Re: La Biblia de Jerusalem
nseigi,
Una vez hicistes un comentario acerca el Santo Padre Benedicto XVI que prohibió aplaudir a los predicadores católicos y de tirar arroz en las bodas, ya que era desperdiciar comida que tanta falta hace al mundo. Dijistes algo así como “una sensata decisión como otras”. Interpreté que tenías simpatía por sus decisiones que están enclavadas en la más rigurosa ortodoxia. Si mal interpreté tu comentario, te pido que me disculpes.
Ah sí. En eso acertó, el papa aunque se empeñe no va hacer todo mal, y quiero pensar que su empeño es bueno. Me gusta saber que se toman buenas decisiones, sea donde sea.
Con lo del doctor Calvino, leí que él fue uno de los que favorecía a la interpretación individual de las Escrituras, debido a que “el Espíritu Santo revelaría la Verdad completa” (S. Juan 16, 13). Evidentemente, algo falló. La idea del doctor Calvino me parece bíblicamente correcta si uno se apega a la Tradición y el Magisterio. Sin estas dos últimas cosas, no resiste el mínimo empirismo (ejercicio práctico) porque hoy hay miles de interpretaciones. Corrígeme si en algo estoy equivocado, especialmente en la parte histórica. Tú eres historiador.
Pues voy a detenerme en este punto, claro está has tocado a un teólogo al que admiro profundamente. Tengo a mano su Institución de la Religión Cristiana (impreso).
Calvino dice en el Capítulo VII del Libro I:
"La Autoridad de las Escrituras no proviene de la Autoridad de la Iglesia" Como diciendo que las Escrituras no tienen la autoridad que la Iglesia les concede como que esta autoridad se la pudiese quitar algún papa o concilio... para él y para mí son las Escrituras las que en todo caso dan autoridad a la Iglesia. Efesios 2:20 "edificada sobre el fundamento de los apóstoles y de los Profetas"
Pero Calvino trata el punto de la famosa frase de San Agustín "No creería en las Esrituras si la Iglesia no me moviese a ello" Explica esto diciendo que fuera de la Iglesia no hay Espíritu Santo que ilumine a interpretar bien las Escrituras; pues discutiendo con Maniqueo, Agustín le hace saber que las Escrituras de por sí no son autoridad para nadie, a no ser que esta persona sea parte de la Iglesia y por ende aquí es donde se da "La iluminación del Espíritu Santo".
Para terminar Calvino habla de que la iluminación para entender la Escritura es del Espíritu, y es individual y personal. Pero jamás divorciada de la Iglesia, eso sería como apelar a Dios mientras se rechaza a Dios.
Por eso sólo en la Iglesia se puede interpretar en el Espíritu Santo las Escrituras.
Con respecto a los acuerdos ecuménicos, sinceramente no veo otra forma de cómo resolver problemas grandes y trascendentales de fe (dogmas) cuando hay peligro de división. Yo creo que nuestro Dios es una persona sensata y sabe que la forma natural en que los humanos se asocian, es a partir de las “instituciones sociales”. Por eso estoy seguro que su Espíritu Santo se revela en estos acuerdos. Para muestra, mira que en Jerusalén todos se reunieron en un Concilio y al final todos estuvieron de acuerdo. El Espíritu habla a través de los argumentos esgrimidos.
Creo que fue el anterior papa suyo, Juan Pablo II, el que en un encuentro con protestantes o algo así, dijo que sería el "Pater noster" el que nos uniría al final a todos. Ojalá esa filiación reconcilie a todos sus Hijos, somos hermanos dolorosamente separados pero tenemos un mismo Padre.
A mi siempre me da pena cuando pienso en Arrio. Al final, Arrio se retractó públicamente y en su camino a recibir sus credenciales eclesiásticas fue asesinado. Dudo mucho que la ICAR lo haya asesinado, de hecho iban a devolverle todo lo que se le había quitado! Los arrianos hicieron de Arrio un mártir... Dios se apiade de su alma... Y de Jon Sobrino, pues debe de hacer algo, porque por menos de lo que hizo, yo lo hubiese excomulgado.
Me acabas de dejar helado con este dato, no tenía ni la más remota idea de lo que me cuentas de Arrio.
Primero que los más velicosos y los que dudaban menos en ir a las armas fueron siempre los arrianos, y segundo, que de haberse retratado Arrio y haberlo hecho oficial la Iglesia, la Iglesia hubiese salido ganando una gran vitoria moral sobre los arrianos. Claramente puede que sea un martir, y el martirio yo siempre lo he visto un billete de primera clase para el cielo (perdónenme por vulgarizar el tema de la salvación con ese símil)
Tu último comentario lo comparto en un 100%. Mira, hay cosas que no me gusta de la Iglesia Católica. Yo nunca fui católico, ni protestante en mi vida. Yo siempre fui ateo. Yo como converso veo bellezas en la Iglesia Católica que para los ojos de quienes siempre han estado allí les cuesta ver. Mi intelecto con la que perseguía a los creyentes se constituyó en la principal arma de la Evangelización. La gloria sea Dios! Tristemente, el fanatismo se alimenta en las capas marginales. Eso me preocupa desde el enfoque de la Doctrina Social de la Iglesia.
Mira nseigi, a veces me angustia la idea de la Pastoral Social en mi parroquia. Los miembros de la Renovación Carismática Católica, a los que les tengo un profundo respeto, siempre están recogiendo alimentos, bañando borrachos, vacunando, curando mujeres agredidas, ayudando a los drogadictos, etc. A veces me gustaría hacer algo más. Todo lo que hago por ellos siento que es insuficiente.
De verdad es una asignatura pendiente de primer orden, el evangelio nos mueve a ese tipo de pastoral pero con una firmeza inflexible. Muchas veces me paré a pensar que si observas el ministerio de Jesucristo, Él dedica muchas de sus enseñanzas a movernos a los pobres, desheredados, pecadores etc... hasta los límites más insospechados. Porque orando a Dios no le hacemos nada, pero dice el mismo Cristo que dando de comer, vestir, etc... a Él se lo hacemos. Es una cosa tremenda.
A un borracho qué le importa lo que se discutió en Nicea!!
En Nicea debemos permanecer nosotros para que no se seque éste evangelio que llevamos en nuestro corazón y sigamos recibiendo a Cristo, que es la verdad, y sin el cual no habría fuerzas para alimentar ni aún solo pobre.