Re: REVELADORES TESTIMONIOS DE EX-ADVENTISTAS, SOBRE LA LEY Y EL SÁBADO
Hola a todos.
Estimados hermanos, aquí tenemos la sexta parte del Testimonio del Ex-pastor adventista Gregory Taylor:
Otra cuestión con la que tuve que luchar concernía a los requisitos morales de los cristianos.
Me parecía que el resto de los mandamientos del Decálogo todavía son aplicables para los cristianos, aunque Romanos y Gálatas y el resto de las epístolas sí enseñan que no estamos bajo la ley. El NT sí alienta la moralidad.
La mayoría de los cristianos hace énfasis en la observancia de los mandamientos, todos excepto el cuarto. Esto me parecía un poco inconsistente. Pero, al estudiar más, la respuesta llegó con claridad también.
A través de la sección de aplicación en el NT (después de la cruz) se reafirman todos los deberes morales de la ley de los Diez Mandamientos, incluyendo algunas leyes del AT. Sin embargo, estas reafirmaciones NUNCA apelan a la ley como la razón para observar esos deberes, sino que, en cada una de las situaciones, se invoca a Cristo.
Por ejemplo, en 1 Cor. 6:18-20, hay una clara amonestación a favor de la pureza sexual, pero NO se invoca a la ley como la razón para esa pureza, sino el hecho de que somos el templo de Dios y que el Espíritu de Dios está en nosotros. ¿Cómo podríamos unir a Jesús con una prostituta?. El mismo patrón se encuentra a través de las epístolas.
Otra vez, tuve que recordar que esta sección de las Escrituras se escribió especialmente para APLICAR el mensaje de las Escrituras a los cristianos. Me impactó descubrir que todos los otros nueve mandamientos son reafirmados como importantes para los cristianos en su relación con Cristo, excepto uno: el sábado. El sábado JAMÁS SE ENSEÑA como deber moral para los cristianos. ¡Ni una sola vez!. En vez de eso, es reinterpretado como reposo diario en Jesús, como hemos visto antes.
Obsérvese el siguiente resumen de los mandamientos reafirmados en el Nuevo Testamento:
1ro. Adorar a Dios solamente - por lo menos 50 veces.
2do. No ser idólatras - 12 veces.
3o. No ser profano - 4 veces.
4o. Recordar el sábado - no se menciona.
5o. Honrar a los padres - 6 veces.
6o. No asesinar - 6 veces.
7o. No cometer adulterio - 12 veces.
8o. No robar - 4 veces.
9o. No mentir - 4 veces.
10o. No codiciar - 9 veces.
Si la posición Adventista de que el sábado será la prueba final de todos los tiempos, de que será la prueba final de lealtad, de que todos los verdaderos seguidores lo habrán guardado, y de que no guardarlo será recibir la "marca de la bestia" es correcta, ¿no tendría sentido que Dios lo incluyese también repetidamente en el NT en su lista de deberes morales para los cristianos?.
¿No advertiría Dios a sus discípulos una y otra vez?. ¿No estaría la violación del sábado incluida en las listas de pecados que Pablo y los demás declararon y reafirmaron tantas veces en sus amonestaciones a los nuevos creyentes?. ¿Por qué no hay ningunas instrucciones para los gentiles Jonás y Janio sobre cómo guardar el sábado?. ¿No habría habido algunas preguntas sobre cómo guardarlo en el mundo gentil?.
En mis muchos años como pastor Adventista, una de las preguntas más comunes que me hacían tanto los nuevos creyentes como los miembros antiguos era: "¿Qué es CORRECTO y qué es INCORRECTO hacer en sábado?. ¿Cómo podemos guardarlo correctamente?".
Entiendo por qué no hubo NINGUNA INSTRUCCIÓN en absoluto sobre este tema durante la era de la iglesia cristiana. La razón es clara. Jesús es nuestro sábado. Reposar en Él cada día, al ir a Él por fe, es el SÁBADO del NT. En mi opinión, no hay ninguna otra explicación razonable.
Bien, ¿y el culto dominical? ¿Es correcto, incorrecto, o no está en discusión?. Por mis estudios, he entendido que no está en discusión. No es ni correcto ni incorrecto. Pero siempre es correcto adorar a Dios tan a menudo y en asociación con otros creyentes como sea posible. En Hechos 2:42-47, la iglesia primitiva tenía culto todos los días. Si fuese posible hacerlo así, esto sería lo ideal. Pero tenemos vidas que vivir, y el culto diario en grupo se vuelve impráctico. Pero necesitamos apartar tiempo para tener culto juntos, y aumentar nuestra experiencia diaria. No debemos descuidar el culto en grupo. (Heb. 10:25). ¡No es incorrecto tener culto en sábado, ni es incorrecto tenerlo en domingo, ni en miércoles, ni en ningún otro día!.
Guardar un día de reposo para reflexionar y crecer espiritualmente es saludable y debería alentarse. Pero el mensaje del NT, y del resto de la Biblia, deja claro que, para los cristianos, el día de la semana en que esto tiene lugar, si es que lo tiene, NO debería ser obligatorio.
