Re: para igorch, unas preguntas.
<table>
      <tr>
        <td valign="top" width="593" height="18" colspan="3"><font face="Verdana" color="#0080C0"><strong>El
        Retorno de las  WACAS</strong></font></td>
      </tr>
      <tr>
        <td valign="top" width="593" height="18" colspan="3"><small><small><font face="Verdana">TEXTO
        • Erick Ortega Pérez<br>
        FOTOS • Fredd Ramos Salgueiro</font></small></small></td>
      </tr>
      <tr>
        <td bgcolor="#FFFFFF" height="1" valign="top" width="203"><img src="http://www.laprensa.com.bo/domingo/20061203/images/domingo12.jpg"
        width="200" height="133" alt="domingo12.jpg (11757 bytes)"></td>
        <td bgcolor="#C0C0C0" height="1" width="12"></td>
        <td bgcolor="#FFFFFF" height="1" width="374"><small><font face="Verdana"><p align="center">En
        agosto de 1548 empezó la construcción de la iglesia de San Francisco, en lo que hoy es
        la ciudad de La Paz, 55 años y diez meses después de la llegada de los españoles a
        América. A partir de entonces, los templos andinos fueron reemplazados por las cruces que
        apuntaron al cielo y se multiplicaron como los panes y los pescados milagrosos de Jesús.
        De esta forma, los lugares sagrados de los pueblos originarios quedaron silenciados ante
        la conquista.</font></small></td>
      </tr>
      <tr>
        <td bgcolor="#FFFFFF" width="593" height="1" colspan="3"><small><font face="Verdana">No
        obstante, en la actualidad, en Bolivia, los amautas (líderes espirituales indígenas)
        aseguran que los vientos han cambiado y que ha llegado el tiempo de recuperar esos
        espacios religiosos relegados, que reciben el nombre aymara de wacas. Para estas
        autoridades, las parroquias de la Colonia están de más. El movimiento de reivindicación
        ya se ha iniciado, incluso con el apoyo del Gobierno y sin que la clase eclesiástica
        esté enterada de ello.<br>
        <font color="#0080C0"><strong>el crucifijo del pasado</strong></font><br>
        La cruz y la espada fueron los cimientos de la conquista ibérica. Carlos Mesa, en su
        libro Historia de Bolivia, rememora que desde el segundo viaje de Cristóbal Colón al
        nuevo continente los sacerdotes formaron parte de las comitivas colonizadoras. El primer
        Obispado de América fue el de San Juan de Puerto Rico (1512); luego se crearon los de
        Túmbez y Cusco, ambos en el actual territorio de Perú. Corría 1538.<br>
        De inicio, las expediciones católicas en suelo boliviano se hicieron con sotanas cafés.
        Los franciscanos —como dice el folleto Convento y Basílica Menor de San
        Francisco— “imitaban a los apóstoles de Jesús a proclamar la Buena Nueva a
        toda criatura”. Ellos no se ocupaban de edificar iglesias, pero sí de evangelizar.
        La construcción de las catedrales llegaría posteriormente.<br>
        El primer fraile arribó a Perú en 1532, ocho años después los franciscanos andaban por
        Chuquisaca y desde 1547 catequizaron por Potosí. Es más, según los documentos
        eclesiásticos, sus antecesores arribaron a La Paz aun antes que Alonso de Mendoza,
        fundador de la ciudad. Iban a pasar de largo por Chuquiago Marka, pero los religiosos se
        interesaron por un pequeño poblado que vieron mientras caminaban rumbo a Sucre.<br>
        Los conventos llegaron a la futura ciudad paceña con San Francisco, gracias a un terreno
        donado por el cacique Quirquincha. En 1548 comenzó la construcción del templo católico
        —aunque una fuerte nevada lo derrumbó entre 1608 y 1612, pero en 1744 fue nuevamente
        levantado— que, desde su origen, estuvo bajo dirección de los franciscanos. En otros
        confines de la religiosidad, los jesuitas también edificaron sus capillas, una de las
        más famosas es la de Copacabana.<br>
        Según el libro Bolivia, del historiador Jorge Siles Salinas, la imagen de la Virgen de la
        población a orillas del lago Titicaca fue tallada por el “inca noble Francisco Tito
        Yupanqui, crecido en un hogar ya cristianizado”. La basílica fue construida en 1610
        y los actos litúrgicos se celebraban al aire libre y estaban dirigidos a “multitudes
        de indígenas que acudían a exteriorizar su fe ante la Virgen”. Fue cuando la
        palabra “sincretismo” empezó a cobrar significado.<br>
        Pero, en el siglo XVI, los ojos del mundo estaban volcados a la tierra conquistada que se
        negaba a arrodillarse ante la religión española. Por esto, la Iglesia Católica
        instauró reuniones de obispos para tratar el tema, hasta que en el tercer Concilio
        reunido en Lima se redactó el catecismo en quechua, aymara y puquina. La propuesta
        funcionó a medias: las deidades aymaras seguían de pie y sus tradiciones no morían ante
        la llegada de la cruz. “Fue entonces que se inició una gran campaña para terminar
        con los antiguos dioses y sus ritos”, señala Carlos Mesa.<br>
        La creación de los monasterios de la fe católica y su ubicación en sitios estratégicos
        donde se erigían las wacas formaron parte de esta “extirpación religiosa”, en
        palabras de los amautas de La Paz. “Los católicos construyeron sus iglesias en
        lugares sagrados, eso ha sido la conquista”, indica Marcelo Zaiduni, uno de los
        líderes espirituales indígenas que impulsan la recuperación de estos lugares
        originarios.<br>
        <br>
        Las dos opciones<br>
        —Es difícil imaginar a la ciudad de La Paz sin la iglesia de San Francisco...<br>
        Fernando Huanacuni Mamani tiene el rostro anguloso y el cabello nocturno como sus ojos.
        Escucha el comentario en silencio. Ofrece una sonrisa amarga, chueca e irónica, como su
        respuesta...<br>
        —Sí, es difícil imaginarla, así como ha sido complicado para nosotros no tener
        nuestros templos andinos.<br>
        —Pero quitar San Francisco de su sitio generará problemas con la Iglesia Católica.<br>
        —Definitivamente que se va a producir un conflicto. Pero ellos tienen que ver el
        dolor que sentimos cuando destrozaron nuestros templos. La persona occidental sólo habla
        con la memoria individual y temporal; nosotros hablamos con la memoria social y atemporal.<br>
        <br>
        La voz de Huanacuni no expresa ninguna modulación especial. A sus 40 años, el abogado
        aymara forma parte del movimiento indígena que busca la reivindicación de las wacas,
        allí donde el catolicismo y el cristianismo han edificado sus oratorios. Él sabe que no
        está solo y cree que la premonición se hará realidad pronto, incluso en menos de seis
        años.<br>
        Reunidos en la oficina de Cancio Mamani, funcionario del Ministerio de Relaciones
        Exteriores y Culto, un grupo de amautas coordina la recuperación de estas áreas. Todos
        están de acuerdo con la propuesta, aunque algunos son menos drásticos y piden sólo un
        pedazo físico de las iglesias para colocar sus wacas. Sin embargo, otros lo quieren todo,
        hasta el punto de planificar la destrucción del templo católico y su reemplazo por los
        espacios sagrados de los originarios.<br>
        “Más que con resentimiento, hablamos con dolor. No se nos puede seguir ignorando.
