Me agrada la analogía que haces y pienso que es correcta. Sin embargo, en estos dos textos del Génesis siento que hay reflejando mucha más Luz que emana de ellos. Por ejemplo, si le analizamos en conjunto con este texto:
2 Corintios 4:4
[4]en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
¿Qué le parece?
Gracias!
Me parece maravilloso.
Cristo es la imagen de Dios, y por eso dice "Quien me ha visto a mí ha visto al Padre".
Y Armando Hoyos es la imagen de Cristo, en la medida en que lo acepta en su vida, todos los días.
Deberíamos poder decir "Quien ha visto a Armando Hoyos, ha visto a Cristo".
Déjame compartirte, mi hermano, lo que al respecto dice Baháulláh, en las sagradas páginas de "Las Palabras Ocultas". Aunque tu no las consideres inspiradas, considéralas al menos como una obra de literatura a analizar.
En estos hermosísimos y poéticos versos, el personaje que habla en primera persona es Dios, y el "Tú" se refiere a ti, Armando Hoyos.
He subrayado lo que me parece más importante para el contexto del hilo.
¡OH HIJO DE LA EXPRESIÓN!
Tú eres Mi fortaleza, entra en ella para que estés a salvo. Mi amor está en ti, conócelo para que Me encuentres junto a ti.
¡OH HIJO DEL SER!
Tú eres Mi lámpara y Mi luz está en ti. Obtén de ella tu resplandor y no busques a nadie sino a Mí. Pues te he creado rico y he derramado generosamente Mi favor sobre ti.
¡OH HIJO DEL SER!
Con las manos del poder te hice y con los dedos de la fuerza te creé y dentro de ti puse la esencia de Mi luz. Conténtate con ella y no busques nada más, pues Mi obra es perfecta y Mi mandamiento obligatorio. No lo objetes ni lo pongas en duda.
¡OH HIJO DEL ESPÍRITU!
Te creé rico, ¿por qué te empobreces? Te hice noble, ¿por qué te degradas? De la esencia del conocimiento te di la vida, ¿por qué buscas esclarecimiento en alguien fuera de Mí? De la arcilla del amor te modelé, ¿cómo puedes ocuparte de otro? Vuelve tu vista hacia ti mismo para que Me encuentres dentro de ti, fuerte, poderoso e independiente de todo.
¡OH HIJO DEL HOMBRE!
Tú eres Mi dominio y Mi dominio no perece, ¿por qué temes perecer? Tú eres Mi luz y Mi luz no se extinguirá jamás, ¿por qué temes la extinción? Tú eres Mi gloria y Mi gloria no se disipa, tú eres Mi manto y Mi manto no se gastará nunca. Manténte entonces firme en tu amor hacia Mí para que me encuentres en el reino de gloria.