Re: Pederastia: Los Ministros de la Iglesia Catolica!
Con los criterios que usan algunos foristas el matrimonio y la paternidad son potencialmente peligrosos y mucho más en el caso de familias cristianas. Las estadísticas indican que la mayoría de los abusos ocurren por parte de los padres o hermanos en la familia y que estás son cristianas.
Y peor aún, siguiendo con
sus argumentos y pensamientos, las estadísticas indican que quien ha sido abusado de niño tiende a ser un abusador de adulto con los cual preventivamente
habría que quitarles a los padres abusados sus hijos.
MINISTERIO A LA NIÑEZ
El crimen secreto
por Caren Hoyt El abuso sexual de los niños un cáncer moral que no se ve.
El abuso sexual de los niños es un crimen del cual nadie quiere hablar, menos aun las víctimas. Pero si bien esto suele permanecer en estricto secreto, es un crimen que se extiende de generación en generación y por toda la sociedad. Está al acecho en nuestros hogares... y en nuestras iglesias. ¡Y debe terminar!
Hace diez años se creía que el incesto y el abuso sexual de los niños eran tan poco comunes que no merecían estudios especiales, ni leyes o atención particular, eran «casos aisladísimos», se decía. En la última década, sí se han llevado a cabo investigaciones sobre esto, con resultados sorprendentes. Diana Russell, profesora de sociología en Mills College -quien ha hecho la investigación más amplia y minuciosa que se conoce, descubrió que la incidencia no es una en un millón, sino que una de cada seis niñas es víctima de incesto y una de cada tres niñas es víctima de vejamen fuera del entorno familiar antes de los 15 años. Esto sucede en los Estados Unidos, un país con una cultura de respeto mutuo bastante considerable.
Llamamos abuso sexual al contacto sexual con un niño o niña menor de 18 años. Esto abarca desde la caricia de los genitales hasta la violación forzosa y violenta. Las estadísticas de Russell no incluyen exhibicionismo, conversación provocativa, lenguaje sugestivo ni juego de exploración sexual entre niños. Los varones vejados no han sido tan profundamente investigados; los descubrimientos iniciales varían de un 3% a un 16%. Como máximo, esto daría un índice de uno en seis jovencitos violados.
Antiguamente se creía que el abuso sexual -cuando ocurría- sucedía únicamente entre familias pobres, faltas de cultura y como resultado de la pobreza. La investigación en la actualidad señala que hay un porcentaje ligeramente mayor de incesto en la clase media alta y de mayor nivel cultural que entre familias de menores recursos. Y algo más sorprendente aun: el riesgo de ser victima de incesto es dos veces mayor si la víctima proviene de un hogar cristiano que de uno judío.
LOS ABUSADORES
La comunidad cristiana, en gran parte, ha asumido la idea de que la pornografía y la homosexualidad son las únicas causas del abuso sexual. Esto no es así. El abuso sexual no está "allí afuera", solamente. La mayoría de los abusos son cometidos por aquellos a quienes los niños aceptan y en quienes confían.
¿Quiénes son los abusadores? La primer página de una edición reciente del San Francisco Chronicle (Clónica de San Francisco) llevaba abajo titulares tres historias de abuso sexual: Un supervisor de la municipalidad estaba siendo acusado de molestar a su hija; el director de un colegio primario-secundario era acusado de molestar a sus alumnas, por último, un mecánico estaba siendo acusado de molestar y dar muerte a su hija de cuatro años.
El 95% de los abusadores son de sexo masculino; 25% de ellos son también menores de 18 años. El 85% de los casos tienen lugar dentro del círculo familiar, donde el niño conoce bien y, confiando en la persona, aceptar su autoridad y sus requerimientos. El molestador puede ser un padre, un hermano, durante el día.
David Finkelhorn, uno de los principales investigadores en el área de abuso sexual infantil y director del "Programa de Investigación de Violencia en la Familia" de la Universidad de New Hampshire, ha elaborado un perfil del abusador sexual (ver el recuadro de abajo).
LAS VICTIMAS
Sólo el 25% de las víctimas no parecen sufrir efectos a largo plazo. Estas son, generalmente víctimas de abusos menos graves. Para el otro 75% -las tres cuartas partes hay daños serios. Russell indica que hay una relación directa entre la severidad del trauma y la posibilidad de que la víctima demuestre ciertas características negativas en su adultez. Por ejemplo, una mujer que ha sido víctima de abuso puede sufrir más adelante otros abusos sexuales, además del primero. En segundo lugar, puede experimentar violación en su matrimonio y ser golpeada por su propia pareja. En tercer lugar, puede quedar embarazada sin estar casada siendo aun muy joven. En cuarto lugar puede separarse o divorciarse. Y quinto, puede vivir en la pobreza y descender socialmente. La victima del abuso, si no existe intervención, se enfrenta con una vida progresivamente indefensa y miserable.
Las víctimas jóvenes suelen buscar refugio en medios patológicos para enfrentarse con su entorno confuso y atemorizante, tales como la sicosis, las desviaciones del carácter, personalidad múltiple (está comprobado que el 95% de las personas con personalidad múltiple han sido víctimas de abuso de algún tipo, 70% de ellas lo fue sexualmente), dolencias crónicas, bulimia, anorexia, comportamiento sexual precoz, adición al alcohol y la droga, etcétera. Todo esto es la búsqueda de la víctima por encontrar sentido a su existencia y «anestesiar» su dolor.
