Re: EL DIEZMO CONCEDIDO COMO UNA BENDICION
Re: EL DIEZMO CONCEDIDO COMO UNA BENDICION
¡¡Excelente aporte hermano!!
Completo su aporte hermano Marco, digno de tomarlo en cuenta.
Reciba mis saludos en Cristo...
...Dagoberto
Re: EL DIEZMO CONCEDIDO COMO UNA BENDICION
El sistema especial del diezmo se fundaba en un principio que es tan duradero como la ley de Dios. Este sistema del diezmo era una bendición para los judíos; de lo contrario, Dios no se lo hubiera dado. Así también será una bendición para los que lo practiquen hasta el fin del tiempo. Nuestro Padre celestial no creó el plan de la benevolencia sistemática para enriquecerse, sino para que fuese una gran bendición para el hombre. Vio que este sistema de beneficencia era precisamente lo que el hombre necesitaba
El sistema del diezmo se remonta hasta más allá del tiempo de Moisés. Ya en los días de Adán, se requería de los hombres que ofreciesen a Dios donativos de índole religiosa, es decir, antes que el sistema fuese dado a Moisés en forma definida. Al cumplir lo requerido por Dios, debían manifestar, mediante sus ofrendas, aprecio por las misericordias y las bendiciones de Dios para con ellos. Esto continuó durante las generaciones sucesivas y fue practicado por Abrahán, quien dio diezmos a Melquisedec, sacerdote del Altísimo.
El mismo principio existía en los días de Job. Mientras Jacob estaba en Betel, peregrino, desterrado y sin dinero, se acostó una noche solitario y abandonado, teniendo una piedra por almohada, y allí prometió al Señor: "De todo lo que me dieres, el diezmo lo he de apartar para ti" (Gén. 28: 22). Dios no obliga a los hombres a dar. Todo lo que ellos dan debe ser voluntario. El no quiere que afluyan a su tesorería ofrendas que no se presenten con buena voluntad.
Pablo reconoció la validez del sistema
En su primera carta a la iglesia de Corinto, Pablo instruyó a los creyentes respecto a los principios generales sobre los cuales se funda el sostén de la obra de Dios en la tierra. Escribiendo en cuanto a sus labores apostólicas en favor de ellos, preguntó:
"¿Quién jamás peleó a sus expensas? ¿quién planta viña, y no come de su fruto? ¿o quién apacienta el ganado, y no come de la leche del ganado? ¿Digo esto según los hombres? ¿no dice esto también la ley? Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes? ¿O dícelo enteramente por nosotros? Pues por nosotros está escrito; porque con esperanza ha de arar el que ara; y el que trilla, con esperanza de recibir el fruto.
"Si nosotros os sembramos lo espiritual- preguntó además el apóstol- , ¿es gran cosa si segáremos lo vuestro carnal? Si otros tienen en vosotros esta potestad, ¿no más bien nosotros? Mas no hemos usado de esta potestad: antes lo sufrimos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo. ¿No sabéis que los que trabajan en el santuario, comen del santuario, y que los que sirven al altar, del altar participan? Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio" (1 Cor. 9: 7-14).
El apóstol se refirió aquí al plan del Señor para sostener a los sacerdotes que ministraban en el templo. Aquellos que eran apartados para este sagrado cargo eran sostenidos por sus hermanos, a quienes ellos ministraban las bendiciones espirituales. "Y ciertamente los que de los hijos de Leví toman el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley" (Heb. 7: 5). La tribu de Leví fue escogida por el Señor para los cargos sagrados pertenecientes al templo y al sacerdocio. Acerca del sacerdote se dijo: "Porque le ha escogido Jehová. . . , para ministrar al nombre de Jehová" (Deut. 18: 5). Dios reclamaba como propiedad suya una décima parte de todas las ganancias. . .
A este plan para el sostén del ministerio se refirió Pablo cuando dijo: "Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio". Y más tarde, escribiendo a Timoteo, el apóstol dijo: "Digno es el obrero de su jornal" (1 Tim. 5: 18)
Dios tiene derecho sobre nosotros y sobre todo lo que poseemos. Su derecho tiene supremacía sobre todos los demás. Y como reconocimiento de ese derecho, él nos pide que le devolvamos una porción fija de todo lo que nos da. El diezmo es la parte que él espera. Por indicación del Señor le fue consagrado desde los tiempos más antiguos. .
Yo creo que es poco lo que el Señor pide de nosotros, pues a El todo lo pertenece. Creo que no debemos ser tacaños, después que El es el que nos da las fuerzas para poder ganar nuestro sustento diario.
Y para finalizar les digo que Dios nos ha convertido en sus mayordomos. La propiedad que él ha colocado en nuestras manos son los medios que ha provisto para la difusión del Evangelio. A los que demuestren ser fieles mayordomos él les encomendará mayores cometidos. Dice el Señor: "Yo honraré a los que me honran." "Dios ama al dador alegre," y cuando sus hijos, con corazón agradecido, traen sus dones y ofrendas a él, "no con tristeza, o por necesidad," su bendición los asistirá, como él ha prometido. "Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos y vaciaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
Saludos a todos.
Marco
¡¡Excelente aporte hermano!!
Completo su aporte hermano Marco, digno de tomarlo en cuenta.
Reciba mis saludos en Cristo...
...Dagoberto