Saludos en Cristo, y gracias por tomarse el tiempo de responder. Comprendo su preocupación por no promover una visión errónea de la oración, y valoro que su intención sea guardar fidelidad a la Palabra de Dios. Permítame ofrecer una respuesta basada en las Escrituras.
La Biblia está llena de ejemplos donde los siervos de Dios oran por protección y la reciben. Un claro ejemplo es el Salmo 91, donde se declara:
"El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente... No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada" (Salmo 91:1,10).
Del mismo modo, el Salmo 121 dice:
"Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre" (Salmo 121:7–8).
Estos salmos no son promesas absolutas de que nunca sufriremos, sino declaraciones de fe en el cuidado providencial de Dios. Orar usando estas Escrituras no es “declarar algo falso”, sino expresar confianza en el Señor y proclamar su Palabra, tal como lo hizo Jesús en el desierto (Mateo 4:6–7).
Además, Pablo nos exhorta en Filipenses 4:6:
"Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias."
Y en 2 Tesalonicenses 3:3:
"Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal."