La misma palabra lo define. Un juicio de valor que se hace sobre un objeto independiente de las emociones, pensamientos y sentimientos del sujeto que lo observa. Lo contrario es subjetivo.
Cuando Galileo puso en duda el planteamiento aristotélico del geocentrismo aceptado por la Iglesia como lo correcto, lo hizo siguiendo observaciones objetivas y estaba en lo correcto. La Iglesia hizo lo contrario, a pesar de la evidencia en contra y estaba equivocada. Ese es el gran problema de la subjetividad, es muy difícil encontrar la verdad de las cosas, y cuando lo hace fue por casualidad. Por eso hay miles de religiones, porque su postura es subjetiva.