        Este tema no sólo es de valor histórico, tiene importancia en nuestra psique. Para
        nosotros no ha sido fácil asistir a la universidad y estudiar. Formamos parte de toda una
        estructura de coloniaje que definitivamente tiene que ser resuelta por el bienestar de
        todos”, dice Huanacuni.<br>
        La referida estrategia no es simplemente apoyada por el Ministerio de Relaciones
        Exteriores, sino también por el jefe máximo del Gobierno. De acuerdo con el amauta
        Edmundo Pacheco, “el Primer Mandatario (Evo Morales) sabe de esto. Está bien
        enterado de estas luchas”.<br>
        “Hay que basarnos en principios de conviabilidad (vivir bien juntos). Nosotros les
        permitimos (a los colonizadores) estar en nuestro país y ahora que nos permitan vivir en
        nuestro país”, indica el sacerdote Zaiduni, quien brinda clases de culturas antiguas
        en la Cancillería. Él forma parte de una tendencia concertadora y está de acuerdo con
        colocar sólo la imagen de un sapo —hecho de piedra comanche— en el atrio de San
        Francisco. Propone respetar el resto de la capilla católica. “Sólo queremos que se
        nos permita hacer rituales en nuestro lugar ancestral”. (Ver infografía de la
        página 16.)<br>
        <br>
        <strong><font color="#0080C0">MÁS OBJETIVOS EN LA MIRA</font></strong><br>
        San Francisco es sólo un ejemplo. El renacimiento de las wacas apunta a todos los
        conventos que trajo consigo la colonia y que se ubican en el occidente del territorio
        boliviano, teniendo a La Paz, Oruro y Potosí como epicentros; entre los más importantes
        están los de Laja, Guaqui, Tiwanaku y Copacabana.<br>
        En el caso de este santuario a orillas del lago sagrado, la reciente disputa —que
        aún no ha sido resuelta completamente— por la Hospedería y el templo —revela
        el grupo de líderes espirituales entrevistado por Domingo— es, sobre todo, por la
        recuperación del otrora sitio destinado a las ofrendas de los indígenas. “Ése era
        un primer movimiento de recuperación. Nosotros vamos paso a paso”, anuncia
        convencido Huanacuni.<br>
        Los problemas de Copacabana datan de unos 13 meses atrás. En noviembre de 2005, un
        conjunto de campesinos pidió alojamiento en la hostal de los franciscanos, que atendía a
        un precio módico a los visitantes y peregrinos en Semana Santa. Posteriormente, los
        visitantes se negaron a salir y reclamaron su derecho de propiedad desde tiempos
        ancestrales. Al final, expulsaron a los sacerdotes que siguen las enseñanzas de San
        Francisco de Asís.<br>
        La lista continúa. En la ciudad de El Alto, comentan los amautas, también el padre
        alemán Sebastián Obermaier edificó templos sobre wacas andinas. Una de las
        construcciones cuestionadas es la de Villa Dolores. Marcelo Zaiduni dispara sobre
        Obermaier: “En la Jach’a Apacheta (ubicada en Munaypata) hay un centro ritual al
        que no nos podemos acercar porque estamos perseguidos y amenazados de muerte. Obermaier
        quiere construir una megaiglesia en ese lugar. Él busca destruir ese sitio sagrado donde
        están enterrados muchos cadáveres de los amautas”.<br>
        Fuentes que conocen el tema advierten de que incluso se está formando un “frente de
        choque” para destruir las cruces de las capillas de color verde y blanco repartidas
        por varias zonas alteñas y que responden a la “marca registrada” de las
        construcciones de Obermaier y, en vez de éstas, instalar los crucifijos de piedra, no sin
        antes exigir la salida de los sacerdotes y la ocupación de los laramas (sabios
        originarios) como nuevos “propietarios” de estos conventos.<br>
        Asimismo, Tiwanaku forma parte de este circuito espiritual que pretende ser recobrado. No
        en vano, vestido con un unku o kawa (una especie de poncho con cuatro aberturas), que fue
        confeccionado con fibra de alpaca, con base en el diseño original de la cultura
        tiwanacota, el sábado 21 de enero de este año, Evo Morales recibió el bastón de mando
        de los mallkus (autoridades rurales), un día antes de su posesión oficial en la plaza
        Murillo. Un nombramiento marcado por los ritos ancestrales y que recibió el beneplácito
        de representantes indígenas del continente, quienes asistieron a la ceremonia.<br>
        Para los amautas, con las señales de cambio que se advierten en la actualidad, poco a
        poco el sueño de recuperar sus emblemas sagrados toma cuerpo. “Se está coordinando
        también con las prefecturas para hacer un inventario (nacional) de wacas. Yo estoy al
        cargo del registro; pero hay otra unidad que se encarga de la catalogación de
        éstas”, comenta Dolores Charali Mayorga, jefa de la Unidad de Patrimonio Material
        del Viceministerio de Cultura.<br>
        Sin embargo, la recuperación de estos centros espirituales no es una lucha que se
        circunscribe solamente a las fronteras de Bolivia. En una nación vecina, Perú, los
