Re: Dentro de la Intimidad sexual en el matrimonio ¿que esta permitido?
Estimados hermanos:
Mi opinión en cuanto a la pregunta de éste tema es la siguiente:
Primero, como alguien ya lo ha dicho, las relaciones sexuales están limitadas al matrimonio; Dios nos ha creado con la capacidad de sentir placer y por lo tanto las relaciones sexuales son un regalo de Dios; pero el mismo Dios restringe o limita su expresión a quienes se han unido en matrimonio.
Si deseamos sinceramente saber cuales son limites y las permisiones en la relación conyugal, debemos estar dispuestos a dejarnos redargüir honestamente aún por sobre nuestras inclinaciones, gustos o concepción de la sexualidad; de no ser así, podemos llegar peligrosamente muy lejos y ni siquiera Dios podrá frenarnos. Por tanto, lea con relatividad este aporte.
El placer carnal, en que su expresión máxima es la relación sexual entre marido y mujer, no deja de ser un sentimiento que se genera en su mayor parte en nuestra carne, y por lo tanto su manifestación puede ser tan fuerte e incontrolable, que necesitamos el límite del matrimonio y de la templanza que Dios nos da, para salvaguardar el amor puro e incondicional en que se debe edificar el matrimonio y por supuesto la familia.
El libro de Cantares nos enseña veladamente lo lícito de sentimientos que aunque carnales o físicos en un gran porcentaje, nos podemos permitir en nuestras relaciones sexuales. Digo veladamente, porque nunca ha sido la intención expresa de Dios, enseñarnos a través de Cantares relaciones o sentimientos carnales; sino allí Dios nos habla de Cristo y de su iglesia, de lazos sublimes, profundos, nobles, aunque “veladamente” de la relación entre dos esposos amantes (Salomón y la sunamita)
Dios nos ha creado con funciones específicas en nuestros miembros, y aunque muchos se permiten ir bastante lejos en lo que pueden hacer , es bueno mirar lo que nos enseña la naturaleza y Dios.
El sexo anal, como la mayoría lo ha explicado, tiene claras connotaciones antinatura, de modo que ni siquiera debiera prestarse para debate; sino, debiéramos admitirlo fundamentados en nuestra naturaleza y también en la palabra de Dios. El ano o recto, es parte del aparato digestivo; creado por Dios con fines específicos como es la evacuación de desechos del organismo y no para fines sexuales; esto es de acuerdo a la “naturaleza”; y Dios lo dice en su Palabra, como muy bien lo ha expuesto Isabella: “Pues aun sus mujeres dejaron el natural uso por el uso que es contra naturaleza, y del mismo modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres ". (Romanos 1:26-27)
¿Cómo podemos evaluar lo que es contra-naturaleza? Las relaciones contra-natura en los hombres, no pueden ser ninguna otra que la sodomía; por lo tanto este acto contra-natura se aplica perfectamente también a la mujer, y con mayor razón, pues la mujer esta dotada de órgano sexual como es la vagina; mientras que el hombre no está dotado de órganos sexuales que permitan la penetración. Por tanto, tácitamente la sodomía en la mujer (también en el varón, aunque aquí el tema es la mujer), aún dentro del matrimonio no está permitido.
¿El sexo oral? También va contra la naturaleza; la boca es un órgano que pertenece al aparato digestivo y destinado también a que por el podamos expresarnos; pretender darle un uso sexual, como es el “sexo oral”; va contra la naturaleza o la creación de Dios; (paralelamente a que sea parte de las zonas erógenas) Pretender el uso de la boca para el sexo oral; o que alguien lo justifique con argumentos inequívocamente carnales, (lo digo muy seriamente) sería como pretender comer por el ano. (pido disculpas).
Lamentablemente en nuestros tiempos, los cristianos hemos olvidado y ni siquiera tocamos, por ejemplo que significado tienen las palabras: pureza, santidad, castidad, abstinencia, continencia; dominio propio etc. etc. Hoy no hay nada que nos agrade más que: “todo me es lícito”, aunque deliberadamente obviamos el “pero no todo conviene”.
Hoy hacen falta hombres del temple y honestidad de Pablo; quien valientemente “disertó” de la justicia y de la continencia ante Félix. ¿Qué cristiano hoy está capacitado para “disertar” de la continencia, de la castidad, de la abstinencia, del lecho sin mancilla? Pero sí, nos atrevemos a disertar largamente de la pretendida libertad que tendríamos de practicar el sexo oral y anal.
Dios les bendiga