Re: Intento de profanar ostias por unos jovenes.
Petrino dijo:
Bienvenido al debate Joaco.
Muchas gracias Petrino.
Petrino dijo:
Efectivamente en un momento del proceso digestivo (unos 10 o 15 minutos despues de haber consumido la hostia) la especie de pan se han corrompido o degradado de tal manera que lo que hay ya no es especie de pan, por lo tanto no hay materia para el sacramento por lo tanto la hostia deja de ser el Cuerpo de Cristo. Vuelve a ser pan, o mejor dicho, amasijo de pan, o bolo alimenticio de pan o como quieran llamarlo.
Ok. Entonces, lo que se asimila (digiere) no es la carne y la sangre del Señor, sino el pan y el vino. En eso estamos claros.
Ahora bien, respecto a tu paréntesis sobre el tiempo, quiero preguntarte ¿Cómo detreminaste ese tiempo -10 o 15min-? Te lo pregunto porque, dados los procesos digestivos (que comienzan con el ataque de las enzimas salivales al alimento), y dadas las carácteristicas de la hostia, yo diría que puede ser mucho menor, pero quiero ver de dónde sale el cálculo que hiciste.
Petrino dijo:
Entonces yo separaría dos cosas: el comer la hostia y el asimilarla en el proceso de digestión. El provecho que obtiene el comulgante no proviene de asimilar fisiologicamente la hostia, sino que proviene más bien de el acto de comerla.
Ok. concediendo que una cosa es el comer (el introducir en la boca el alimento) y otra la digestión (asimilación del aliemento, el alimentarse en sí), entonces, la conclusión es que el comulgante no se alimenta, físicamente, de la carne y sangre del Señor. ¿stás de acuerdo?
Petrino dijo:
En el Antiguo Testamento, cuando se realizaba un sacrificio de un animal, las personas participaban del sacrificio comiendo la carne sacrificada. Eso implicaba entrar en comunión con el sacrificio = estar de acuerdo con él, involucrarse en él, ser partícipe en el sacrificio, hacerse parte. Por eso, para los cristianos primitivos les estaba absolutamente prohibido comer carne sacrificada a los idolos, porque eso implicaba hacerse parte de ese sacrificio, entrar en comunion con él.
Más que estar en comunión con el sacrificio, el comer representaba el aceptarlo, el identificarse con él, el apropiarse de él, participar. Pero, la aquí si había un alimentarse físicamente de la carne (nunca la sangre) del animal ¿o no? Cosa que no hay en la eucaristía católico-romana. Ahí hay diferencias, por lo que sólo queda el símbolismo del comer.
Además, Petrino, te olvidas que la prohibición de comer lo sacrificado a los ídolos no tiene otro fin que el del testimonio a los demás, y es un asunto de conciencia, y Pablo lo deja bien en claro:
"Acerca, pues, de las viandas que son saacrificadas á los ídolos, sabemos que el ídolo nada es en el mundo, y que no hay más de un Dios. Porque aunque haya algunos que se llamen dioses, ó en el cielo, ó en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), Nosotros empero no tenemos más de un Dios, el Padre, del cual son todas las cosas, y nosotros en él, y un Señor Jesucristo, por el cual son todas las cosas, y nosotros por él. Mas no en todos hay esta ciencia: porque algunos con conciencia del ídolo hasta aquí, comen como sacrificado á ídolos; y su conciencia, siendo flaca, es contaminada. Si bien la vianda no nos hace más aceptos á Dios, porque ni que comamos, seremos más ricos; ni que no comamos, seremos más pobres. Mas mirad que esta vuestra libertad no sea tropezadero á los que son flacos. Porque si te ve alguno, á ti que tienes ciencia, que estás sentado á la mesa en el lugar de los ídolos, ¿la conciencia de aquel que es flaco, no será adelantada á comer de lo sacrificado á los ídolos?. Y por tu ciencia se perderá el hermano flaco por el cual Cristo murió. De esta manera, pues, pecando contra los hermanos, é hiriendo su flaca conciencia, contra Cristo pecáis. Por lo cual, si la comida es á mi hermano ocasión de caer, jamás comeré carne por no escandalizar á mi hermano" (1 Corintios 8:4-13).
Petrino dijo:
Pues bien, en estos casos, uno se hacía participe del sacrificio, entraba en comunión con el sacrificio comiendo la carne. Esta comunion no consiste en un acto fisiologico de recibir los nutrientes de la carne en mi torrente sangineo, sino que consiste en el acto voluntario y libre de comer la carne con la intención de hacerme participe del sacrificio.
