Existe en muchos, una resistencia a la devoción y gozo del diezmo del Señor. Satanás se ha encargado de crear esa actitud en las mentes vulnerables, pero por otro lado, y muy lamentablemente, la irresponsabilidad en el mal manejo de esos fondos en algunos lugares, ha dado base al adversario para poner rebeldía en muchos, que siempre han sido fieles con su diezmo al Señor, y eso trae maldición. ¡Esa es la meta de satanás traer maldición sobre el pueblo de Dios!
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“Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Me dijisteis: ¿En que hemos de volvernos? ¿Robara el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.” (Mal, 3:6-9 Stg, 1:19-27; 4:6-10)<o></o>
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“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.” (Mal, 3:10,11)<o></o>
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Ha habido mucho debate con referencia al diezmo, particularmente por personas poco generosas y/o, que no entienden los principios divinos que rigen el reino de Dios. Ciertamente, Dios no necesita nada de nosotros, y no tiene la intención de quitarnos lo que nos ha dado. Antes, quiere darnos más. Aunque, lamentablemente solo podré cubrir aquí muy poco de lo relacionado al diezmo, sin embargo, espero ponerle en la perspectiva de lo que es el diezmo.
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La dinámica del diezmo no es que demos el diez por ciento, sino que nos quedemos con el noventa por ciento. Paro, antes que entiendas esto, tienes que entender, el principio que gobierna el diezmo, o sea, el principio de la siembra y la cosecha. Todos sin excepción, aún cundo no tengamos conocimiento sobre siembra y cosecha, sí podemos entender su dinámica es decir, siembras mucho y cosechas mucho, siembras poco y cosechas poco, no siembras y no cosechas. Siembras en terreno fértil y tendrás una cosecha saludable, siembras en un terreno árido o infértil y tendrás una muy mala o quizás ninguna, cosecha. Eso no es un misterio, el más ingenuo puede entender eso. Sigamos.
<o></o>
¿Es el diezmo para nuestros días o era asunto del Antiguo Testamento? ¿Tiene derecho Dios de recibir nuestros diezmos? ¿Cuál es el uso legítimo de los diezmos en la obra de Dios? ¿Desde cuando se conoce la práctica del diezmo? ¿Por qué debemos diezmar? ¿Es el diezmo algo obligatorio o es voluntario? ¿Qué ocurre cuando diezmos? ¿Qué ocurre cuando no diezmos? El diezmo, tiene muchos enemigos en el pueblo de Dios y en el mundo. ¿Por qué es eso? ¿Es eso lícito? Trataré de contestar brevemente a esas genuinas preguntas. Pero recuerdo, el espacio aquí me limita, así que traeré generalmente lo más fundamental.
La práctica del diezmo se remonta al tiempo contemporáneo de los patriarcas, donde se cree que tribus y pueblos, lo practicaban. No se nos dice de donde recibieron la enseñanza del diezmo. Lo cierto es que, antes de ese tiempo, desde el principio se usaba la práctica de ofrecer a Dios, las primicias de los frutos y los primogénitos del ganado. (Gén, 4:1-5)<o></o>
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Es razonable pensar que de esa práctica tan similar al diezmo a le vez, gobernada por el mismo principio, que los antepasados hayan desarrollado la práctica del diezmo. En la bíblia se nos relata la práctica del diezmo por primera vez relacionada con nosotros, en el caso de Abraham y Melquisedec. (Gén, 14:17-20) No podré explicar aquí en detalle lo que mi juicio aquello significó, pero brevemente resaltaré unos puntos trascendentales.
