Re: 2 razones
LOS ADVENTISTAS NO MAS NO PUEDEN CONTESTAR, LOS LIOS EN LOS QUE LOS METE ELENA WHITE PERO SIGUEN IDOLATRANDOLA, NO ES MEJOR DECIR LO SIENTO SE EQUIVOCO Y NOS EQUIVOCAMOS:
CITO ELG:Ejemplo: El único libro que habla de los 144,000 es apocalipsis pero en ningún lugar menciona que los mismos escucharán la voz de Dios anunciando el día y la hora de la segunda venida de Jesús. Ustedes, los ASD, basados en las visiones de la profetisa falsa EGW, aseguran que sí.
ASI ES ERNESTO, AQUI VUELVO A EXPONER LAS PRUEBAS:
Una Historia Acerca de Elena G. de White
La joven Elena Harmon (Más tarde Elena G. de White) tuvo su primera visión profética al mes siguiente de haber cumplido sus diecisiete años y solamente dos meses después del chasco de octubre de 1844. "Mientras orábamos en el altar familiar, descendió sobre mí el Espíritu Santo y me pareció ser levantada cada vez más arriba, muy por encima del oscuro mundo. Me volví para buscar al pueblo adventista en el mundo, pero no lo hallé en parte alguna, y entonces una voz me dijo: 'Vuelve a mirar un poco más arriba'. Alcé los ojos, y vi un sendero recto y angosto trazado muy por encima del mundo. El pueblo adventista andaba por ese sendero en dirección a la ciudad que se veía en su último extremo. En el comienzo del sendero, detrás de los que ya andaban, había una brillante luz, que, según me dijo un ángel, era el 'clamor de media noche'. Esta luz brillaba a todo lo largo del sendero, para que no tropezaran. Delante de ellos iba Jesús guiándolos hacia la ciudad, y si no apartaban los ojos de él, iban seguros. Pero no tardaron algunos en cansarse, diciendo que la ciudad estaba todavía muy lejos, y que contaban con haber llegado más pronto a ella. Entonces Jesús los alentaba levantando su glorioso brazo derecho, del cual provenía una luz que ondeaba sobre la hueste adventista, y exclamaban: '¡Aleluya!'.
Otros negaron temerariamente la luz que brillaba tras ellos, diciendo que no era Dios quien los había guiado hasta allí. Pero entonces se extinguió para ellos la luz que estaba detrás y dejó sus pies en tinieblas, de modo que tropezaron y, perdiendo de vista el blanco y a Jesús, cayeron fuera del sendero abajo, en el mundo sombrío y perverso. Era tan imposible que ellos [los que abandonaron su fe en el movimiento de 1844] recobraran el camino y fueran a la ciudad, como todo el mundo impío que Dios había rechazado. Cayeron a todo lo largo del sendero, uno tras otro hasta que oímos la voz de Dios como muchas aguas, anunciando el día y la hora de la venida de Jesús. Los santos vivos, 144,000 en número, conocieron y entendieron la voz, mientras que los impíos creyeron que eran truenos y un terremoto.Cuando Dios anunció la hora, derramó sobre ellos el Espíritu Santo, y nuestros rostros comenzaron a iluminarse y a brillar con la gloria de Dios, como lo hizo el rostro de Moisés cuando bajó del Monte Sinaí.".
"Pronto oímos la voz de Dios, semejante al ruido de muchas aguas, que nos anunció el día y la hora de la venida de Jesús. Los 144,000 santos vivientes reconocieron y entendieron la voz; pero los malvados se figuraron que era fragor de truenos y de terremoto" (Primeros escritos, 15).
“Y al anunciar Dios el día y la hora de la venida de Jesús, cuando dio el sempiterno pacto a su pueblo, pronunciaba una frase y se detenía de hablar mientras las palabras de la frase rodaban por toda la tierra. El Israel de Dios permanecía con los ojos en alto, escuchando las palabras según salían de labios de Jehová y retumbaban por la tierra como fragor del trueno más potente" (Primeros escritos, 34).
La misma escena vuelve a describirse en Primeros escritos, 285-286, y en El conflicto de los siglos. “Desde el cielo se oye la voz de Dios que proclama el día y la hora de la venida de Jesús, y promulga a su pueblo el pacto eterno. Sus palabras resuenan por la tierra como el estruendo de los más estrepitosos truenos” (El conflicto de los siglos, 698).Early Writings, páginas 11, 27 y 145, 146 [páginas 15, 34 y 285 de la edición actual, que coincide con Primeros escritos].
