Re: PASTORAS????
La Vanguardia
Una pastora en la Iglesia
Por primera vez una mujer lidera la Iglesia cristiana valdense, que se rige por un antiquísimo consejo que preside el Moderador
MARÍA-PAZ LÓPEZ - 19/12/2005
Roma. Corresponsal
En la católica Italia existe hace siglos un pedacito de Iglesia reformada, que logró sobrevivir protegido por la abrupta geografía de los Alpes hasta que la unificación del país terminó con el poder temporal de los Papas, y comenzó el verdadero camino hacia la libertad religiosa. La Iglesia valdense, movimiento cristiano surgido en el siglo XI, se gobierna a través de un antiquísimo consejo, denominado Tabla Valdense, que encabeza el Moderador, convertido así en guía espiritual de la comunidad. Por primera vez en la historia, el sínodo valdense ha elegido como Moderadora a una mujer, la pastora Maria Bonafede, de 51 años, que desde su elección el pasado verano trata de dilucidar qué significa este cambio para los más de 30.000 cristianos valdenses de Italia, habituados a un entorno eclesial católico en el que está vedado el sacerdocio a la mujer. "Nada en nuestras normas impedía que una mujer fuera Moderadora, pero hasta ahora no había ocurrido - cuenta Bonafede en la sede de la Tabla Valdense en Roma-. Desde luego, esto da más fuerza a las mujeres de la Iglesia reformada, pero aún es pronto para saber si el modo de dirigir será distinto o no".
En realidad, las decisiones que pueden tomar el Moderador y la Tabla Valdense (en total, siete personas elegidas para un máximo de siete años) son de carácter ejecutivo, pues las cuestiones teológicas son competencia del sínodo anual, formado a partes iguales por pastores y laicos. La Iglesia valdense no tiene obispos, y funciona de modo asambleario, herencia de los siglos de persecución que obligaron a los valdenses a refugiarse en los valles alpinos del Piamonte, en el norte del país, donde vivían como en un gueto.
En puridad, la corriente valdense, movimiento reformado más importante de Italia, nació en Francia en el siglo XI, cuando un mercader de Lyon llamado Valdo decidió deshacerse de sus posesiones y emprender una vida de predicación y retorno al cristianismo de los orígenes. "Es un personaje similar a san Francisco de Asís, a pesar de que le precede en el tiempo - explica Bonafede-. La diferencia es que Francisco obtuvo permiso del Papa para predicar, mientras que Valdo y los suyos fueron excomulgados". No dejaron nada escrito; se sabe de ellos por los documentos de la Inquisición.
Pese a la persecución civil y religiosa, los valdenses se expandieron por los Alpes, la Provenza francesa, la Calabria italiana y Alemania meridional, y en el siglo XVI, los que habían logrado subsistir suscribieron la Reforma calvinista. Para entonces, la Iglesia valdense equivalía al reducto alpino, donde sus seguidores vivían marginados hasta que el rey Carlos Alberto de Piamonte y Cerdeña les concedió derechos civiles en 1848, pero no aún la libertad religiosa existente en la actualidad. La fe cristiana valdense "considera la Biblia como única fuente de revelación, y hay sólo dos sacramentos, bautismo y santa cena, en la que se comulga con pan y vino, pero como una conmemoración, sin transformación de las especies en el cuerpo de Cristo, como creen los católicos", enumera la Moderadora. Pueden administrar los sacramentos tanto los pastores - autorizados a casarse- como los laicos. En los templos valdenses no hay imágenes ni reliquias, pues no se considera que exista mediación de santos ni de la Virgen ante Dios.
Después de 1848, los valdenses salieron de los valles alpinos y empezaron a predicar por Italia; hay iglesias valdenses en ciudades como Turín, Florencia y Roma, donde, a sólo un kilómetro del Vaticano, se encuentra la Facultad Valdense de Teología, única facultad protestante de Italia. Ser una isla evangélica en un mar católico marca lo suyo. "Mi hijo tiene ahora 17 años, y desde pequeño era el único exento de la clase de religión católica en la escuela; se sentía distinto, sólo ahora ha empezado a entender qué quiere decir no ser católico en Italia", indica Maria Bonafede, cuyo marido, también pastor valdense, es decano de la Facultad de Teología.
Bonafede, licenciada en Filosofía por la Universidad de Milán, su ciudad natal, empezó en 1976 en ese centro los estudios de Teología, que terminó en Basilea (Suiza). Aunque el ministerio pastoral estaba abierto a las mujeres desde 1961, a principios de los años setenta había sólo tres pastoras valdenses en Italia. Ahora, del centenar de pastores que comparten la Iglesia valdense y la Iglesia metodista, el 25% son mujeres, una de las cuales, Maria Bonafede, ha logrado llegar a Moderadora.
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