El tartamudeo de Moises

20 Febrero 2006
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EL TARTAMUDEO DE MOISES

También el paso por la Biblia nos conduce a la pregunta sin respuesta (conceptual) y al recurso a la evocación, al uso de las mediaciones, al símbolo.
En el libro del Éxodo (4,10) se presenta a Moisés –algo reiterativo en las vocaciones, llamadas y envíos bíblicos- como alguien que se resiste a la misión encomendada por Dios porque “no tenía facilidad de palabra”. Esta resistencia de Moisés apelando a su tartamudez da mucho que pensar.
El que tenía un encuentro con Dios sabe algo de Él, tartamudea y no sabe expresarlo. Es el “no se qué que queda balbuciendo” del místico. Un “no se qué que se alcanza por ventura” y que no se da en el discurso conceptual ni se deja expresar mediante los discursos teológicos ni arguméntales. Es pura gracia, y, en todo caso, sólo se acierta -como el in-fante, es decir, literalmente, como el que no sabe ni puede hablar- a balbucear. Acerca de lo que hemos visto o nos ha sido revelado del Misterio de Dios y del mundo sólo podemos decir, torpe o infantilmente, algunas palabras poco inteligibles. La cercanía de Dios el terror de lo inefable, produce la conciencia de la incapacidad de hablar del Misterio: la presencia que emerge de la Zarza ardiente desvela su carácter radicalmente inconcebible, inimaginable, indecible. “Él es el que es”. Los que más saben son los que más callan. O cuando hablan saben que sólo balbucean.
Sin embargo, la misma Biblia pone en boca de Dios que , si Moisés tartamudea y vacila a la hora de decir lo que ha escuchado, puede usar a Aarón, el levita, que sí que habla bien (Ex 4,14). Es decir, el sacerdote es el que habla bien, mucho, acaso demasiado, de Dios, Aunque no haya visto ni oído a Dios, habla de Dios. El Talmud, según la tradición rabínica, es ese hablar incesante sobre Dios y su Misterio de los que quizá no hayan escuchado demasiado a Dios. Hablamos de lo que no sabemos y, finalmente, traicionamos la revelación de Dios.
Hablar sobre Dios o de lo que Dios ha comunicado a los hombres es un mandato del mismo Dios: de Dios a Moisés: “háblale –a Aarón- y ponle mis palabras en su boca. Yo estaré en tu boca y en la suya...él será tu boca”. Pero a condición de que se hable por mediación o delegación de quién ha visto y oído. Por eso, cuando el hablar religioso se independiza de la “experiencia mística”, de la escucha de Dios, entonces se cae en una logomaquia que habla muy bien, pero comunica poco o nada el Misterio de Dios. Se ha perdido la reserva de la tartamudez que produce la cercanía de Dios, y se tiene la soltura humana del concepto claro y distinto. Se articula muy bien, se expresan las cosas muy claramente, de forma adulta e ilustrada, pero se ha evaporado la mudez y la “minoría de edad” del que ha pisado terreno sagrado.
Pero tras muchos esfuerzos “Talmudicos”, filosófico-teológicos, sin duda siempre se vuelve – está es la enseñanza bíblica- al silencio: Si al principio esta el balbuceo tartamudo, al final está el nombre impronunciable. Yahvé, el nombre que tiene que comunicar Moisés, que quiere comunicar la revelación bíblica, es impronunciable. El símbolo de la impronunciabilidad del “tetrgrammaton” es el cierre de los esfuerzos teológico- religiosos por decir, por hablar, del Misterio de Dios. Finalmente hay que callar. O dicho con el Segundo Testamento de Jesús, hay que recibir la revelación de “la Palabra que se hizo hombre y acampo entre nosotros” (Jn 1,14). En la realidad de la carne, en el anonadamiento y vaciamiento del poder, incluso del concepto, se hace presente el Misterio de Dios. Siempre el Misterio se da en símbolo. Lo esencial, la revelación, cae al otro lado de la palabra.
 
