Re: Elena G. de White, mensajera del Señor
Estimado Manuel5. Saludos cordiales.
En tu refutación al texto que escribí:
Originalmente enviado por Gabriel47
...
.
Pienso que el Señor ha dado muchas evidencias y estas son halladas por estudiosos. Así encontramos a "Lacunza" a "Newton" y ahora a Usher.
Tú dices:
“Ah. ¡NO! Newton. NO....
...Ya se que los adventistas estais acostumbrados a creeros lo que os dicen vuestros pastores, sin investigar. Y que a Newton se le ha citado (fuera de contexto) varias veces en el librito de Escuela Sabática , como apoyando las creencias adventistas, pero...” Manuel5
Respondo: Manuel5, no comparto tu juicio.
Al igual que los magos de Oriente, el Señor puede revelarle sus preciosas verdades a personas que se dedican al estudio de su Palabra, independientemente si están afiliados a alguna denominación religiosa o no.
Sir Isaac Newton (1642-1727), fue un gran matemático y físico británico.
“El es considerado uno de los más grandes científicos de la historia, que hizo importantes aportaciones en muchos campos de la ciencia.
Sus descubrimientos y teorías sirvieron de base a la mayor parte de los avances científicos desarrollados desde su época. Isaac Newton fue junto al matemático alemán Gottfried Wilhelm Leibniz uno de los inventores de la rama de las matemáticas denominada cálculo. También resolvió cuestiones relativas a la luz y la óptica, formuló las leyes del movimiento y dedujo a partir de ellas la ley de la gravitación universal.”
Manuel5, ahora vemos a Newton estudiando la Palabra de Dios: “
Solamente un hombre con unas cualidades especiales, un elegido, podría ser capaz de desentrañar los mensajes que Dios había dejado encriptados en los textos sagrados antiguos, en el lenguaje de los profetas, y Newton se sentía seguro de ser ese hombre. Su estudio favorito se centró en los libros de Daniel, en el Antiguo Testamento, y en el Apocalipsis, del Nuevo Testamento, aunque prácticamente analizó, casi desmenuzó, filológica e históricamente todos los textos sagrados que pudo encontrar, ya fueran hebreos, egipcios o babilonios.
Como base para sus estudios teológicos buscó la exactitud de las fechas y los textos originales, analizando largas cronologías y comparando diferentes escritos en griego, latín o diferentes escrituras de la antigüedad.
Newton afirma que la Biblia es la fuente documental más antigua y fiel que tenemos, a pesar de las muchas corrupciones que el tiempo y los hombres han introducido en ella. Con todos estos análisis estaba seguro de descubrir el secreto plan que Dios tenía reservado para la humanidad y que permanecería oculto en los textos del Antiguo Testamento, algo así como el tan de moda hoy día Código de la Biblia, a Newton le hubiera venido muy bien la ayuda de un ordenador. Intentó demostrar que muchos hechos sucedidos en la historia ya se habían descrito con anterioridad, de forma encriptada,
en la Biblia, dejando así constancia de la presencia de una mano divina en los textos sagrados e invulnerable a la corrupción de los textos con el tiempo.
Mas el plan maestro no podría desvelarse hasta el apocalipsis, ya que Dios quería que se reconociese su mano en los textos pero no hacer posible el predecir sucesos futuros, solamente se localizarían las descripciones a posteriori, Newton no creía que fuera posible leer el futuro en la Biblia, pues iría en contra de los designios divinos.”
http://www.alpoma.net/tecob/?p=202
Newton estudia el Libro de Daniel sobre las setenta semanas y llega casi a la misma conclusión a la que llegaron otros destacados investigadores.
En los días de la Reforma, Lutero y Melanchton llamaron la atención a la aceptación universal de las 70 semanas como "semanas de años".
Lutero las hacía arrancar del segundo año de Darío, pero colocaba la muerte de Cristo al comienzo de la septuagésima semana. Algunos lo imitaron en esto.
Melanchton las computaba desde el segundo año de Artajerjes Longímano. Las 69 semanas llegaban hasta el bautismo de Cristo, con la crucifixión en medio de la septuagésima semana, tres años y medio después del bautismo de Jesús.
Johann Funck (m. 1566), capellán de la corte de Nuremberg, escribió el más completo y cabal tratado acerca de las 70 semanas que se hubiera compuesto hasta ese tiempo; y quizá fue el primero, en los días de la Reforma, que hizo comenzar las 70 semanas en 457 a.C. y las terminó en 34 d.C. Esto marcó época. Las consideraba como 490 años solares a partir del séptimo año de Artajerjes; y esto lo computaba y lo explicaba.
Georg Nigrinus (m. 1602), teólogo evangélico, ubicaba el período entre 456 a.C. y 34 d.C.; también colocaba la crucifixión cerca del fin.
Heinrich Bullinger, de Zurich (1504-1575), también contaba las 70 semanas desde el séptimo año de Artajerjes, cerca de 457 a.C., hasta cerca de 33 d.C., con la crucifixión de Cristo al final.
Jacques Cappel (1570-1624), teólogo francés, también comenzaba los 490 años en 457 a. C., en el "año séptimo de Artajerjes".
Joseph Mede, en 1638, teniendo en cuenta la destrucción de Jerusalén, computaba las 70 semanas desde 421 a.C. hasta 70 d.C.; pero colocaba la cruz en 33 d.C.
Por el contrario, John Tillinghast contaba 486 años hasta la crucifixión en 34d.C.
Hay pocos cambios en el énfasis y escasos debates en el período posterior a la Reforma.
Johannes Koch, teólogo alemán (1603-1669), terminaba las 70 semanas en el año 33 d.C. William Whiston (imitado por el obispo William Lloyd) extrañamente computaba el período con años de 360 días (que él suponía que eran los que usaban los persas). De esa manera calculaba los 490 años desde 445a.C. hasta algún tiempo después de 33 d.C.
Sir Isaac Newton los hacía terminar en 34 d.C.
Heinrich Horch, la Biblia de Berlenburg, Johann Bengel y Johann Petri, unánimemente colocaban la cruz a la mitad de la 70.ª semana.
Petri calculaba el período desde 453 a.C. hasta 37 d.C.
Hans Wood (imitado por William Hales) lo extendía desde 420 a.C. hasta 70 d.C.
El alemán Christian Thube ubicaba la cruz al comienzo de la última semana, en 30 d. C., haciendo terminar las 70 semanas en 37 d.C. Tal era la diversidad de interpretaciones.
Bueno, personalmente agradezco a Dios porque permitió que estos hombres pudieran investigar y conocer estos grandes temas bíblicos, y contribuir con un grano de arena al esclarecimiento de las profecías.
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.