Los Adventistas es el único grupo de Cristianos con la Biblia como su maestra, quienes no pueden encontrar justificación en sus páginas por el cambio del séptimo día al primero. Esa es la razón de su denominación, "Adventistas del Séptimo-día:" Su principio fundamental consiste en guardar el sábado para el exclusivo culto a Dios, en conformidad con el
mandato positivo del mismo Dios, repetido y reiterado en los sagrados libros del Antiguo y Nuevo Testamento, literalmente obedecido por los hijos de Israel por miles de años hasta el día de hoy,
y endorsado por la enseñanza y práctica del Hijo de Dios mientras estuvo en la tierra.
Pero al contrario, los Protestantes del mundo, exceptuando a los Adventistas, con la misma Biblia como su apreciada, única e infalible maestra, por su práctica, desde su aparición en el siglo dieciséis, con la práctica del tiempo honrada por la gente Judía ante sus ojos, han rechazado el día nombrado por Dios para Su culto, y asumido, en aparente contradicción de Su mandato, un día para Su culto nunca antes elegido para ese propósito, en las páginas de ese Sagrado Volumen...
Los Israelitas y los Adventistas, ambos, apelan a la Biblia por el divino mandato, que comanda persistentemente la estricta observación del sábado...
Los Israelitas respetan solamente la autoridad del Antiguo Testamento, pero el Adventista que es un Cristiano, acepta el Nuevo Testamento bajo el mismo fundamento del Antiguo; como un récord inspirado también. Él encuentra que la Biblia, su maestra, es consistente en ambas partes, que el Redentor, durante Su vida mortal, nunca guardó ningún otro día sino el sábado. Los Evangelios claramente le prueban esta verdad; mientras, que en las páginas de los Hechos de los Apóstoles, las Epístolas y el Apocalipsis, ningún vestigio de un acto cancelando el convenio del sábado puede ser encontrado.
Es por eso que los Adventistas, en común con los Israelitas, derivan sus creencias del Antiguo Testamento, cuya posición es confirmada por el Nuevo Testamento, endorsado totalmente por la vida y práctica del Redentor y Sus apóstoles y la enseñanza de la Palabra Sagrada por casi un siglo de la era Cristiana.
Numéricamente considerado, los Adventistas del Séptimo-día forman una porción insignificante de la población Protestante de la tierra, pero, como no es un asunto de números, sino de verdad, hecho, y derecho, un estricto sentido de justicia prohíbe la condenación de esta pequeña secta sin una calmada e imparcial investigación este no es el funeral de ninguno de nosotros...
Ningún Protestante vivo hasta hoy no ha obedecido una sola vez ese mandamiento, prefiriendo seguir a la referida Iglesia apóstata que a su maestra, la Biblia, que, desde Génesis hasta Apocalipsis, no enseña otra doctrina, debiendo los Israelitas y los Adventistas del Séptimo-día estar en lo correcto. Ambos lados apelan a la Biblia como su maestra "infalible". Dejemos que la Biblia decida si es el sábado o el domingo el día impuesto por Dios. Uno de los dos grupos tiene que estar equivocado, y, por lo tanto una posición falsa sobre esta asunto muy-importante involucra terribles penalidades; amenazadas por el mismo Dios, contra el transgresor de su "Pacto Perpetuo." Nosotros entraremos en la discusión de los méritos de los argumentos usados por ambos lados. Ni está la discusión de este importante asunto encima de la capacidad de mentes ordinarias, ni tampoco involucra estudio extraordinario. Se resuelve con unas cuantas simples preguntas de fácil solución:
1.- ¿Qué día de la semana ordena la Biblia que debe guardarse santificado?
2.- ¿Ha modificado el Nuevo Testamento por precepto o práctica, el mandato original?
3.-¿Han obedecido los Protestantes desde el siglo dieciséis el mandato de Dios, al guardar "santo" el día ordenado por su infalible guía y maestra, la Biblia? Y si no, ¿Porqué no?
A las tres preguntas anteriores, nos comprometemos a proporcionar tantas respuestas, que no podrán fallar reivindicar la verdad y seguir manteniendo el deformado error...
En el lenguaje de Chillingworth: "La Biblia, toda la Biblia, y nada más que la Biblia, es la religión de los Protestantes," es sólo una forma de la misma idea multiplemente convertible en otras formas, tales como "el Libro de Dios." El Convenio de Nuestra Salvación," "el Oráculo de Nuestra Fe Cristiana." "El Libro del Texto de Dios para la raza Humana," etc., etc.
Es, entonces, un hecho incontrovertible que solamente la Biblia es la maestra de la Cristiandad Protestante. Asumiendo este hecho, procederemos ahora a discutir los méritos del asunto implicado en nuestra última edición.