Re: El tartamudeo de Moises

jose gallego dijo:
EL TARTAMUDEO DE MOISES

También el paso por la Biblia nos conduce a la pregunta sin respuesta (conceptual) y al recurso a la evocación, al uso de las mediaciones, al símbolo.
En el libro del Éxodo (4,10) se presenta a Moisés –algo reiterativo en las vocaciones, llamadas y envíos bíblicos- como alguien que se resiste a la misión encomendada por Dios porque “no tenía facilidad de palabra”. Esta resistencia de Moisés apelando a su tartamudez da mucho que pensar.
El que tenía un encuentro con Dios sabe algo de Él, tartamudea y no sabe expresarlo. Es el “no se qué que queda balbuciendo” del místico. Un “no se qué que se alcanza por ventura” y que no se da en el discurso conceptual ni se deja expresar mediante los discursos teológicos ni arguméntales. Es pura gracia, y, en todo caso, sólo se acierta -como el in-fante, es decir, literalmente, como el que no sabe ni puede hablar- a balbucear. Acerca de lo que hemos visto o nos ha sido revelado del Misterio de Dios y del mundo sólo podemos decir, torpe o infantilmente, algunas palabras poco inteligibles. La cercanía de Dios el terror de lo inefable, produce la conciencia de la incapacidad de hablar del Misterio: la presencia que emerge de la Zarza ardiente desvela su carácter radicalmente inconcebible, inimaginable, indecible. “Él es el que es”. Los que más saben son los que más callan. O cuando hablan saben que sólo balbucean.
Sin embargo, la misma Biblia pone en boca de Dios que , si Moisés tartamudea y vacila a la hora de decir lo que ha escuchado, puede usar a Aarón, el levita, que sí que habla bien (Ex 4,14). Es decir, el sacerdote es el que habla bien, mucho, acaso demasiado, de Dios, Aunque no haya visto ni oído a Dios, habla de Dios. El Talmud, según la tradición rabínica, es ese hablar incesante sobre Dios y su Misterio de los que quizá no hayan escuchado demasiado a Dios. Hablamos de lo que no sabemos y, finalmente, traicionamos la revelación de Dios.
Hablar sobre Dios o de lo que Dios ha comunicado a los hombres es un mandato del mismo Dios: de Dios a Moisés: “háblale –a Aarón- y ponle mis palabras en su boca. Yo estaré en tu boca y en la suya...él será tu boca”. Pero a condición de que se hable por mediación o delegación de quién ha visto y oído. Por eso, cuando el hablar religioso se independiza de la “experiencia mística”, de la escucha de Dios, entonces se cae en una logomaquia que habla muy bien, pero comunica poco o nada el Misterio de Dios. Se ha perdido la reserva de la tartamudez que produce la cercanía de Dios, y se tiene la soltura humana del concepto claro y distinto. Se articula muy bien, se expresan las cosas muy claramente, de forma adulta e ilustrada, pero se ha evaporado la mudez y la “minoría de edad” del que ha pisado terreno sagrado.
Pero tras muchos esfuerzos “Talmudicos”, filosófico-teológicos, sin duda siempre se vuelve – está es la enseñanza bíblica- al silencio: Si al principio esta el balbuceo tartamudo, al final está el nombre impronunciable. Yahvé, el nombre que tiene que comunicar Moisés, que quiere comunicar la revelación bíblica, es impronunciable. El símbolo de la impronunciabilidad del “tetrgrammaton” es el cierre de los esfuerzos teológico- religiosos por decir, por hablar, del Misterio de Dios. Finalmente hay que callar. O dicho con el Segundo Testamento de Jesús, hay que recibir la revelación de “la Palabra que se hizo hombre y acampo entre nosotros” (Jn 1,14). En la realidad de la carne, en el anonadamiento y vaciamiento del poder, incluso del concepto, se hace presente el Misterio de Dios. Siempre el Misterio se da en símbolo. Lo esencial, la revelación, cae al otro lado de la palabra.



