Bendiciones en El Eterno
El inagotable debate de la salvación, que si es por Fe o es por Obras no concluye y cada vez más se encuentra argumentos de una u otra postura. Yo atino a decir que NO SOMOS SALVOS NI POR FE NI MUCHO MENOS POR OBRAS.... SOMOS SALVOS POR GRACIA, pero la herramienta que Dios nos deja es la Fe.
Por ejemplo, ¿Cuántas cosas les hacían falta al joven rico (Marcos 10: 17-31)?
La Biblia dice que UNA, pero si las enumeramos son tres
a) ve y vende cuanto tienes
b) da a los pobres
c) y ven, sígueme.
¿Entonces?
En Cristo
Apreciado vayikra, buen tema.
El joven rico.
Muchas cosas podemos aprender de este joven que se llegó a Jesús para saber que debía hacer para “poseer” la vida eterna. Es una experiencia digna de considerar.
Primero; se ve que la visión de este joven era equivocada, y ello, por el hecho de ser rico; acostumbrado a tener todo lo que quisiera, considero que así como lo tenía todo aquí en la tierra, deseaba asegurar su futuro en la vida eterna.
Segundo, era un joven educado en los mandamientos de Dios, seguramente desde pequeño, pues reconoció saber los mandamientos de Dios y guardarlos desde niño.
Tercero; quizás como una forma de adular y ganarse el favor de Jesús, le llama “Maestro bueno”; en esto, hay muchas interpretaciones equivocadas; Jesús no está reprendiendo al joven por llamarlo “bueno”; simplemente lo esta llevando a reflexionar en una verdad indiscutible; Jesús es Dios; al responderle: “ninguno hay bueno, sino solo Dios”, le está diciendo implícitamente y parafraseado: “si me llamas bueno, es precisamente porque yo soy Dios” Jesús no le dijo "ni yo soy bueno", como algunos enseñan
Cuarto, es llamativo que el Señor; autor de la fe; y por ella, gozar de la gracia de ser salvos sin hacer nada, sino solo creer; le remitiera a los mandamientos. La razón estaba en la concepción que este joven tenía de la fe; estaba aún cimentado en la fe según la Ley (mandamientos) “
Porque Moisés describe la justicia que es por la ley: Que el hombre que hiciere estas cosas, vivirá por ellas” (Rom. 10:5) Jesús le respondió de acuerdo al concepto de este joven:
“¿qué haré para poseer la vida eterna?” es decir, le respondió desde la Ley y no desde la Gracia; Jesús todavía no moría ni resucitaba, para que este joven tuviera acceso a la Gracia de Dios.
Por último; a pesar de toda la formación religiosa que había recibido desde niño; tenía un gran amor al dinero; se entristeció sobremanera cuando Jesús le dijo que vendiera todo y lo diera a los pobres; había cumplido los mandamientos de Dios, pero le faltaba desprender su corazón de las riquezas; y cuando Jesús le dijo que le faltaba hacer una cosa; reconoció no ser capaz de dejar de lado el bienestar y seguridad que hasta ese momento le brindaban las riquezas materiales.
No le fue tan difícil cumplir los mandamientos (o algunos de ellos), como sí lo era el dejar las riquezas. Estaba dispuesto a cumplir la Ley; pero tener que dejar las riquezas, lo vio como un imposible, simplemente reconoció ser incapaz de ello: se fue triste; es decir, la posibilidad de desprenderse de sus riquezas, no estaba en sus planes.