de discernir éstos asuntos espirituales y corregir lo que de lo que ha recibido no es exactamente bíblico o correcto....

Apreciable Cristiana:

Un comentario respecto a mi ultima respuesta, me he dispuesto analizar lo que pego aqui para sustentar lo que afirma, y me doy cuenta que realmente no se si lo escribió usted o no, espero que si y le suplico me disculpe por pensar lo contrario antes de preguntarle, sin embargo le agradeceré una aclaración a éste respecto.

Le reitero, entiendo su problema de tiempo y disponibilidad del equipo, espero se pueda dar un tiempito de revisar con calma las cosas y bueno, consigamos un buen debate!

Bendiciones,