La verdad es que Moisés, no era ningún tartamudo.

A veces las tradiciones y cuentos se convierten en leyendas.

La razón de la "falta de palabras" era porque Moisés se había creado en la casa de Faraón. Y fué educado cómo principe egipcio. Y hablaba impecalbemente. Solo que su idioma era el de los egipcios.

Aarón su hermano si creció y fué creadó conforme al idioma y usanza hebrea y de tal manera el si podía comunicarse fácilmente con ellos.

De tartamudo Moisés tenía lo que yo tengo de marciano.

voz
 
Re: El tartamudeo de Moises

voz777 dijo:
La verdad es que Moisés, no era ningún tartamudo.

A veces las tradiciones y cuentos se convierten en leyendas.

La razón de la "falta de palabras" era porque Moisés se había creado en la casa de Faraón. Y fué educado cómo principe egipcio. Y hablaba impecalbemente. Solo que su idioma era el de los egipcios.:confused: :confused: :confused:

Aarón su hermano si creció y fué creadó conforme al idioma y usanza hebrea y de tal manera el si podía comunicarse fácilmente con ellos.:confused: :confused: :confused:

De tartamudo Moisés tenía lo que yo tengo de marciano. :abduccion :abduccion :abduccion
voz
 
Re: El tartamudeo de Moises

jose gallego dijo:
el tartamudeo de Moises lo escuche decir a un amigo mason que estaba alli en aquel momento
Perdona José, pero nos podrías compartir algo que hayas leido tú y no lo que oyes decir a los demás. Digo con ánimo de conocer tus propias impresiones de lo que lees.

Greivin.
 
Re: El tartamudeo de Moises

Entonces dijo Moisés a jehová:¡hay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, nini desde que tu hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua. Exodo 4:10
 
Re: El tartamudeo de Moises

Tobi 21-02-2006 15:31

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Re: El tartamudeo de Moises

Cita:

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Originalmente enviado por voz777
La verdad es que Moisés, no era ningún tartamudo.

A veces las tradiciones y cuentos se convierten en leyendas.

La razón de la "falta de palabras" era porque Moisés se había creado en la casa de Faraón. Y fué educado cómo principe egipcio. Y hablaba impecalbemente. Solo que su idioma era el de los egipcios.:confused: :confused: :confused:

Aarón su hermano si creció y fué creadó conforme al idioma y usanza hebrea y de tal manera el si podía comunicarse fácilmente con ellos.:confused: :confused: :confused:

De tartamudo Moisés tenía lo que yo tengo de marciano. :abduccion :abduccion :abduccion

Está, es una de esas "revelaciones" MUY.......pero muuuyyyyy...Privadas.

JEJEJE......Pasalo bien Tobi.
 
Re: El tartamudeo de Moises

jose gallego dijo:
Entonces dijo Moisés a jehová:¡hay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, nini desde que tu hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua. Exodo 4:10

No puede ser que de un "tartamudo" se escribiera algo así:


"En aquel mismo tiempo nació Moisés, y fue agradable a Dios; y fue criado tres meses en casa de su padre.
Pero siendo expuesto a la muerte, la hija de Faraón le recogió y le crió como a hijo suyo.
Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras."

Greivin.
 
Re: El tartamudeo de Moises

Greivin. dijo:
No puede ser que de un "tartamudo" se escribiera algo así:


"En aquel mismo tiempo nació Moisés, y fue agradable a Dios; y fue criado tres meses en casa de su padre.
Pero siendo expuesto a la muerte, la hija de Faraón le recogió y le crió como a hijo suyo.
Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras."

Greivin.


!Tremendo Greivin!

Ya me arrunistaste mi historia de la revelación "muy" privada con Don Tobi.
Pero te perdono porque te quiero.
 