Me resultó interesante descubrir la manera en que la iglesia primitiva procedió en relación con esto. En un estudio exhaustivo sobre el tema del cambio del día de reposo del sábado al domingo, D. A. Carson editó un libro llamado Del Sábado al Día del Señor. Este libro es una obra altamente técnica que examina a los padres de la iglesia primitiva y sus puntos de vista acerca del sábado y el domingo.
Desde el año 100 d. C. en adelante, los primeros cristianos unánimamente se reunían el domingo. Esta era una práctica general entre los cristianos. Nadie consideraba a este día como día de reposo. Pero todos se reunían ese día. Esto ocurría mucho antes de lo que enseñan los Adventistas. Lo que es más, esto sucedía unánimemente entre los discípulos de los apóstoles. Es increíble que esto hubiese sucedido sin que fuese la costumbre general durante la era apostólica. Nuevamente, quiero decir que los primeros cristianos creían que era un buen día para reunirse a causa de la resurrección, pero NO lo asociaban con un cambio del sábado.
Algunos de estos cristianos, mayormente los judíos, continuaron reuniéndose en sábado. Otros, mayormente los gentiles, no lo hacían. Daban las razones que hemos comentado antes. Es claro que entendían las enseñanzas de Pablo y del resto de la Biblia, como lo hemos estudiado. El sábado era una opción aceptable, pero no obligatoria para los cristianos. Sin embargo, existía la necesidad de reunirse para tener culto.
Debido a que muchos de los cristianos de origen judío todavía asistían a la sinagoga los sábados, era necesario tener otro tiempo en que los cristianos pudieran reunirse para sus propias reuniones en privado. Este tiempo llegó a ser el domingo, al que comenzaron a llamar el día del Señor. Nuestro primer registro de esta referencia ocurre en el año 170 d. C. Esta fecha es sólo 11 años después del momento en que Juan se refiere al día del Señor en Apocalipsis 1:10. Es bastante probable que Juan se estuviese refiriendo al domingo cuando mencionó ese día. No a causa de que se le atribuyese ningún carácter sagrado, sino porque era el día común en que los cristianos se reunían.
Los primeros cristianos se sentían también ligados sentimentalmente al primer día de la semana. No sólo resucitó el Señor ese día, sino que, de las siete apariciones de Jesús a los discípulos, cinco ocurrieron el primer día. De las otras apariciones, no se menciona el día específico. También, ese año la fiesta de Pentecostés cayó el primer día de la semana. La iglesia cristiana nació un domingo. Pero esto NO quería decir que ellos le atribuyesen a ese día carácter sagrado o las cualidades del sábado.
No se invocaban los Diez Mandamientos en relación con el domingo. Aún mucho más tarde, cuando Constantino decretó la primera Ley Dominical, era sólo para prohibir que se trabajase ese día. Fue bien recibida por cristianos y paganos por igual como descanso del trabajo. Hacía el culto más conveniente, pero no era una ley basada en absoluto en la ley sabática. De hecho, los granjeros estaban exentos de ella. Ellos podían continuar trabajando. Por supuesto, esto no se permitía en la ley sabática del AT. Había en ese tiempo algo de sentimiento anti-judío.
Algunos han indicado que, puesto que los judíos tenían problemas con el gobierno, los cristianos trataban de distanciarse de los judíos alejándose del sábado, para evitar las persecuciones. Pero los registros de esa época no indican un pueblo que hiciese algo porque estuviese tratando de evitar ser perseguido por la causa de Cristo. Los ejemplos que existen son de millares de cristianos que defendían valientemente su fe a pesar de las amenazas de muerte. Si esto hubiese sido una convicción para ellos, la habrían defendido. Pero NO estaban persuadidos del sábado, como se ve claramente en la literatura.
No fue sino en el tiempo de Agustín en el siglo V cuando se comenzó a establecer alguna relación entre los Diez Mandamientos y el domingo. Y aún entonces la conexión era débil. La naturaleza del sábado se consideraba ceremonial.
Tomás de Aquino le dio prominencia a este punto de vista en siglos posteriores. Los reformadores Calvino y Lutero tuvieron cuidado de decir que el sábado no era obligatorio para los cristianos, sino que creían meritorio tomar un día para descansar y tener culto. No fue sino hasta la Reforma inglesa que el sábado del Decálogo comenzó realmente a ser promovido. Los principales proponentes de esto eran los puritanos. Comenzaron a enseñar que el sábado no había sido abolido (aunque llamaban sábado al domingo), y establecieron reglas estrictas que debían ser obedecidas según las leyes del AT.
Por supuesto, esto afectó a los otros grupos ingleses, como los Metodistas y los Bautistas. Muchos de estos grupos fueron a los Estados Unidos, y la Nueva Inglaterra se hizo notoria por la estricta observancia del sábado (domingo). Fue allí donde un grupo, los Bautistas del Séptimo Día, dieron un paso más y comenzaron a guardar el sábado como día de reposo. Si el sábado del AT es obligatorio para los cristianos, razonaban, es mejor que guardemos el día correcto también.