La primera expresión con la que entramos en contacto en la Sagrada Palabra, se encuentra en Génesis 2:2: "Y en el séptimo día él (Dios) descansó de todo su trabajo que había hecho." La siguiente referencia a este asunto se encuentra en Éxodos 20, donde Dios ordenó que el séptimo día sea guardado,
porque él mismo había descansado del trabajo de la creación en ese día; y el sagrado texto nos informa que
por esa razón él deseó guardarlo, en las siguientes palabras: "
Porque, el Señor bendijo el séptimo día y lo santificó."1. Leemos otra vez, en el capítulo 31, versiculo 15: "Seis días se trabajará; más el séptimo día, día de Reposo consagrado santo al Señor;" verso dieciséis: "
Es un pacto eterno, "y una señal perpetua" "porque en seis días el Señor hizo el cielo y la tierra, y en el séptimo él cesó de trabajar."...
En el Antiguo Testamento, la referencia al día de Reposo es hecha ciento veintiséis veces, y todos estos textos conspiran armoniosamente en expresar la voluntad de Dios, comandando que el séptimo día sea guardado, porque el mismo Dios
lo guardó primero, haciéndolo obligatorio sobre todos como "un pacto perpetuo."
Tampoco podemos imaginarnos que alguien suficientemente insensato cuestione la identidad del sábado con el día de Reposo o el séptimo día...
Consideramos necesario ser perfectamente claros en este punto, por razones que aparecerán mas claras más adelante.
La Biblia-el Antiguo Testamento-confirmado por la viva tradición de una práctica semanal por 3383 años por la gente escogida de Dios,
enseña, entonces, con absoluta certeza, que Dios mismo, había nombrado el día a ser "guardado santo para él, "-que el día era el sábado, y que cualquier infracción de ese mandato era punible con la muerte.
"Así que guardaréis mi día de reposo, porque santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá; porque cualquiera que hiciere obra alguna en él, aquella persona será cortada de en medio de su pueblo." Exodo 31:14.
Es imposible imaginar una penalidad más severa que esa tan solemnemente dicha por el mismo Dios en el texto anterior,
sobre todos los que infringen un mandamiento mencionado no menos de ciento veintiséis veces en el Antiguo Testamento. Los diez mandamientos del Antiguo Testamento son formalmente recalcados en la mente del hijo del Cristiano Bíblico tan pronto como es posible, pero no hay ningún otro en los diez que sea más enfáticamente familiar, en ambos, en las clases Bíblicas de los Domingos y en el púlpito, que el de guardar "santo" el día de Reposo...
De aquí en adelante la conclusión es inevitable; a saber, que de aquellos que siguen la Biblia como su guía, los Israelitas y los Adventistas del Séptimo-día tienen el peso exclusivo de la evidencia, mientras que el Protestante Bíblico no tiene una sola palabra de auto-defensa para la sustitución del domingo por el sábado.
Una vez más, los apologistas Bíblicos por el cambio del día llaman nuestra atención a Hechos, capítulo 20, v. 6-7: "Y el primer día de la semana, cuando los discípulos se reunieron para partir el pan," etc. Por todas las apariencias el texto anterior debería proporcionar algún consuelo a nuestros contrariados amigos Bíblicos, pero siendo un Marplot, no podemos permitirles aún este trozo de consuelo. Nosotros respondemos con el axioma: "Quod probat nimis, probat nihil" -"El que prueba demasiado, no prueba nada." Llamemos la atención al mismo, Hechos 2:46: "Y ellos, continuaban diariamente en el templo, partiendo el pan de casa en casa," etc. ¿Quién no ve a primera vista que el texto producido para probar la exclusiva prerrogativa del domingo, se desaparece en el aire-un ignis fatuus--cuando es colocado en yuxtaposición con el verso 46 del mismo capítulo? Lo que los Cristianos-Bíblicos proclaman por este texto "de solamente domingo" la misma autoridad, San Lucas nos informa que era común a todos los días de la semana: "Y ellos, continuaban diariamente en el templo, y partían el pan de casa en casa."
Un texto más se presenta aparentemente inclinándose hacia una sustitución del domingo por el sábado. Lo tomamos de San Pablo, en I Corintios16:1-2:
"Ahora en cuanto a la ofrenda para los santos." "En el primer día de la semana, cada uno de vosotros ponga aparte algo según haya prosperado guardándolo..etc,". Presumiendo que el pedido de Pablo haya sido atendido estrictamente, pongamos atención a lo que había sido hecho cada sábado durante la vida del Salvador y continuado por treinta años después, como el libro de Hechos nos informa.
Los seguidores del Maestro se reunían
"cada día de Reposo" para oír la palabra de Dios; las Escrituras eran leídas
"cada día de Reposo "Y Pablo, como era su costumbre hablaba en la sinagoga
cada día de Reposo, insertando el nombre del Señor Jesús," etc. Hechos 18:4.
¿Qué conclusión más absurda al inferir que leer las Escrituras, orar, exhortar, y predicar, los que eran los deberes rutinarios de cada sábado, como ha sido abundantemente probado, fuera mal interpretado por un pedido de tomar una colecta en otro día de la semana.?