Re: El tartamudeo de Moises

voz777 dijo:
!Tremendo Greivin!

Ya me arrunistaste mi historia de la revelación "muy" privada con Don Tobi.
Pero te perdono porque te quiero.
Gragra...gragra...gra...cici..cici..as.

Gregregre...gregre...ivin.
 
Re: El tartamudeo de Moises

Van Riper (1973) comenta que uno de los primeros tartamudos de los cuales se tienen noticias ciertas fue Moisés. Al revisar la Biblia se encuentra que ésta hace alusión a la dificultad de Moisés para expresarse:

(Exodo IV, 10) "Moisés dijo a Yavé: "Te suplico tengas presente que yo nunca he tenido facilidad para hablar, ni aún después que tú me hablaste, pues no encuentro palabras para expresarme".

(Exodo VI, 12) "Moisés dijo a Yavé": "Si los hijos de Israel no me hacen caso. Cómo pretendes que me escuche el Faraón, siendo además yo de lengua tan torpe?".
 
Re: El tartamudeo de Moises

jose gallego dijo:
Van Riper (1973) comenta que uno de los primeros tartamudos de los cuales se tienen noticias ciertas fue Moisés. Al revisar la Biblia se encuentra que ésta hace alusión a la dificultad de Moisés para expresarse:

(Exodo IV, 10) "Moisés dijo a Yavé: "Te suplico tengas presente que yo nunca he tenido facilidad para hablar, ni aún después que tú me hablaste, pues no encuentro palabras para expresarme".

(Exodo VI, 12) "Moisés dijo a Yavé": "Si los hijos de Israel no me hacen caso. Cómo pretendes que me escuche el Faraón, siendo además yo de lengua tan torpe?".
Escusas departe de Moisés, que le dieron razón a Dios de levantar el sacerdocio de Aarón, y hacrelo en ese momento el vocero oficial de Moisés, el cual y logicamnente, no quería enfrentarse personalmente con su Hermano de Crecimiento Faraón. Moisés debería cumplir con ser la figura ante los Hebreos y Aarón ante los Egipcios.

Greivin.
 
Re: El tartamudeo de Moises

Encontramos en
este capítulo un Moisés muy cercano a nosotros. Ha recibido una
misión de Dios. No puede tener dudas de que es Dios mismo quien se le
ha aparecido en el Horeb. Hasta cierto punto ha hecho suyos los planes de Dios.
Y sin embargo, se resiste, pone objeciones... Necesita dejarse convencer por
Dios. Asistimos así a un proceso de educación y transformación
de Moisés por Dios.

1-9

La primera dificultad
que presenta es la carencia de signos que prueben que es un enviado de Dios.
Él está convencido de ello, pero ¿y la gente? «No
van a creerme», objeta.

Dios accede a la
petición de Moisés y le hace capaz de realizar tres signos. Son
signos en el sentido más estricto. Mediante ellos se le concede a Moisés
realizar prodigios propios de Dios, que exceden las capacidades humanas. Así,
Moisés es investido del poder de Dios. Recibe una participación
del poder de Dios. En adelante, irá en nombre de Dios, con su misma autoridad,
revestido de su capacidad de realizar prodigios extraordinarios. Cuando Dios
da una misión -la que sea- concede al mismo tiempo la capacidad y los
dones necesarios para realizarla...

10-17

La segunda objeción
que presenta Moisés es también muy razonable: «No he sido
nunca un hombre de palabra fácil... sino que soy pesado de boca y de
lengua». Dios le encarga hablar al Faraón, al pueblo, a los ancianos...
¡y es tartamudo!

Dios se remite
a su omnipotencia creadora: « ¿Quién ha dado al hombre la
boca?... ¿No soy yo, el Señor?». Si Dios es el Creador de
todo, el que da al hombre la boca y la capacidad de hablar, ¿no podrá
transmitir su palabra a través de un hombre tartamudo?