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1. Abraham fue el padre de la fe y representativo de nosotros, los creyentes. (Gál, 3:6-9, 29; 4:22-31)
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2. Melquisedec, no sabemos mucho de el, pero se dice que era Rey de Salem, esto es Rey de paz, y sacerdote del Dios altísimo. Y de su origen y fin de días, nadie conoce hasta el día de hoy. (Gén, 14:18) Pero lo interesante es la similitud de Melquisedec con Cristo en ciertos aspectos. (Hebreos, 7:1-3)<o></o>
<o></o>
3. El recibimiento de los diezmos por parte de Melquisedec, de Abraham el patriarca, fue bendecido con una ceremonia (probablemente) la santa cena. (Gén, 14:18) Lo que es representativo del cuerpo y la sangre de Cristo. (Mt, 26:26-28)<o></o>
<o></o>
4. Abraham, diezmó, siendo incircuncidado, y 430 años antes de que Dios impusiera por ley el diezmo en Israel. Vivía por la fe en la promesa, llevando sobre sus hombros, la representación del pueblo de Dios, (nosotros) y después de circuncidado, llevó también sobre sus hombros la representación del pueblo Judío, y además, Abraham era gentil, de cuyo lomo salió el pueblo judío y el Cristo. (Gén, 11:27,28; 12:1-7; 15:7; Ro, 3:29-31; 4:9-25; Gál, 3:13-29- ver, 17)<o></o>
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5. Volviendo a Melquisedec, es interesante que tiene algunos títulos y características de Cristo, y que el sacerdocio de Cristo, es según su orden, (Isa, 9:6; He, 7:1-3) ¿Fue Melquisedec, una “teofanía” de Cristo?<o></o>
“Teofanía” es un término que se usa para referirse a las apariciones visibles de Dios en el A.T, es decir, apariciones o manifestaciones de Cristo, antes de encarnarse y venir como hombre. (Jn, 1:18) En base, a lo leído en las escrituras con respecta a Melquisedec, yo creo fielmente que se trató de una manifestación de Dios en Cristo, para ese encuentro especial con Abraham el padre de la fe. La ocasión lo ameritaba, las características de los personajes lo sugiere y el desarrollo del encuentro inclina la balanza en ese sentido. <o></o>
<o></o>
De manera que, en Abraham, diezmaron los judíos y diezmamos nosotros también porque todo el pueblo de Dios estaba representado en la persona de Abraham en relación a la promesa de Dios a el. Pero ese, es un detalle muy extenso y debatible.<o></o>
<o></o>
Posteriormente, cuando Dios reunió al pueblo escogido en el monte Sinaí, para organizarlo con leyes y preceptos, y para hacer pacto con ellos, Dios les instituyó el diezmo como un precepto religioso. Era obvio que, el diezmo, como las ofrendadas, no podía quedar fuera de las ordenanzas de Dios. <o></o>
<o></o>
Muchos opinan que, por que el diezmo fue instituido al pueblo judío por la ley, que éste no nos concierne a nosotros. Pero esa posición no tiene base bíblica. El diezmo, no era una ley civil, sino una ordenanza religiosa. Era de aspecto devocional, y fue practicado concientemente por los patriarcas, 430 años antes de la ley. (Gen, 14:20; 28:20-22) Otros, también, opinan que, porque Jesús y los apóstoles no enseñaron del diezmo, que eso significa que no es una práctica para nosotros. Pero esa percepción es equivocada si tomamos en cuenta que a los que Cristo y los apóstoles ministraron eran netamente judíos quienes ya tenían la enseñaza y la práctica del diezmo. No era necesario abordar el tema. Sin embargo, Jesús ratificó la práctica del diezmo. (Mt, 23:23) Jesús, además fue la transición de la ley a la gracia. <o></o>
Es muy razonable pensar que el diezmo es parte de nuestra devoción a Dios, al igual, que las ofrendas.<o></o>
Otro punto interesante, y que es usado como argumento por los opositores del diezmo es que, el diezmo no es obligatorio, y en verdad tienen razón. Pero, en Dios, nada es obligatorio, no es obligatorio orar, ir al templo, ofrendar, ni aún aceptar a Cristo y su doctrina, nada es obligatorio en Dios. (Ro, 1:17)
<o></o>
El diezmo es regido por unos principios divinos y los principios divinos no son asuntos de A.T y N.T, ni de ayer o de hoy, de gustos o costumbres, de un pueblo y otro no, sino que, los principios de Dios son eternos, inquebrantables y para todos ayer y hoy, por igual. Por esa razón es que existe una bendición al practicarlo y una maldición al no practicarlo. En base a eso, Dios nos anima, aún más, nos desafía a que le obedezcamos trayendo los diezmos al alfolí. El alfolí, era una especie de granero, donde se guardaban las primicias, o diezmos y ofrendas que el pueblo traía y que eran para usos variados, desde el sostén para los sacerdotes, la operación del templo y la ayuda social. En el tiempo moderno, las arcas de la iglesia son lo que era el alfolí porque entonces se recolectaban animales y frutos, y hoy, básicamente se colecta sus equivalentes en forma monetaria. El principio es el mismo, los medios son los que varían.
A raíz de una mala experiencia reciente que fue la que colmo mi copa en una serie de éstas a través de los años, me puse rebelde y hasta decidí no diezmar más, como si Dios tuviera la culpa de las injusticias de muchos que se dicen ser sus siervos.