        pueblos indígenas han solicitado a la justicia ordinaria la devolución de una de sus
        wacas, la de Qurikancha, que se halla ocupada por una iglesia católica. De prosperar esta
        demanda legal, repercutirá en la región andina. (Ver recuadro de esta página.)<br>
        Incluso en el encuentro continental de pueblos y nacionalidades indígenas del Abya Yala
        —celebrado entre el 8 y el 12 de octubre recientes en La Paz— se firmó el
        documento De la resistencia al poder, donde uno de los retos originarios está justamente
        relacionado con las wacas. “Recuperar los lugares sagrados, centros ceremoniales para
        el fortalecimiento de la identidad espiritual de cada uno de los pueblos y posibilitar el
        equilibrio del cosmos-pachamama, pacha tata-dios madre, dios padre, y así cuidarlo y
        preservarlo. Esto implica que los centros ceremoniales deben pasar a la administración de
        los pueblos originarios del Abya Yala (nombre indígena que se daba en Centroamérica al
        continente americano antes de la llegada de los españoles) y no seguir siendo un medio
        simplemente de lucro”, dice el texto del pronunciamiento.<br>
        <br>
        <font color="#0080C0"><strong>El futuro según los amautas</strong></font><br>
        La hoja de coca ha hablado y los abuelos aymaras lo advierten... En 2012, el planeta
        Tierra sufrirá los embates de la naturaleza. “Cuando llegue el Pachakuti (Gran Día)
        cósmico —aproximadamente dentro de seis años— el mundo se va a sacudir en las
        cuatro direcciones, habrá terremotos, maremotos y el fenómeno de El Niño va a ser
        cotidiano”, profetiza el amauta Edmundo Pacheco. Hasta que llegue ese día fatídico,
        las autoridades espirituales pretenden encender los “fuegos sagrados de las
        wacas”. No habría otra solución.<br>
        Pacheco no se queda ahí, sino también incorpora a su mensaje un contenido científico
        visto a través de la milenaria hoja de coca... “Al hacer el movimiento de rotación,
        la Tierra empieza a cabecear, esta inclinación provoca una desviación con el tiempo,
        además del calentamiento del planeta. Si no recuperamos las wacas, la Tierra va a perder
        su eje central”.<br>
        Este apocalipsis andino supuestamente ya lanzó sus primeras señales. “Quiero hacer
        recuerdo que el 19 de febrero del año 2003 ha llegado a la plaza Murillo un rayo que es
        una señal del Pachakuti. Ese fenómeno tenía que llegar al Palacio de Gobierno, al
        asiento del Presidente de la República (que entonces era Gonzalo Sánchez de Lozada),
        pero se ha desviado. Esa energía era grande”, lanza su frase el amauta Paulino
        Mamani. Se sabe que aquel rayo llegó a quebrar una de las partes laterales del monumento
        dedicado al prócer Pedro Domingo Murillo.<br>
        Con la voz profunda y arqueando los ojos, Mamani cuenta que el día en que el ex
        mandatario Sánchez de Lozada posesionaba a sus ministros del gabinete derramó el agua de
        un florero. Otra premonición. “Eso significaba el derramamiento de sangre que vino
        después (en febrero y octubre de ese mismo año)”. La gente no se da cuenta
        —sigue la versión del líder espiritual originario— de que los granizos, las
        lluvias, la falta de agua para el riego en el agro y los problemas sociales se deben a la
        ausencia de ritos en las wacas. “Los achachilas (ancestros) están llorando”.<br>
        La posesión del primer Presidente indígena de la región también es una señal de este
        proceso de cambio que se ha iniciado. “Queremos instalar el pedido a partir de lo
        visible, de lo que pasa hoy, que es el Gobierno de Evo Morales, a quien todos los pueblos
        originarios lo han reconocido como líder”, sostiene Huanacuni.<br>
        El tema aún se encuentra en la sombra de la clandestinidad y la jerarquía eclesiástica
        todavía no sospecha de la formación de este movimiento andino. No obstante, el cura Juan
        Carlos Calderón, quien oficia misas en el templo de San Francisco, no comparte la
        posición de los campesinos. “No podemos permitir que se intente destrozar a la
        Iglesia”, anuncia, y en su rostro barbado se dibuja una mezcla de rabia e impotencia.<br>
        En otro rincón de la urbe paceña, la mirada oscura de Huanacuni brilla. De pronto,
        retorna a una imagen que le sigue rondando la cabeza... “Es cierto, es difícil
        imaginar a La Paz sin San Francisco”. La pugna recién comienza.</font></small></td>
      </tr>
      <tr>
        <td bgcolor="#0080C0" width="593" height="1" colspan="3"></td>
      </tr>
      <tr>
        <td bgcolor="#FFFFFF" width="593" height="1" colspan="3"><font face="Verdana"
        color="#0080C0"><strong>¿QuÉ es una waca?</strong></font></td>
      </tr>
      <tr>
        <td bgcolor="#FFFFFF" width="593" height="1" colspan="3"><small><font face="Verdana">Waca
        es una palabra andina que significa “sitio sagrado”. Por lo general, se
        encuentran en espacios elevados (cerros) cerca de lagos o ríos y en determinados caminos.
