Re: Fundamentalismo laico
FIRMAS
Faro de Vigo
Acoso al cristianismo
SILVINO LANTERO VALLINA
Los valores más importantes de Occidente que aparecen en las declaraciones y convenciones internacionales se consolidan gracias al cristianismo. Es cierto que ya en la antigua Jerusalén, en Atenas y en Roma están presentes principios morales referidos a la familia, la convivencia, la democracia y la justicia... Pero es, sin duda, en los evangelios y las epístolas de San Pablo donde se sitúa a la persona, imagen de Dios, en el lugar más importante, como centro de todas las prioridades. La fe en Jesucristo y el amor al prójimo sin condiciones han incidido muy positivamente en la Historia.
Todo esto no supone, más bien al contrario, ningún complejo de superioridad. Humildad del cristiano que sabe de sus miserias y faltas.
Coincido con autores diversos, creyentes y no creyentes, que afirman que sin el cristianismo el mundo clásico no habría sobrevivido ni hubiera fructificado. Se hubieran perpetuado, posiblemente, hasta nuestros días fenómenos degradantes, arbitrariedades del poder y ausencia del desarrollo científico y filosófico. La barbarie producida en el siglo XX por el marxismo y el nazismo hubiese triunfado de no ser por los valores cristianos acogidos por las democracias liberales, principalmente, en los EEUU. Conviene recordar que fue esta nación Ðciertamente vilipendiada por ciertos católicos que van de "progres" la que libró a Europa del nazismo y del socialismo real de la Unión Soviética.
Nada de esto, por supuesto, es tenido en cuenta, por el actual gobierno socialista de España, que con su Presidente a la cabeza, ha hecho del laicismo y del odio a la Iglesia Católica uno de sus ejes de actuación para los próximos años. Refuerza así la tradición jacobina y anticatólica del PSOE. El fundador, Pablo Iglesias, y sus sucesores, desgraciadamente hasta hoy, han luchado por borrar al cristianismo de la historia e impedir que sus valores fueran transmitidos a las nuevas generaciones. Esto continúa, hoy día, tras afirmar el Sr. Rodríguez Zapatero que el laicismo es una pieza esencial de su política de modernización. Lo cual contradice abiertamente nuestro ordenamiento constitucional que establece, en el marco del pluralismo y la libertad religiosa, la colaboración entre la Iglesia y el Estado, al fin de promover el bien de la persona y de la sociedad.
Un logro muy importante fue la solución equilibrada y moderada que supuso el diseño de la asignatura "Sociedad, Cultura y Religión" en dos enfoques, una laica y otra católica y de otras religiones respetuosas con el ordenamiento constitucional. Hubiera sido, de no haberse bloqueado, una salida equilibrada y satisfactoria para todos. Se entiende mal que se prive a las familias y a los jóvenes que lo deseen de la opción no confesional de dicha asignatura. Incluye contenidos necesarios para cualquier ciudadano interesado en comprender el mundo, cuales son la tradición bíblica, el hinduismo, los dioses griegos, el islam, el cristianismo, etc... A diferencia de la "Alternativa a la Religión" que vuelve a estar vigente, esta asignatura sería evaluable, lo que garantiza el logro de unos mínimos por todos los alumnos y, en consecuencia, el aprovechamiento eficiente de la dotación de profesores.
Otras medidas anticristianas son la ampliación de los supuestos del aborto, el matrimonio entre homosexuales y la subvención y apoyo al islamismo incompatible con el pluralismo social y la democracia.
Con toda la consideración personal hacia los homosexuales no es lógico hablar de matrimonio entre dos personas del mismo sexo sin producir efectos de falta de respeto hacia una institución clave, basada en el amor de un hombre y una mujer para dar vida a unos hijos y educarlos. Este amor de la pareja heterosexual aparece en dos obras claves de nuestra cultura, Héctor y Andrómaca, en la Ilíada, Ulises y Penélope, en la Odisea. La Iglesia ha elevado el matrimonio a la condición de Sacramento. Es, por tanto, una clara agresión a los católicos pervertir y confundir estas dos palabras, matrimonio y familia, de honda raigambre, que hemos recibido de las generaciones anteriores y que sabemos bien qué significan.
