Nunca me arriesgaría a acabar como tú. ¡El ejemplo eres tú mismo! No parece que este "ejercicio" del que hablas te haya servido de nada, y la Palabra te da la respuesta a tu dilema. Cuando hayas "barrido tu casa" mejor "mete a Cristo en ella cuanto antes"; no la dejes vacía no vaya a ser que los demonios se metan en esa casa y la saturen. Esto se discierne en tu vida: una saturación de lo malo por no reconocer el Señorío.
Acércate a Cristo y llénate de Su Palabra antes de que se den un festín contigo, porque "el diablo anda rondando como león hambriento".
El consejo es gratis. Si quieres ayuda, puedes contactar por privado.
¡Amor para ti!,
Ibero
Le estas pidiendo que vuelva a ser como tu, como todos vosotros? Pues yo le pido lo contrario. No vuelvas a encadenarte, a ser un amargado un frustrado, a odiar a amenazar con el infierno a todo aquel que no piensa como tu. Recuerda lo que has sufrido. Se valiente, busca dentro de ti la verdad, y si la has encontrado, no la abandones.