        Los amautas aseguran que la tendencia católica es colocar imágenes de Cristo en estos
        lugares. <br>
        En la religión andina, para cruzar de un sitio a otro se pide “permiso” a los
        dioses andinos en las wacas. También hay la creencia de dejar una piedra en ellas, esto
        simboliza desprenderse del cansancio del cuerpo.</font></small></td>
      </tr>
      <tr>
        <td bgcolor="#0080C0" width="593" height="1" colspan="3"></td>
      </tr>
      <tr>
        <td bgcolor="#FFFFFF" width="203" height="1"><img src="http://www.laprensa.com.bo/domingo/20061203/images/domingo13.jpg" width="200"
        height="129" alt="domingo13.jpg (14486 bytes)"></td>
        <td bgcolor="#C0C0C0" width="12" height="1"></td>
        <td bgcolor="#FFFFFF" width="374" height="1"><p align="center"><small><font face="Verdana">Evo
        Morales en Tiwanaku. El Presidente asumió su mandato en una “waca” andina. La
        celebración fue un día antes de la posesión oficial.</font></small></td>
      </tr>
      <tr>
        <td valign="top" width="593" align="right" height="19" colspan="3" bgcolor="#0080C0"></td>
      </tr>
      <tr>
        <td valign="top" width="593" align="right" height="19" colspan="3" bgcolor="#FFFFFF"><p
        align="left"><font face="Verdana" color="#0080C0"><strong>El caso Qurikancha</strong></font></td>
      </tr>
      <tr>
        <td valign="top" width="593" align="right" height="19" colspan="3" bgcolor="#FFFFFF"><p
        align="left"><small><font face="Verdana">Las plegarias andinas están a punto de hacerse
        realidad en un país vecino. En el templo de Qurikancha (Perú) existía una waca dedicada
        al dios Sol, hoy un templo; y un primer pronunciamiento judicial está a favor de devolver
        al sitio su esencia andina. “Sólo esperamos que esto se pueda ratificar con un fallo
        judicial internacional”, cuenta optimista Fernando Huanacuni Mamani, abogado aymara
        boliviano.<br>
        Explica que esta primera instancia está basada en el derecho ancestral “como figura
        jurídica para restablecer nuestros templos”. De confirmarse la sentencia de
        Qurikancha, “simultáneamente todo el continente presentará su protesta para
        restablecer los sitios ancestrales”. Es que las wacas no son exclusividad de Bolivia,
        también las hay en otros países del Cono Sur, en especial Ecuador y Perú.</font></small></td>
      </tr>
      <tr>
        <td valign="top" width="593" align="right" height="19" colspan="3" bgcolor="#0080C0"></td>
      </tr>
      <tr>
        <td valign="top" width="593" height="26" colspan="3"><font face="Verdana" size="1"><p
        align="right"><b><font color="#0080C0">© 2001 LA PRENSA - EDITORES ASOCIADOS S.A</font></font><font
        face="Verdana" color="#5664AA" size="1">.<br>
        </font></b><font face="Verdana" size="1">Derechos Reservados ®</font></td>
      </tr>
      <tr>
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      </tr>
    </table>