Desde estas páginas he abogado por la libertad religiosa y el pluralismo. También he advertido de los peligros del multiculturalismo relativista que favorece la difusión, en nuestro territorio, de doctrinas incompatibles y destructoras del pluralismo como es actualmente el islamismo ortodoxo. Como es sabido, el diálogo interreligioso es clave en la Iglesia, desde San Pablo hasta el Vaticano II. No excluye a nadie y debe intentarse con el islamismo. Personalmente lo veo difícil, pero hay que esforzarse por persuadir a los musulmanes más intransigentes de que trabajen por el abandono de la justificación religiosa de iniciativas violentas contra los cristianos y judíos que son los sostenedores y fundadores del orden liberal clásico y reformista. Ahora bien, este diálogo exige reciprocidad y no excluye, en mi modesta opinión, el derecho de las sociedades occidentales de raíz cristiana a ejercer su deber de legítima defensa frente a cualquier tipo de agresión, venga de donde venga.
Hay que ser imprudentes en estos momentos de amenaza terrorista para, desde la coacción estatal, con el dinero del contribuyente, ponerse a apoyar actividades basadas en el Corán cuyos textos abogan por la liquidación del infiel, la imposición de la saria o ley islámica y la sumisión de la mujer. Otro motivo, pues, de zozobra y preocupación ante la colaboración de la izquierda con el islamismo anticristiano, que verá abiertas nuevas posibilidades de difundir, en nuestro territorio, su barbarie totalitaria. Se recitarán en las escuelas coránicas azoras que chorrean sangre de este estilo "Arrojaré el pánico en el corazón de quienes no creen, ¡golpeadlos en el cuello! (Azora 8,11); ...no es propio de un Profeta tener prisioneros hasta que haya cubierto la tierra con los cadáveres de los incrédulos" (Azora 8,68). Ibn Warraqq, en su fenomenal libro "Porqué no soy mulsulmán", dice que el islamismo es profundamente totalitario. Por eso penaliza con la muerte cualquier desviación. Imposible que un musulmán cambie o deje de practicar su religión. Se castiga con la muerte cualquier desviación y la apologética no se basa en la palabra ni en la persuasión sino en la violencia.
¿Cuáles son las causas de esta insistencia de la izquierda en liquidar el cristianismo? Una de ellas, entre otras, es sin duda aquella que trata de impulsar el nihilismo que fue utilizado por primera vez, en 1793, por un radical revolucionario francés, Anacharsis Cloots. "La República, declara Cloots, no es creyente, sino atea y nihilista". Esta es la divisa actual, nihilismo, o sea el gusto por la pura destrucción haciendo tabla rasa. Por eso, André Glucksmann, una de las plumas más sensatas del pensamiento actual, considera a esta expansión nihilista el asunto interno más importante de Europa... Fuera del cristianismo aparece la gran amenaza del vacío y la destrucción de lo mejor, de lo bueno.
De seguir por este camino, peligrosísimo, en que nos quieren meter el PSOE y sus aliados de la izquierda destructiva, posiblemente se produzcan muy pronto en España, situaciones como las que según un informe de los servicios policiales de seguridad de Francia está ocurriendo en este vecino país. Comenta, esta noticia, el ensayista Lucrecio. Es terrible. Merece la pena recoger el punto central del comentario aludido: "Como ya venían sugiriendo los sindicatos policiales (de Francia), desde hace años, zonas enteras de las periferias urbanas del vecino país han escapado al control del Estado. La policía francesa se considera incapaz de entrar en esos ghettos, en los cuales no existe más control real que el de las autoridades islámicas. La intimidación entre la población femenina es de tal orden que salir sin velo en esos barrios es, sin más, exponerse al linchamiento".
Los predicadores fundamentalistas van a tener, pues, cada vez más influencia con el beneplácito del gobierno español entre amplios sectores de la inmigración musulmana y en la juventud nihilista. Podrán llamar desde las ciudades de España cual si fueran almohades del siglo XII, a la guerra santa liderada por Bin Laden.
Se ve que la izquierda política, después de su fracaso histórico, en los ámbitos sociales y económicos no tiene más oferta que imponer el nihilismo desde dos de sus errores más persistentes cuales son el constructivismo y la ingeniería social. Quieren forzarnos a cambiar nuestras costumbres a peor. Para ello nada mejor que acosar al cristianismo y favorecer al islamismo radical.
Preocupación pero no desánimo. Hay que intentar combinar la superior virtud de la caridad con la fortaleza del carácter y defensa de las convicciones de raíz cristiana. Testimonios no faltan. Como el del cardenal vietnamita F.X. Nguyen van Thuan, que amó a sus perseguidores y defendió el cristianismo durante sus veinte años de estancia en las cárceles de Vietnam. "Era muy difícil, nos dejó escrito este purpurado de la Iglesia, para mis guardias comprender cómo se puede perdonar, amar a los enemigos y reconciliarse con ellos. Jesús me ha enseñado a amaros. Si no lo hiciera no sería digno de llamarme cristiano".