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¿Es cristiana <?xml:namespace prefix = st1 ns = "urn:schemas-microsoft-comffice:smarttags" /><st1ersonName ProductID="la Iglesia Cat?lica" w:st="on"><st1ersonName ProductID="la Iglesia" w:st="on">la Iglesia</st1ersonName> Católica</st1ersonName>?<o></o>
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A través de varios epígrafes hemos estado debatiendo con nuestros “amigos” católicos algunos aspectos de las creencias que sostiene el llamado catolicismo pero lo cierto es que han quedado dispersos.<o></o>
De aquí que, creo interesante reunirlos todos en su solo epígrafe a fin de considerar si realmente cuando tratamos con católicos también estamos, o no, tratando con cristianos. <o></o>
Lo colocaré por etapas a fin de que la lectura no se haga pesada y farragosa lo cual puede ser un buen método para distraer y tender cortinas de humo, pero no para llegar a conclusiones claras. <o></o>
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En primer lugar veamos lo que Jesús enseño a sus discípulos. <o></o>
No vamos a considerar ahora lo de “tú eres Pedro”. Llegará en su momento. Pero si en la promesa que atañe a todos los cristianos y no a unos en particular y es: <o></o>
Edificaré mi iglesia. <o></o>
He aquí una promesa que viniendo de Jesús no puede dejar de cumplirse. Lo cierto es que ignoramos si en arameo dijo “sinagoga” o “keilah”, que es como se titulan las agrupaciones de los creyentes judíos en la actualidad. Lo que si sabemos es que no dijo “ekklesia”. De todas maneras la traducción ekklesia es correcta, debido a su significado que es “asamblea de un grupo determinado, que se reúne en un lugar determinado, para un fin determinado, previa convocatoria. Esto se aplicaba en Grecia a cualquier grupo de personas que reunían alrededor de un orador filosófico, o para escuchar a una coral, función teatral, competición atlético-deportivo, etc. <o></o>
Lo que es necesario saber es el como se edifica esta iglesia por el mismo Jesucristo. <o></o>
Primero veamos el como no se edifica. En los evangelios de Mateo y Lucas se nos muestra con suma claridad. Nos ceñiremos al de Mateo. Está en su cap. 4. Allí el diablo le sugiere tres manera de edificar la iglesia. <o></o>
La primera es convertir las piedras en pan. Lo que le dice en realidad es que si reparte pan (bienes materiales) el pueblo le seguirá y la edificación de la iglesia será un hecho fácil. La respuesta que recibe el diablo ya la sabemos. También conocemos en la práctica sus resultados. En cierta ocasión alimentó a mas de cuatro mil personas.<o></o>
¿Tuvo cuatro mil seguidores? Evidentemente no. <o></o>
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La segunda sugerencia es convertirse en un espectáculo milagroso lleno de colorido. ¿Nos imaginamos que alguien saltara de un rascacielos ante una multitud expectante, cual sería el resultado? Espiritualmente nulo puesto que la gente desearía más puesto que somos insaciables para el espectáculo. Por algo vemos más adelante que aconseja a muchos de los que sanó que no lo divulgaran. <o></o>
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En estos dos casos el diablo pretende justificarlo con la frase “escrito está”. O sea, apela a la Escritura. Pero también Jesús lo rebate mediante la misma Escritura. <o></o>
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La tercera sugerencia es la más importante.<o></o>
Le ofrece el poder. El poder absoluto de todos los reinos del mundo, afirmando que están bajo su potestad. ¡¡¡Y Jesús no le cuestiona que dicha potestad sea cierta!!!<o></o>
Lo que si negó es el aceptar sus condiciones porque no es mediante el poder que se edificará su iglesia. El, Jesús, renunció incluso a su autoridad como el Hijo del Dios vivo. Eso lo tenemos en Mat.21:23-27<o></o>
<SUP><o> </o></SUP>
“Cuando vino al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se acercaron a él mientras enseñaba, y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿y quién te dio esta autoridad?<SUP> </SUP>Respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os haré una pregunta, y si me la contestáis, también yo os diré con qué autoridad hago estas cosas.<SUP> </SUP>El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres? Ellos entonces discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis?<SUP> </SUP>Y si decimos, de los hombres, tememos al pueblo; porque todos tienen a Juan por profeta.<SUP> </SUP>Y respondiendo a Jesús, dijeron: No sabemos. Y él también les dijo: Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas”.<o></o>
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De no haber renunciado a su autoridad jamás habría sido posible ser llevado a la cruz. <o></o>
Eso también lo dijo Pablo en Filip. 2:5-8<o></o>
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Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,<SUP> </SUP>el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,<SUP> </SUP>sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;<SUP> </SUP>y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.<o></o>
<o> </o>
La iglesia católica ha dicho sí a lo que Jesús dijo no.<o></o>
A dicho sí al espectáculo milagroso mediante los pretendidos milagros de vírgenes y santos. Todo lo religioso lo convierte en un espectáculo de masas. El entierro del último Papa fue un espectáculo que llegó al mundo entero mediante los medios de comunicación existentes actualmente. <o></o>
<o> </o>
Pero el más oneroso ha sido el del poder. Aquello que Jesús rechazó la curia romana ha aceptado al extremo de convertir la sede del papado en un Estado político. El poder como medio para edificar su institución. Pero cabe no olvidar la condición del diablo: “si postrado me adoras”<o></o>
Quienes aceptan aquello que Jesús rechazo, es evidente que no son iglesia de Cristo. En Mat. 20:26-28, leemos:<o></o>
Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad.<SUP> </SUP>Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor,<SUP> </SUP>y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo;<SUP> </SUP>como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.<o></o>
