Re: GUERRA ESPIRITUAL?
Voy a decir algo que sé que a muchos les va a incomodar (y hasta molestar)....
Los que promueven la llamada "guerra espiritual" son personas que les gusta ser necesitadas por los demás, así que necesitan tener protagonismo en su vida. Basan su identidad NO en lo que Cristo ya hizo por ellos..., sino en lo que necesitan seguir haciendo para lograr sentir que son alguien importante.
Y se ponen a inventar y a usar pasajes de la Biblia (fuera de todo contexto), para reafirmar su "ministerio de guerra espiritual", cuando lo que sucede es simple..... les encanta que los demás digan de ellos: "¡Wow!...el hermano si es un guerrero de Dios!"
¡Por favor, un guerrero de Dios es aquel que descansa en la victoria que ya fue ganada para él, y agradece por ello!... y no aquel que le escupe a la cara a su capítán y le dice: "Lo que tu hiciste por mi, no fue suficiente....., tengo que seguir en guerra."
Estas personas ponen al diablo a la misma altura que Dios.....¡Por favor!
Así que en la medida que entendamos lo que aquí estamos diciendo, aquella idea de un diablo que está a la altura....(bueno.....para no exagerar...que está casi a la altura)... de Dios, va a tomar su correcta perspectiva. Aquella idea de que Dios nos dejó solos y desamparados en este mundo, y que tenemos que estar haciendo guerra contra el reino de las tinieblas una y otra vez, para arrebatarle al diablo lo que “le ha ganado a Dios”, como muchas veces se nos ha enseñado, va a cambiar radicalmente. Y nos vamos a dar cuenta de la magnitud de palabras como la que leemos en Colosenses 1:11, que nos dice:
"...fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.”
Por otra parte, con mucho pesar, nos vamos a dar cuenta que lo que pasa, es que cuando entendamos esto, esto nos va a llevar a tener que aceptar que muchas de esas guerras absurdas, es porque no hemos creído en la victoria definitiva de Cristo y no nos gusta tomar decisiones basadas en esa verdad. Y lo triste es que al hacer esto es que le estamos llamando mentiroso, diciéndole que además de lo que él hizo en la cruz, tenemos que seguir guerreando. Estamos poniendo a vituperio el sacrificio de Cristo con nuestras guerras espirituales. “Si, si,...tu ya lo venciste en la cruz Señor.....pero.....yo necesito seguir haciendo guerra contra el diablo.”
Que Dios tenga misericordia de nosotros, porque esto es una tremenda blasfemia que muchos creyentes seguimos haciendo.
Y esto es justo lo que no queremos entender, porque nos daremos cuenta que nos hemos creado un diablo personal que nos acomoda. Porque de la misma manera que los que dicen no creer en Dios, es porque no quieren ser responsables de sus actos, lo mismo sucede cuando entendemos que Satanás es un "sirviente" de Dios (que le sirve a sus propósitos), y que aún sus “ataques” (como les llamamos), nos ayudan a madurar, si así lo decidimos y permitimos.
¿Y por qué decimos eso de que nos hemos creado un diablo que nos acomoda? Si, porque si sabemos esto, entonces ahora ¿a quién le vamos a echar la culpa de nuestras decisiones? Adán culpó a Eva, y Eva a su vez culpó a la serpiente, cuando lo cierto es que la serpiente no los obligó, como dijimos ellos así lo decidieron. ¿Así que entonces a quién culpamos nosotros? Nos conviene que haya una serpiente a quien seguir echándole la culpa de nuestras malas decisiones.
Porque si antes de reconocer esto que estamos diciendo, cuando tomábamos alguna mala decisión, o cometíamos algún pecado, inmediatamente le echábamos la culpa al diablo y decíamos que era un “ataque”del enemigo, ahora que sabemos que para un hijo de Dios aún las pruebas y aquello a lo que llamamos “ataques del enemigo”, son para que Dios nos madure y cumpla sus propósitos en cada uno de nosotros...., entonces ahora..... ¿a quién vamos a culpar ahora?, ¿nos damos cuenta?
Y por otra parte, si reconocemos todo esto, estas personas (ministros de guerra espiritual) van a perder su chamba y su protagonismo.
Y vamos a tener que reconocer que, como dice la Palabra de Dios...”ninguna comunión tiene la luz con las tinieblas”, “que el diablo ya no tiene parte ni suerte con los hijos de Dios” y que “ninguna arma forjada prosperará en nuestra contra”.... ¡Chin!.....eso me llevará a saber que ya no tengo pretextos. ¿Podemos comprender la magnitud de lo que estamos diciendo?
¡Si yo sigo viviendo la misma vida vana, y sigo haciendo lo malo que hago, es porque así lo decido! Ya no tengo pretextos, y sigo decidiendo que es mejor vivir en tinieblas, que en la luz. Y trágicamente la consecuencia es la misma, tampoco esta ha cambiado........el Señor nos dice como le dijo a Adán y a Eva: “¡Ciertamente morirás!” ¡Tremenda cosa! Teniendo la victoria asegurada en nuestras manos, solo para apropiárnosla, seguimos creyendo (y decidiendo) que tenemos que hacer guerra para conseguirla.
Eso nos llevará a reconocer que la palabra de Dios es verdad y que él cumple sus promesas y hace nuevas todas las cosas en cada uno de nosotros. Por lo tanto, ya no tenemos pretextos para seguir siendo los mismo. Y si sigo siendo el mismo, y no he cambiado, es porque así lo he decidido, y no es por ataques exteriores.
Ejemplificando esto que estamos diciendo, es como los dos hermanos que peleaban. Al mayor le gustaba molestar al menor, y así era cada día, el hermano mayor haciendo rabiar al menor, hasta que un día su papá le dijo al mayor de ellos, que si seguía molestando a su hermano menor le iba a prohibir salir con sus amigos. El hermano menor, que estaba escondido tras la puerta, escuchó todo lo que el papá le dijo a su hermano mayor...”Aja-ja, ....ese era justo el momento que él estaba esperando. Ahora si va la mía.” Dijo el menor. El caso es que el hermano mayor se olvido de molestar a su hermano menor, sabía que ya no debía hacerlo, para no ser castigado. Y ahora el hermano menor era el que lo provocaba.
Así actuamos muchas veces los cristianos, el diablo ya no tiene ninguna comunión con nosotros, tiene prohibida la comunión con la luz. Él solo sigue enseñoreándose de los suyos en su reino de tinieblas, pero tristemente ahí andamos provocándole...y lo peor de todo.... a domicilio.....¿entendemos como es la cosa? Necesitamos andarle provocando, para así poder justificar nuestras rebeliones.
Saludos!