Fueron los Bautistas del Séptimo Día los que influyeron en Joseph Bates, el que a su vez influyó en E. G. White, y nació el Adventismo del Séptimo Día. Los Adventistas todavía están argumentando con los "Puritanos" principalmente acerca de cuál día es el verdadero sábado, más bien que si éste es o no un punto de disputa en el NT para los cristianos. Al argumentar sobre cuál día es el sábado, el mensaje de la Escritura y el mensaje que la iglesia primitiva tenía claramente en mente han sido pasados por alto por completo.
Yo continuaba orando fervorosamente acerca de estas cosas. Paula y yo hicimos de esto un tema de gran escudriñamiento de nuestraa almas y continuada investigación. El estudio entero me afectó tan fuertemente que me despertaba en mitad de la noche y llamaba a Dios. "Señor, por favor no me dejes quedar engañado. Quiero ser tu fiel seguidor".
En cada ocasión, después de mucha oración y mucho luchar con Dios, las Escrituras venían a mi mente aún con mayor claridad. Me aferré a Lucas 11:11-13 una y otra vez, día tras día. Jesús dice que, cuando pedimos el Espíritu Santo, Él nos lo dará, en lugar de darnos un engaño. Muchas veces, agonicé con Dios y oré para que me llevase al descanso antes de dejarme en el engaño o permitirme dshonrar su causa. Pero el Señor continuaba confortándome con sus promesas y su Palabra.
Gálatas 5:1 venía a mi mente con gran claridad: "Estad , pues firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud". En esas ocasiones, salía reconfortado, lleno del Espíritu de Dios, y reposado en Jesús mi sábado. Las palabras de la Biblia cobraban vida para mí. Entendía las secciones de la Biblia que siempre había tratado de justificar. El velo había caído de mis ojos.
Mientras tanto, Paula estaba llegando a las mismas conclusiones por su propia cuenta.
Sabíamos que Dios nos estaba llamando a caminar más cerca de Él, lo que incluiría abandonar todo lo que significa seguridad para nosotros. Al principio, pensamos que Dios querría que permaneciésemos en la iglesia y trabajásemos a favor de un cambio. Sin embargo, al orar más y más, nos sentíamos incómodos con esa opción.
Somos un equipo que ha recibido de Dios el singular don de alcanzar a los que no pertenecen a ninguna iglesia. Además, hemos recibido dones de liderazgo y de enseñanza. Saber la verdad, y simplemente sentarnos a esperar que ocurriese un cambio no parecía ser la manera en que Dios nos hablaba. Sin embargo, estábamos dispuestos a hacerlo así. Seguramente sería menos traumático.
El otro lado del punto en juego para mí era la responsabilidad que tengo de enseñar la verdad. Soy un ser humano falible, con muchas debilidades, pero Dios está haciendo una gran obra en mi corazón. No puedo llevar una doble vida. No soy un oraador elocuente, ni tengo una personalidad impresionante. Lo único que tengo a mi favor es mis convicciones y mi amor por Jesús. Si no puedo hablar desde el corazón de mi experiencia con Jesús, no soy nada.
Paula y yo también creemos que sería erróneo continuar representando una organización que nosotros creemos ya no representa la verdad. Continuar sirviendo en ella sería dar credibilidad a sus afirmaciones.
Tenemos muchos amigos maravillosos en la iglesia Adventista. Nos sentimos agradecidos del presidente de nuestra conferencia, del personal, los pastores, los voluntarios, y tantos otros que nos han apoyado y han hecho lo posible para ayudarnos a construir una iglesia para una nueva generación.
No queremos herirles, ni a ellos ni a la iglesia madre a la que amamos tanto, y por la cual hemos ofrecido nuestras mismas vidas durante los pasados ocho años. Pero tenemos que seguir al Señor en esto. Reconocemos que habrá quienes discrepen fuertemente con nosotros en la manera en que entendemos las Escrituras y en nuestro sentido de llamado. Pero no somos responsables ante ellos. Somos responsables ante Dios.
Aunque las implicaciones de estos descubrimientos son espantosas, hay también una sensación de ansiosa expectación al esperar lo que Dios ha planeado para nosotros. Se nos pide vivir en el áspero borde de la fe. Como nunca antes, tenemos que confiar en las promesas de Dios. Verdaderamente, estamos aprendiendo a vivir por fe y reposando en Jesús nuestro Señor y nuestro Amigo.
Para nosotros, esto no es sólo teoría, sino una verdadera experiencia de fe. Es confiar en la Palabra de Dios, y depender de Él, y solamente de Él. Es el reposo sabático diario. Nos sentimos agradecidos de que Dios nos haya confiado su Palabra, y que nos haya permitido probarle. A pesar de nuestros temores, tenemos confianza en el futuro. A donde Dios guía, Él provee.
Continuaré, en un próximo mensaje........