<o></o>
En realidad, ese tiempo que estuve sin diezmar fue un tiempo de maldición en todos los aspectos en mi vida, espiritual, emocional, físico y económicamente. Todo mi mundo que volcado patas arriba. ¿Por qué? Porque siendo yo conocedor, y habiendo sido fiel al Señor en el diezmo, simplemente por rebeldía, dejé de tener devoción plena con mi Dios. No sólo el no diezmar, sino que también la rebeldía, causó la maldición que experimenté en mi hogar. Por eso es que no diezmar, a pesar que no es algo obligatorio, nos pone en una posición vulnerable ante el enemigo, dándole poder legal para obrar en contra de nuestro bienestar. (Mal, 3:11) Amigo, de la misma manera que diezmar tiene consecuencias muy positivas en nuestras vidas, el no hacerlo, también tiene sus consecuencias. Todo principio de Dios que es obedecido o violado por los hombres, acarrea consecuencias positivas o negativas.
<o></o>
Una noche, mientras oraba y ya sin poder resistir más, confesé mi pecado ante Dios, me humillé y me arrepentí de corazón, y al otro día pedí perdón a mi esposa, por que por mi culpa ella fue alcanzada por las consecuencias que vinieron sobre mi hogar. El hombre cristiano es el sacerdote del hogar y lo que el haga bueno o malo, alcanza no solamente a el, sino que también, a toda su familia. Eso es lo terrible del asunto.
<o></o>
Amados, Dios tiene el derecho de exigirnos nuestra obediencia y devoción en la forma y manera que el la desee por que ello resultará en nuestro bien, su objetivo es que le demos ocasión para bendecirnos. En esta vida y en la venidera, Dios tiene propósitos y planes para con nosotros, y el sabe lo que es mejor. (Jer, 29:11-13; Stg, 1:12-18) Yo fui tentado por satanás, a raíz de mi mala experiencia y caí en su engaño. Pero he prometido al Señor, jamás cometer la misma imprudencia. Mis diezmos son del Señor y retenerlos, es robándole al Señor, no sólo dinero, sino la devoción y el respeto debido. (Ro, 13:1-9) No le permitas a satanás que te engañe, si lo logra, traerá maldición sobre tu casa.<o></o>
Po: A. Bonilla
Por favor, lea las citas bíblicas incluidas. Gracias.
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“Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Me dijisteis: ¿En que hemos de volvernos? ¿Robara el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.” (Mal, 3:6-9 Stg, 1:19-27; 4:6-10)<o></o>
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“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.” (Mal, 3:10,11)<o></o>
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Ha habido mucho debate con referencia al diezmo, particularmente por personas poco generosas y/o, que no entienden los principios divinos que rigen el reino de Dios. Ciertamente, Dios no necesita nada de nosotros, y no tiene la intención de quitarnos lo que nos ha dado. Antes, quiere darnos más. Aunque, lamentablemente solo podré cubrir aquí muy poco de lo relacionado al diezmo, sin embargo, espero ponerle en la perspectiva de lo que es el diezmo.
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La dinámica del diezmo no es que demos el diez por ciento, sino que nos quedemos con el noventa por ciento. Paro, antes que entiendas esto, tienes que entender, el principio que gobierna el diezmo, o sea, el principio de la siembra y la cosecha. Todos sin excepción, aún cundo no tengamos conocimiento sobre siembra y cosecha, sí podemos entender su dinámica es decir, siembras mucho y cosechas mucho, siembras poco y cosechas poco, no siembras y no cosechas. Siembras en terreno fértil y tendrás una cosecha saludable, siembras en un terreno árido o infértil y tendrás una muy mala o quizás ninguna, cosecha. Eso no es un misterio, el más ingenuo puede entender eso. Sigamos.
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¿Es el diezmo para nuestros días o era asunto del Antiguo Testamento? ¿Tiene derecho Dios de recibir nuestros diezmos? ¿Cuál es el uso legítimo de los diezmos en la obra de Dios? ¿Desde cuando se conoce la práctica del diezmo? ¿Por qué debemos diezmar? ¿Es el diezmo algo obligatorio o es voluntario? ¿Qué ocurre cuando diezmos? ¿Qué ocurre cuando no diezmos? El diezmo, tiene muchos enemigos en el pueblo de Dios y en el mundo. ¿Por qué es eso? ¿Es eso lícito? Trataré de contestar brevemente a esas genuinas preguntas. Pero recuerdo, el espacio aquí me limita, así que traeré generalmente lo más fundamental.
