Buenos días en Cristo.
Respecto a esto, una mente renovada entiende su indignidad ante la presencia del Señor.
Isaías fue uno, mucho más santo que nosotros, pero ante la presencia del Señor se sintió como muerto, y sin embargo fue fortalecido:
Isa 6:5 Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.
Juan, en la isla de Patmos, cayó como muerto cuando le contempló en gloria:
Apo 1:17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;
Y eso que Juan en los días de su carne, se le recostaba en el pecho al Señor. Pero ahora, ya no lo conocía así.
Lejos de la mente de Juan, a pesar de su familiaridad con el Señor, de pensar cuando lo vio:
"Ay! es mi hermano mayor!!
¿Te das cuenta?
1Co 11:14 La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello?
Cuando recibimos a Cristo como nuestro Señor y Salvador, también recibimos una nueva naturaleza cimentada en la mente de Cristo.
Esta nueva naturaleza, esta mente renovada, nos enseña la distinción que Dios hace entre el hombre y la mujer por medio del cabello.
Un hombre con el cabello largo es deshonroso porque se asemeja a una mujer.
Igual podemos decir de una mujer con el cabello corto, se asemeja a un hombre.
En ambos casos, hay un signo de interrogación en cuanto a su identidad sexual.
En el mundo sin Cristo hay tendencias, por épocas, sobre el largo de cabello, recordemos la época de los hippies... o la tendencia de rasurarse por completo la cabeza.
Ellos no disciernen la lección que Dios está enseñando acerca del orden en una reunión como Iglesia.
1. No son de Cristo
2. No poseen una mente renovada
3. No conocen que la mujer es gloria del varón
Pero los creyentes en Cristo no deberían tener ninguna dificultad con este asunto.
Adán fue puesto en un lugar de primacía sobre la creación, pero falló.
El segundo Adán que es Cristo, rescató este lugar de privilegio dado al hombre sobre el universo y sobre la Iglesia de Dios, entre ellas, la que está en Corinto:
Efe_1:22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
Esto del cabello es un asunto serio y no se presta para tergiversar o manipular la Escritura, como ocurre en este caso:
1Co 11:16 Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios.
La primacía de Cristo en la asamblea es enseñada cuando leemos que él es cabeza de todo varón.
Y de la misma manera la mujer es contemplada bajo sujeción.
Esta sujeción está representada, en la sabiduría de Dios, por dos cubiertas:
1. La cubierta natural, el cabello largo.
2. La cubierta congregacional, el velo como señal de autoridad por causa de los ángeles.
En el primer caso, el cabello largo es su gloria; porque con ella muestra su pronta sumisión al lugar que Dios le ha dado en la naturaleza. Leemos:
1Co 11:7 Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón.
Dios no hizo una muñeca de barro y sopló en ella aliento de vida.
La mujer es gloria del varón porque procede de él.
Este orden en la creación es omitido por aquellos grupos sin Doctrina donde la mujer ejerce un ministerio como líder de la congregación o participa públicamente desde el púlpito.
En estos lugares, es la gloria del varón la que se manifiesta y no la de Cristo como cabeza de la Iglesia.
El Señor jamás ha prometido estar en aquellos lugares donde se reemplace su gloria por la gloria del varón.
En el segundo caso, leemos:
1Co 11:10 Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles.
Aquí también está involucrada la sujeción a Cristo por medio de la cubierta congregacional, o velo, o mantilla, que la escritura identifica como "señal de autoridad" relacionando a los ángeles.
¿Hubieron ángeles que no se sujetaron a Cristo?
Sí. Los hubo.
El Jefe de ellos es identificado por la Escritura como el "Querubín Protector". No quiso reconocer a Cristo como el Creador. Porque hasta en la creación el Señor se contempla humilde. Ni siquiera los ángeles conocían que el Hijo los había creado... porque aún no había sido presentado a las huestes angelicales por Dios su Padre, leemos:
Heb 1:5 Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás:
Mi Hijo eres tú,
Yo te he engendrado hoy,
A NINGUNO!!
Y el Querubín Protector en su amargura y soberbia, arrastró a multitudes de ángeles a su propia perdición, leemos:
Eze_28:16 A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector.
De manera que el velo o cubierta congregacional sobre la cabeza de la mujer, en la asamblea, constituye un motivo de gozo para los ángeles fieles, como señal de autoridad, es decir, mediante esta cubierta, Dios está enseñando la sujeción a Cristo como Cabeza de la Iglesia.
Y lo que para el mundo denominacional, es solo un trapo sin ningún simbolismo, sin ninguna importancia, porque piensan que los ángeles son un asunto del contexto cultural de la época de Pablo.
Para los ángeles infieles constituye un silencioso reproche.
El liderazgo, por lo tanto, ya sea en la plataforma o en las asambleas, en la calle o en cualquier lugar público, está prohibido a las mujeres por la Palabra de Dios.
Esperamos en el Señor, que estas observaciones ayuden al forista "Palomo" a considerar el orden que debe imperar en las asambleas congregadas en el Nombre del Señor.
Y como dice el apóstol, nosotros no tenemos la costumbre de cuestionar la sabiduría de Dios y hacemos distinción entre la gloria de Dios, que es su Hijo, y la gloria del varón que es la mujer, donde la cubierta natural que es el cabello largo y la cubierta congregacional, nos habla de sujeción a Cristo.
Pásala bien.