<o> </o>
Seguirá<o></o>
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A través de varios epígrafes hemos estado debatiendo con nuestros “amigos” católicos algunos aspectos de las creencias que sostiene el llamado catolicismo pero lo cierto es que han quedado dispersos.<o></o>
De aquí que, creo interesante reunirlos todos en su solo epígrafe a fin de considerar si realmente cuando tratamos con católicos también estamos, o no, tratando con cristianos. <o></o>
Lo colocaré por etapas a fin de que la lectura no se haga pesada y farragosa lo cual puede ser un buen método para distraer y tender cortinas de humo, pero no para llegar a conclusiones claras. <o></o>
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En primer lugar veamos lo que Jesús enseño a sus discípulos. <o></o>
No vamos a considerar ahora lo de “tú eres Pedro”. Llegará en su momento. Pero si en la promesa que atañe a todos los cristianos y no a unos en particular y es: <o></o>
Edificaré mi iglesia. <o></o>
He aquí una promesa que viniendo de Jesús no puede dejar de cumplirse. Lo cierto es que ignoramos si en arameo dijo “sinagoga” o “keilah”, que es como se titulan las agrupaciones de los creyentes judíos en la actualidad. Lo que si sabemos es que no dijo “ekklesia”. De todas maneras la traducción ekklesia es correcta, debido a su significado que es “asamblea de un grupo determinado, que se reúne en un lugar determinado, para un fin determinado, previa convocatoria. Esto se aplicaba en Grecia a cualquier grupo de personas que reunían alrededor de un orador filosófico, o para escuchar a una coral, función teatral, competición atlético-deportivo, etc. <o></o>
Lo que es necesario saber es el como se edifica esta iglesia por el mismo Jesucristo. <o></o>
Primero veamos el como no se edifica. En los evangelios de Mateo y Lucas se nos muestra con suma claridad. Nos ceñiremos al de Mateo. Está en su cap. 4. Allí el diablo le sugiere tres manera de edificar la iglesia. <o></o>
La primera es convertir las piedras en pan. Lo que le dice en realidad es que si reparte pan (bienes materiales) el pueblo le seguirá y la edificación de la iglesia será un hecho fácil. La respuesta que recibe el diablo ya la sabemos. También conocemos en la práctica sus resultados. En cierta ocasión alimentó a mas de cuatro mil personas.<o></o>
¿Tuvo cuatro mil seguidores? Evidentemente no. <o></o>
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La segunda sugerencia es convertirse en un espectáculo milagroso lleno de colorido. ¿Nos imaginamos que alguien saltara de un rascacielos ante una multitud expectante, cual sería el resultado? Espiritualmente nulo puesto que la gente desearía más puesto que somos insaciables para el espectáculo. Por algo vemos más adelante que aconseja a muchos de los que sanó que no lo divulgaran. <o></o>
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En estos dos casos el diablo pretende justificarlo con la frase “escrito está”. O sea, apela a la Escritura. Pero también Jesús lo rebate mediante la misma Escritura. <o></o>
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La tercera sugerencia es la más importante.<o></o>
Le ofrece el poder. El poder absoluto de todos los reinos del mundo, afirmando que están bajo su potestad. ¡¡¡Y Jesús no le cuestiona que dicha potestad sea cierta!!!<o></o>
Lo que si negó es el aceptar sus condiciones porque no es mediante el poder que se edificará su iglesia. El, Jesús, renunció incluso a su autoridad como el Hijo del Dios vivo. Eso lo tenemos en Mat.21:23-27<o></o>
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“Cuando vino al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se acercaron a él mientras enseñaba, y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿y quién te dio esta autoridad?<SUP> </SUP>Respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os haré una pregunta, y si me la contestáis, también yo os diré con qué autoridad hago estas cosas.<SUP> </SUP>El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres? Ellos entonces discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis?<SUP> </SUP>Y si decimos, de los hombres, tememos al pueblo; porque todos tienen a Juan por profeta.<SUP> </SUP>Y respondiendo a Jesús, dijeron: No sabemos. Y él también les dijo: Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas”.<o></o>
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De no haber renunciado a su autoridad jamás habría sido posible ser llevado a la cruz. <o></o>
Eso también lo dijo Pablo en Filip. 2:5-8<o></o>
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Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,<SUP> </SUP>el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,<SUP> </SUP>sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;<SUP> </SUP>y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.<o></o>
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La iglesia católica ha dicho sí a lo que Jesús dijo no.<o></o>
A dicho sí al espectáculo milagroso mediante los pretendidos milagros de vírgenes y santos. Todo lo religioso lo convierte en un espectáculo de masas. El entierro del último Papa fue un espectáculo que llegó al mundo entero mediante los medios de comunicación existentes actualmente. <o></o>
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Pero el más oneroso ha sido el del poder. Aquello que Jesús rechazó la curia romana ha aceptado al extremo de convertir la sede del papado en un Estado político. El poder como medio para edificar su institución. Pero cabe no olvidar la condición del diablo: “si postrado me adoras”<o></o>
Quienes aceptan aquello que Jesús rechazo, es evidente que no son iglesia de Cristo. En Mat. 20:26-28, leemos:<o></o>
Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad.<SUP> </SUP>Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor,<SUP> </SUP>y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo;<SUP> </SUP>como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.<o></o>
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Seguirá<o></o>