Este «argumento»
es tan definitivo que cuando Moisés vuelve a poner reparos (v. 13), el
texto sagrado nos dice: «Entonces se encendió la ira del Señor
contra Moisés» (v. 14). En efecto, la dificultad es real, pero
quedarse detenido en ella es desconfiar del Señor y de su omnipotencia,
capaz de suscitar todo de la nada.

De hecho, esta
paradoja nos introduce un poco más en el estilo de Dios: la tartamudez
de Moisés no sólo no es dificultad para que Dios realice su obra,
sino que es más bien una condición necesaria para la misma. Si
Moisés hubiera tenido un gran don de palabra, habría transmitido
una palabra humana; siendo tartamudo, torpe de palabra, pesado de labios y de
lengua, será instrumento adecuado para transmitir la palabra divina.
Así no podrá quedar oscurecido el mensaje divino con luces humanas.
Por la misma razón los grandes instrumentos de Dios nacerán de
mujeres estériles o ancianas (Jue 13,2ss; 1Sam 1; Gen 11,30; Lc 1,5ss).
Por la misma razón, el Hijo de Dios nacerá de una virgen (Lc 1,26ss).

Esto es lo que
significan las palabras que Dios le repite reiteradamente: «Yo estaré
en tu boca». Moisés queda expropiado. Ha sido constituido profeta
y Dios ha tomado posesión de su lenguaje. Su palabra ya no será
suya sino del que le ha enviado (cfr. Jn 7,16). No tiene sentido pretender apoyarse
en dotes humanas. La seguridad proviene exclusivamente de su misión divina:
«Yo estaré en tu boca».

Por lo demás,
Dios mismo muestra la solución concreta a la dificultad de Moisés.
Le da a su hermano Aarón como colaborador: «Él será
tu boca». Si Dios es el que da al hombre la boca (v. 11), ahora le da
a Moisés como boca a su hermano Aarón. Moisés sigue siendo
el profeta, de forma irrevocable; y Dios mismo provee a la dificultad para serlo.

18-23

Moisés vuelve
a Egipto. Vuelve para encontrar a sus hermanos. Pero ¡qué distinto
es este Moisés del que tuvo que huir! La experiencia del desierto le
ha desposeído de sí mismo. Si vuelve a Egipto es porque Dios mismo
le manda (v. 19). Sólo va equipado con «el cayado de Dios»
(v. 20), el que Dios mismo le ha entregado (v. 17) y que simboliza la fuerza
de la misión divina, y con un más adecuado conocimiento de los
planes de Dios (v. 21-23).

24-26

Versículos
difíciles y misteriosos. Partiendo del contexto en que se encuentran
situados, podemos comentarlos así: lo mismo que Jacob (Gén 32,25-33),
Moisés lucha con Dios. Desde su encuentro con Él en la zarza ardiente,
la historia de Moisés ha sido una lucha continua con el Señor.
«Dios quiso darle muerte»: en efecto, hemos asistido al proceso
de aniquilación del Moisés autosuficiente y pagado de sí.
Progresivamente Moisés ha sido transformado... Pero no sin lucha: hemos
visto sus resistencias. Por fin se ha dejado vencer. Y ahora surge un Moisés
nuevo, capaz de colaborar en los designios de Dios. La circuncisión simboliza
un Moisés completamente a disposición del Señor... y la
sangre es el símbolo de la vida que hay que perder para encontrarla...
 
Re: El tartamudeo de Moises

Vamos analizar estas frases de voz 777

voz777 dijo:
La verdad es que Moisés, no era ningún tartamudo.
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Tobi
El dice que si lo era. Fué la objeción que presento ante Dios.

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A veces las tradiciones y cuentos se convierten en leyendas.
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Tobi
¿Cuantas de estas tradiciones, cuentos y leyendas conoces? ¿Donde y de quien las has leido?
Te contaré una que me contó, no un masón, sino que es judía, aunque que los judios que la contaron puede que fuesen masones; ¿qui lo sa?
La leyenda dice que los sacerdotes egipcios temían la precocidad de Moises a sus cuatro años y propusieron hacer una prueba. (aun no había el psicoanálisis freudiano) Colocaron frente al niño dos braseros. uno llenos de rubies y el otro lleno de brasas ardiendo. El chiquillo alargo su mano a los rubies, pero un ángel tomando su mano le obligo a coger una de las brasas. Cuando el niño se quemo llevo sus dedos a su boca y se quemó la lengua.
De aquí, dicen estos judios (¿masones?) la tratamudez de Moises.

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La razón de la "falta de palabras" era porque Moisés se había creado en la casa de Faraón. Y fué educado cómo principe egipcio. Y hablaba impecalbemente. Solo que su idioma era el de los egipcios.
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Tobi
Si su idioma era el egipcio porque se habia "CREADO"... (¿como narices fué CREADO en la casa de Faraón) ... si acaso fue CRIADO por la hija de Faraón.
Ahora dime erudito voz777: En que idioma hablaba el Faraón ante el cual se presentó Moises? ¿En portugés? "Xa digo eu" Segun tu, necesitó de un traductor al egipcio y esta, claro, fue Aaron, que sabía hebreo. ¡¡¡Formidable!!!

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Aarón su hermano si creció y fué creadó conforme al idioma y usanza hebrea y de tal manera el si podía comunicarse fácilmente con ellos.
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Tobi
O sea, que durante los cuarenta años en el desierto; junto a Jetro, su suegro, cuya lengua era semítica, no le bastaron para aprenderla. Hombre, voz777, tu en vez de tartamudo lo tratas de subnormal.
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De tartamudo Moisés tenía lo que yo tengo de marciano.
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Tobi
Si tu lo dices...

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voz
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Tobi
¿En cual, voz? ¿En la del de los tres sietes?:confused: :confused: :confused:
 
Re: El tartamudeo de Moises

jose gallego dijo:
el tartamudeo de Moises lo escuche decir a un amigo mason que estaba alli en aquel momento
¿A quien diriges estas palabras, amigo gallego? ¿Tambies eres de los que tiras piedras y esconden la mano? :Hypocrit: :Hypocrit: :Hypocrit:
 
Re: El tartamudeo de Moises

Tobi dijo:
¿A quien diriges estas palabras, amigo gallego? ¿Tambies eres de los que tiras piedras y esconden la mano? :Hypocrit: :Hypocrit: :Hypocrit:
Perdona Tobi, es posible que no se lo escuchará a un mason igual pudo ser a algún miembro que conoci de la New Age
 
Re: El tartamudeo de Moises

jose gallego dijo:
Perdona Tobi, es posible que no se lo escuchará a un mason igual pudo ser a algún miembro que conoci de la New Age

¿De veras?
Hay, corderito mio, se te ven los caninos.
 
Re: El tartamudeo de Moises

Tobi dijo:
¿De veras?
Hay, corderito mio, se te ven los caninos.
El tema lo fuiste a buscar tu despues de que pasarán varios días para meterte conmigo, así que aprende a no meterte con la gente.
DE todas formas que Dios te siga bendiciendo mucho.
Un abrazo en el Señor
 
