MANDAMIENTOS CRUELES E IMPERFECTOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO QUE JESUCRISTO DEJA ABOLIDOS.
Después del famoso versículo de Mateo 5,17, Jesucristo dice: " Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido" (MATEO 5:18).
Y la Ley que Él dice que no pasará "HASTA QUE TODO SE CUMPLA" es la verdadera Ley que Dios dio a Moisés... Entonces todos los mandamientos crueles del Antiguo Testamento que Jesucristo cambia es porque no eran mandamientos de Dios..., porque la Ley de Dios no pasará "hasta que todo se cumpla". Ahora veamos algunos preceptos que el Señor deja abolidos:
Aparte de los preceptos sobre los sacrificios que hemos estudiado, hora veremos también algunos mandamientos más, escritos en el Antiguo Testamento que Jesucristo cambia, y por este motivo quedan abolidos:
"Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego". (Mateo 5,21-22).
Los escribas judíos habían escrito en el A. T. muchos preceptos que mandaban torturar y matar a los hermanos cuando se faltaba a algunos preceptos de sus leyes. El Señor dejó abolidos esos preceptos.
"Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón". (Mateo 5,27-28).
Ahora el adulterio ya no es solamente la infidelidad a Dios, pues ahora todo el que mire a una mujer para codiciarla (tenerla en propiedad) ya adultera en su corazón. Y es que los judíos tenían a las mujeres igual que tenían a los esclavos, como parte de su propiedad, y esto faltaba a la misericordia porque las mujeres no tenían derecho a ser libres como los hombres. El Señor deja abolidas estas costumbres de querer tener a las personas en propiedad.
Muchos religiosos dicen que el Señor en ese versículo se está refiriendo al deseo que tiene el hombre por la mujer..., pero esto no es lógico ni razonable. El Señor no hace malos los deseos sexuales naturales en ningún momento. Aquí de lo que se está tratando en este versículo, cuando está bien traducido, es de la codicia de las personas al quererlas tener como un bien propio (la esclavitud).
"También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio". (Mateo 5,31-32).
Aquí recuerda otra vez Jesucristo otra injusticia de los judíos, pues las mujeres no tenían autoridad para separarse de sus maridos. Siempre eran esclavas de ellos, pero los hombres, en cambio, cuando ya se cansaban de una mujer, podían echarla de casa con cualquier excusa, exponiéndolas al peligro de la calle, de la soledad y del hambre. Estos preceptos judíos también faltaban a la justicia y a la misericordia..., y el Señor los deja abolidos.
En otra ocasión también nos dice el Señor que, por la dureza de corazón de muchos hombres de Israel, Moisés cambió la Ley dada desde el principio en cuanto al divorcio (el abandono de las mujeres):
"Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla? El les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así. Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera". (MATEO 19:7-9).
La declaración que encierran estos versículos parece dura de oír. Pero la realidad es que Moisés permitió a los hombres hacer algo que no era así desde el principio. Entonces, en el principio había una Ley dada por Dios que Moisés cambió por la dureza de los hombres... El viejo testamento en cuanto a los divorcios nos dice:
"Si un hombre toma una mujer y se casa con ella, y resulta que esta mujer no halla gracia a sus ojos, porque descubre en ella algo que le desagrada, le redactará un libelo de repudio, se lo pondrá en su mano y la despedirá de su casa". (Deuteronomio 24,1).
Jesucristo deja abolida esta ley sobre los divorcios y vuelve a restablecer la Ley del principio dada por Dios. La enseñanza que se desprende de estos versículos es que la Ley que desde el principio había dado Dios a los hombres, no solamente fue cambiada posteriormente por los escribas, como nos dice el profeta Jeremías (Jeremías 8,8), sino en este caso también por Moisés. Examinando estos versículos, después podemos entender mejor a Juan, cuando refiriéndose a Moisés nos dice:
"Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo". (Juan 1:17).
OTRAS LEYES ABOLIDAS
"Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede". (Mateo 3,33-37).
Los judíos tenían costumbre de jurar en muchos casos... El Señor deja abolidos estos preceptos.
LA LEY DEL TALIÓN: "Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses". (Mateo 3,38-42).
Los judíos tenían la costumbre de aplicar la ley del Talión en sus juicios (ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura..., etc. (Éxodo 21,24-25)), pero esta ley faltaba a la misericordia y no contemplaba tampoco el perdón que debemos a los hermanos... El Señor deja abolida la ley del Talión.
Esta ley del Talión es una ley cruel que no contempla el perdón y la misericordia; entonces, si esta ley no comtempla el perdón ni la misericordia... ¿cómo va a ser palabra de Dios? Jesucristo dejó abolida esa ley como nos dice el Evangelio...; y si la cambió o la dejó abolida, ¿cómo va a ser palabra de Dios si Jesucristo, que es Dios, nos dice: "ni una jota ni una tilde pasará de la Ley hasta que todo se cumpla" (Mateo 5,18)?
El pacto verdadero que guarda la palabra de Dios no es imperfecto, es eterno y nunca será abolido:
"Redención ha enviado a su pueblo; Para siempre ha ordenado su pacto" (Salmos 111,9)
Entonces, todo precepto del viejo testamento que Jesucristo deja abolido, no era palabra de Dios..., porque el Pacto de Dios es para siempre.
El amor que debemos a todos los hombres:
"Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen" (Mateo 5,43-44).
Los judíos, siguiendo las tradiciones de los pueblos vecinos, habían endurecido sus corazones con las guerras y las penas de muerte, y en muchos casos no tenían compasión con los enemigos vencidos, pues en muchos casos los degollaban o los ahorcaban, etc. Jesucristo deja abolidos los preceptos que mandan aborrecer al enemigo.
Sobre las penas de muerte que aplicaban los judíos:
"Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. (Juan 8:3-7).
Entonces, si Jesucristo es Dios y Él nos dice que el que no haya pecado nunca, que tire la primera piedra..., y como todos los hombres somos pecadores, nadie tiene autoridad ni nunca la tuvo para matar a sus semejantes. Las leyes del Antiguo Testamento que mandan torturar y matar a las personas quedaron abolidas.
En el Evangelio podemos observar también en otros capitulos cómo Jesucristo sigue enseñando a los judíos una Ley diferente a la que ellos tenían: LA ORACIÓN (Mateo 6,5-15)... LOS JUICIOS (Mateo 7,1)... LA VERDADERA LEY (Mateo 7,12)... LOS FALSOS RELIGIOSOS (Mateo 7,21)... LOS AYUNOS (Mateo 9,14-15)...