Petrino, te invito a que leas el pasaje que te he compartido, poniendo especial atención en las partes que he resaltado subrayandolas:
"sabemos que el ídolo nada es en el mundo" -- ¿Se puede tener comunión con lo que nada es?
"y nosotros en Él" -- Si estamos en Dios ¿no estamos en comunión con Él? ¿Para estarlo necesitamos hacer algo físico como el comer? ¿no es más bien una cuestión espiritual?
"y su conciencia, siendo flaca, es contaminada" -- Como te decía, este es un asunto de conciencia.
"Si bien la vianda no nos hace más aceptos á Dios" -- En el comer o no comer no está en el problema, sino en la conciancia. ¿Por qué? Por lo que Pablo explica más adelante, y que lo coloco a continuación...
"Mas mirad que esta vuestra libertad no sea tropezadero á los que son flacos. Porque si te ve alguno, á ti que tienes ciencia, que estás sentado á la mesa en el lugar de los ídolos, ¿la conciencia de aquel que es flaco, no será adelantada á comer de lo sacrificado á los ídolos?" -- Pablo dice que tenemos libertad de comer o no comer, pero esa libertad no debe ser de tropiezo a los hermanos más débiles. Y cuando Pablo dice "a tí que tienes ciencia" se refiere a que tiene conocimiento de que, dado que el ídolo nada es, el comer o no del sacrificio no me puede afectar espiritualmente. Nuevamente, el comer o no comer no es el problema, sino la actitud, la intención, el corazón (es lo mismo que señaló Jesús en
Mateo 15:17-19).
"se perderá el hermano flaco" -- El abstenerse, aún teniendo la libertad de no hacerlo, es una cuestión de testimonio. Y esto queda confirmado con lo que Pablo señala después...
"pecando contra los hermanos, é hiriendo su flaca conciencia, contra Cristo pecáis"
"si la comida es á mi hermano ocasión de caer, jamás comeré carne por no escandalizar á mi hermano"
Petrino dijo:
Bueno, esas eran figuras del Sacrificio de Cristo y de nuestra participación o comunion en ese sacrificio. Por el acto de comer el Cordero ofrecido, entramos en comunion con el sacrificio, no por el acto intestinal de asimilarlo.
Pero el comer seguía siendo un acto externo que de nada servía si no había la disposición y asimilación y aceptación internas de lo que se estaba haciendo. El comer no traía ningún beneficio en sí, pues la carne del cordero no tenía nada de especial ¿o sí?. Además de eso, no se bebía la sangre del cordero, sin embargo, esta si era derramada. Todo esto, no apunta hacia la cena del Señor, sino al sacrificio en la cruz del calvario, no apunta a un comer físico, sino a uno espiritual: a creer, aceptar, asimilar, identificarse.
De hecho Petrino, el mismo acto de la cena del Señor apunta al sacrificio vicario en la cruz, es una conmemoración del mismo, que en nada nos beneficia sino lo hemos aceptado por fe, si no nos hemos identificado con Cristo en la cruz
(Romanos 6:6; Gálatas 2.20).
Petrino dijo:
El provecho de la comunión es espiritual, por el acto voluntario de comer el Cordero, no por el proceso fisiologico de digerirlo.
La comunión con el Señor la tenemnos desde que hemos depositado nuestra confianza en Él y hemos sido regenerados por Su Santo Espíritu y hechos morada de Él. El provecho de participar en la cena es el de anunciar la muerte y resurreción del Señor, dar testimonio de Él y conmemorar Su sacrificio vicario en la cruz. De esta manera, tenemos comunión unos con otros, como cuerpo que somos y estamos concientes de nuestro llamado y de que fuimos comprados por precio.
Ahora bien Petrino, si el provecho es espiritual, si no hay alimentación física, entonces ¿Por qué debe de haber transubstantación? Si a fin de cuentas no hay beneficios físicos ¿Qué necesidad hay de que haya una transformación del pan y del vino? No olvidemos que Dios, la hacer algo siempre tiene un propósito, no hace las cosas nada más por que sí. Nosotros, Petrino, que conmemoramos la muerte del Señor con pan y vino, tenemos todos los beneficios espirituales de esto, mismos que viene de nuestra comunión con Dios por medio de la fe en Jesucristo, la cual no depende de este acto, sino que se hace manifiesta a través de él.
Atte.
Joaco