La Teoría de Adaptación, de Ronald Summit, se encuentra actualmente entre las teorías más aceptadas que procuran describir la experiencia del abuso. Summit describe cinco etapas por las cuales pasa la niña abusada.
Silencio. Se le dice a la niña que, si se lo dice a alguien, le ocurrirán cosas terribles a ella y a su familia.
Impotencia. El adulto tiene autoridad y control sobre la niña. Cuanto mayor sea esa autoridad, mayor será la dependencia y mayor la dificultad de la niña para hablar (esto puede reiterar el abuso en el tiempo).
Adaptación. La niña no puede impedir el abuso y termina aceptándolo, frecuentemente, asumiendo la culpa por su consentimiento.
Es demasiado alarmante para la niña el aceptar que aquellos que dicen amarla podrían dañada. De esta manera, ella asume que «la mala» es ella, y por eso le ocurren estas cosas. Es muy común que las niñas que han sido víctimas del abuso no solamente sienten que han hecho algo malo sino que creen que su verdadera esencia debe ser mala para que le hayan ocurrido estas cosas.
• Revelación tardía. Generalmente el abuso no se denuncia. En el estudio de Russell el 98% de las víctimas de incesto nunca lo denuncian y el 94% del abuso sexual que ocurre fuera de la familia nunca se denuncia. El abuso sexual es algo que una niña no va a mencionar, especialmente si ha ocurrido dentro de la familia. Es mas común que estos casos salgan a la luz como resultado de desórdenes de conducta, los que terminan «destapando la olla».
• Retractación. A menos que la niña reciba un apoyo sustancial ante su denuncia, normalmente se retracta. La presión ejercida sobre ella por la familia, por el abusador y aun por los profesionales puede abrumar a la niña y obligarla a retractarse. Esto no indica que la niña mintió acerca del abuso. Esto es, probablemente, el resultado de la intensa presión ejercida sobre ella.
La incidencia de las niñas que mienten sobre abuso sexual es muy pequeña: alrededor de un 4,8%, de acuerdo con estadísticas de la Asociación Humana Americana, una organización que tabula todas las denuncias sobre abuso. Investigaciones recientes indican que es prácticamente imposible lograr que una niña de cinco años denuncie un abuso sexual ficticio.
LA SOLUCIÓN
Uno podría preguntarse por qué estos crímenes salen a la luz ahora. La respuesta es que el abuso sexual en los niños es un crimen secreto; un crimen del cual la pequeña víctima no quiere hablar,... ¡y del cual la sociedad no quiere oír! Es un crimen cuya realidad es negada.
La negación del incesto ha ocurrido en todos los niveles de nuestra sociedad. Estos casos son manejados por profesionales y paramédicos que ven claras indicaciones de abuso sexual,... pero no los denuncian.
El abuso sexual en los niños es una preocupación que tan sólo recientemente está recibiendo la atención que merece. Los métodos para manejar y encarar el problema siguen siendo inadecuados. Nuestro sistema legal está mencionado por ello y los padres traumatizados. Una niña (o niño) que habla estará sometida frecuentemente a múltiples entrevistas en las cuales deberá repetir detalles desagradables una y otra vez. Algunas veces hasta 45 veces y en muchos casos frente a personas desconocidas, policías con impresionantes uniformes, etcétera. Si en realidad el caso llega al juicio, la niña y la familia son sometidas a todas las presiones imaginables y, en algunos casos, a los abusos o insensibilidad en los procedimientos legales de la corte.
Aun en casos de serio abuso sexual o abuso físico, raramente hay intervención efectiva por parte de la policía o de los servicios de cuidado de niños. Sencillamente hay demasiados casos para poder manejarlos a todos. La meta suele limitarse a reunificar a la familia -si es posible- y establecer intervenciones que conviertan al hogar en un lugar seguro para la niña.
SALVANDO A LOS NIÑOS: SUGERENCIAS PARA LOS CONSEJEROS
La cadena del comportamiento abusivo puede ser cortada mediante intervención directa, protección y consejo familiar.
Santiago Williams, pastor y médico que trabaja con niños que han sido víctimas de abuso sexual en el hospital de Oakland, California, dijo: «Nosotros, los pastores, en algunos casos hemos abusado de nuestra posición privilegiada, la postura de confidencia y confesión, para caer en el error de encubrir a las familias abusivas. Queriendo mantener la familia intacta, muchos niños y otras víctimas han sufrido ese silencio que hemos propiciado».
En la iglesia no queremos encubrir el mal sino destruir el pecado. Debiéramos llamar a la gente al arrepentimiento, lo que incluye un cambio de actitud, su restitución y la búsqueda del perdón. A una familia en la cual se practica el abuso, se la mantiene unida por el terror y el pecado, no por la bendición de Dios ni por el amor familiar. Esta no es la forma que elige Cristo para el funcionamiento de la familia. Únicamente es a través de la exposición del comportamiento abusivo y de la ayuda a las familias a resolver sus problemas, como podrán crecer en la madurez cristiana.
Las estadísticas perturbantes demuestran que el 65% de las mujeres de hogares cristianos que han sido molestadas de niñas se apartan de su fe cuando son adultas. El abuso sexual es un pecado que pasa de generación en generación. No es extraño ver que, cuando hay una víctima, muchos niños en la familia -sino todos- han sido molestados. Si se puede lograr una intervención efectiva ante un agresor, es posible romper la cadena de abuso, al menos en nuestras congregaciones.
Apunte Pastorales. Volumen VIII Número 3
http://www.desarrollocristiano.com/site.asp?seccion=arti&articulo=472