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VUELTA A CASA
Estimado [MI NOMBRE REAL]:
Haces bien en no responder a las necedades de Tobi. Debes tener cuidado, ya que es probable que en este tiempo te lluevan insultos en el foro, y debes cuidarte de no hacerte merecedor de la tarjeta roja.
Qué bueno que ya estás en casa. La Iglesia te recibe como una madre, con los brazos abiertos. Ahora eres católico. Ahora estás más unido que nunca a esa "multitud de testigos" que menciona la carta a los Hebreos: los santos. Ahora vas a leer con otros ojos a san Agustín cuando dice "Cristiano es mi nombre, y Católico mi apellido". Ahora ya no vas a estar solo nunca más. Ahora te has unido a la multitud de los santos: san Basilio, san Ambrosio, san Juan Crisóstomo, san Cipriano, santo Tomás, san Francisco, san Ignacio de Loyola, santa Teresa de Ávila. Todos son de la misma Iglesia Católica a la que tú perteneces ahora. Son católicos igual que tú.
Siempre he pensado lo siguiente: que un evangélico que se hace católico gana muchas cosas, y no pierde nada. Has ganado la espiritualidad y la doctrina de los santos, has ganado la liturgia, has ganado la presencia real de Cristo-Eucaristía, has ganado una fe unánime y sin divisiones, has ganado mil millones de hermanos católicos. ¿Y qué has perdido? ¿Acaso has perdido la Biblia? ¿Acaso has perdido la oración? ¿Acaso has perdido la salvación por la sola fe? ¿Acaso has perdido la sola Gracia? ¿Acaso has perdido el libre examen de las Escrituras (que no libre interpretación)?
Toda la riqueza espiritual que has tenido en las iglesias evangélicas, te la traes. No la pierdes.
Que bueno que vuelves a casa [MI NOMBRE REAL].
[Un hermano católico]
5 de abril de 2006
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P.D. He recibido esta carta en mi correo privado y quiero compartirla con el foro, sin citar a su autor ni mi nombre real, pues su contenido me parece que refleja perfectamente el significado de mi vuelta a la Iglesia Católica. Espero que lo de los insultos no sea verdad, pues sigo teniendo un alto concepto de los cristianos evangélicos y nunca olvidaré lo que me han aportado de positivo en momentos muy difíciles de mi vida ni la acogida totalmente libre de censuras y sin discriminaciones en este foro evangélico.
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VUELTA A CASA
Estimado [MI NOMBRE REAL]:
Haces bien en no responder a las necedades de Tobi. Debes tener cuidado, ya que es probable que en este tiempo te lluevan insultos en el foro, y debes cuidarte de no hacerte merecedor de la tarjeta roja.
Qué bueno que ya estás en casa. La Iglesia te recibe como una madre, con los brazos abiertos. Ahora eres católico. Ahora estás más unido que nunca a esa "multitud de testigos" que menciona la carta a los Hebreos: los santos. Ahora vas a leer con otros ojos a san Agustín cuando dice "Cristiano es mi nombre, y Católico mi apellido". Ahora ya no vas a estar solo nunca más. Ahora te has unido a la multitud de los santos: san Basilio, san Ambrosio, san Juan Crisóstomo, san Cipriano, santo Tomás, san Francisco, san Ignacio de Loyola, santa Teresa de Ávila. Todos son de la misma Iglesia Católica a la que tú perteneces ahora. Son católicos igual que tú.
Siempre he pensado lo siguiente: que un evangélico que se hace católico gana muchas cosas, y no pierde nada. Has ganado la espiritualidad y la doctrina de los santos, has ganado la liturgia, has ganado la presencia real de Cristo-Eucaristía, has ganado una fe unánime y sin divisiones, has ganado mil millones de hermanos católicos. ¿Y qué has perdido? ¿Acaso has perdido la Biblia? ¿Acaso has perdido la oración? ¿Acaso has perdido la salvación por la sola fe? ¿Acaso has perdido la sola Gracia? ¿Acaso has perdido el libre examen de las Escrituras (que no libre interpretación)?
Toda la riqueza espiritual que has tenido en las iglesias evangélicas, te la traes. No la pierdes.
Que bueno que vuelves a casa [MI NOMBRE REAL].
[Un hermano católico]
5 de abril de 2006
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P.D. He recibido esta carta en mi correo privado y quiero compartirla con el foro, sin citar a su autor ni mi nombre real, pues su contenido me parece que refleja perfectamente el significado de mi vuelta a la Iglesia Católica. Espero que lo de los insultos no sea verdad, pues sigo teniendo un alto concepto de los cristianos evangélicos y nunca olvidaré lo que me han aportado de positivo en momentos muy difíciles de mi vida ni la acogida totalmente libre de censuras y sin discriminaciones en este foro evangélico.
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