La práctica del diezmo se remonta al tiempo contemporáneo de los patriarcas, donde se cree que tribus y pueblos, lo practicaban. No se nos dice de donde recibieron la enseñanza del diezmo. Lo cierto es que, antes de ese tiempo, desde el principio se usaba la práctica de ofrecer a Dios, las primicias de los frutos y los primogénitos del ganado. (Gén, 4:1-5)<o></o>
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Es razonable pensar que de esa práctica tan similar al diezmo a le vez, gobernada por el mismo principio, que los antepasados hayan desarrollado la práctica del diezmo. En la bíblia se nos relata la práctica del diezmo por primera vez relacionada con nosotros, en el caso de Abraham y Melquisedec. (Gén, 14:17-20) No podré explicar aquí en detalle lo que mi juicio aquello significó, pero brevemente resaltaré unos puntos trascendentales.
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1. Abraham fue el padre de la fe y representativo de nosotros, los creyentes. (Gál, 3:6-9, 29; 4:22-31)
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2. Melquisedec, no sabemos mucho de el, pero se dice que era Rey de Salem, esto es Rey de paz, y sacerdote del Dios altísimo. Y de su origen y fin de días, nadie conoce hasta el día de hoy. (Gén, 14:18) Pero lo interesante es la similitud de Melquisedec con Cristo en ciertos aspectos. (Hebreos, 7:1-3)<o></o>
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3. El recibimiento de los diezmos por parte de Melquisedec, de Abraham el patriarca, fue bendecido con una ceremonia (probablemente) la santa cena. (Gén, 14:18) Lo que es representativo del cuerpo y la sangre de Cristo. (Mt, 26:26-28)<o></o>
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4. Abraham, diezmó, siendo incircuncidado, y 430 años antes de que Dios impusiera por ley el diezmo en Israel. Vivía por la fe en la promesa, llevando sobre sus hombros, la representación del pueblo de Dios, (nosotros) y después de circuncidado, llevó también sobre sus hombros la representación del pueblo Judío, y además, Abraham era gentil, de cuyo lomo salió el pueblo judío y el Cristo. (Gén, 11:27,28; 12:1-7; 15:7; Ro, 3:29-31; 4:9-25; Gál, 3:13-29- ver, 17)<o></o>
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5. Volviendo a Melquisedec, es interesante que tiene algunos títulos y características de Cristo, y que el sacerdocio de Cristo, es según su orden, (Isa, 9:6; He, 7:1-3) ¿Fue Melquisedec, una “teofanía” de Cristo?<o></o>
“Teofanía” es un término que se usa para referirse a las apariciones visibles de Dios en el A.T, es decir, apariciones o manifestaciones de Cristo, antes de encarnarse y venir como hombre. (Jn, 1:18) En base, a lo leído en las escrituras con respecta a Melquisedec, yo creo fielmente que se trató de una manifestación de Dios en Cristo, para ese encuentro especial con Abraham el padre de la fe. La ocasión lo ameritaba, las características de los personajes lo sugiere y el desarrollo del encuentro inclina la balanza en ese sentido. <o></o>
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De manera que, en Abraham, diezmaron los judíos y diezmamos nosotros también porque todo el pueblo de Dios estaba representado en la persona de Abraham en relación a la promesa de Dios a el. Pero ese, es un detalle muy extenso y debatible.<o></o>
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Posteriormente, cuando Dios reunió al pueblo escogido en el monte Sinaí, para organizarlo con leyes y preceptos, y para hacer pacto con ellos, Dios les instituyó el diezmo como un precepto religioso. Era obvio que, el diezmo, como las ofrendadas, no podía quedar fuera de las ordenanzas de Dios. <o></o>
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Muchos opinan que, por que el diezmo fue instituido al pueblo judío por la ley, que éste no nos concierne a nosotros. Pero esa posición no tiene base bíblica. El diezmo, no era una ley civil, sino una ordenanza religiosa. Era de aspecto devocional, y fue practicado concientemente por los patriarcas, 430 años antes de la ley. (Gen, 14:20; 28:20-22) Otros, también, opinan que, porque Jesús y los apóstoles no enseñaron del diezmo, que eso significa que no es una práctica para nosotros. Pero esa percepción es equivocada si tomamos en cuenta que a los que Cristo y los apóstoles ministraron eran netamente judíos quienes ya tenían la enseñaza y la práctica del diezmo. No era necesario abordar el tema. Sin embargo, Jesús ratificó la práctica del diezmo. (Mt, 23:23) Jesús, además fue la transición de la ley a la gracia. <o></o>
Es muy razonable pensar que el diezmo es parte de nuestra devoción a Dios, al igual, que las ofrendas.<o></o>
Otro punto interesante, y que es usado como argumento por los opositores del diezmo es que, el diezmo no es obligatorio, y en verdad tienen razón. Pero, en Dios, nada es obligatorio, no es obligatorio orar, ir al templo, ofrendar, ni aún aceptar a Cristo y su doctrina, nada es obligatorio en Dios. (Ro, 1:17)
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El diezmo es regido por unos principios divinos y los principios divinos no son asuntos de A.T y N.T, ni de ayer o de hoy, de gustos o costumbres, de un pueblo y otro no, sino que, los principios de Dios son eternos, inquebrantables y para todos ayer y hoy, por igual. Por esa razón es que existe una bendición al practicarlo y una maldición al no practicarlo. En base a eso, Dios nos anima, aún más, nos desafía a que le obedezcamos trayendo los diezmos al alfolí. El alfolí, era una especie de granero, donde se guardaban las primicias, o diezmos y ofrendas que el pueblo traía y que eran para usos variados, desde el sostén para los sacerdotes, la operación del templo y la ayuda social. En el tiempo moderno, las arcas de la iglesia son lo que era el alfolí porque entonces se recolectaban animales y frutos, y hoy, básicamente se colecta sus equivalentes en forma monetaria. El principio es el mismo, los medios son los que varían.
