Re: Historias
Obstinación
Por Max Lucado
"El obstinado caerá en la desgracia" (Proverbios 28:14)
Mi asistente, Karen Hill, vio ilustrada esta verdad bíblica en un potrero de vacas. Una de las vacas había metido las narices en un bote de pintura y no se lo podía quitar. Las vacas con nariz enlatada no pueden respirar bien, ni ingerir agua, y comida ni se diga. Tanto la vaca como su ternero estaban en peligro.
La familia de Karen se dispuso a ayudar, pero cuando la vaca vio venir al equipo de rescate, se dio a la fuga. ¡Les tocó perseguir tres días a las famosa vaca enlatada! cada vez que se acercaban, la vaca salía corriendo. Al final tuvieron que arrinconarla con una camioneta y lazarla para sacarla de su miserable aprieto.
¿Ha visto últimamente gente enlatada? ¿Almas desnutridas? ¿Corazones deshidratados? ¿Gente que no puede respirar hondo? Todo porque metieron sus narices donde no debían, y cuando Dios acudió al rescate se dieron a la fuga.
Cuando somos miles de millones los que imitamos a la vaca, el resultado es caos total. Nacions repletas de gente terca como esta vaca que huyen de Dios se estrellan unos contra otros en estampida. Nos escondemos, nos hambreamos y luchamos por sobrevivir.
La locura en pasta; enlatada. ¿No es así el mundo que vemos a diario? Es el mismo mundo que Dios ve.
Sí, este es el mundo que Dios ama. "Porque tanto amó Dios al mundo...". Este mundo con el corazón endurecido y cerviz erguida. Nos inclinamos ante vacas doradas como lo hicieron los hebreos en el exodo y aún Él nos ama. Metemos las narices donde no debemos y Él sigue en pos de nosotros. Huimos del único que puede ayudarnos y Él no se da por venciod. Él ama. Él persigue. Él persite. Pero, sobre todo, Él en verdad salva.
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios á su Hijo al mundo, para que condene al mundo, mas para que el mundo sea salvo por Él" (Juan 3:16, 17)
Atte.
Joaco <><
Obstinación
Por Max Lucado
"El obstinado caerá en la desgracia" (Proverbios 28:14)
Mi asistente, Karen Hill, vio ilustrada esta verdad bíblica en un potrero de vacas. Una de las vacas había metido las narices en un bote de pintura y no se lo podía quitar. Las vacas con nariz enlatada no pueden respirar bien, ni ingerir agua, y comida ni se diga. Tanto la vaca como su ternero estaban en peligro.
La familia de Karen se dispuso a ayudar, pero cuando la vaca vio venir al equipo de rescate, se dio a la fuga. ¡Les tocó perseguir tres días a las famosa vaca enlatada! cada vez que se acercaban, la vaca salía corriendo. Al final tuvieron que arrinconarla con una camioneta y lazarla para sacarla de su miserable aprieto.
¿Ha visto últimamente gente enlatada? ¿Almas desnutridas? ¿Corazones deshidratados? ¿Gente que no puede respirar hondo? Todo porque metieron sus narices donde no debían, y cuando Dios acudió al rescate se dieron a la fuga.
Cuando somos miles de millones los que imitamos a la vaca, el resultado es caos total. Nacions repletas de gente terca como esta vaca que huyen de Dios se estrellan unos contra otros en estampida. Nos escondemos, nos hambreamos y luchamos por sobrevivir.
La locura en pasta; enlatada. ¿No es así el mundo que vemos a diario? Es el mismo mundo que Dios ve.
Sí, este es el mundo que Dios ama. "Porque tanto amó Dios al mundo...". Este mundo con el corazón endurecido y cerviz erguida. Nos inclinamos ante vacas doradas como lo hicieron los hebreos en el exodo y aún Él nos ama. Metemos las narices donde no debemos y Él sigue en pos de nosotros. Huimos del único que puede ayudarnos y Él no se da por venciod. Él ama. Él persigue. Él persite. Pero, sobre todo, Él en verdad salva.
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios á su Hijo al mundo, para que condene al mundo, mas para que el mundo sea salvo por Él" (Juan 3:16, 17)
Atte.
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