MiguelR:
La nueva Jerusalén
Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, lo mismo que el mar. 2 Vi además la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, procedente de Dios, preparada como una novia hermosamente vestida para su prometido. 3 Oí una potente voz que provenía del trono y decía: «¡Aquí, entre los seres humanos, está la morada de Dios! Él acampará en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios. 4 Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir».
5 El que estaba sentado en el trono dijo: «¡Yo hago nuevas todas las cosas!» Y añadió: «Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas de confianza».
Habrá nuevo cielo y nueva tierra, hace todas las cosas nuevas.
La Nueva Jerusalén que es celeste baja a la tierra, no es que una ciudad baje a la tierra.
La ciudad representa el estado celeste que baja o se une a la tierra y todo queda glorificado, cielo y tierra. A eso se le llama hacer nuevas todas las cosas.
Lo terrenal es glorificado, en realidad, ya no es terrenal.