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¡Un testimonio muy valioso!<o></o>
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Desde el momento en que Cristo me salvó, fui partidario y practicante del diezmo. Nadie tuvo que entrenarme o explicarme sobre el diezmo, desde mi primer domingo en la iglesia empecé a diezmar. No solamente eso, siempre he visto los resultados que me han dado la fiel obediencia en la práctica del diezmo, que según he señalado, es más una práctica de devoción que de aspecto legalista. Mientras más agradecidos estamos del Señor, más y mejor expresaremos nuestra devoción a el, a través de todos los medios posibles, incluyendo el diezmo. Dios, siempre fiel a su palabra, me ha bendecido y aún en momentos que humanamente ha sido imposible sobrevivir, Dios ha hecho provisión, siendo muy evidente el milagro. Creo que la obediencia en el diezmo ha tenido mucho que ver. ¡Un testimonio muy valioso!<o></o>
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A raíz de una mala experiencia reciente que fue la que colmo mi copa en una serie de éstas a través de los años, me puse rebelde y hasta decidí no diezmar más, como si Dios tuviera la culpa de las injusticias de muchos que se dicen ser sus siervos.
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En realidad, ese tiempo que estuve sin diezmar fue un tiempo de maldición en todos los aspectos en mi vida, espiritual, emocional, físico y económicamente. Todo mi mundo que volcado patas arriba. ¿Por qué? Porque siendo yo conocedor, y habiendo sido fiel al Señor en el diezmo, simplemente por rebeldía, dejé de tener devoción plena con mi Dios. No sólo el no diezmar, sino que también la rebeldía, causó la maldición que experimenté en mi hogar. Por eso es que no diezmar, a pesar que no es algo obligatorio, nos pone en una posición vulnerable ante el enemigo, dándole poder legal para obrar en contra de nuestro bienestar. (Mal, 3:11) Amigo, de la misma manera que diezmar tiene consecuencias muy positivas en nuestras vidas, el no hacerlo, también tiene sus consecuencias. Todo principio de Dios que es obedecido o violado por los hombres, acarrea consecuencias positivas o negativas.
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Una noche, mientras oraba y ya sin poder resistir más, confesé mi pecado ante Dios, me humillé y me arrepentí de corazón, y al otro día pedí perdón a mi esposa, por que por mi culpa ella fue alcanzada por las consecuencias que vinieron sobre mi hogar. El hombre cristiano es el sacerdote del hogar y lo que el haga bueno o malo, alcanza no solamente a el, sino que también, a toda su familia. Eso es lo terrible del asunto.
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Amados, Dios tiene el derecho de exigirnos nuestra obediencia y devoción en la forma y manera que el la desee por que ello resultará en nuestro bien, su objetivo es que le demos ocasión para bendecirnos. En esta vida y en la venidera, Dios tiene propósitos y planes para con nosotros, y el sabe lo que es mejor. (Jer, 29:11-13; Stg, 1:12-18) Yo fui tentado por satanás, a raíz de mi mala experiencia y caí en su engaño. Pero he prometido al Señor, jamás cometer la misma imprudencia. Mis diezmos son del Señor y retenerlos, es robándole al Señor, no sólo dinero, sino la devoción y el respeto debido. (Ro, 13:1-9) No le permitas a satanás que te engañe, si lo logra, traerá maldición sobre tu casa.<o></o>
Po: A. Bonilla
Por favor, lea las citas bíblicas incluidas. Gracias.