Dios puede usarnos a todos

Dios puede usarnos a todos

¿Te has preguntado alguna vez por qué Dios te ha llamado para hacer algo para El? Hay muchas razones por las que pensarías que no lo lo haría. Sin embargo, El no espera a que seamos perfectos para llamarnos. Piensa en todos los que Dios ha usado. Estás en buena compañía si piensas que no estás preparado para que Dios te use.
• Abraham mintió. Sara se rió de las promesas de Dios.
• Moisés tartamudeó.
• Juan Marcos fue rechazado por Pablo
• Timoteo tenía úlceras.
• La mujer de Oseas era prostituta.
• La preparación de Amós era solamente la de podar higueras.
• Jacob fue un traidor.
• David tuvo una aventura amorosa.
• Salomón era demasiado rico.
• Jesús era demasiado pobre.
• Abraham era demasiado viejo.
• David era demasiado joven.
• Pedro tenía miedo de la muerte.
• Lázaro estaba muerto.
• Juan era autosuficiente.
• Noemi era viuda.
• Pablo era un asesino
• Moisés también.
• Jonás escapó de Dios
• Miriam era una chismosa.
• Gedeón y Tomás dudaron.
• Jeremías era depresivo y suicida.
• Elías estaba estresado y ansioso.
• Juan Bautista era vociferante.
• Sansón tenía el pelo largo.
• Noé se emborrachó
Pero Dios no se comporta como si fuese un jefe. El es mucho más que eso. Es nuestro Padre. El no busca una ganancia financiera. No tiene prejuicios ni es parcial. No es sordo a nuestro clamor. No es ciego a nuestros defectos. Satanás dirá “No eres digno”. Pero Jesús dice “Yo lo soy”. Satanás mira hacia atrás y mira nuestros errores. Dios mira hacia atrás y mira la Cruz.
 
El tartamudeo de Moises

jose gallego dijo:
EL TARTAMUDEO DE MOISES

Van Riper (1973) comenta que uno de los primeros tartamudos de los cuales se tienen noticias ciertas fue Moisés. Al revisar la Biblia se encuentra que ésta hace alusión a la dificultad de Moisés para expresarse:

(Exodo 4, 10) "Moisés dijo a Yavé: "Te suplico tengas presente que yo nunca he tenido facilidad para hablar, ni aún después que tú me hablaste, pues no encuentro palabras para expresarme".

(Exodo 6, 12) "Moisés dijo a Yavé": "Si los hijos de Israel no me hacen caso, ¿cómo pretendes que me escuche el Faraón, siendo además yo de lengua tan torpe?".

Pero Attanasio (1997) en un ensayo titulado "Was Moses a person who stuttered? Perhaps not" niega tal versión y afirma que Moisés no era una persona tartamuda, sino que padecía un desorden orgánico estructural que afectaba su articulación y la inteligibilidad de su lenguaje.

Quizás lo primero sería tratar de definir qué es la tartamudez. Pero parece que los investigadores no se ponen de acuerdo.

En 1946, y dentro de la más pura tradición psicoanalítica, Otto Fenichel plantea:

"El psicoanálisis de los tartamudos revela el universo sádico-anal de deseos como base del síntoma. Para ellos, la función del habla tiene por lo general un significado sádico-anal. Hablar quiere decir, primero, la expresión de palabras obscenas, especialmente anales; y, segundo, un acto agresivo contra el que escucha. La expulsión y retención de palabras significa la expulsión y retención de heces, y en realidad la retención de palabras, así como anteriormente la retención de heces, puede ser bien una reaseguración contra una posible pérdida o una actividad autoerótica placentera. Se puede hablar, en el tartamudeo, de un desplazamiento hacia arriba de las funciones del esfínter anal". (Fenichel, 1946/1960, pag. 312).

O sea que según Fenichel lo más probable es que el desarrollo libidinal de Moisés se había quedado estancado en la fase sádico-anal y la retención de palabras era una regresión a su etapa de niño en la que expresaba su agresividad por haber sido abandonado río abajo reteniendo sus heces. La verdad es que no le faltaban razones para estar enfadado contra un pueblo de dura cerviz como el israelita y, a lo mejor, por no mandarlos a la m..., optaba inconscientemente por tartamudear.

Que por falta de opiniones no sea. Greivin, cuidado con el ataque de risa. Si te pasa algo, después no me eches a mí la culpa.

Demócrito

pauluktartamudo.JPG

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